3.10.10

biblia

Lucas 17, 5-10: ¡Si tuvierais fe … !

5 Dijeron los apóstoles al Señor; «Auméntanos la fe.»
6 El Señor dijo: «Si tuvierais fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: “Arráncate y plántate en el mar", y os habría obedecido.»
7 «¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: “Pasa al momento y ponte a la mesa?”
8 ¿No le dirá más bien: “Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme hasta que haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú?”
9 ¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado?
10 De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer.»

COMENTARIO

Cómo aumentar la fe

Teniéndola.

Puede parecer algo extraño lo aquí dicho pero, en efecto, la fe sólo puede aumentarse si, en efecto, se tiene y se lleva a cabo lo que tal creencia supone.

Los apóstoles le pedían a Jesucristo que les aumentara la fe. A lo mejor creían que era algo así como decirle a alguien que les diera pan para comer o agua para beber. En este sentido, aquellos primeros discípulos del Hijo de Dios pensaban como hombres que es lo que, al fin y al cabo, eran.

Aumentar la fe supone, es de creer esto, un saber que se tiene y, entonces, se prefiere un conocimiento mayor de ella para, así, saber que se cree.

Por eso aquellas personas querían que su Maestro les echara, por así decirlo, una mano en tal aumento. A lo mejor se sentían incapacitados ante lo que veían que hacía Jesucristo. Ellos, en tal sentido, querían alcanzar una forma similar de creencia, de oración y de comportamiento.

Pero Jesús sabe con quién trata: “Si tuvierais fe como un grano de mostaza” les espeta. Es decir, dudaba que la tuvieran porque una semilla tan pequeña representa, por eso mismo, una fe pequeña pero, al parecer, suficiente. No la tenían, pues.

Por otra parte, además de seguir al Maestro (que era lo que, en definitiva, les pedía) había algo más.

Hay una forma de proceder, una ley de Dios, una ser que viene determinado por la voluntad de Dios que hay que seguir. Tan sólo eso pide Jesucristo a los apóstoles.

Reside, ahí mismo, lo importante: lo manda Dios y, entonces, hay que cumplirlo.

Pero, tampoco con eso es suficiente porque se ha saber en qué posición se está. Es decir, aquellos otros nosotros o nosotros mismos, tenemos que estar en la seguridad de que por muy bien que hagamos las cosas (que las tenemos que hacer de tal forma y manera) somos unos “siervos inútiles”. Al fin y al cabo hacemos lo que tenemos que hacer y no otra idea debería estar en nuestro corazón.

Y ellos pedían que les aumentase la fe. Deberían haber empezado por saber si, acaso, la tenían.

PRECES

Por todos aquellos que no quieren tener una fe formada.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que creen que lo que hacen lo hacen por su valía.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a reconocer, en nuestra vida, la importancia de tu amor y tu misericordia.
 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalem.

Eleuterio Fernández Guzmán