15.10.10

Alberto Oliveras y Juanito, el practicante, descansen en paz

A las 8:56 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General
 

Cuando el que firma estas líneas era monaguillo de una parroquia del casco viejo de Jaén estuve cerca y seguí amando la radio. En este caso la radio de Alberto Oliveras, el director de Ustedes son formidables que ha fallecido ayer en París.

En aquel barrio teníamos un gran hombre, pequeño de estatura, pero de un alma inmensa. Era el practicante, el que ponía a toda la gente las inyecciones mandadas por el médico. La mayoría de las veces no cobraba su trabajo. Trataba a todos con una amplia sonrisa y todos los vecinos eran sus amigos.

Se llamaba Juan Torres, pero toda la gente lo conocía como Juanito, el practicante. Un buen día sufrió una embolia cerebral que le llevó a un carrillo de ruedas que no tenía. Tuvo que abandonar su trabajo y pasar la clientela a su hijo, quien quería sacar dinero de pinchar a la gente inyectando lo mandado por el médico.

El cura de la parroquia tuvo la feliz idea de ponerse en contacto con Alberto Oliveras solicitándole que sacara el caso de Juanito, el practicante, en su programa de radio Ustedes son formidables.

Y así fue. Aquella noche estuve en medio de toda la situación, porque el teléfono de salvación era el existente en la parroquia. Delante de un gran aparato de radio estuvimos casi todo el barrio, tanto los creyentes y practicantes de la fe, como los tibios y alejados de nuestra religión. La emisión fue una obra maestra de Alberto Oliveras.

El milagro se produjo y se sacó dinero para comprar un carrito de ruedas a Juanito, el practicante, quien ya podía moverse por la plaza de la iglesia y acudir a donde le apetecía. Desde todos los puntos de España llamaban donando equis cantidad de dinero.

Hoy, cuando recuerdo a Alberto Oliveras, he rezado por él. Mañana ofreceré la Eucaristía en sufragio de su alma, para que alcance el descanso eterno.

Aquel antiguo, Juanito, el practicante, bienhechor del barrio tiene una calle a su nombre. Siempre que paso por ella rezo por él, ahora incluiré en mis oraciones a Alberto Oliveras, el hombre de la radio humana, servicial, y solidaria. Gracias a él y a otros más sigo amando la radio y en sus posibilidades pastorales.

Quien desee conocer mejor a Alberto Oliveras puede pinchar aquí.

Y otra vez pulsen aquí.

Descansen en paz el gran Alberto Oliveras y Juanito, el practicante.

Tomás de la Torre Lendínez