4.11.10

La reforma de la Iglesia según Benedicto XVI

A las 9:03 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Papas
 

La Iglesia necesita purificación y reforma. Palabra de Benedicto XVI. Un cambio radical que debe comenzar con los obispos, los primeros obligados en modificar su vida, alejarse de los placeres mundanos y demostrar que es posible vivir la radicalidad del mensaje evangélico.

El Papa cree en la urgencia de una reforma de la Iglesia, basada en la oración y la penitencia. Así lo dejó en claro en un iluminador mensaje que envió al arzobispo de Milán, Dionigi Tettamanzi, con motivo del IV centenario de la canonización de San Carlos Borromeo. El escrito realista y clarificador que fue extrañamente cercenado en su parte más interesante por dos de los medios de comunicación oficiales de la Sede tanto el Servicio de Información Vaticana (VIS) aquí y la Radio Vaticana en este reporte.

En el texto Joseph Ratzinger hizo un paralelismo entre la actualidad y la época en que vivió el santo italiano, quien promovió una reforma eclesiástica comenzando por él mismo, con el abandono de una prometedora carrera, un futuro de éxito y una vida rica de honores.

“”Muchos eran los desórdenes a sancionar, muchos los errores a corregir, muchas las estructuras por renovar, y aun así Carlos se ocupó en una profunda reforma de la Iglesia iniciado desde la propia vida”, escribió.

Según el Papa, Borromeo era consciente de que una seria y creíble reforma debía comenzar justamente por los pastores, los obispos, para que tuviera efectos benéficos y duraderos sobre el entero pueblo de Dios.

“En tiempos oscurecidos por numerosas pruebas para la comunidad cristiana, con divisiones y confusiones doctrinales, con el nublarse de la pureza de la fe y de las costumbres, con el mal ejemplo de varios ministros sagrados, Carlos no se limitó a deplorar o a condenar”, indicó.

Tampoco se limitó “a augurar el cambio de los demás sino que comenzó por reformar su propia vida que, abandonadas las riquezas y las comodidades, se colmó de oración, de penitencia y de amorosa dedicación a su pueblo”, agregó.

Y reconoció que “también en nuestros días no faltan a la comunidad eclesial pruebas y sufrimientos, y ella se muestra necesitada de purificación y de reforma”.

Serafines susurran

Que está totalmente confirmado la importancia que El Vaticano dio al discurso de hace una semana pronunciado por el Papa ante los obispos de las Región Nordeste V de Brasil, en el cual Benedicto XVI dio un espaldarazo a los prelados que opinan públicamente sobre temas sociales y políticos como, por ejemplo, la defensa de la vida.

El documento se gestó en el seno del Pontificio Consejo para la Familia, a instancias del cardenal Ennio Antonelli, presidente de ese organismo. Como pocas veces ocurre el documento, originalmente redactado en español, rápidamente fue distribuido por la Secretaría de Estado en italiano, inglés, portugués y otras lenguas. La orden fue: “difundirlo lo más posible”.

En la Curia Romana saben bien del valor universal de ese mensaje el cual, si bien se refirió específicamente a la situación de Brasil, está destinado a convertirse en una línea guía para la acción de los obispos en países donde se debaten públicamente temas delicados como el aborto, la eutanasia o los matrimonios homosexuales. Ejemplos sobran: en Roma recuerdan los recientes casos en España, Argentina y México.