ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 8 de noviembre de 2010

El Papa en España

España: La visita del Papa, líder de audiencia en las televisiones públicas

Portavoces vaticanos: El Papa ha impulsado en España su prioridad

Benedicto XVI en Barcelona: entre la acogida popular y el ruido mediático

Jaume Aymar: “Ahora hay que profundizar en el mensaje de la visita”

Santa Sede

Los cardenales se reunirán a rezar y debatir antes del Consistorio

Importante encuentro en Irán de representantes vaticanos e islámicos

Mundo

Irak: Nuevos atentados contra dos cristianos en Bagdad

Termina el encuentro anual de los obispos orientales católicos de Europa

Cáritas pone en marcha un plan de emergencia tras el huracán “Tomás”

Entrevistas

Justicia social y evangelización (I)

Foro

Los anglicanos, preparados para “atravesar el Tíber”

Testimonio

Familias que beben de la espiritualidad ignaciana

Informe Especial

Cinco obispos anglicanos renuncian para pasar a la Iglesia católica


El Papa en España


España: La visita del Papa, líder de audiencia en las televisiones públicas
Extraordinarios recursos técnicos y humanos y largas transmisiones en directo
MADRID, lunes 8 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Sólo en la televisión pública española, casi 12,4 millones de espectadores vieron en algún momento la visita de Benedicto XVI a Santiago de Compostela y Barcelona, según Radio Televisión Española.

En la cadena pública gallega, la audiencia acumulada ascendió a 1.208.000 personas y en la catalana, a 1.608.000.

Durante el fin de semana, TVE emitió un total de 32 horas de información exclusiva sobre la visita del Papa a las dos ciudades españolas en los especiales informativos de La 1, La 2 y Canal 24 Horas.

En La 2, la misa del domingo desde la Sagrada Familia de Barcelona fue líder de su franja con 931.000 espectadores y un 13,7%. La del sábado, desde Santiago, fue vista por 593.000 espectadores, un 4,7% de cuota.

El primer de los especiales de TVE, con la llegada del Papa a España, de 11,26 a 12,59 del sábado, lideró su franja horaria con 446.000 espectadores y un 9,4% de cuota de pantalla. El segundo de los especiales que La 1 emitió el sábado, de 13,48 a 13,59, tuvo 532.000 espectadores (6,9%).

El domingo, el especial que La 1 emitió de 13,16 a 13,27 horas contó con 871.000 espectadores y un 10,8% de cuota. La 1 emitió dos especiales más este día: de 8,30 a 9,40, con 237.000 espectadores (8,2%); y la despedida del Pontífice, de 18,21 a 19,15, con 1.196.000 espectadores (7,6%).

El promedio de audiencia de la retransmisión de la visita del Papa a España en el Canal 24 Horas fue de 132.000 espectadores y un 1,5%.

Las cadenas autonómicas lograron éxitos históricos de audiencia. Televisión de Galicia informó que 1.208.000 personas, el 45% de la población de esa comunidad autónoma, siguieron en algún momento la transmisión de la visita a través de su canal.

Televisió de Catalunya registró, sólo en su cadena, una audiencia acumulada (conjunto de personas que en algún momento siguieron la transmisión) de 1.608.000 personas. La programación especial incluyó un programa de seis horas en directo.

Despliegue extraordinario

Fueron precisamente Televisión de Galicia y Televisió de Catalunya las encargadas de producir, en Santiago y Barcelona respectivamente, la señal institucional, es decir, las imágenes oficiales, que suministraron a más de mil cadenas de televisión de todo el mundo.

Para ello destinaron recursos humanos y técnicos muy extraordinarios. Televisión de Galicia desplegó el sábado 60 cámaras para cubrir todo el recorrido del Papa desde el aeropuerto de Lavacolla hasta el centro de la ciudad, así como las celebraciones en el interior de la catedral, la misa en la plaza del Obradoiro y su regreso al aeropuerto.

También destinó 19 unidades móviles a la producción audiovisual del acontecimiento y otras 12 al envío de las imágenes. 500 profesionales, entre técnicos y periodistas de la cadena y externos trabajaron en esta cobertura.

Por su parte, TV3 informó que organizó uno de los despliegues más importantes que ha hecho nunca, un operativo en el que trabajaron equipos de distintas áreas de la cadena.

Para cubrir la visita, utilizó sesenta cámaras dotadas con los últimos avances tecnológicos, que colocó por las calles por las que pasó el Pontífice, por el interior de la Sagrada Familia, en un helicóptero y en el papamóvil.

La audiencia que siguió la misa de la Sagrada Familia pudo disfrutar de imágenes tomadas por varios equipos experimentales de 3D y 32 cámaras, entre ellas una “cámara araña” que recorría por un cable la parte superior de la nave central del templo y numerosas microcámaras que captaban los detalles de la celebración.

En todo el mundo, unos 150 millones de personas pueden haber seguido este viaje a través de televisiones de distintos países, según estimaciones de la Conferencia Episcopal Española.

A ellos se añaden los internautas que hayan optado por internet para seguir la transmisión en directo de la visita papal a través de alguno de los diversos portales y webs de medios de comunicación que ofrecían esta posibilidad.



 

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Portavoces vaticanos: El Papa ha impulsado en España su prioridad
Anunciar el primado de Dios
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 8 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Los dos días que Benedicto XVI ha pasado en España han servido para dar un impulso decisivo al objetivo central de su pontificado: presentar el amor de Dios como la prioridad de la existencia, constatan el director del diario vaticano y el de la Oficina de Información de la Santa Sede.

Giovanni Maria Vian, director de "L'Osservatore Romano", al hacer un balance de la peregrinación apostólica a Santiago de Compostela y Barcelona, entre el 6 y el 7 de noviembre, reconoce que "el sucesor de Pedro ha mostrado aún más claramente el sentido de su camino y el de la Iglesia: presentar al mundo a Dios, que es amigo de los hombres, y les ha invitado a su casa".

"Una casa cuya belleza puede únicamente intuirse en el Pórtico de la Gloria, que acoge a los peregrinos que llegan a Compostela y, en Barcelona, en ese busque de Dios que Gaudí, artista visionario y auténtico cristiano, quiso que se elevara en el centro de la ciudad de los hombres. De este modo, pueden contemplar su presencia entre ellos, su inefable maravilla y sabrán acogerle", explica el responsable del diario vaticano.

Por su parte, el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede y de Radio Vaticano, al hacer un balance de la visita confirma que anunciar el primado de Dios "es la prioridad de este pontificado".

"Dios ha estado verdaderamete en el centro de los discursos, tanto de la primera como de la segunda etapa, pues el encuentro con Dios es la meta de la peregrinación. El Papa piensa mucho en el riesgo del olvido de Dios y de la indiferencia ante la trascendencia en nuestra cultura y en nuestro tiempo y, por tanto, se siente comprometido en recordar a los hombres la relación fundamental con Dios", añade el padre Lombardi.

"Desde Santiago, el Papa ha dirigido también palabras muy fuertes ligadas al tema de Dios y de las raíces cristianas para Europa", sigue explicando. "Ha advertido a Europa, con una apasionada admonición de lo que llegaría a ser si olvidara la importancia de la presencia de Dios en nuestra vida, si se olvidara el significado de las cruces que se encuentran en los cruces de nuestras calles y dejaran así de hacer referencia al valor del amor y de la entrega de Dios a nosotros y de nosotros a los demás en nuestra vida".

"En la etapa de Barcelona, me parce que el tema de la unión entre verdad y belleza, entre fe y arte, entre fe, arte y liturgia de la Iglesia, ha sido expresado de una manera verdaderamente única por el lugar en el que tuvo lugar la celebración. No creo que durante el pontificado haya tenido lugar otra liturgia de consagración en un ambiente semejante y tan expresivo de la riqueza de los significados de esta liturgia".

Y la gente ha comprendido

El padre Lombardi considera que los católicos españoles que han seguido de cerca este viaje del Papa, en particular los participantes en las dos celebraciones eucarísticas, han comprendido bien el mensaje del Papa.

"La gente, si escucha, comprende. Creo que nos encontramos ante un mensaje que pasa a través de un acontecimiento con toda su complejidad y riqueza. En cierto sentido, en esto consiste la belleza misteriosa de la liturgia de la Iglesia, pues expresa a través de hechos, palabras, cantos, y en este caso también a través de las formas artísticas de la escultura y de la arquitectura, la riqueza de un mensaje", afirma en referencia a la Sagrada Familia de Antoni Gaudí.

El portavoz concluye considerando que la consagración de la basílica de Gaudí tendrá "un significado importante" para la historia: será para la Iglesia "un mensaje de compromiso para prestar cada vez más atención a la dignidad del lenguaje con el que se expresa la realidad sagrada, la relación con Dios y la vida de la comunidad cristiana".

Por Jesús Colina

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Benedicto XVI en Barcelona: entre la acogida popular y el ruido mediático
Análisis de la visita papal a España
BARCELONA, lunes 8 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Uno de los pioneros del catolicismo en Cataluña fue el obispo mártir de Tarragona, San Fructuoso (+259). El pueblo fiel lo sigue recordando en sus canciones como la "blanca gaviota sobre el mar tempestuoso". También Benedicto XVI ha sido esta blanca gaviota que acaba de pasar para confirmar en la fe a un pueblo que nada en un mar social tempestuoso y lleno de incertidumbres.

Dos días antes de la llegada de Benedicto XVI en Barcelona, el vaticanista Sandro Magister ya avisaba en las páginas de La Vanguardia que este Papa " respecto a la opinión pública alta, la que domina los medios de comunicación, está sujeto a fuertes críticas", las cuales, añadía, "no las comparte el gran público": es un Papa "mucho mejor entendido, en su sustancia, por el público sencillo".

Y eso justamente ha sucedido en Barcelona: han convivido fuertes críticas y una corriente de simpatía del pueblo que se acercó a verlo directamente.

Fuertes críticas

Unas pocas palabras en el vuelo Roma-Santiago bastaron para provocar que varios medios decidieran interpretar todo lo que seguiría sólo en clave de confrontación política. El Paísafirmaba que "el Papa carga contra el laicismo de España"; El Periódico: "El Papa liga la España laica actual con el anticlericalismo de la República" y otro, más atrevido, titulaba convencido que "el Papa viene en son de guerra ". Un comentario verdaderamente marginal del discurso se convertía, así, en la gran herejía que la corrección política dominante se apresuraría a magnificar y condenar. Un enfoque beligerante que, con su fuerza para definir la situación, no permitiría comprender el fondo del resto de intervenciones del viaje. Recuerdan Ratisbona o el viaje a África? Algunos otros medios, no obstante, supieron sortear la trampa.

Lo que el Papa quería decir -lo que puede leerse-- es precisamente lo contrario al enfrentamiento: "(...) en España nacieron una laicidad, un anticlericalismo, un secularismo fuerte y agresivo, como pudimos ver precisamente en los años treinta. Esta disputa, más aún, este enfrentamiento entre fe y modernidad, ambos muy vivaces, ha vuelto a reproducirse de nuevo en la España actual. Por eso, el futuro de la fe y del encuentro -no del enfrentamiento, sino del encuentro- entre fe y laicidad, tienen un foco central también en la cultura española".


 

Benedicto XVI venía a hablar del entendimiento entre secularismo y fe. O lo que es lo mismo: del encuentro entre continuidad y novedad, entre verdad y libertad y entre verdad y belleza, entre fe y vida y entre religión y sociedad. El gran objetivo del Papa es la nueva evangelización: el reencuentro del hombre con Dios. Y, desde este punto de vista, el viaje fue un éxito: el entusiasmo del pueblo fiel que -desafiando la burla socialmente aceptada respecto a la tradición cultural católica- llenó calles y plazas era innegable para cualquier observador.


 

Tradición y creatividad; Verdad y belleza

Cuando reflexiona sobre la Sagrada Familia, el Papa ve "una síntesis entre continuidad y novedad, tradición y creatividad". En su opinión, "Gaudí tuvo la valentía de insertarse en la gran tradición de las catedrales" pero "con una creatividad nueva, que renueva la tradición, y demuestra así la unidad y el progreso de la historia" (palabras durante el vuelo). Por ello, en la homilía de la Misa de Dedicación de la Basílica reconocía al genial arquitecto el mérito de lograr "una de las tareas más importantes hoy" como es "superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza".

Antes de aterrizar, Benedicto XVI señalaba que "la relación entre verdad y belleza es inseparable". Y fue la belleza de la nueva Basílica (magníficamente transmitida por una realización televisiva de primer nivel) el marco incomparable para lanzar un mensaje de gran carga cultural: "la dedicación de este templo de la Sagrada Familia, en una época en la que el hombre pretende edificar su vida de espaldas a Dios, como si ya no tuviera nada que decirle, resulta un hecho de gran significado. Gaudí, con su obra, nos muestra que Dios es la verdadera medida del hombre. Que el secreto de la auténtica originalidad está, como decía él, en volver al origen que es Dios. Él mismo, abriendo así su espíritu a Dios ha sido capaz de crear en esta ciudad un espacio de belleza, de fe y de esperanza, que lleva al hombre al encuentro con quien es la Verdad y la Belleza misma". La verdad -que en Santiago ponía como inseparable de la libertad- queda aquí unida también con la belleza.

Y como no todo el mundo será capaz de crear estos espacios de belleza que creaba Gaudí, Benedicto XVI quiso concretar este mensaje para la gente corriente que le escuchaba: "Al contemplar admirado este recinto santo de asombrosa belleza, con tanta historia de fe, pido a Dios que en esta tierra catalana se multipliquen y consoliden nuevos testimonios de santidad, que presten al mundo el gran servicio que la Iglesia puede y debe prestar a la humanidad: ser icono de la belleza divina, llama ardiente de caridad, cauce para que el mundo crea en Aquel que Dios ha enviado".

En definitiva, el Papa ha propuesto, de nuevo, la maravillosa historia de amor entre Dios y los hombres. El ruido mediático quizá dejará poco espacio a esta verdad última que se encuentra en el corazón del cristianismo: el hombre y Dios no son enemigos, sino lo contrario, amigos. Y más que amigos: "todo hombre es un verdadero santuario de Dios, que ha de ser tratado con sumo respeto y cariño, sobre todo cuando se encuentra en necesidad". Este es el marco que permite interpretar en su justa proporción -más moral que política- las referencias razonadas y didácticas a la concepción cristiana de la vida, la familia y el matrimonio, que ya han sido ampliamente recogidas por otros medios.

Benedicto XVI ha confirmado en Barcelona su determinación para renovar el viejo continente. Como ya se puso de manifiesto en el Reino Unido, lidera una alternativa positiva al indiferentismo donde la cultura europea posmoderna parece haberse instalado.

Un último apunte.

Desde ahora Benedicto XVI ya no será sólo el Papa de la Palabra, sino también de los gestos. ¿Qué otro gesto sería capaz de transmitir mejor la determinación de evangelizar la Europa secularizada, sino la dedicación al culto de un templo de dimensiones tan espectaculares como la Sagrada Familia en una de las capitales europeas más vanguardistas?

Por Marc Argemí, autor del blog http://bxvi.wordpress.com



 

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Jaume Aymar: “Ahora hay que profundizar en el mensaje de la visita”
Entrevista al director de Radio Estel y del semanario “Cataluña Cristiana”
BARCELONA, lunes 8 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- La invitación de Benedicto XVI a superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, la necesidad de que los avances de la medicina respeten la vida y la dignidad humana y la contribución de la fe a una sociedad más digna y esperanzadora son algunos de los mensajes destacados de la visita papal a Barcelona en los que ahora hay que profundizar.

Lo indica el director de Radio Estel y del semanario Cataluña Cristiana, el sacerdote Jaume Aymar, en la siguiente entrevista concedida a ZENIT para analizar esta visita.

Aymar también destaca que esta visita ha mostrado por primera vez el interior del templo de la Sagrada Familia y lleva a un mayor interés general por la fe.

- ¿Qué valoración global realiza de la visita del Papa a Barcelona?

Jaume Aymar: La valoración es muy positiva. En primer lugar porque es un hecho histórico que nos visite el Papa: la última visita fue hace 28 años, y esto es casi una generación. Es algo inusual.

Después, para mí, fue muy importante la dedicación de la Sagrada Familia porque es un templo que los que hemos nacido en Barcelona hemos visto crecer día a día. Ver el templo cubierto y verlo dedicado por el Santo Padre es el cumplimiento de un sueño.

También fue muy importante la visita a la Obra Benéfico-Social del Niño Dios porque era otro escenario, pero para mí fue algo elocuente y entrañable.

El Papa, si se me permite la expresión, como un abuelo que va a visitar a sus nietos el domingo por la tarde, se encontraba con unos niños discapacitados, muchos de ellos de familias humildes. Es una manera muy gráfica de decir: Estoy con vosotros, el Papa está con vosotros.

- En su opinión, ¿cuáles han sido los momentos más significativos de esta visita?

Jaume Aymar: Para mí, un momento muy emotivo fue la entrada del Papa en la Sagrada Familia. Los que estaban cerca de él nos han dicho que el Papa realmente estaba conmovido. Porque ese bosque de palmeras que es el interior de la Sagrada Familia realmente sobrecoge.

Después el momento en que entregó la bula pontificia en virtud de la cual el templo se declara basílica menor. Se notaba el gozo del [arzobispo de Barcelona] cardenal Martínez Sistach cuando la enseñó a los fieles y cuando la leyó.

También era hermosa la mirada de complicidad del Papa con las religiosas de la Obra Social del Niño Dios y los gestos de ternura con las personas allí ingresadas.

- ¿Cuáles cree que han sido sus principales mensajes?

Creo que fue muy interesante lo que dijo el Papa en la homilía: que “una de las tareas más importantes hoy es superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza”.

Es una visión de que no hay dos sociedades, la de Dios y la de los hombres, sino que es una misma sociedad humana, pero que tiene que estar abierta a lo trascendente.

También en el encuentro con discapacitados dijo que era imprescindible que los nuevos desarrollos tecnológicos en el campo médico no vayan nunca en detrimento del respeto a la vida y la dignidad humana.

Cuando se despidió en el aeropuerto, hizo una buena síntesis de la visita, al decir que la Sagrada Familia y la obra social son como dos símbolos en la Barcelona de hoy de la fecundidad de esa misma fe que contribuye a crear una sociedad más digna del ser humano.

Y ese apunte final, cuando dijo que belleza, santidad y amor de Dios llevan al ser humano a vivir en el mundo con esperanza.

- ¿Cree que esos mensajes han llegado a la gente, que realmente se ha entendido lo que él quería transmitir?

Jaume Aymar: Usted recuerda que el Evangelio que se usó ayer para la dedicación de la basílica es el de Zaqueo, que se encarama a un árbol para ver a Jesús.

Esto es un poco lo que vimos ayer: la gente sencilla se encarama a una silla o agita una bandera o canta una canción o dice un eslógan. Éstas son formas de religiosidad popular, podríamos decir, que son respetables.

Jesús respetó a Zaqueo e incluso fue a comer a su casa. Me parece muy comprensible que las personas se manifiesten con formas sensibles para recibir al Papa.

Pero ciertamente, los pastores tienen que hacer un trabajo con las comunidades para profundizar en la enseñanza del Papa.

- ¿Se refiere a que de ahora hay una tarea por delante respecto a esta visita?

Jaume Aymar: Sí, ahora queda el trabajo por hacer. Hay que profundizar después de la visita, igual que ha habido una preparación a ella.

- ¿En concreto qué impacto cree que está teniendo y va a tener esta visita en Barcelona y en el mundo?

Jaume Aymar: Creo que para muchos ha sido la ocasión de descubrir el templo de la Sagrada Familia, empezando por los propios barceloneses, que no la habían visto acabada.

Estaba con andamios, y ayer fue el primer día que se pudo ver, ya fuera estando presente en su interior o gracias a las cámaras de televisión y a la magnífica transmisión que hizo TV3.

La Sagrada Familia ya es uno de los monumentos más visitados, pero a partir de esta visita, lo será mucho más.

La visita de un papa lleva también a un interés por la fe. Esta mañana mismo, estaba en una radio pública y me decía el locutor, que se defínía como no creyente: “Estos días he aprendido mucho”.

Para la gente no creyente, o creyente no practicante, la visita de un papa puede ser una ocasión para interesarse otra vez por el fenómeno religioso y cristiano.

- ¿Qué opina de la cobertura informativa que ha recibido la visita?

Jaume Aymar: Creo que ha sido realmente extraordinaria y que Barcelona ha estado a la altura de las circunstancias.

En el centro de prensa que se habilitó en el Museo Marítimo de las Atarazanas había periodistas de todo el mundo.

Por parte de nuestros medios, estamos contentos de cómo se ha llevado a cabo la organización, con las lógicas dificultades y fallos que se puedan tener, pero la valoración es muy positiva.

Se hablaba de 150 millones de espectadores: es una cobertura y una difusión extraordinaria.

Como director de Cataluña Cristiana, quiero agradecer al diario La Vanguardia que en su suplemento del sábado encartara Cataluña Cristiana, con una tirada de 150.000 ejemplares, que es una tirada histórica para nuestro semanario.

-¿Y respecto a la cobertura de otros medios más externos?

Jaume Aymar: Se ha hecho un esfuerzo incluso de normalización del lenguaje religioso. La nuestra es una sociedad que en la que muchos tienen una ignorancia importante del hecho religioso.

En este sentido, por ejemplo, la corporación catalana de medios de comunicación ha elaborado un portal lingüístico, esadir.cat, que incluye un glosario muy interesante de términos religiosos de utilidad para los periodistas y comunicadores.

Creo que esto es muy importante. Ha sido un buen servicio, un documento elaborado expresamente para esta visita, que explica qué es una mitra, un báculo, los tratamientos,...

Se han reflejado también las actitudes contrarias a la visita del Papa, pero los medios lo han hecho porque las hay, estamos en una sociedad plural.

Sin embargo, lo más grave, lo más preocupante no es eso, sino la indiferencia. Ya lo decía la beata Teresa de Calcuta: el peor mal es la indiferencia.

Si alguien se opone la visita, con sus razones, es atendible. Los que preocupan son los indiferentes o ajenos a una visita así.

- Y no ha sido el caso.

Jaume Aymar: No, los medios no han sido indiferentes. Han hecho realmente un despliegue informativo y de seguimiento muy notables.

- ¿Por qué cree que las palabras del Papa sobre el secularismo actual en España, que comparó al de los años 30, han suscitado tantos comentarios?

Jaume Aymar: La conversación del Papa con los periodistas en el avión es una conversación informal, es un momento de cercanía, pero creo que sus palabras son acertadas: es cierto que entre nosotros hay un anticlericalismo y un laicismo beligerante, eso está ahí.

Lo que pasa es que siempre que hay una comparación con otros periodos de la historia, hay que contextualizar mucho más, quizás no se puede hacer en una simple conversación en el avión, sino que merecería sentarse y explicarlo con más detenimiento porque si no, puede extrapolarse y desvirtuarse lo que el Papa creo que quería decir.

- ¿Qué cree usted que quería decir?

Jaume Aymar: El Papa es una persona de diálogo, esto es innegable. Estos días se ha publicado, por ejemplo, en La Vanguardia del domingo pasado, el diálogo que él, en 2004, cuando era el cardenal Ratzinger, sostuvo con Jürgen Habermas. Ahí el Papa habla con más profundidad de todo el tema del diálogo con la modernidad, por ejemplo. Creo que también hay que leer estas cosas.

Como decía el padre Lombardi ayer en Barcelona, no había una voluntad polémica del Papa, no buscaba la confrontación, porque él busca el diálogo.

Pero cada uno habla también desde su experiencia y este Papa ha vivido el siglo XX y sabe lo que es el régimen de locura que fue el nazismo; ha vivido en su vida momentos difíciles también.

Cuando se hizo sacerdote, decía en una carta reciente a los seminaristas, un oficial le preguntó qué quería ser en el futuro y él dijo: “sacerdote católico”, y el oficial le dijo que buscara otra cosa porque no habría curas. Esas cosas no se pueden olvidar, en la biografía de la persona.

- ¿Qué le parece el recibimiento que se le ha dado al Papa en Barcelona?

Jaume Aymar: Muy bueno. Los catalanes somos sobrios, ésa es la verdad. Y creo que esta sobriedad ya se vivió en la visita de Juan Pablo II hace 28 años.

Pero también entre nosotros hay grupos, hay movimientos que son más expresivos. Y creo que se han visto estas actitudes: la de sobriedad de personas que se alegran y muestran cariño y los que son más ruidosos, más espontáneos, que también conviven muchos entre nosotros y otros vienen de otras partes de España.

- Pero el recibimiento de Barcelona a Juan Pablo II en 1982 fue muy diferente al de 2010.

Jaume Aymar: La sociedad, desde el año 82 a hoy, ha cambiado mucho, la de todo el mundo y también la barcelonesa: en estos años ha caído el Muro, han caído las Torres Gemelas y hemos pasado de una sociedad monocultural a una sociedad multicultural. La pluralidad es muy creciente.

Hemos pasado de ser seis millones de catalanes a siete y medio, muchos de los cuales son nacidos fuera. Todo esto no se puede ignorar. Ha cambiado el perfil de Barcelona.

Por Patricia Navas

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Santa Sede


Los cardenales se reunirán a rezar y debatir antes del Consistorio
Hablarán sobre la libertad religiosa en el mundo
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 8 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio cardenalicio, ha anunciado hoy que los purpurados de todo el mundo se reunirán en Roma el próximo viernes 19 de noviembre, para rezar antes del próximo Consistorio.

La carta, que está fechada el 30 de octubre, establece la celebración de una jornada de “reflexión y oración” para los cardenales y los cardenales electos, que tendrá lugar en el Aula nueva del Sínodo de los obispos, en el Vaticano.

Esta jornada se dedicará a dos temas de discusión. El primero de ellos será la situación de la libertad religiosa en el mundo, sobre el que hará una ponencia el actual secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone.

El segundo tema de reflexión será la liturgia, sobre el que hablará el prefecto de la Congregación para el Culto Divino, el cardenal español Antonio Cañizares.

Después de la discusión, habrá tres comunicaciones: la primera, “Diez años después de la Dominus Iesus", por monseñor Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Las otras dos, que expondrá el cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, serán sobre “Respuesta de la Iglesia a los casos de abusos sexuales”, y sobre la Constitución Anglicanorum coetibus.

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Importante encuentro en Irán de representantes vaticanos e islámicos
 
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 8 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El cardenal Jean Luis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso se encuentra actualmente en Teherán (Irán), donde participará desde mañana en un encuentro importante con representantes musulmanes.

En la capital iraní tendrá lugar el séptimo coloquio del dicasterio con el Centro para el Dialogo Interreligioso del Islamic Culture and Relations Organisation, con el tema “Religión y sociedad: perspectivas cristianas y musulmanas”, que terminará el próximo 11 de octubre.

Junto al cardenal Tauran, participarán el secretario del dicasterio, monseñor Pier Luigi Celata, y el jefe de la oficina para el Islam, monseñor Khaled Akasheh.

La Iglesia local estará representada por el presidente de la Conferencia Episcopal de Irñan, monseñor Ramzi Garmou, arzobispo de Teherán de los Caldeos, y por Francesco Pirisi, vicario general de la archidiócesis de Ispahan de los Latinos.

Tras la sesión inaugural, el coloquio será a puerta cerrada. Habrá un comunicado al final de las sesiones. También habrá una conferencia, en una universidad de Teherán, que presentará a profesores y alumnos el tema del encuentro desde el punto de vista cristiano.

Los huéspedes vaticanos serán invitados también a visitar Qom, ciudad santa para los chiíes, que es también importante centro de investigación y enseñanza religiosa.

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Mundo


Irak: Nuevos atentados contra dos cristianos en Bagdad
Imanes musulmanes de Kirkuk condenan la violencia contra la Iglesia
BAGDAD, lunes 8 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Este domingo se celebró la primera misa en la catedral sirocatólica de Bagdad, una semana después de la masacre que se cobró la vida de, hasta la fecha, cincuenta personas. Ese mismo día, dos cristianos más fueron muertos a tiros.

Este domingo, en la capital iraquí, era asesinado Louay Daniel Yacoub, de 49 años –ante la puerta su piso, por desconocidos--, así como otro cristiano del que se desconoce todavía la identidad, pudo saber este lunes de fuentes locales AsiaNews.

Este viernes, durante la oración, en todas las mezquitas de Kirkuk, al norte del país, se condenó el “bárbaro atentado” contra la catedral católica de Bagdad.

Los líderes religiosos y el arzobispo de Kirkuk, monseñor Louis Sako, condenaron la masacre del 31 de octubre que arrebató la vida a más de 50 personas. Las autoridades religiosas musulmanas pidieron que se respete el “mosaico” de etnias y religiones iraquí.

Los mismos imanes pidieron a los musulmanes que protejan a los cristianos a los que calificaron de “modelo de lealtad”.

Los cristianos de Bagdad afirmaron este domingo la fuerza de su fe, a poco del asesinato de más cuarenta fieles y tres sacerdotes, llegando hasta la fecha a la cincuentena de víctimas mortales, sin contar los heridos. Las amenazas de la organización terrorista Al-Qaeda no surtieron efecto en las “piedras vivas” de la fe cristiana en este país martirizado por el terrorismo.

Centenares de candelas –informaba la agencia France Presse (AFP)- formaban una cruz gigante y en medio de ella se podían leer los nombres de las víctimas de la masacre del domingo precedente (sobre el atentado del domingo anterior, (ver: http://www.zenit.org/article-37162?l=spanish).

“Hoy, rezaremos por quienes nos han agredido, han agredido a nuestra iglesia y asesinado a los padres Thaher y Wassim”, dijo en su homilía el padre Moukhlas Habbache.

Tras atribuirse el atentado, el grupo autodenominado Estado Islámico en Irak, organización paraguas de insurgentes que actúan bajo las directrices de Al-Qaeda, decretó que los cristianos eran ya “objetivos legítimos”.

Traumatizados por el terrible atentado, numerosos fieles, en un primer momento, manifestaron su voluntad de huir de Irak, como hicieron antes 300.000 de los 450.000 cristianos que vivían en Bagdad en 2003, antes de la invasión liderada por Estados Unidos.

El arzobispo ortodoxo iraquí Athanasios Dawood, desde Londres, Reino Unido, hizo este domingo un llamamiento a los cristianos a abandonar Irak, tras el atentado del 31 de octubre en la iglesia sirocatólica de Bagdad, respondiendo a preguntas de la BBC.

En el sitio Baghdadhope, monseñor Shlemon Warduni, vicario patriarcal caldeo de Bagdad dió también detalles sobre la eucaristía de este domingo. Treinta y siete fieles de la parroquia atacada, incluído el corepíscopo Rufail Quataimi, partirían hacia París para ser hospitalizados en Francia. Según la misma fuente, los heridos irían acompañados por unas veinte personas.

Tras agradecer el gesto de Francia, el vicario Warduni dijo que “todos los gobiernos deberían ayudar a Irak a reencontrar la paz y la seguridad, que se traducen en trabajo y prosperidad”. Dijo también no compartir los llamamientos de prelados orientales, en la diáspora, que invitan a los fieles iraquíes a dejar su país, debido a la violencia.

Pidamos, más bien –concluyó--, que nos ayuden a encontrar la paz y la seguridad, y si los gobiernos quieren ayudar, que lo hagan, por ejemplo, favoreciendo la integración de los iraquíes cristianos que ya viven dentro de su fronteras”.

Por Nieves San Martín

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Termina el encuentro anual de los obispos orientales católicos de Europa
Celebrado del 5 al 7 de noviembre en Bulgaria
SOFÍA, lunes 8 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Acaba de concluir el encuentro anual de los obispos orientales católicos de Europa, que tuvo lugar en Sofía (Bulgaria) del 5 al 7 de noviembre sobre el tema “Los criterios de eclesialidad de las Iglesias orientales católicas y realidades de hoy”.

El encuentro, según recuerdan los organizadores en un comunicado, ha tenido lugar con ocasión del 150 aniversario de la unión de la Iglesia católica oriental de Bulgaria con Roma.

En este acto, patrocinado por segunda vez por el Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), han participado los cardenales Péter Erdő, arzobispo de Esterzgom-Budapest y presidente del CCEE, y Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias orientales, junto a 35 obispos en representación de las diversas Iglesias orientales católicas en diversas partes de Europa.

Estaban presentes también algunos representantes de los dicasterios vaticanos, pertenecientes a la Congregación para las Iglesias Orientales y al Consejo Pontificio para los Migrantes e Itinerantes.

El encuentro de los prelados, que ha incluido también visitas a Sofía y a Plovdiv, dos ciudades emblemáticas en la historia cristiana de Bulgaria, fue jalonado por varias celebraciones litúrgicas y por una serie de conferencias.

El éxito del evento, subrayan los organizadores, “ha demostrado que el criterio de la eclesialidad de las Iglesias católicas orientales se encuentra precisamente en su plena comunión con la Sede Apostólica de Pedro”.

El pasado 4 de noviembre, en la sede del exarcado de Sofía, tuvo lugar la conmemoración de los 150 años de esta unión a través de dos presentaciones de la historia de la Iglesia católica de rito bizantino eslavo.

Tomaron parte en esta celebración monseñor Christo Proykov, el cardenal Erdő, el nuncio apostólico en Bulgaria, monseñor Januariusz Bolonek, representantes del Gobierno búlgaro y el presidente de la República, Georgi Părvanov.

El 5 de noviembre tuvo inicio el verdadero encuentro, con un breve oficio de difuntos en la tradición bizantina eslava, en recuerdo de monseñor Eleuterio Fortino, fallecido el 22 de septiembre pasado, y cuya presencia había estado prevista en la inauguración.

Su lugar lo ocupó el archimandrita padre Manuel Nin, rectore del Colegio Pontificio Griego de Roma. Siguió una intervención de monseñor Antonio Maria Vegliò, presidente del Consejo Pontificio para Migrantes e Itinerantes, sobre el tema “Estructuras pastorales para los emigrantes católicos de las Iglesias orientales”.

Necesidades pastorales

En su informe, monseñor Vegliò puso de relieve “la realidad de la acogida pastoral de los emigrantes orientales católicos y los problemas de encontrar o crear estructuras pastorales que les permitan segur adelante con su vida cristiana en diáspora”.

El mismo día 5 se celebró una divina liturgia presidida por el exarca Proykov en Plovdiv, conmemorando a los mártires greco-católicos de la persecución comunista.

El exarca recordó emocionado el jubileo anterior, el centenario celebrado en 1960, cuando la Iglesia greco-católica había sido casi aniquilada. En esa misa él mismo sirvió de monaguillo, junto al obispo y al único sacerdote que habían quedado con vida y fuera de la cárcel en aquellos momentos.

El sábado 6 de noviembre tuvieron lugar las conferencias de monseñor Cyril Vasil, secretario de la Congregación para las Iglesias orientales, y de monseñor Demetrio Salachas, exarca apostólico de Grecia, sobre la importancia de las Iglesias orientales en el diálogo ecuménico con los ortodoxos.

En la iglesia dedicada al Beato Juan XXIII, edificada sobre el terreno que este mismo adquirió cuando era representante pontificio en Bulgaria, el exarca de Sofía presentó la historia del exarcado recordando sus principales momentos desde la fundación hasta el martirio, y hasta el renacimiento actual.

Por su parte, el nuncio leyó la carta que el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, envió al encuentro en nombre del Papa Benedicto XVI.

El próximo encuentro de los obispos orientales tendrá lugar en Oradea (Rumanía) con el tema “Seréis mis testigos: la evangelización en las Iglesias orientales católicas de Europa”.

 

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Cáritas pone en marcha un plan de emergencia tras el huracán “Tomás”
Especialmente en Haití, uno de los lugares más afectados
PUERTO PRÍNCIPE, lunes 8 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Después del paso del huracán “Tomás” por la castigada isla de Haití, la Cáritas local está evaluando los daños con el fin de poner en marcha el plan de emergencia preparado ya antes de esta nueva catástrofe.

Así informa hoy Caritas Española, una de las organizaciones de la Red Cáritas que más está colaborando en la reconstrucción de Haití después del terremoto del pasado mes de enero.

Ante la inminencia de la llegada del huracán “Tomás”, la red Cáritas había activado el pasado viernes un plan de emergencia para asistir a cerca de 20.000 damnificados.

El huracán “Tomás” ha dejado, según las primeras estimaciones oficiales, unos 20 muertos, 36 heridos y 7 desaparecidos. Ms de 36.000 personas tuvieron que ser evacuadas.

Este dispositivo ha supuesto en las últimas horas la distribución de suministros básicos adicionales de emergencia, como vehículos de reparto, alimentos, material de refugio, ropa de abrigo, productos higiénicos y pastillas potabilizadoras de agua.

Tras su paso por Haití y por Costa Rica, donde han muerto unas 20 personas por un corrimiento de tierras causado por la intensa lluvia, el huracán se dirge a Cuba y la República Dominicana.

Cólera

Este nuevo desastre natural “supone una dificultad añadida para las precarias condiciones higiénicas y sanitarias de Haití, que complica aún más el plan de contención de la epidemia de cólera que viene ejecutando Cáritas en Haití desde hace varias semanas”, informa la organización.

De hecho, Cáritas puso en marcha hace unas semanas un plan de respuesta a esta epidemia de cólera. Según la agencia vaticana Fides, el cólera se ha cobrado ya la vida de 442 haitianos y ha contagiado a 6.700.


 

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Entrevistas


Justicia social y evangelización (I)
Entrevista con el cardenal Peter Turkson
ST. PAUL, lunes 8 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El reto de servir como la voz de Benedicto XVI en cuestiones de “justicia y paz” debe ser abrumador. Requiere la aplicación de principios probados por el tiempo a una vasta cantidad de temas en muchas situaciones geográficas, políticas y culturales diferentes.

A menudo, las soluciones a problemas difíciles que podrían tener sentido en un contexto serían rechazadas en otros, en diferentes partes del mundo, como imprudentes o mal concebidas.

Pero de acuerdo con el nuevo jefe del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, debemos esforzarnos por entender los términos difíciles e ideas desde el punto de vista del hablante. En otras palabras, debemos preguntarnos lo que el hablante intenta comunicar a su audiencia particular.

Adoptando este punto de partida también puede promover una profunda experiencia de aprendizaje dentro de nosotros, dice el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, un puesto para el que fue nombrado por Benedicto XVI en octubre de 2009.

El cardenal Turkson, de 62 años, nació en Nsuta Wassaw (Ghana), y es el arzobispo emérito de Cape Coast. Asistió al Seminario St. Anthony-on-Hudson de Nueva York y después estudió en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma, donde completó un doctorado en Sagrada Escritura.

Ordenado en 1975, fue nombrado arzobispo de Cape Coast en 1992, y cardenal, por Juan Pablo II, en 2003.

En un reciente viaje a Minnesota, el cardenal Turkson se sentó con ZENIT para tratar, entre otros asuntos, sobre las dificultades en la comprensión y aplicación de la doctrina social de la Iglesia, la importancia de la solidaridad, y el trabajo vital de la Santa Sede en Naciones Unidas.

La segunda parte de esta entrevista se publicará mañana martes 9 de noviembre.

- Como cabeza del Consejo Pontificio para la Justicia y la paz, usted tiene que estar al corriente en un montón de cuestiones diferentes, desde la economía hasta el medio ambiente. ¿Cuáles son sus principales fuentes de inspiración para afrontar esta tarea?

Cardenal Turkson: Basicamente, hay tres influencias. La primera es el propio Papa Benedicto XVI. Él, naturalmente, es la razón de que yo esté en Roma.

Le he preguntado cuáles son su visión y sus objetivos para la oficina, porque la naturaleza de mi trabajo es apoyar la visión del Papa.

La segunda es mi trabajo como pastor. Antes de venir a Roma, yo era un pastor. Mis experiencias pastorales han sido una referencia. Es una fuente particulramente rica para mi trabajo.

Me encuentro llegando a esta oficina com muchos sentimientos de pastor. Tengo que ser creativo, innovador, y mostrar iniciativa en cualquier situación que me encuentre.

La tercera fuente de inspiración es mi propia formación en las Escrituras. Al final, todo lo relacionado con nuestra fe en acción se deriva en última instancia de la Escritura. Me parece que una preparación muy útil.

Yo no era un estudiante particularmente brillante en doctrina social de la Iglesia – no hice ningún estudio académico sobre ella, sólo lo que necesitaba para mi trabajo de pastor. Por ello, un gran apoyo para mi trabajo es la base bíblica de todo lo que sucede.

- ¿Cuál es la visión de Benedicto XVI sobre su oficina?

Cardenal Turkson: Mi nombramiento tuvo lugar después del sínodo sobre África.

En el sínodo, el Santo Padre dijo que en nuetsro trabajo, debíamos distinguir entre acción pastoral y acción política, Todo lo que hacemos tiene que estar en línea con la acción pastoral.

Por ejemplo, en la situación de África, todos los asuntos importantes que se refieren al desarrollo humano, de alguna afectan a los gobiernos, pero necesitamos pensar en la situación pastoral.

La aproximación a las soluciones políticas tiene que estar en consonancia con nuestra comprensión de la Iglesia como familia de Dios.

Quien conozca algo de la vida de un obispo o sacerdote en un país de misión sabe que no se trata solo de ser un pastor o un administrador; al contrario, hace de todo – arquitecto, asesor económico, proyectista...

Esto significa que nosotros como pastores tenemos que desarrollar un agudo sentido de innovación, creatividad e iniciativa. Nuestro trabajo en el Consejo debe ser igual.

El Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz es un departamentos entre muchos en el Vaticano y por ello debe estar en línea con el Papa. Tienes que hablar como lo haría el Papa cuando representas al Papa.

- En Estados Unidos, existe mucha confusión con el término “justicia social”, algunos actúan como si se tratara de una virtud o de un humanitarismo en general, y otros que creen que el término debería ser abandonado por completo, ya que ha sido distorsionado y secuestrado por activistas políticos de izquierda. ¿Puede aclarar algo de la confusión y definir exactamente lo que exactamente significa la justicia social?

Cardenal Turkson: En el fondo, la justicia social es una función de la propia fe y de ladoctrina de la Iglesia.

Un grupo de investigadores de Estados Unidos vino recientemente a Roma a visitarnos y hablar de la reciente encíclica.

Se hizo evidente en seguida en la discusión que ciertos términos, como la solidaridad, no son apreciados por los estadounidenses, y son difícil de traducir.

Pero hay una cierta experiencia de aprendizaje que es útil.

Así como lo hacemos en cualquier estudio literario, siempre es bueno tener en cuenta el autor y su punto de partida.

Tenemos que entender el punto de vista del autor y lo que el autor pone sobre la mesa. Algunos términos y conceptos no pueden ser apreciados a menos que sean vistos desde ese punto de vista.

Cuando se trata de la justicia social, era una expresión que usamos en el Sínodo de África mucho.

En primer lugar debemos mirar el término justicia, y luego añadir el adjetivo de social y ver a dónde nos lleva. Creo que es útil para tener una idea de la propia expresión.

La Justicia puede ser considerada como la necesidad de respetar las exigencias de cualquier relación en la que nos encontramos.

Cuando yo respeto estas relaciones, puedo estar seguro de ser justo. Esto es cierto respecto a la relación entre Dios y yo, y es cierto acerca de marido y mujer, estudiante y profesor, propietario y trabajador.

Las demandas de cualquier relación, cuando se espera entre las partes, constituyen la justicia. Si este es el caso, si nos referimos a ellas de alguna forma como sociales, sólo significa que vemos un conjunto de relaciones y expectativas entre los miembros de la sociedad.

Por lo tanto, esto no es conservador ni liberal. Vamos a considerar las demandas de ciertas relaciones en las que estamos involucrados, es decir, en la causa de la justicia.

Tenemos que tener cuidado de no ser demasiado teóricos. Existe una relación entre el legislador y el ciudadano, entre el carpintero y obrero, entre jefes y trabajadores de negocios que deben llevarse a cabo y respetarse.

La justicia social no tiene que ver tanto con la distribución o con hacer que las personas arriba en la sociedad ayuden a los que están abajo.

El punto de partida es reconocer el sentido de la justicia en las relaciones y guiarse por él. Cuando nos dejamos guiar por él, nos ayuda a eliminar algunas de las dificultades en la comprensión del término.

Debemos mirar a la justicia social en términos de relaciones.

- En los Estados Unidos, hay mucha polarización en la forma en que católicos políticamente activos interpretan y aplican la doctrina social de la Iglesia. Por ejemplo, algunos creen que prácticamente todos los problemas sociales deben ser resueltos por los particulares, organizaciones y actores no gubernamentales, mientras que otros creen que el Estado debe poner la mano en prácticamente todos los problemas que enfrenta la sociedad. Asegurar que todos los ciudadanos tengan acceso a servicios básicos de salud es sólo un ejemplo. ¿Qué piensa respecto de esta polarización?

Cardenal Turkson: Podría haber un pequeño desfase entre la propia enseñanza del Papa y la realidad de la situación particular en los Estados Unidos.

No estoy seguro de que el debate sobre la salud sea un intento de poner en práctica el pensamiento del Papa en este sentido.

La situación probablemente pueda estar relacionada con los dos campos políticos dentro de este país. En cualquier caso, tendría su propia hermenéutica.

Si pensamos en el carácter comunitario de la enseñanza del Santo Padre, éste se basa en la antropología cristiana de la persona. La persona es creada para ser parte de una familia. La familia es el punto de partida de la comprensión del Santo Padre de la persona.

Las personas pertenecen a una familia. La fraternidad es un concepto que no se entiende bien aquí.

Siendo miembros de una familia, todos somos hermanos y hermanas en el camino. Es este el punto de partida comunitaria. Podemos perseguir iniciativas individuales, pero el punto de partida original significa que debemos ser conscientes de no dejar a un hermano o hermana atrás.

La lógica del Santo Padre del don se aplica aquí.

No dejamos atrás a un hermano o hermana, porque reconocemos lo que la persona es: un ser creado a imagen y semejanza de Dios. Nuestra solidaridad con ellos es una expresión del amor de Dios Padre por cada uno de nosotros.

La persona debe imitar el amor de Dios hacia los demás. Debemos convertirnos en amor o en don para otras personas.

El sentido es que la persona humana debe pertenecer a una familia. La solidaridad es el punto básico de partida: la hermandad de los hombres bajo la paternidad de Dios.

No estoy seguro de que la discusión política en la sociedad estadounidense tenga el mismo punto de partida.

Por lo tanto, hacer de la comprensión de la persona humana y de la necesidad de la solidaridad el punto de partida, se convierte en una misión. Debemos usar la doctrina social de la Iglesia como medio de evangelización. Tenemos que compartir esto con los no cristianos.

Cualquier legislación que se adopte debe ser una expresión de solidaridad, una expresión de la naturaleza del amor de Dios y la gratuidad con que Dios ama y se ocupa de nosotros.

Por Jason Adkins, traducción del inglés por Inma Álvarez


 

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Foro


Los anglicanos, preparados para “atravesar el Tíber”
 
Por Gianfranco Amato

ROMA, lunes 8 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- La Comunión anglicana está constituida por el conjunto de las Iglesias que se reconocen en esa forma de religión cristiana que se agrupa bajo el nombre de anglicanismo. La componen treinta y ocho provincias diseminadas por todo el mundo y dotadas de autonomía, bajo la guía espiritual de un primado, el Arzobispo de Canterbury de la Iglesia de Inglaterra, llamada también Iglesia madre. De las provincias forman parte también la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos y la Iglesia Episcopal Escocesa. La anglicana es en todo caso una Comunión que se resquebraja.

Las primeras disensiones surgieron cuando el ala liberal, movida por el espíritu politically correct y por el mito de la emancipación femenina, pidió y obtuvo la ordenación de sacerdotes y obispos mujeres. El del sacerdocio femenino ha sido uno de los principales motivos de división dentro de la Comunión y dado que varias parroquias no lo aceptaron, el Arzobispo de Canterbury decidió nombrar pastores a propósito, los Provincial Episcopal Visitors, popularmente llamados PEV o flying bishop (obispos volantes), confiándoles a los fieles tradicionalistas.

Nació incluso una asociación mundial denominada Forward in Faith (Adelante en la fe), constituida por religiosos y laicos anglicanos que se habían opuesto a la consagración sacerdotal de las mujeres, por tres razones sustanciales. La primera, que esta práctica se considera contraria a las Sagradas Escrituras, como enseña la tradición bimilenaria de la Iglesia cristiana occidental y oriental. Segundo, la ordenación femenina, decidida unilateralmente y sin previo acuerdo por parte de algunas Iglesias de la Comunión anglicana, se planteó como un grave acto cismático. Tercero, las mujeres-sacerdotes crean un ulterior e infranqueable obstáculo en el camino ecuménico de reconciliación con la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa.

A raíz de las cada vez más numerosas peticiones de conversión por parte de anglicanos, Benedicto XVI, dando una vez más prueba de inteligente sensibilidad, emanó, el 4 de noviembre de 2009 (memoria de san Carlos Borromeo), la Constitución apostólica Anglicanorum Coetibus, con la cual se permitió la institución de Ordinariados personales, para permitir a grupos de ministros y de fieles anglicanos entrar en la plena comunión con la Iglesia católica, conservando al mismo tiempo elementos del específico patrimonio espiritual y litúrgico anglicano. Cada ordinariado – jurídicamente asimilado a una diócesis – tendrá, de hecho, la facultad de “celebrar la Eucaristía y los demás sacramentos, la Liturgia de las Horas y las demás acciones litúrgicas según los libros litúrgicos propios de la tradición anglicana aprobados por la Santa Sede, de modo que mantengan vivas dentro de la Iglesia católica las tradiciones espirituales, litúrgicas y pastorales de la Comunión anglicana, como don precioso para alimentar la fe de sus miembros y riqueza que compartir”.

Al mismo tiempo, la situación de la Comunión anglicana ha ido empeorando.

Como si no fuese suficiente, al problema del sacerdocio femenino se ha añadido el de los obispos homosexuales.

Tras las polémicas surgidas en mayo de 2003 a raíz del nombramiento de Jeffry John como obispo de Reading, y a su posterior revocación después de dos meses (John no era solo un homosexual declarado, sino que durante años había sido también un activista convencido del lobby gay), el Arzobispo de Canterbury pidió una moratoria sobre la consagración de prelados homosexuales y de mujeres lesbianas. La tregua se rompió el pasado 15 de mayo, cuando la Iglesia Episcopal Americana aprobó el nombramiento de la reverenda Mary Glasspool como obispo auxiliar de Los Angeles. Glasspool, de hecho, no sólo es lesbiana declarada, sino que convive oficialmente con su compañera. Fueron inútiles los llamamientos del Arzobispo de Canterbury, mientras que arreció furiosa la indignación entre los obispos y fieles de numerosas comunidades anglicanas.

Peter Jensen, arzobispo de Sydney, condenó la decisión de nombrar obispo a una homosexual conviviente (partened lesbian), considerando que esta decisión no sólo “avala un estilo de vida contrario a las Escrituras”, sino que creaba una seria brecha dentro de la Comunión Anglicana, hasta poner en riesgo su propia existencia. La Iglesia Episcopal Escocesa, en cambio, el pasado agosto, declaraba, por boca de su Primus, el reverendo David Chillingworth, que la cuestión del nombramiento de los obispos homosexuales debe ser serenamente afrontada “sin velos o fingimientos”. Es fácil imaginar cómo todo esto ha creado desconcierto y extravío entre el pueblo de los fieles anglicanos.

Este era el cuadro de la situación cuando Benedicto XVI puso pie en el Reino Unido el pasado 17 de septiembre, con ocasión de su visita de Estado. El Santo Padre, durante todo el tour británico, no dejó de dirigir su atención al malestar vivido por las comunidades anglicanas tradicionalistas, y a su deseo de volverse a unir a la Iglesia de Roma. No es casual, de hecho, que al término de la visita, antes de partir, el Pontífice, hablando a los obispos de Inglaterra, Gales y Escocia, reunidos en Birmingham, les renovara la invitación a “ser generosos a la hora de llevar a la práctica la Constitución apostólica Anglicanorum Coetibus”.

Los frutos de la providencial visita del Papa, por otro lado, no se han hecho esperar.

El pasado 15 de octubre, hablando a la Asamblea Nacional de Forward in Faith, su presidente John Broadhurst anunció su intención de pedir antes de un año la plena comunión con el Papa, formalizando su propia conversión al catolicismo. John Broadhurst, en el mundo anglicano, no es un donnadie. Además de ser, de hecho, obispo de Fulham en la diócesis de Londres, ha sido siempre considerado la big beast, el líder carismático, del movimiento anglo-católico tradicionalista. Que se trate de una conversión sincera y convencida lo demuestra también el hecho de que el Ordinariado católico no podrá mantener el rango de obispo, pues está casado y es padre de cuatro hijos (uno de los cuales, por cierto, se llama Benedict). Será con todo un óptimo sacerdote.

Agudo hombre de espíritu, con la ironía siempre a punto, culto, inteligente y combativo, John Broadhurst ha declarado también que seguirá siendo presidente de Forward in Faith, pues la asociación no depende directamente de la Iglesia anglicana. Para Broadhurst se trata de una verdadera vuelta a casa, pues él procede de una familia católica, y fue bautizado según el rito de la Santa Iglesia Romana. Que no se trate, además, de un golpe repentino sino de un recorrido preparado y meditado, lo demuestra el encuentro reservado que mantuvo a finales de julio de 2009 con el cardenal de Viena Christoph Schönborn, expresamente querido por Benedicto XVI.

En la última Asamblea de Forward in Faith, además del anuncio de Broadhurst, se pudo escuchar también el refinado y lúcido discurso del padre James Patrick, en el siglo el Honorable Juez James Patrick. El ex magistrado, ahora sacerdote católico, explicó que la idea del Ordinariado estuvo siempre “en el centro de la misión del Papa”, y exhortó a todos aquellos que mostraron interés por esta estructura, a formar una “primera gran oleada”. Dado que el padre Patrick habló de un “recorrido cuaresmal”, alguno ha querido entrever en esa expresión una confirmación de los rumours que resuenan sobre una transmigración en masa a la Iglesia católica en Pascua. Ya se sabe de otros prelados.

No solo John Broadhurst, sino también el presidente de la Church Union, Edwin Barnes, obispo emérito de Richborough, está en proceso de cross the Tiber (atravesar el Tíber), como se suele decir en esos lugares.

Y así serían en total cuatro los obispos de la Iglesia de Inglaterra que pretenden unirse a la Comunión católica: John Broadhurst, obispo de Fulham; Andrew Burnham, obispo de Ebbsfleet; Keith Newton, obispo de Richborough; y su predecesor Edwin Barnes. Mientras corren voces oficiosas sobre otros religiosos dispuestos a convertirse en católicos, sigue siendo un hecho con todo clamoroso y significativo que tres de los cuatro obispos nombrados por el Sínodo anglicano para atender a los fieles tradicionalistas estén a punto de adherirse a la propuesta de la Anglicanorum Coetibus.

Algunos planteaban legítimas perplejidades sobre el hecho de que la Constitución Apostólica dirigida a los anglicanos pudiese determinar un fenómeno popular e inducir a comunidades individuales a pedir formar parte de los Ordinariados personales. Se pensaba más en un proceso “guiado por el clero”, más que a un movimiento desde abajo.

El caso de la parroquia de San Pedro en Folkestone, ciudad de la Inglaterra sudoriental situada en el condado de Kent y asomada al estrecho de Dover, ha desmentido a los escépticos. El Consejo parroquial de la comunidad decidió a finales de setiembre, con voto unánime, contactar e informar al arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, sobre su voluntad de adherirse al Ordinariado. Este es el texto de la declaración oficial: “En la reunión del 28 de septiembre, el Consejo parroquial de la Iglesia de San Pedro en Folkestone por unanimidad dio mandato a los Churchwardens de escribir al Arzobispo de Canterbury, nuestro obispo diocesano, pidiéndole un encuentro para manifestar la voluntad del Consejo parroquial y de muchos de los parroquianos de adherirse al Ordinariado inglés de la Iglesia católica cuando éste sea erigido. Deseamos que este paso pueda hacerse de la forma más sencilla posible, no sólo por nosotros sino también por la familia diocesana de Canterbury, a la que con pena debemos dejar”. Es necesario precisar que en la Iglesia de Inglaterra el Consejo parroquial, a diferencia de lo que sucede en la Iglesia católica, actúa como verdadero órgano ejecutivo de una parroquia, y está constituido por el párroco, por los Churchwardens (principales colaboradores del párroco), y por representantes elegidos de los laicos.

No hay duda de que el éxito de la visita de Benedicto XVI a Gran Bretaña ha contribuido decididamente a acelerar los procesos de acercamiento de religiosos y fieles a la Iglesia católica, a través de la genial intuición del Ordinariado personal. Y no hay duda de que el espíritu de la Anglicanorum Coetibus ha estado en el centro de los pensamientos del Santo Padre durante toda su visita. Fuentes autorizadas refieren, por ejemplo, que el Papa en persona había expresado al ceremoniero pontificio, monseñor Guido Marini, su personal preocupación por que la ceremonia religiosa en la Catedral de Westminster se desarrollase de modo apropiado y solemne, para demostrar a los anglicanos tradicionalista la atención y el respeto que la Iglesia católica atribuye a la liturgia. No fueron pocos los cambios impuestos por monseñor Marini por disposición expresa del Papa.

El indudable éxito de la visita de Benedicto XVI a Gran Bretaña ciertamente ha contribuido a acabar con las dudas de muchos que en el mundo anglicano veían con un interés cada vez la hipótesis de un acercamiento católico. El golpe magistral de la Anglicanorum Coetibus – ciertamente no casual – ha acabado la obra.

Todo esto está provocando un movimiento histórico en el panorama eclesiástico británico, hasta el punto de que alguno habla de un verdadero earthquake, un terremoto espiritual. Muchos entrevén en este fenómeno – con alguna razón – la realización natural del espíritu y de los objetivos que caracterizaron el Movimiento de Oxford, y la respuesta a numerosas oraciones. Empezando, obviamente, por las del beato John Henry Newman.

[Traducción del italiano por Inma Álvarez] 

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Testimonio


Familias que beben de la espiritualidad ignaciana
Entrevista con Alfonso Salgado, presidente de CVX en España
SALAMANCA, lunes 8 de noviembre de 2010 (ZENIT.org) La riqueza de la espiritualidad de San Ignacio de Loyola hace que hoy cientos de católicos beban de sus fuentes para encontrar allí la sabiduría y las enseñanzas para enfrentarse con los desafíos del tiempo presente.

La Comunidad de Vida Cristiana CVX en España, tuvo recientemente un encuentro en Loyola, España. Denominado “Familia y espiritualidad ignaciana”, convocando a unas 60 familias (unas 200 personas entre adultos, jóvenes y niños)

El centro ha sido reflexionar y experimentar las ayudas y medios que ofrecen la espiritualidad y la pedagogía ignacianas vividas en familia, con el objetivo de ofrecerlas a la Iglesia y a la sociedad como ayuda para el desarrollo y crecimiento de todas las familias.

Sobre este tema, ZENIT entrevistó a Alfonso Salgado, presidente de CVX en España y profesor de la facultad de psicología de la Universidad Pontificia de Salamanca.

- ¿Cómo comienza la comunidad CVX?

Alfonso Salgado: Esta tuvo su origen más remoto en los primeros laicos que colaboraban con San Ignacio. De aquello fueron apareciendo las congregaciones marianas que fueron muy importantes en la historia de la Iglesia, y de las cuales provienen en el siglo XX las comunidades de vida cristiana. En los años 80 las comunidades de vida cristiana se fueron uniendo y 1990 comenzaron oficialmente a unirse en una sola.

Somos una asociación internacional pública de fieles cristianos, de diferentes condiciones, que queremos seguir más de cerca a Jesucristo y trabajar con Él en la construcción del Reino. Buscamos integrar pequeños grupos que forman parte de comunidades más amplias a nivel regional y nacional, constituyendo una Comunidad Mundial, y estamos presentes en los cinco continentes y en unos 60 países.

- ¿Qué relación tienen con la Compañía de Jesús?

Alfonso Salgado: El carisma de CVX y su espiritualidad es ignaciano. Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio constituyen su fuente específica y su instrumento característico. Tenemos una relación íntima con la Compañía de Jesús pero no somos parte de esta comunidad. Es un lazo de mucha hermandad y colaboración mutua. Muchos de nuestros asistentes son sacerdotes jesuitas.

- Frente al reciente encuentro que tuvieron en Loyola. ¿Cuáles fueron las principales líneas de reflexión?

Alfonso Salgado: Queríamos pensar en términos apostólicos. En cómo ofrecer esta espiritualidad ignaciana a las familias del mundo actual. Y buscamos herramientas que son exportables: la importancia del discernimiento en familia, el detenerse de vez en cuando a pensar cómo ha transcurrido la vida, qué motivos hay para dar gracias, para pedirnos perdón, por dónde parece que podríamos caminar, la importancia que tiene que esto es nuclear.

Es entender que somos herramientas e instrumentos puestos al servicio de Dios. Ofrecer a las familias un modo donde el hombre esté menos centrado en sí mismo y más comprometido con el mundo en que vive. Que las familias sean herramientas para dinamizar y hacer crecer.

Creo que también podemos llegar a familias que no son creyentes. Utilizar esas herramientas para disparar la pregunta por Dios. Queremos ofrecer la espiritualidad ignaciana en contextos próximos como las asociaciones de padres, cursos de preparación al matrimonio… entre otros ámbitos.

- ¿Cómo actualizar el contenido del mensaje del santo de Loyola y aplicarlo a la realidad de las familias de hoy?

Alfonso Salgado: La espiritualidad ignaciana, entre las muchas riquezas que tiene, se puede basar en dos pedales. Uno es una mirada agradecida y otro es el deseo de devolver tanto bien recibido. Miro hacia atrás y veo lo que el Señor ha hecho por mí y me motiva para ver cómo comprometerme con los demás.

Se trata de un discurso basado en el agradecimiento. Vivir la familia en clave creyente, de apostar con una mirada que no esté centrada en mí mismo ni en mis intereses. Sino más bien desde una posición basada en la gratitud, en lo bien y en lo feliz que soy. El discurso más moralista en un momento puede ayudar pero por desgracia no llega a todos los ámbitos.

Junto con eso debe ir el de promoción sobre cómo hacer para que sea mejor. Desde ahí es necesario recuperar modelos familiares y devolver una lectura más positiva de la familia. En el momento que la gente empieza a decir “desde que vivo estos valores en la familia estoy mejor, mi familia es mejor y somos todos más felices”.

En ese sentido porque lo hemos aprendido, más que entrar en debates, que son necesarios, lo que queremos es arremangarnos las mangas de la camisa y ponernos a trabajar.

- ¿Qué desafíos vieron como los más urgentes?

Alfonso Salgado: La base que se encuentra en algunos modelos actuales de construcción de familia es un modelo profundamente burgués, individualista, consumista. Detrás de eso hay una mentalidad que dice que el centro de la vida soy yo y todo lo demás es importante en tanto a mí me ayuda.

El modo de ayudar es transmitir el mensaje de que es posible que sin perder los intereses, el centro se ponga fuera de mí: la esencia familiar es estar unidos por unos vínculos naturales, con una familia que, además está inserta en el mundo y con las puertas abiertas a lo que pasa fuera de casa.

Es imposible que el secularismo no entre a nuestras familias y no deberíamos tenerle miedo pero debemos tener un discurso vivencial y no sólo teórico para poder dar respuestas.

No creo que los tiempos que vivimos ahora supongan otros retos que no tenían otros tiempos. La religión cristiana parte de la encarnación, de que el Señor se hace presente en la historia.

- Ante la reciente visita del Papa a su país ¿qué frutos cree que puede dejar este acontecimiento?

Alfonso Salgado: Esta visita tuvo como objetivos el año Xacobeo y la consagración en la Sagrada Familia en los dos extremos de España. Para los católicos fue algo extraordinario y muy dinamizador para las propias diócesis y las familias.

Ahora tendremos que aplicar lo que hemos escuchado de sus mensajes. Lo considero como un magnífico aperitivo de lo que será la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid.

A nosotros como CVX nos ha permitido estar muy en sintonía con toda la Iglesia y con esa piscina común donde cada uno nada a su estilo pero siempre dentro de la misma agua.

Por Carmen Elena Villa


 

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Informe Especial


Cinco obispos anglicanos renuncian para pasar a la Iglesia católica
En un comunicado, anuncian que quieren crear un ordinariato personal
LONDRES, lunes 8 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Cinco obispos anglicanos de la Iglesia de Inglaterra han anunciado este lunes su renuncia al ministerio en esa Iglesia y su resolución de unirse a un ordinariato personal para anglicanos en plena comunión con la Iglesia católica.

La constitución apostólica "Anglicanorum Coetibus", publicada hace un año, abrió el camino para que comunidades anglicanas puedan entrar la Iglesia católica a través del establecimiento de ordinariatos personales, con características parecidas a las de una diócesis no territorial, una nueva estructura canónica.

De este modo, podrán reconocer el primado del Papa, manteniendo elementos propios de su tradición litúrgica y espiritual.

Entre los obispos anglicanos del Reino Unido que han anunciado su renuncia se encuentran Andrew Burnham, obispo de Ebbsfleet, Keith Newton, obispo de Richborough, y John Broadhurst, obispo de Fulham. Estos tres prelados eran familiarmente conocidos como "obispos volantes", pues atendían espiritualmente a los fieles de diferentes diócesis anglicanas que no han aceptado la ordenación de mujeres como sacerdotes.

Asimismo se ha anunciado la renuncia de otros dos obispos, Edwin Barnes, antiguo pastor anglicano de Richborough, y el obispo auxiliar retirado David Silk de Exeter. 

El comunicado firmado por los cinco obispos explica que todos ellos han seguido durante años el proceso de diálogo entre anglicanos y la Iglesia católica, emprendido tras el Concilio Vaticano II, "con oración y profundo anhelo".

"Hemos quedado consternados, en los últimos treinta años, al ver que anglicanos y católicos se separaban cada vez más en algunas cuestiones de vida diaria, en particular

al ver distintas decisiones en asuntos de fe y disciplina en el anglicanismo que, creemos, son incompatibles con la vocación histórica del anglicanismo y la tradición de dos mil años de la Iglesia".

Explican que para ellos "Anglicanorum Coetibus" ha sido una respuesta a los anglicanos que buscan la unidad con Roma: "con los ordinariatos, se establecen estructuras canónicas por medio de las cuales podremos llevar nuestra experiencia de discipulado cristiano a la comunión plena con la Iglesia católica que abarca todo el mundo y todas las épocas".

"Se trata tanto de una respuesta generosa de la Santa Sede a quienes han pedido ayuda, así como un nuevo y valiente instrumento ecuménico para la búsqueda de la unidad de los cristianos, unidad por la que Cristo mismo oró antes de su pasión y muerte. Se trata de una unidad que, creemos, es posible sólo en la comunión eucarística con el sucesor de San Pedro".

Los cinco aseguran que "como obispos, hemos cuidado de todos, de los que comparten nuestra posición y de aquellos que han tomado una postura diferente. Ahora hemos llegado al momento en el que debemos declarar formalmente nuestra posición e invitar a otros a unirse a nuestro camino. Por lo tanto, cesará inmediatamente nuestro ministerio episcopal público, renunciando a nuestras responsabilidades pastorales en la Iglesia de Inglaterra. Esto tendrá efecto a partir del 31 de diciembre de 2010. Buscamos unirnos a un ordinariato cuando éste sea creado".

Los prelados agradecen a la Iglesia anglicana de Inglaterra todo lo que "ha significado para nosotros y todo lo que nos ha dado en estos años, y esperamos mantener una relación cercana y cálida, orando y trabajando juntos por la venida del Reino de Dios".

Respuesta anglicana

En respuesta al anuncio, el primado de la Comunión Anglicana, el arzobispo Rowan Williams de Canterbury publicó un comunicado este lunes en el que aceptaba con "pesar" las renuncias de los obispos, "que han decidido que su futuro en el ministerio cristiano pasa por las nuevas estructuras propuestas por el Vaticano".

 

"Les deseamos lo mejor en el nuevo paso de su servicio a la Iglesia", añadió, agradeciéndoles "su fiel labor pastoral en la Iglesia de Inglaterra durante muchos años".

 

La asociación internacional de anglicanos que se oponen a la ordenación de mujeres como sacerdotes u obispos, "Forward in Faith", ha asegurado a los obispos que han presentado su renuncia "el amor, las oraciones y el apoyo de todos sus miembros y su agradecimiento por el ministerio que han desempeñado a su servicio".

"Asimismo aseguramos al arzobispo de Canterbury y al obispo de Londres nuestras oraciones, mientras tratamos de discernir cómo serán reemplazadas las sedes vacantes de Ebbsfleet, Richborough y Fulham", añaden.

Respuesta católica

Monseñor Alan Hopes, obispo auxiliar de Westminster, la sede católica de la capital británica, ha acogido positivamente la decisión en un comunicado emitido en nombre de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales. El episcopado católico, reveló, "está viendo cómo establecer el ordinariato" y asegura "la cálida bienvenida que extendemos a todos los que quieran formar parte de él".


Los prelados católicos de Inglaterra y Gales han convocado una reunión sobre este tema y tras su celebración podrán ofrecer mayor información.

Hasta el momento no se ha creado ningún ordinariato para anglicanos que entran en comunión plena con la Iglesia católica, si bien comunidades anglicanas del Reino Unido, Estados Unidos, Australia y Canadá han manifestado su intención de unirse a la Iglesia católica.

Por su parte, el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, confirmó hoy que la Santa Sede está estudiando la constitución del ordinariato, según las normas establecidas por la constitución apostólica "Anglicanorum coetibus" y que "las eventuales decisiones serán comunicadas en el momento oportuno"

Explicación de un protagonista
El mes pasado, el obispo anglicano John Broadhurst de Fulham ya había anunciado su intención de presentar su renuncia en un encuentro de "Forward in Faith International", asociación de la que es presidente. En su anunció, mencionó numerosos motivos, entre los cuales, el más importante es la ordenación de mujeres. Seguirá formando parte de "Forward in Faith International", pues no forma parte de la Iglesia de Inglaterra.

ZENIT ha hablado con el obispo Broadhurst por teléfono, quien ha revelado que su decisión ha sido tomada tras un discernimiento en la oración, y que ha pensado en su unión a la Iglesia católica durante 45 años.

Ante la pregunta de si mantendrá un ministerio activo en la Iglesia católica, el obispo Broadhurst respondió: "Haré lo que el Papa quiera y permita. Como sacerdote tengo una responsabilidad, y si se me permite, seguiré desempeñándola".

El obispo reveló a ZENIT que otros anglicanos están pensando en dar este paso de unidad con Roma, "de todos modos cada uno tiene que tomar su propia decisión. Esta decisión es solo mía".


Por Karna Swanson, con la contribución de Hugh J. McNichol

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