4.11.10

Tontos de capirote: Frente de Liberación Gay de Cataluña

A las 12:25 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Tontos de capirote
 

Decía Unamuno, en un artículo publicado en 1923 en la revista argentina Cara y Caretas, que el tonto de capirote “es el que con un capirote o bonete puntiagudo, hace de tonto en las fiestas. Es un tonto de alquiler y casi oficial“. Y eso es lo que, espero, vaya apareciendo aquí: personas que hacen de tales.

Vayamos, pues, con otros personajes de esta serie.

Tontos de capirote
4.- Frente de Liberación Gay de Cataluña

En este caso el plural viene que ni pintado porque no se trata de una persona, ser individual de la especie humana, la que acude al especial apartado que titulé como lo titulé porque, de vez en cuando, hay que poner los puntos sobre las letras que sean.

Digo que el plural es lo que corresponde utilizar hoy mismo porque el Frente de Liberación Gay de Cataluña (FLGC desde ahora), a pesar de que, seguramente, son poco más de cuatro gatos, gatas o gates, han dado en hacer el ridículo y se han hecho acreedores, ex aequo, al título bien merecido de Tontos de capirote, por oportunistas, con distintivo arcoiris (rojo, naranja, amarillo, verde, azul y, por supuesto, violeta) pues tal es lo propio de la bandera de tal colectivo.

Aprovechando que el Tíber pasa por Roma y valiéndose del clima laicista que se predica en España desde el poder establecido, los felegecitas (miembros del FLGC) han dado en hacer unas declaraciones que, siendo un desperdicio en sí mismas, pueden ser tenidas en cuenta como prueba de tontería y capirotada.

Ahí van, para que nadie crea que exagero y tampoco se crea que insulto a nadie porque un “Tonto” es alguien “Falto o escaso de entendimiento o razón” y no me negarán que a los felegecitas les viene que ni pintada tal acepción u otra que dice que es tal una persona que es “Pesada, molesta”.

Quieren declarar al Papa persona non grata” porque no les gusta, nada de nada, lo que, en ciertos temas, dice y entiende que tiene que decir. Así muestran el respeto que tienen a quien, en todo caso, defiende una doctrina que es, como poco, más válida que las peregrinas ideas que los felegecitas sostienen atadas al egoísmo y a lo particular.

Y es que cuando se dice que la Iglesia católica muestra discriminación hacia “gays, lesbianas, transexuales o mujeres” se está faltando gravemente a la verdad y se pretende caricaturizar una situación en bien de sus intereses de secta social.

Sostienen que la Iglesia católica es el responsable del sufrimiento de miles de personas en el mundo por su discurso represor, castrador y negativo de la sexualidad de gays, lesbianas y personas transexuales” como si decir lo que se piensa pudiera producir, en sí mismo, algún tipo de daño pues, por ejemplo, lo que dicen los felegecitas a mí me da risa.

Además, cuando no se quiere entender que el Papa no puede pronunciarse a favor del aborto, de la anticoncepción y, en general, del uso de preservativo es que no se quiere entender nada de nada.

Pero lo que más demuestra tontuna ciega es que se diga, además, que también se discrimina a las personas seropositivas que, quiero entender, son aquellas que han contraído el SIDA. Y eso es, ya, demasiado.

Y es falso, además, porque el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud ofrece unos datos que deberían hacer callar muchas bocas: “El 26,7% de los centros para el cuidado del VIH/SIDA en el mundo son católicos. De las personas que se dedican a atender enfermos de HIV/SIDA en el mundo el 24.5% son católicos a razón de 9.4% en organismos eclesiales y el 15.1% en organizaciones no gubernamentales católicas”. Y eso es más que suficiente como para que muchos felegecitas dejen de hacerse el tonto o mirar para otro lado.

Y, luego, las tontunas de siempre: llamada a la apostasía, a negar que el dinero del ciudadano sirva para pagar la visita de Benedicto XVI o que se deroguen los acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede. Vamos, más de lo mismo.

No me negarán que los felegecitas (miembros del FLGC) son tontos de alquiler y no casi oficiales sino del todo oficiales pues es el ambiente que se pretende difundir como bueno y benéfico para la sociedad.

Ahora bien, si los oportunistas volasen, los felegecitas poblarían el cielo con sus simpares colorines varios.

¡Vaya fauna!, que dijo aquel porque es bien cierto que, en España, no cabe un tonto más.
 

Eleuterio Fernández Guzmán