6.11.10

Deo Omnis Gloria

A las 7:34 AM, por Reme
Categorías : General

 

“Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, con entrañas de misericordia, con bondad, con humildad, con mansedumbre, con paciencia. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga queja contra otro; como el Señor os ha perdonado, hacedlo así también vosotros. Sobre todo revestíos con la caridad que es el vínculo de la perfección. Y que la paz de Cristo se adueñe de vuestros corazones, pues también a ella habéis sido llamados en un solo cuerpo. Y sed agradecidos Que la Palabra de Cristo habite en vosotros abundantemente. Enseñaos con la verdadera sabiduría, animaos unos a otros y cantad agradecidos en vuestros corazones con salmos, himnos y canticos espirituales; y todo cuanto hagáis de palabra o de obra, hacedlo todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” (Col 3,12-17)

Leyendo estas maravillosas palabras de San Pablo, y a escasa horas de la llegada de Benedicto XVI a tierras españolas “como testigo de Cristo Resucitado, con el deseo de llevar a todos su Palabra, en la que pueden encontrar luz para vivir con dignidad y esperanza para construir un mundo mejor”, me vienen a la cabeza las palabras del padre Lombardi cuando se refiere al encuentro del Papa con los niños discapacitados de la Obra Benéfica el Nen Déu:“no hay comunidad creyente sin amor concreto, capaz de transformar, transfigurar el sufrimiento en esperanza y en alegría". Y concluye, “la caridad vivida es la estrella del camino, el idioma cotidiano que todos pueden comprender. Por aquí pasa necesariamente el camino del Papa".

Por que, si los cristianos queremos que “la Palabra de Cristo habite en nosotros”, si queremos recorrer el camino siguiendo las huellas de Cristo, si queremos trasformar el mundo, si queremos vivir unidos de cabeza y corazón a Jesucristo, no hay otro camino que transformar nuestra inteligencia y voluntad, nuestro cuerpo y nuestra alma, y esforzarnos por vivir este compendio de virtudes, reflejo de la perfección divina.

Es más, como escribe Santo Tomás de Aquino, la Pasión de Cristo basta totalmente como instrucción para nuestra vida, puesto que, Cristo en la Cruz da ejemplo de toda virtud. Puesto que “Él se abaja a todo, admite todo, se expone a todo —a sacrilegios, a blasfemias, a la frialdad de la indiferencia de tantos—, con tal de ofrecer, aunque sea a un hombre solo, la posibilidad de descubrir los latidos de un Corazón que salta en su pecho llagado” (San Josemaria Escrivá de Balaguer).

Y es en este punto donde cada uno de nosotros, dejando a un lado los comentarios y manifestaciones en contra de la visita del Santo Padre a Santiago de Compostela y a Barcelona, deberíamos preguntarnos: “¿Qué le daré al Señor por todo lo que El me ha dado?” Salmo 115,12.

Y, sinceramente, no se me ocurre nada mejor que gritar a los cuatro vientos: “Para Dios toda la gloria”, toda nuestra honra, todos nuestros sufrimientos e incomodidades, todas nuestras alegrías, nuestros proyectos, ….En definitiva, todos nuestros pensamientos, palabras y obras hasta “dejar hacer” en nosotros aquello que rogaba a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, el Papa Clemente XI:

“Dirígeme con tu sabiduría,
átame con tu justicia,
consuélame con tu clemencia,
protégeme con tu poder.
Te ofrezco, Señor, mis pensamientos,
para que se dirijan a ti;
mis palabras, para que hablen de ti;
mis obras, para que sean tuyas,
mis contrariedades, para que las lleve por ti.
Quiero lo que quieras, quiero porque quieres,
quiero como lo quieres, quiero hasta que quieras”.

Y esto es algo que Benedicto XVI me recuerda con cada palabra, con cada gesto, con cada mirada. Es más, a pesar de que seremos miles y miles los que nos agolparemos en las calles para recibirle, llevaré en mi corazón, esas palabras que a Benedicto XVI le gusta susurrarnos al oído:"El Señor no quita nada y lo da todo".

Por ello, y por venir a visitarme a mi tierra:¡¡¡Gracias Santo Padre!!!