El presidente Aquino quiere defender su postura ante los obispos

La Iglesia en Filipinas se enfrenta al gobierno por promover el uso de anticonceptivos

 

El plan del gobierno filipino de promover el uso de los anticonceptivos entre la población más pobre enfrentó hoy al presidente del país, Benigno Aquino, y a la Iglesia Católica en la nación asiástica. El director de asuntos públicos de la Conferencia Episcopal, Deogracias Yñiguez, aseguró ayer en una entrevista a una emisora de radio local que no se quedarán parados si el Gobierno sigue adelante con la iniciativa y apoyarán las manifestaciones de protesta que se organicen.

29/09/10 8:13 AM


 

(Efe/InfoCatólica) Por su parte, el padre Melvin Castro vinculó el plan oficial con los 434 millones de dólares (322 millones de euros) que Estados Unidos ha concedido a Filipinas como ayuda para que cumpla con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, entre los que figura la reducción de la pobreza.

“Es una cantidad pequeña si la comparamos con los valores morales que perderemos. Al parecer, por esa miserable cantidad de dinero en el nombre de la lucha contra la pobreza otra vez se está vendiendo el alma de los filipinos”, opinó el padre Castro.

El sacerdote consideró equivocado combatir la pobreza promoviendo la contracepción porque, “si se trata de un problema económico, necesita una solución exclusivamente económica”.

El portavoz de la Presidencia filipina, Edwin Lacierda, aseguró hoy en declaraciones con periodistas en Manila que el mandatario no cambiará de parecer en este asunto.

“Nosotros creemos que son los progenitores los que deben decidir el tamaño de la familia, la forma y el método con que se debe efectuar la planificación”, manifestó Lacierda.

El portavoz gubernamental afirmó que Aquino está dispuesto a explicar personalmente su posición en esta controversia a los obispos.

La Iglesia Católica de Filipinas, un país donde el 80 por ciento de los 94 millones de habitantes es católico, se ha opuesto reiteradamente a cualquier iniciativa parlamentaria para establecer un control artificial de la natalidad y frenar la rápida expansión de la población.

La Oficina Nacional de Estadística calcula que unos 103 millones de personas vivirán en Filipinas en 2015, mientras que hace 50 años eran sólo 27 millones.