29.10.10

El "pedófilo" Dragó, la presidenta Aguirre y la periodista de Cope

A las 1:52 PM, por Luis Fernando
Categorías : Sobre el autor, Cristianos en la vida pública, Actualidad

 

Aviso a los lectores. Si no quieren párrafos obscenos, no sigan adelante. Pero creo necesario reproducirlo para que se vea la clase de persona que es quien lo escribió y cómo son aquellos que pretenden salir en su defensa.

El personaje en cuestión es el escritor Fernando Sánchez Dragó. Para los no españoles, diré que Dragó es uno de esos pesudo-intelectuales de labia fácil y pluma más o menos hábil. Sus libros, mayormente novelas, han sido bastante leídos. Como yo no me encuentro entre sus lectores, no puedo opinar sobre su calidad literaria.

El caso es que este señor siempre se ha caracterizado por presumir de llevar una vida un tanto disoluta, con consumo de drogas y multitud de relaciones sexuales. Espiritualmente dice estar muy influenciado por lo que ha vivido en la India, cosa que no tiene nada de particular porque eso es una especie de moda en personajes famosos desde tiempos de los Beatles. Hace años escribió un libro titulado “Carta de Jesús al Papa” -o algo parecido- en el que soltaba los cuatro típicos tópicos de aquellos que no entienden ni el cristianismo en general ni el catolicismo en particular. O si lo entienden, lo rechazan de una manera bastante burda.

Dragó ha sido director y presentador de varios programas literarios en diversas televisiones públicas. Hasta hace bien poco hizo lo mismo con el último telediario (noticiero) de la noche en Telemadrid, que es la cadena de televisión pública de la Comunidad de Madrid. Y ahora es el responsable del programa Las Noches Blancas de esa misma televisión.

Sánchez Dragó ha sido noticia en estos días por mostrar cuál es su verdadera naturaleza en la última obra que ha co-escrito con Albert Boadella. El libro se llama “Dios los cría…”. No sabemos si a Boadella lo habrá criado Dios, pero es evidente que Dragó se ha dejado criar por el mismísimo Satanás. Y si no, lean ustedes cómo describe lo que le ocurrió en Japón hace ya bastantes años:

“En Tokio me topé de frente con unas lolitas, de esas que visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rimel, tacones, minifalda… Tendrían unos 13 años. Las muy putas se pusieron a turnarse”

Y luego escribe:

“No hay nada como la piel tersa, los pechitos como capullos, el xxxx rosáceo”

Como se pueden ustedes imaginar, el escándalo ha sido importante. Ocurre que el libro pretende ser autobiográfico. Es decir, aunque tras el jaleo que se ha armado Dragó ha aparecido para asegurar que en realidad jamás hizo lo que dice que hizo, en el libro no hay ninguna pista para concluir que lo que se está leyendo no ocurrió de verdad. Es más, incluso aunque no fuera cierto, ¿es normal, decente y legal escribir hoy en día -o nunca- un texto que es un canto a la pederastia?

Tanto si se acostó con las jóvenes japonesas como si no, y yo estoy convencido de que sí, parece evidente que Dragó es un pederasta. Es más, quería que sus lectores lo supieran. Y les cuenta las “bondades” de la pederastia. Lo lógico es que un personaje así desapareciera de una vez para siempre del ámbito de lo público. No sólo habría que retirarle del programa que tiene ahora mismo en Telemadrid. Es que ese libro debería de desaparecer de las librerías y debería de ser denunciado ante los tribunales por si hay delito en el mismo.

Dado que por razones que a mí se me escapan, a Dragó se le suele relacionar con la derecha social y además es muy crítico con el gobierno de ZP, la izquierda ha salido en tromba a atacarle. Salvo alguna excepción, como Julia Otero, a la que por lo que se ve le hace mucha gracia que Dragó sea “paedófilo”, los ataques a ese sujeto por parte del ámbito periodístico progre son furibundos. No voy a entrar a valorar en profundidad el grado de hipocresía que hay en el hecho de que la izquierda mediática y política se escandalice por las extravagancias sexuales de un señor mayor. Esa misma izquierda que anima a los adolescentes a fornicar todo lo que puedan y más y que está proponiendo una moral sexual en la que no haya ningún límite, no es precisamente la más indicada para pedir cuentas a nadie. Pero en todo caso, la verdad es la verdad la diga Agamenón o la diga el porquero de Zapatero.

Y la verdad es que el señor Dragó se envanece de comportarse como un cerdo pervertido. Ahora bien, mucho más grave me parece que toda una señora presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid salga a defenderle. Esperanza Aguirre ha dicho que lo de Dragó es literatura. Doña Espe asegura la historia de la literatura “está llena de relatos reprobables” y pregunta si en casos como el del libro de Sánchez Dragó se han de quemar los libros en la hoguera o a los autores.

Pues mire usted, presidenta Aguirre. Entiendo que su liberalismo político y moral le lleve a mirar para otro lado con los que disfrutan y presumen de ser perversos sexuales. Pero con quien presenta la pederastia como algo deseable, tanto si ha incurrido en la misma como no, sólo cabe el mayor de los repudios. Lo de la tolerancia cero no puede aplicarse sólo a los curas que se convirtieron en siervos de Satanás para abusar de niños. También vale para los escritores y directores-presentadores de programas de televisión. Sobre todo si es pública. Si usted fuera una política decente, ayer mismo habría ordenado el cese de Dragó como conductor de Las Noches Blancas. Si la respuesta al maricomplejinismo del que acusan muchos al PP, y con razón, es el liberalismo representado por la señora Aguirre, apaga y vámonos. Es cada vez más obvio que la derecha social española no tiene un referente político, que no sea muy minoritario, al cual asirse.

Dicho eso, hay otra cuestión que necesita recibir una solución inmediata y urgente por parte de nuestros obispos. Resulta que en la Cadena Cope hay una profesional de la información que se presenta a sí misma como católica. Se llama Cristina López Schlichting. Hete aquí que Cristina entrevistó el pasado 17 de octubre a Dragó y Boadella en su programa del fin de semana en la Cope. El audio de la entrevista puede escucharse haciendo click aquí. Escuchen ustedes bien cómo les presenta a partir del minuto 27:50. Cristina dice que se solaza por poder relacionarse “con personas que piensan libremente“, con gente “provocadora, inteligente, brillante". A partir del minuto 36, Boadella, mientras cuenta una relación sexual que mantuvo con su mujer, dice que Dragó es un audaz en cuestión de sexo, tras lo cual se oye a Cristina diciendo “erótico-festiva”. Sigan ustedes escuchando la entrevista hasta el final, en especial cuando Dragó mete a la Virgen de por medio. Y luego, háganse la siguiente pregunta: ¿Puede permitir la Conferencia Episcopal que algo así se diga desde la emisora de su propiedad y por parte de alguien que tiene fama de ser de las pocas personas que se dedica al periodismo y dice ser católica?

Estoy convencido, al menos quiero estarlo, de que Cristina no se había leído el párrafo pro-pederasta de Dragó. Pero da igual. En la emisora de la Iglesia no puede hacer una entrevista como esa, con tanta complicidad con un personaje como Dragó, cuya moral sexual, y no sólo sexual, es lo contrario a la moral católica. De Cristina no me espero una rectificación porque ya ha demostrado por activa y por pasiva que el tema sexual le interesa bastante. Cuando estaba en la tarde de Cope tenía una sección de su programa dedicada al tema. Ahora bien, señor Barriocanal, presidente de Cope, ¿piensa usted hacer algo al respecto? Estimados obispos y cardenales de la ejecutiva de la CEE, ¿piensan ustedes hacer algo al respecto? Estimados obispos del resto de la Conferencia Episcopal, ¿van a mirar para otro lado ante lo que ha ocurrido?

En la entrevista de la Cope Dragó acaba diciendo que en el libro hay una lección moral. No dudo que la hay. Tampoco dudo que es una afrenta a Dios que eso se diga desde una emisora católica. Es una afrenta que desde la Cope se anime a leer un libro como ese. Escuchen las últimas palabras de Cristina López Schlichting y díganme si es posible que alguien así pueda seguir un segundo más en la emisora de los obispos. Siento tener que decirlo, pero en mi opinión no es posible. Es escándalo para los que somos católicos y no compadreamos con tipos de la catadura moral de Dragó.

Luis Fernando Pérez Bustamante