21.10.10

El caos en la iglesia luterana es producto de la Sola Scriptura

A las 3:58 PM, por José Miguel Arráiz
Categorías : General, Sola Scriptura y Juicio Privado
 

En el post anterior hablaba de como la doctrina de la Sola Scriptura y juicio privado no solo ha fragmentado exponencialmente al protestantismo sino que le ha corrompido hasta sus más profundas raíces, al punto de que encontramos que estas ya no solo mantienen las diferencias que tenían con nosotros desde la reforma protestante, sino que cada día aumenta más el número de los que se decantan por el aborto, la eutanasia y el matrimonio homosexual.

Un ejemplo de esto lo tenemos en la noticia publicada hoy en Infocatolica, donde treinta mil finlandeses abandonan la iglesia luterana por las declaraciones de una política sobre la homosexualidad.

En mi opinión el problema de fondo no es tanto que miles de creyentes nominales decidan abandonar su comunidad eclesial, después de todo creyentes nominales hay en todas partes. Más grave aún es que el obispo para frenar el éxodo masivo declare ahora que esa no es la posición oficial de la iglesia que “tiene una postura mucho más diversa, cálida y tolerante hacia las minorías sexuales”.

Y es grave porque tenemos una iglesia que dice seguir el evangelio y solo la Biblia pero que está dispuesta a aceptar doctrinas radicalmente opuestas a la enseñanza cristiana con tal de no perder fieles y dinero. El día de mañana quizá también se unirá a la lista de iglesias luteranas que aprueban el aborto y la eutanasia (si no es que lo ha hecho ya).

Ya el año pasado veíamos como la iglesia luterana de Suecia tocaba fondo al celebrar matrimonios homosexuales, en el mismo año la La Iglesia Evangélica Luterana de América aprobaba que gays y lesbianas pudieran acceder al pastorado (al momento se formó un tornado que por poco arrasa el templo y terminó derribando la cruz de 800 libras del campanario quedando cabeza abajo) y España inauguraba su primera iglesia evangélica gay. ¿Será el destino de los luteranos finalmente el de los episcopales (que hacen gala de un obispo homosexual) y el de otras denominaciones evangélicas? ¿Qué diría Lutero de todo esto? ¿Cuántas iglesias evangélicas se mantendrán firmes en estos temas cruciales para la moral cristiana y cuantas seguirán el ejemplo de las anteriores? ¿Será esto una señal para tantos luteranos de recta intención para que decidan volver a la Iglesia madre, al igual que los anglicanos la tuvieron con la ordenación de mujeres y homosexuales?

Nota: utilizo aquí la palabra “iglesia” en el sentido corriente del término para referirme a “comunidades eclesiales”