30.09.10
El tópico año 68
Suele encontrarse, uno en la vida, a las personas que hablan con tópicos sacados de contexto y profieren palabros sin ton ni son. Son los que usan frases hechas, números simbólicos, costumbres mal encajadas y desean sentar cátedra con esta pobreza de lenguaje.
Existe una corriente dentro de la Iglesia de criminalizar a todas las personas que pasaron por el año 1968 de todos los males de la liturgia, de la moral, de las costumbres….sin haber tenido ni la más mínima idea de lo que están diciendo, porque han nacido después de ese año y tampoco han estudiado lo que ocurrió por aquellos lejanos tiempos.Considero que una fecha, mítica para algunos, no marca una tendencia en la Iglesia ni en la sociedad. Los movimientos sociales, de pensamiento y de ejecución son efectos de unas causas que se alargan en el pasado equis, donde ocurrieron tales o cuales situaciones que pusieron una semilla que ha dado a la luz una explosión en abanico como ocurrió en el año 1968.
No se puede ser reduccionistas, ni simplistas, el 68 y los años posteriores trajeron unas ideas buenas, regulares y otras negativas. En aquel año no pasó más que un año antes u otro despues. Los fenómenos sociales y religiosos son largos procesos que están en un pasado reciente o remoto, y que luego no se puede concluir con que son los culpables de los males de hoy.En el fondo, quienes reducen su discurso a los tópicos les falta haber estudiado la historia de la Iglesia, necesitan leer más la historia de la filosofía, deben acercarse más al conocimiento de la Sagrada Escritura, y les falta reflexionar sobre el presente cotidiano buscando las luces y las sombras que cada día tiene cuando amanace y cuando anochece.
Concluyo. El año 68 está ahí. Aún no tiene una perpectiva temporal suficiente para ser estudiado con calma por los historiadores de la Iglesia. Los protagonistas de aquellos días ni eran santos, ni demonios. Lo mismo que ocurrirá cuando se estudie al año 2010. Cada día y cada año tiene su propio afán, nos dijo el Señor. Los tópicazos no valen nada que para demostrar la ignorancia de quien los suelta.
Tomás de la Torre Lendínez