6.10.10

40 days for life - 40 días por la vida

A las 8:46 PM, por Juanjo Romero
Categorías : Aborto

40 days for life

«40 days for life» es una iniciativa muy estadounidense, pero que se ha ido extendiendo a otros paises. Este año se está impulsando en los 50 estados USA, 6 provincias de Canadá, Irlanda del Norte, Dinamarca, Londres… ¿España?. Por ahora no, y es una pena.

Se desarrolla del 22 de septiembre al 31 de octubre y comenzó en 2007 en un pueblo perdido de Texas. David Bereit observó cómo se instalaba un Centro de Planificación Familiar (aka: clínica abortista) y se puso manos a la obra. Hoy son miles de personas. En 15 días ya han salvado un centenar de bebés. Supongo que hay a quien le sepa a poco, pero los objetivos son más a largo plazo.

Se centra en tres actividades fundamentales que me recuerdan al programa de Human Life International que delineó su anterior presidente, Father Euteneuer:

  • Oración y ayuno
  • Vigilia de oración ante los abortorios
  • Actividad comunitaria

Dicho así, a más de uno le puede parecer una iniciativa «de curas». Nada más lejos de la realidad. Son católicos laicos y cristianos no-católicos, con desparpajo. Sin esos complejos y respetos humanos a los que nos hemos acomodado los latinos; y que más de una vez nos sirven de parapeto.

Me gusta el desparpajo con el que explican el ayuno: «no es una dieta cristiana, es oración de los sentidos», así con un par: «hay demonios que no pueden expulsarse…».

La esperanza con la que acuden a las vigilias, rezan con mimo. Con el convencimiento de que «hace falta que reconozcamos humildemente el hecho básico de que es humanamente imposible acabar con ese mal». Estas vigilias son en algunos sitios 24 horas, 7 días. Piden también por la conversión de médicos y del personal que ejecuta los abortos.

La alegría que manifiestan en las «actividades comunitarias»: manifestaciones, puerta a puerta, programas de radio, charlas en los colegios. La idea es mostrar a la «comunidad» qué es lo que está pasando. Porque son pueblos, barrios pequeños, un radio de acción muy humano, adaptado a las posibilidades reales de la gente.

Creo que todo esto no está reñido con actuaciones más grandes en el plano político, jurídico o en el de la «guerra cultural» en todos los sentidos. Pero no perdamos de vista ni el Norte, ni el fundamento. De otro modo terminaremos con un activismo estéril, y por los resultados: infructuoso. Y esta «guerra» terminará capitidisminuida con objetivos tan cutres y esperanzas tan vanas como echar a Zapatero o a Obama, tras los que se irían todos los males.

Ojalá el año que viene podamos contar con iniciativas aquí, en nuestro país. En cualquier caso las tres actividades las podemos practicar ya. Los principales beneficiados seremos nosotros mismos.

Notas


Algunas referencias en español:

Si tenéis más hacedmelas llegar