ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 10 de noviembre de 2010

Santa Sede

Benedicto XVI muestra su confianza en el futuro de Europa

El Papa, impresionado por la obra de Gaudí: “remite al Cielo”

Carta del Papa al presidente iraní Ahmadinejad

El Papa pide al G20 medidas justas para salir de la crisis

Fieles de Carpineto y de la República Checa devuelven al Papa su visita

El presidente del episcopado de Tanzania, nuevo obispo de Mwanza

Mundo

Los obispos mexicanos se reunen para hablar de la Misión Continental

La Eucaristía, lugar de encuentro de la Iglesia en EEUU y Cuba

Asesinado un párroco en el este de la República Democrática del Congo

SOS de los obispos iraquíes a los de Francia, nuevas bombas en Bagdad

Informe Especial

Siguen los llamamientos de más seguridad para los cristianos de Irak

Audiencia del miércoles

Benedicto XVI: “He podido experimentar el afecto de los españoles”

Documentación

Mensaje de Benedicto XVI ante el G20 de Seúl

Carta del visitador apostólico del “Regnum Christi” a los miembros consagrados


Santa Sede


Benedicto XVI muestra su confianza en el futuro de Europa
El Papa hace balance de su visita a Santiago
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 10 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- “Estoy seguro de las inmensas posibilidades del continente europeo y confiado en un futuro de esperanza para él”. Así lo afirmó el Papa Benedicto XVI hoy durante la Audiencia General.

El Pontífice, como es su costumbre después de un viaje pastoral, quiso hacer, con los fieles presentes en la Audiencia, balance de los frutos de su peregrinación a España.

Ante todo, quiso subrayar que se sintió muy acogido, “con gran entusiasmo y calor”. “Pude experimentar el afecto que las gentes de España nutren hacia el Sucesor de Pedro”, afirmó.

Refiriéndose a la primera etapa de su viaje, Santiago de Compostela, el Papa destacó, como ya lo hizo en varias ocasiones durante el viaje, la importancia del Camino de Santiago en la formación de Europa.

“Viendo el número de peregrinos presentes en la Santa Misa solemne que tuve la gran alegría de presidir en Santiago, meditaba que lo que empuja a tanta gente a dejar las ocupaciones cotidianas y emprender el camino penitencial hacia Compostela, un camino a veces largo y fatigoso”.

Para el Papa está claro que se trata del “deseo de llegar a la luz de Cristo, a quien anhelan en lo profundo de su corazón, aunque a menudo no sepan expresarlo bien con las palabras”.

“En los momentos de extravío, de búsqueda, de dificultad, como también en la aspiración a reforzar la fe y a vivir de una forma más coherente, los peregrinos en Compostela emprenden un profundo itinerario de conversión a Cristo”.

Se trata, afirmó, “de un pueblo de caminantes silenciosos, procedentes de cada parte del mundo, que redescubren la antigua tradición medieval y cristiana de la peregrinación, atravesando pueblos y ciudades permeados de catolicismo”.

Ese camino, que forma una red en Europa, “fue y sigue siendo lugar de encuentro de hombres y mujeres de las más diversas procedencias, unidos por la búsqueda de la fe y de la verdad sobre sí mismos, y suscita experiencias profundas de compartir, de fraternidad y de solidaridad”.

“Es precisamente la fe en Cristo la que da sentido a Compostela, un lugar espiritualmente extraordinario”, arguyó.

Compostela, subrayó el Papa, “sigue siendo punto de referencia para la Europa de hoy en sus nuevas configuraciones y perspectivas”.

Es necesario que Europa “conserve y refuerce la apertura a lo trascendente, así como un diálogo fecundo entre fe y razón, entre política y religión, entre economía y ética”.

Esto permitirá construir “una Europa que, fiel a sus imprescindibles raíces cristianas, pueda responder plenamente a su propia vocación y misión en el mundo”.

El Papa invita por eso al continente a “abrirse cada vez más a Dios, favoreciendo así las perspectivas de un auténtico encuentro, respetuoso y solidario, con las poblaciones y las civilizaciones” del resto del mundo.

Emociones

El Papa quiso también compartir con los presentes sus propios sentimientos durante su visita a la catedral de Santiago, en los momentos más sobresalientes de la visita.

En no de ellos, el tradicional “abrazo al Apóstol”, Benedicto XVI recordó su propia emoción. “Pensaba en cómo este gesto de acogida y amistad es también un modo de expresar la adhesión a su palabra y la participación en su misión”, explicó.

Luego, en la Eucaristía de la plaza del Obradoiro, recordó haber pedido “con fervor que cuantos se dirigen en peregrinación a Santiago puedan recibir el don de llegar a ser verdaderos testigos de Cristo, a quien han redescubierto en las encrucijadas de los sugerentes caminos hacia Compostela”.

“Recé también para que los peregrinos, siguiendo las huellas de numerosos santos que en el transcurso de los siglos han hecho el Camino de Santiago, sigan manteniendo vivo su genuino significado religioso, espiritual y penitencial, sin ceder a la banalidad, a la distracción, a la modas”.

Es fundamental, concluyó, ser “fieles custodios de la Buena Noticia que los Apóstoles transmitieron, sin ceder a la tentación de alterarla, disminuirla o plegarla a otros intereses”, y anunciarla “con la palabra y el testimonio de la vida en todos los campos de la sociedad”.

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El Papa, impresionado por la obra de Gaudí: “remite al Cielo”
Pide “todos los esfuerzos” en apoyo de la familia
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 10 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI declaró ante los fieles que hoy estuvieron presentes en la Audiencia General, que tuvo lugar en el Aula Pablo VI, su admiración por la Sagrada Familia de Gaudí, y la “alegría verdaderamente grande” de haber podido presidir su dedicación.

El Papa, como es su costumbre después de un viaje pastoral, quiso hacer, con los fieles presentes en la Audiencia, balance de los frutos de su peregrinación a España. La primera parte la dedicó a su estancia en Santiago de Compostela.

La segunda parte de su intervención la dedicó a la visita a Barcelona, y especialmente a la impresión que produjo en él celebrar la Misa en la famosa Sagrada Familia de Antoni Gaudí.

“Al contemplar la grandiosidad y la belleza de ese edificio, que invita a elevar la mirada y el alma hacia lo Alto, hacia Dios, recordaba las grandes construcciones religiosas, como las catedrales del Medioevo, que marcaron profundamente la historia y la fisionomía de las principales ciudades de Europa”, afirmó.

Esa obra, que calificó de “espléndida”, “riquísima en simbología religiosa, preciosa en el entretejido de las formas, fascinante en el juego de luces y colores”, es “casi una inmensa escultura en piedra, fruto de la profunda fe, de la sensibilidad espiritual y del talento artístico de Antoni Gaudí”.

La Sagrada Familia “remite al verdadero santuario, el lugar del culto real, el Cielo, donde Cristo entró para aparecer ante Dios en nuestro favor”, declaró.

Gaudí supo también “representar admirablemente el misterio de la Iglesia, a la que los fieles son incorporados con el Bautismo como piedras vivas para la construcción de un edificio espiritual”.

Este templo es, en fin, “una gran catequesis sobre Jesucristo, un cántico de alabanza al Creador”.

“En ese edificio tan imponente, él puso su propia genialidad al servicio de lo bello. De hecho, la extraordinaria capacidad expresiva y simbólica de las formas y de los motivos artísticos, como también las innovadoras técnicas arquitectónicas y esculturales, evocan la Fuente suprema de toda belleza”.

Lo más significativo es que esta obra cambió también la vida de Gaudí, afirmó el Papa. “Desde el momento en que aceptó el encargo de construcción de esa iglesia, su vida fue marcada por un cambio profundo”, mediante “una intensa práctica de oración, ayuno y pobreza, advirtiendo la necesidad de prepararse espiritualmente para lograr expresar en la realidad material el misterio insondable de Dios”.

Mientras Gaudí “trabajaba en la construcción del templo, Dios construía en él el edificio espiritual, reforzándolo en la fe y acercándolo cada vez más a la intimidad de Cristo”, afirmó el Papa.

“Inspirándose continuamente en la naturaleza, obra del Creador, y dedicándose con pasión a conocer la Sagrada Escritura y la liturgia, supo realizar en el corazón de la Ciudad un edificio digno de Dios y, por ello mismo, digno del hombre”.

Apoyar a la familia

Después se detuvo en el segundo momento importante de su viaje a Barcelona, su visita a la Obra del "Nen Déu", “una iniciativa ultracentenaria, muy ligada a esa archidiócesis, donde se cuida, con profesionalidad y amor, a niños y jóvenes discapacitados”.

Las vidas de estos niños “son preciosas a los ojos de Dios y nos invitan constantemente a salir de nuestro egoísmo”, afirmó el Papa.

Dedicó también un reconocimiento a las Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones, así como a los médicos, educadores y otros profesionales y voluntarios que trabajan en esta Obra, “donde todo habla de caridad, de respeto de la persona y de su dignidad, de alegría profunda, porque el ser humano vale por lo que es, y no solo por lo que hace”.

Finalmente, el Papa afirmó que uno de sus pensamientos más importantes en este viaje fue la situación de la familia.

“Mientras estaba en Barcelona, recé intensamente por las familias, células vitales y esperanza de la sociedad y de la Iglesia. Recordé también a aquellos que sufren, en particular en estos momentos de serias dificultades económicas”.

En este sentido, invitó a los jóvenes que participaron en esta visita a descubrir “la belleza, el valor y el compromiso del Matrimonio, en el que un hombre y una mujer forman una familia, que con generosidad acoge la vida y la acompaña desde su concepción hasta su término natural”.

“Todo lo que se haga para apoyar el matrimonio y la familia, para ayudar a las personas más necesitadas, todo lo que acrecienta la grandeza del hombre y su dignidad inviolable, contribuye al perfeccionamiento de la sociedad. Ningún esfuerzo es vano en este sentido”, concluyó.



 



 

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Carta del Papa al presidente iraní Ahmadinejad
Entregada por el cardenal Tauran, no se ha revelado el contenido
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 10 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha enviado una carta a Mahmoud Ahmadinejad, en respuesta a un mensaje que le había dirigido el presidente de Irán, según han confirmado este miércoles fuentes de la Santa Sede.

La respuesta del Papa fue entregada al jefe de Estado iraní por el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, quien se encuentra en Irán para participar en el séptimo coloquio de ese organismo vaticano con el Centro para el Dialogo Interreligioso del Islamic Culture and Relations Organisation, con el tema "Religión y sociedad: perspectivas cristianas y musulmanas".

La noticia ha sido confirmada por el padre Ciro Benedettini, subdirector de la Oficina de Información de la Oficina de Información de la Santa Sede, quien no ha revelado detalles sobre los contenidos de la misiva pontificia.

El cardenal Tauran fue recibido por el presidente Ahmadinejad este martes en un encuentro en el que se subrayó la necesidad de promover la colaboración entre cristianos y musulmanes al servicio de la paz en el mundo.



 

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El Papa pide al G20 medidas justas para salir de la crisis
Con acuerdos comunes que no privilegien a algunos países a costa de otros
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 10 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI auguró que el G20 sea consciente de que la eficacia de los instrumentos adoptados contra la crisis depende de que estén destinados al auténtico progreso humano.

Lo hizo en un mensaje que envió al presidente de la República de Corea, Lee Myung-bak, en la vigilia de la cumbre que se inaugurará este jueves 11 de noviembre en Seúl.

En su mensaje, publicado en la edición de este jueves de L'Osservatore Romano, el Pontífice constata que el mundo espera del G20 “la adopción de instrumentos adecuados para salir de la crisis, con acuerdos comunes que no privilegien a algunos países a costa de otros”.

“Auguro que haya viva conciencia de que los instrumentos adoptados, en cuanto tales, funcionarán sólo si, en última instancia, se destinan a la realización de un mismo fin: el progreso auténtico e integral del hombre”, señala, en este sentido.

Y añade que esos instrumentos, para ser eficaces, “deberán ser aplicados de modo sinérgico y, sobre todo, respetuoso con la naturaleza del hombre”.

El Papa anima a los participantes en la cumbre a afrontar los problemas “de una manera coherente con las razones más profundas de la crisis económico-financiera, teniendo adecuadamente en consideración las consecuencias de las medidas que se han adoptado para compensar la propia crisis, y en búsqueda de soluciones duraderas, sostenibles y justas”.

En opinión de Benedicto XVI, es “decisivo” demostrar que, “también gracias a esta crisis, el hombre ha madurado hasta el punto de reconocer que las civilizaciones y las culturas, al mismo tiempo que los sistemas económicos, sociales y políticos, pueden y deben converger en una visión compartida de la dignidad humana y respetuosa de las leyes y de las exigencias puestas en ella por Dios creador”.

El Papa inicia su mensaje destacando la celebración del G20 en Seúl como “un signo elocuente de la relevancia y de la responsabilidad adquiridas por Asia en el escenario internacional a inicios del siglo XXI”.

Dirigiéndose al presidente de Corea del Sur, valora la presidencia coreana de la cumbre como “un reconocimiento del significativo nivel de desarrollo económico alcanzado por su país, que es el primero, entre los que no pertenecen al G8, en albergar al G20 y en guiar sus decisiones en el mundo después de la crisis”.

Benedicto XVI recuerda que los mandatarios reunidos en esta cumbre tienen que “trazar la solución a cuestiones muy complejas, de las que depende el futuro de las próximas generaciones”.

Y destaca que esa tarea requiere “la colaboración de toda la comunidad internacional, en el reconocimiento, común y concorde entre todos los pueblos, del valor primario y central de la dignidad humana, objetivo final de las propias decisiones”.

Benedicto XVI concluye su mensaje afirmando: “El G20 responderá a las expectativas puestas en él y entregará al mundo un verdadero éxito”, concluye, si, a partir de problemas diversos, “sabe delinear los rasgos del bien común universal y demostrar la voluntad de cooperar para alcanzarlo”.


 

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Fieles de Carpineto y de la República Checa devuelven al Papa su visita
El pontífice les dedicó un saludo en la Basílica de San Pedro
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 10 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Un nuemroso grupo de fieles procedentes de Carpineto Romano y de la República Checa acudieron hoy al Vaticano para devolver al Papa Benedicto XVI las visitas que realizó a sus respectivos lugares de procedencia.

El Papa quiso saludar a los peregrinos, reunidos en la Basílica de San Pedro, antes de dirigirse al Aula Pablo VI para su acostumbrada audiencia general.

En primer lugar se dirigió a los cerca de mil fieles de Carpineto Romano, la pequeña ciudad natal del papa León XIII que Benedicto XVI visitó el pasado 5 de septiembre. Los pererginos iban acompañados por su obispo, mosneñor Lorenzo Loppa.

Benedicto XVI les renovó su agradecimiento “por la calurosa acogida que me reservasteis”, y auguró que “el recuerdo de aquel evento, lleno de significado eclesial y espiritual, reavive en cada uno el deseo de profundizar cada vez más la vida de fe”.

El Pontífice les invitó a seguir las enseñanzas de su “ilustre conciudadano” León XIII, “cuya valiente acción pastoral suscitó una renovación providencial del compromiso de los católicos en la sociedad”.

“No os canséis de confiaros a Cristo y de anunciarlo con vuestra vida, en la familia y en cada ambiente. Esto es lo que los hombres, también hoy, esperan de la Iglesia”, les exhortó.

Después, dirigiéndose a los peregrinos chechos en este idioma, les aseguró que conserva “un querido y grato recuerdo de aquel agradable viaje mío a vuestra hermosa tierra”, aludiendo a la visita que realizó del 26 al 28 de septiembre de 2009.

No sólo de los católicos, precisó el Papa: “Me impresionó también la atenta consideración que me reservaron también cuantos, aun estando alejados de la Iglesia, están con todo en búsqueda de valores humanos espirituales auténticos”.

“Rezo para que el Señor haga fructificar las gracias de aquel viaje, y auguro que el pueblo cristiano de la República Checa prosiga, con renovado empuje, dando por todas partes un valiente testimonio evangélico”, concluyó.

En la basílica estaban presentes cerca de 1.500 checos, entre ellos el cardenal Miloslav Vlk, arzobispo emérito de Praga, todos los obispos checos, y el cardenal Giovanni Coppa, que fue durante mucho tiempo Nuncio Apostólico en este país.



 

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El presidente del episcopado de Tanzania, nuevo obispo de Mwanza
El Papa nombra también un obispo auxiliar para Porto Alegre
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 10 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El Papa nombró arzobispo metropolitano de Mwanza (Tanzania) al hasta ahora obispo de Dodoma y presidente de la Conferencia Episcopal de Tanzania, monseñor Jude Thaddaeus Ruwa’ichi, OFM Cap., informó este miércoles la Oficina de Información de la Santa Sede.

Monseñor Ruwa'ichi nació el 30 de enero de 1954 en Mulo-Kilema. En 1981 fue ordenado sacerdote para la orden de los frailes menores capuchinos. En 1999 fue nombrado obispo de Mbulu y en 2005, de Dodoma.

La archidiócesis de Mwanza tiene una superficie de 10.130 kilómetros cuadrados y una población de 3.257.000, de los cuales 968.000 son católicos. Cuenta con 79 sacerdotes y 240 religiosos.

Fue erigida como vicariato en 1929 y elevada a archidiócesis en 1987. Actualmente cuenta con seis diócesis sufragáneas: Bukoba, Geita, Kayanga, Musoma, Rulenge-Ngara y Shinyanga.

Por otra parte, Benedicto XVI nombró hoy obispo auxiliar de la archidiócesis brasileña de Porto Alegre al padre Jaime Spengler, OFM, hasta ahora Guardián de la Fraternidad Bom Jesus da Aldeia en Campo Largo, en la archidiócesis de Curitiba, asignándole la sede titular episcopal de Patara.

Nacido el 6 de septiembre de 1960 en Blumenau, en el Estado de Santa Catarina, emitió su profesión perpetua como franciscano en 1985 y fue ordenado sacerdote en 1990.

Estudió Filosofía en el Istituto Filosofico "São Boaventura" en Campo Largo y Teología en el Intituto Teológico Franciscano en Petrópolis. Después se licenció en Sagrada Escritura en el Instituto Teológico de Jerusalén y se especializó en Filosofía en el Ateneo Pontificio Antonianum de Roma.

Finalmente, el Papa nombró miembro del Comité Pontificio de Ciencias Históricas al profesor de Historia contemporánea de la Universidad Louis Lumière - Lyon 2 Claude Prudhomme.

Por otra parte, este sábado Benedicto XVI nombró auxiliar para el vicariato apostólico de El Beni, en Bolivia, al padre Roberto Bordi, OFM, asignándole la sede titular episcopal de Mutugenna.

El padre Bordi nació en Roma el 2 de enero de 1946. Emitió su profesión solemne en 1969 y estudió Teología en la Universidad Urbaniana. Fue ordenado sacerdote en 1971 y ha ejercido su ministerio en diversos puntos de Argentina y Bolivia.


 

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Mundo


Los obispos mexicanos se reunen para hablar de la Misión Continental
Comienza la XC Plenaria de la Conferencia Episcopal de Mexico
LAGO DE GUADALUPE, miércoles 10 de noviembre de 2010 (ZENIT.org - El Observador).- Con la asistencia de 130 obispos, se está desarrollando la XC Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano en su sede de Lago de Guadalupe, en el Estado de México.  Los trabajos son atestiguados por el nuncio apostólico, monseñor Christophe Pierre, y se prevé la presencia del presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa.

Según la agenda de la CEM, durante la semana los obispos mexicanos van a "revisar, discernir e impulsar el compromiso de la Misión Continental Permanente surgida en Aparecida, Brasil; cuyo objetivo es llevar a las personas a un verdadero encuentro con Jesucristo. Esto implica nuevas estrategias pastorales en la forma en que venimos desarrollado la Misión de la Iglesia".

En el contexto de las dificultades que vive el país azteca, los obispos mexicanos van a retomar la Exhortación Pastoral “Que en Cristo nuestra Paz, México tenga vida digna”; es una tarea muy importante "debido al creciente fenómeno de la violencia, que percibimos como realidad compleja y nos descubre tres grandes y graves crisis: de legalidad, de debilitamiento del tejido social y de valores, en el entorno social, cultural, político y económico".

Según el comunicado de prensa hecho público el día de ayer, los obispos mexicanos consideran que "la sociedad se ha debilitado en el campo político, la convivencia cotidiana y la dimensión ética, generando una progresiva crisis cultural y social, cuyas manifestaciones son la violencia, la corrupción, la dificultad para la procuración y administración de la justicia y la lentitud para llevar a cabo reformas válidas y de fondo".

Por ello mismo, consideran los prelados que "la Iglesia Católica es un instrumento muy valioso y eficaz para promover los valores morales necesarios para el mejoramiento tanto de las personas como de las instituciones de nuestro país".

El comunicado de prensa, firmado por el presidente y el vicepresidente de la CEM, monseñor Carlos Aguiar Retes y monseñor Víctor René Rodríguez Gómez, respectivamente, hace alusión al Documento de Aparecida y señala que en este cambio de época que nos afecta a todos de alguna manera, en nuestra Patria se continúa trabajando para llegar a un estado plural, donde se viva con respeto, paz y seguridad, y donde le sea posible a la sociedad civil encontrar caminos de convivencia armoniosa para desarrollar una democracia incluyente, participativa y garante de los derechos fundamentales de la persona humana".

Como parte de la Misión Continental la Iglesia católica mexicana se compromete a dar respuesta "al enorme desafío que es pasar, de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera. Lo que también nos exige un cambio de mentalidad y de actitud, en la promoción de la renovación de la Parroquia para que sea escuela y casa de comunión".

Finalmente, los obispos de México coinciden en apuntar como un firme compromiso "brindar la formación necesaria y auténtica a los fieles católicos y a todos los hombres de buena voluntad para que en el encuentro personal con Jesucristo, de su Palabra y Obra, vivan y promuevan activamente en todas las comunidades del territorio nacional la fe, la verdad, la reconciliación y la paz".

"Esto solo es posible --concluye diciendo el comunicado de la CEM--si los obispos de México miramos el futuro con esperanza, promoviendo en todo momento la reconstrucción del tejido social, de la justicia y la equidad nacional, para hacer de la Patria casa común para todos los mexicanos, construyendo la civilización del amor".

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La Eucaristía, lugar de encuentro de la Iglesia en EEUU y Cuba
Dos obispos de origen cubano, de las dos orillas del Caribe, hacen planes de futuro
MIAMI, miércoles 10 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Dos obispos de origen cubano, uno en Estados Unidos y otro en Cuba, que emigraron siendo niños desde la Isla al vecino del Norte, en la operación llamada Peter Pan, han mantenido encuentros en el sur de Florida para planificar una mayor colaboración entre la Iglesia que está a ambas orillas del mar Caribe.

El obispo cubano Arturo González se encuentra en Estados Unidos para celebrar algunas eucaristías y reunirse con sacerdotes católicos, dentro de un acercamiento entre las dos presencias de la Iglesia en América.

“La meta de esta misión es precisamente descubrir y ayudar a descubrir los vínculos que unen a los cubanos en cualquier parte del mundo”, dijo el obispo cubano a periodistas.

Monseñor Wenski subrayó ante doscientos fieles que la Iglesia Católica ha sobrevivido en Cuba a pesar de la “difícil situación” que tuvo que afrontar.

La visita de monseñor González se produjo tras participar el obispo Wenski en la inauguración de las nuevas instalaciones de Seminario de La Habana, formando parte de una delegación de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos. El obispo cubano llegó  acompañado por tres sacerdotes y una religiosa, dijo un portavoz de la Archidiócesis de Miami.

Según informó el diario Miami Herald, los encuentros en el sur de Florida, entre cubanos de uno y otro lado del Caribe son el objetivo de esta visita de cuatro días.

Los obispos ofrecieron una rueda de prensa en el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad, en Coconut Grove.

Estévez presentó a González como enlace entre la Iglesia Católica de Cuba y los cubanos en el exterior, y dijo que la visita pretende mejorar la comprensión y fomentar la solidaridad en las iglesias de este país.

“El objetivo de esta comisión es precisamente descubrir y ayudar a descubrir los lazos que unen a los cubanos en todo el mundo”, dijo monseñor González.

El arzobispo Thomas Wenski dió la bienvenida al clero en una eucaristía en el santuario este lunes. La visita incluye una misa en la iglesia de san Timoteo en Kendall este miércoles por la tarde y otra por la noche en la iglesia de San Juan Apóstol, en Hialeah. Estaban previstas también reuniones a puerta cerrada entre Wenski y otros líderes eclesiales de Miami.

Respecto a las críticas a la Iglesia en Cuba y al Gobierno de España, por su colaboración con el actual Gobierno isleño para la excarcelación de presos, el obispo Gonzalez dijo que la Iglesia cubana se ha empeñado desde hace muchos años en favor de los presos y siempre “ha hecho lo que debía”.

“Hemos recibido una promesa de que este proceso de liberación continuará. Hay ya un gran número de presos liberados, no sólo del grupo de los 75 –dijo--. Esperamos que se complete”.

“Hubo una oferta de libertad para prisioneros que deseaban irse y ha habido también una promesa de libertad para los encarcelados que quieren permanecer en el país”, añadió el obispo cubano.

Los obispos González y Estévez, que inmigraron a Miami siendo niños en la Operación Peter Pan, hablaron también de futuros objetivos de la Iglesia en Cuba y en el sur de Florida. “Es un gran desafío para la Iglesia cubana tras cincuenta años de vida limitada”, dijo el obispo proveniente de Cuba.

“Es la voluntad de los obispos de Cuba que el Papa nos visite”, dijo, añadiendo que los prelados de su país enviaron al Vaticano una invitación, y están trabajando para ello junto a la Iglesia en la República Dominicana. Sería la primera visita papal tras la que realizó Juan Pablo II en 1998.

Estévez dijo que la Archidiócesis está considerando una posible peregrinación a Cuba en 2012, con motivo del 400 aniversario de la aparición de Nuestra Señora de la Caridad de El Cobre, titular también del santuario de Coconut Grove, donde tuvo lugar la rueda de prensa.

Para saber más: http://www.miamiherald.com/2010/11/08/1915778/catholic-priests-from-cuba-arrive.html#ixzz14o5oyJmR

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Asesinado un párroco en el este de la República Democrática del Congo
Podría tratarse de una medida intimidatoria para asustar a los sacerdotes
KINSHASA, miércoles 10 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Dos hombres armados con uniforme militar asesinaron este lunes al sacerdote Christian Bakulene, párroco de San Juan Bautista de Kanyabayonga, en Kivu del Norte, al este de la República Democrática del Congo.

Los asesinos no robaron nada. Según la prensa local, se trata de un asesinato premeditado cometido para asustar a los sacerdotes que trabajan en la zona.

El sacerdote regresaba en moto a su parroquia con un amigo cuando los dos soldados lo bloquearon y uno de ellos le disparó varias veces, sin dejarle tiempo ni siquiera para aparcar la moto. El amigo del párroco resultó ileso, informó la agencia Fides.

En este mismo país africano, el pasado mes de junio fue asesinado junto a su chófer el director ejecutivo de la ONG La Voz de los sin voz, Floribert Chebeza, uno de los activistas por los derechos humanos más comprometidos, que había recibido diversas amenazas.

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SOS de los obispos iraquíes a los de Francia, nuevas bombas en Bagdad
Llegó un avión a París con heridos del atentado a la iglesia siro-católica
PARÍS, miércoles 10 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Nuevos atentados contra tres casas de cristianos se produjeron este martes en Bagdad, capital de Irak, aunque esta vez sin víctimas. Este lunes llegaron al aeropuerto de Orly, París, Francia, 35 iraquíes heridos en la iglesia siro-católica Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Bagdad, obra de un comando armado de Al-Qaeda. Los obispos iraquíes hicieron el viernes 5 de noviembre un dramático llamamiento a los obispos franceses pidiendo su apoyo y oraciones.

Segun informaba, la agencia France Presse (AFP), en Bagdad tres casas de cristianos fueron el objetivo, este martes por la tarde, de atentados con bomba, en Mansour, barrio occidental de la capital.

Además, una persona fue muerta y otras cinco heridas por otro presunto atentado que habría partido de un partido islámico en Amriya, otro barrio del oeste de Bagdad.

Este 12 de octubre, con motivo del Sínodo de Oriente Medio en el Vaticano, el arzobispo de Kirkuk se había mostrado inquieto por el “éxodo mortal” de los cristianos de Irak, afirmando que estos quieren “vivir en paz y en libertad en lugar de sobrevivir”.

Proveniente de Bagdad, el avión medicalizado que llegó a Orly este lunes transportaba a 35 heridos --de los que 34 son cristianos y uno es un agente de seguridad musulmán--, así como a 19 acompañantes, en el marco de una repatriación sanitaria organizada por este país, informó la agencia France Presse (AFP).

La evacuación forma parte de una iniciativa, anunciada en 2007 por la presidencia francesa, que tiene por objetivo acoger a iraquíes “pertenecientes a minorías religiosas vulnerables”.

Desde entonces, 1.300 cristianos de Irak han sido acogidos en Francia. Un segundo grupo de 93 iraquíes será evacuado en fecha próxima.

Las autoridades iraquíes han pedido a Francia que no favorezca el éxodo de personas de su país, mientras califican de catástrofe para Iraq lo ocurrido en la iglesia siro-católica.

A raíz del atentado, los obispos de Irak hicieron un llamamiento a sus “hermanos de Francia”, según informaba el 5 de noviembre el sitio de la diócesis de Rabat, Marruecos. Pedían apoyo y oraciones pero rogaban también “quedaos con nosotros”.

“Nuestro calvario – dice el mensaje – es duro y nos parece prolongado. La masacre que tuvo lugar en la catedral de Nuestra Señora del perpetuo Socorro, con 58 muertos, entre los que había dos jóvenes sacerdotes y 67 heridos, de ellos un sacerdote, nos ha sacudido profundamente”.

“Perdemos la paciencia pero nunca perdemos la fe y la esperanza. Este suceso de tal magnitud, que se produce justo tras el Sínodo [dedicado a Oriente Medio], nos impresiona todavía más”, afirman los prelados de Irak.

Piden a los obispos franceses su “oración y apoyo fraternal y moral”. “Vuestra amistad nos anima a quedarnos en nuestra tierra, a perseverar y a esperar. Sin esto nos sentimos solos y aislados”.

“Necesitamos vuestra compasión respecto a todo lo que toca la vida de los inocentes, cristianos y musulmanes. Quedaos con nosotros, quedaos con nosotros hasta que pase el flagelo. Que el Señor nos proteja a todos”.

Por Nieves San Martín

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Informe Especial


Siguen los llamamientos de más seguridad para los cristianos de Irak
Obispos iraquíes se sienten desprotegidos ante el terrorismo político
BAGDAD, miércoles 10 noviembre 2010 (ZENIT.org).- Al mediodía del 8 de noviembre, unas 350 personas se reunieron ante el Parlamento de Bagdad para protestar por la masacre perpetrada en la catedral del rito sirocatólico Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, sede del obispo sirocatólico de la capital iraquí. Mientras tanto, se alzan voces desde la Iglesia para pedir al Gobierno y a la comunidad internacional que aseguren la vida de todos los ciudadanos iraquíes y especialmente la comunidad cristiana brutalmente perseguida en estos días.

Los manifestantes ante el Paralmento de esta capital pidieron al Gobierno británico condenar los atentados y urgieron al Gobierno iraquí a dar una mayor protección a los cristianos iraquíes que viven en el país. La concentración fue pacífica. Convocatorias similares se registraron en veinte ciudades del todo el mundo.

Los manifestantes se mostraron preocupados por una reciente llamada al éxodo masivo de cristianos de Iraq que, si se produce, podría ocasionar un enorme impacto en la Comunidad Europea y en el Reino Unido, en concreto. Apreciaron lo compasivos y acogedores que se muestran los británicos, pero pidieron a aquél Gobierno que haga algo más para proteger a quienes desean permanecer en su propio país, al mismo tiempo que acoge a quienes desean irse y los acepta en su país.

Así mismo consideraron el largo silencio del Gobierno británico y la casi indiferencia de los medios de comunicación del Reino Unido ante su situación. Y urgieron a estos últimos a clamar lo suficiente como para ser oídos por su Gobierno. Las Iglesias de comunidades iraquíes en el Reino Unido celebrarán un servicio funerario por las víctimas de la masacre el próximo viernes 12 de noviembre, en la iglesia católica Holy Trinity de Londres.

La organización eclesial Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), informa este miércoles que los atentados, presuntamente coordinados, empezaron el martes por la noche en el distrito Al Mansour de la capital iraquí.

La violencia continuó en la mañana del miércoles con bombas mortero en Dora, la mayor vecindad cristiana en el sur de Bagdad, así como en Baladiyat, y un mercado al que acuden muchos cristianos en el área de Kamp Sara.

En declaraciones a AIN, el arzobispo iraquí Bashar Warda declaró: “Al Qaeda dijo que las iglesias y los cristianos serían un objetivo. Esto es prueba de que iban en serio”.

Otros informes provenientes de Bagdad indicaban que uno de los atentados iba contra la familia de una víctima de la masacre del 31 de octubre. Según el servicio de noticias cristiano iraquí Ankawa –citado por AIN--, los terroristas identificaron a la familia por los signos de luto de la casa.

El arzobispo caldeo Warda de Erbil, norte de Irak, dijo haber recibido llamadas de familias y amigos de las víctimas de las atrocidades. Decían: “La gente está pasando mucho miedo. Hay ira y angustia y no saben a dónde dirigirse”. “Mi único mensaje es que recéis por nosotros. Es un momento muy difícil para nosotros. Es un desastre”.

“Hay que presionar al Gobierno para que de adecuada protección a los cristianos. Lo que estamos afrontando no es un fallo de seguridad sino haber tomado deliberadamente a los cristianos como objetivo”.

El arzobispo Warda dijo que los atentados producirían un nuevo éxodo de cristianos de Bagdad. Informó que hasta 2003 había más de 40.000 familias cristianas viviendo en la ciudad pero ahora quedan escasamente 50 familias.

Hasta el trágico domingo de la masacre, añadió el arzobispo, los cristianos habían empezado a regresar a Bagdad, especialmente al distrito de Dora, cuyo gran número de iglesias católicas y casas religiosas le valieron el apelativo de El Vaticano de Irak.

Los atentados contra cristianos tuvieron un punto máximo en 2004 y luego en 2006 pero desde 2008 parecía haber vuelto la calma.

Por su parte, el arzobispo sirocatólico de Bagdad Atanase Matti Shaba Matoka declaró este miércoles a la agencia Fides: “¿Qué podemos hacer, qué podemos decir? Un profundo desaliento envuelve a nuestra comunidad. La oleada de atentados es cada vez mayor”. El arzobispo tras lamentar el atentado a la catedral, añadió: “Hoy han atacado nuestras casas. Las familias lloran, todos quieren huir, es terrible”.

Poco después de visitar a las familias atacadas, el arzobispo Matoka dijo a Fides: “A pesar de sus proclamas, el Gobierno no hace nada para detener esta oleada de violencia que nos abruma. Hay policías ante las iglesias pero hoy fueron agredidas las casa de nuestros fieles. Han sido atacadas familias cristianas caldeas, sirocatólicas, asirias y de otras confesiones en el distrito de Dora. El terror ha llamado a nuestra puerta. Las familias están deshechas. Dicen que así no se puede vivir. Quieren expulsarnos y lo están consiguiendo. El país es presa de la destrucción y el terrorismo. Los cristianos sufren cada vez más y quieren abandonar el país. Ya no tenemos palabras para expresar esto”.

El arzobispo concluyó con un llamamiento: “Pedimos una intervención pronta de la comunidad internacional y suplicamos al Santo padre y a la Iglesia universal que venga en nuestra ayuda. Hoy no podemos hacer otra cosa que esperar y rezar, confiando nuestra vida en las manos de Dios. Los cristianos iraquíes dicen entre lágrimas: “In manus tuas, Domine”.

El cardenal secretario de Estado Tarcisio Bertone, durante un congreso en Roma, expresó el deseo de que las autoridades iraquíes tomen en seria consideración la situación de los cristianos.

Los atentados con bombas caseras, según informaba este miércoles Radio Vaticano, habrían producido seis muertos y dañado una iglesia. Entre los heridos, había un bebé de cuatro meses.

El patriarca de Babilonia de los Caldeos, cardenal Emmanuel III Delly, declaró que los terroristas “están dando caza a los cristianos de todos los barrios de Bagdad”.

El primer ministro saliente de Iraq, Nouri al-Maliki visitó este martes la catedral sirocatólica de Bagdad, objeto de la masacre, y exhortó a los cristianos a no abandonar el país. “Haremos lo posible –dijo- para que la comunidad iraquí permanezca completa y unida”.

Según Radio Vaticano, mañana jueves en Bagdad habrá una sesión en el Parlamento para resolver la cuestión de la formación del nuevo Gobierno. Los atentados y agresiones, según esta fuente, se producen por la falta de un marco adecuado de seguridad, como afirmó a este medio el procurador caldeo en Roma, monseñor Philip Najim: “Seguramente, los terroristas quieren demostrar al mundo entero que hay un vacío político en Iraq y que no hay una unidad nacional dentro del país. Quieren demostrar que hoy Iraq es incapaz, con este liderazgo político, de crear un Gobierno que se sienta responsable de su pueblo, que sienta la responsabilidad de educar y de asegurar una vida normal al pueblo”.

El interlocutor de Radio Vaticano desmintió que se trate de un conflicto entre cristianos y musulmanes. “Cristianos y musulmanes siempre han vivido juntos y juntos han construído el futuro del país. Los terroristas tratan también de crear este miedo, a través de los medios de comunicación, y alimentar una situación inestable para demostrar la debilidad de un país que ha perdido nivel de seguridad para todos sus ciudadanos”.

Por Nieves San Martín

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Audiencia del miércoles


Benedicto XVI: “He podido experimentar el afecto de los españoles”
Hoy en la audiencia general
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 10 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la intervención del Papa Benedicto XVI esta mañana durante la Audiencia General, que tuvo dos momentos: un primer saludo, en la Basílica de San Pedro, a los peregrinos procedentes de Carpineto Romano y de la República Checa, y una segunda parte, en el Aula Pablo VI.

* * * * *

[Dentro de la basílica vaticana]

Estoy contento de acogeros y de dirigir a cada uno de vosotros mi cordial bienvenida. En particular os saludo a vosotros, los fieles de Carpineto Romano, llegados aquí con vuestro pastor monseñor Lorenzo Loppa, para devolverme la visita, breve pero intensa, que tuve la alegría de realizar en vuestra tierra, el pasado mes de septiembre, con ocasión del bicentenario del nacimiento del papa León XIII. Queridos amigos, deseo renovaros a todos mi vivo agradecimiento por la calurosa acogida que me reservasteis en aquella circunstancia. Pienso en la disponibilidad de las Autoridades civiles, especialmente del alcalde y del Concejo, como también en el diligente empeño de vuestro obispo, del párroco y de sus colaboradores, especialmente en la preparación de la Celebración eucarística, tan bien cuidada y participada. El recuerdo de aquel evento, lleno de significado eclesial y espiritual, reavive en cada uno el deseo de profundizar cada vez más la vida de fe, en el surco de las enseñanzas de vuestro ilustre conciudadano el papa León XIII, cuya valiente acción pastoral suscitó una renovación providencial del compromiso de los católicos en la sociedad.

Queridos amigos, no os canséis de confiaros a Cristo y de anunciarlo con vuestra vida, en la familia y en cada ambiente. Esto es lo que los hombres, también hoy, esperan de la Iglesia. Con estos sentimientos os imparto de corazón a todos mi bendición, que de buen grado extiendo a vuestras familias y a todos vuestros seres queridos.

[En checo dijo]

Os saludo cordialmente a vosotros los peregrinos procedentes de la República Checa, llegados aquí en gran número para devolverme la visita que tuve la alegría de realizar en vuestro país el año pasado. Queridos amigos, ¡sed bienvenidos! Conservo un querido y grato recuerdo de aquel agradable viaje mío a vuestra hermosa tierra. Pienso en particular en la deferente cortesía de las distinguidas autoridades; en la calurosa acogida que recibí de los venerados Hermanos en el Episcopado, de los sacerdotes, de las personas consagradas y de todos los fieles, que quisieron expresarme con entusiasmo su fe, en torno al sucesor de Pedro. Me impresionó también la atenta consideración que me reservaron también cuantos, aun estando alejados de la Iglesia, están con todo en búsqueda de valores humanos espirituales auténticos, de los que la misma comunidad católica quiere ser testigo gozoso. Rezo para que el Señor haga fructificar las gracias de aquel viaje, y auguro que el pueblo cristiano de la República Checa prosiga, con renovado empuje, dando por todas partes un valiente testimonio evangélico. A todos os imparto de corazón una especial Bendición Apostólica, extensible a vuestras familias y a toda vuestra patria.

[Posteriormente, en el Aula Pablo VI]

¡Queridos hermanos y hermanas!

Hoy quisiera recordar con vosotros el Viaje Apostólico a Santiago de Compostela y Barcelona, que tuve la alegría de realizar el sábado y el domingo pasados. Me dirigí allí para confirmar en la fe a mis hermanos (cfr Lc 22,32); lo hice como testigo de Cristo resucitado, como sembrador de la esperanza que no desilusiona y no engaña, porque tiene su origen en el amor infinito de Dios por todos los hombres.

La primera etapa fue Santiago. Desde la ceremonia de bienvenida, pude experimentar el afecto que las gentes de España nutren hacia el Sucesor de Pedro. Fui acogido verdaderamente con gran entusiasmo y calor. En este Año Santo Compostelano, he querido hacerme peregrino junto con cuantos, numerosísimos, se han dirigido a ese célebre Santuario. Pude visitar la "Casa del Apóstol Santiago el Mayor", el cual sigue repitiendo, a quien llega allí necesitado de gracia, que en Cristo, Dios vino al mundo para reconciliarlo consigo, no imputando a los hombres sus culpas.

En la imponente catedral de Compostela, dando, con emoción, el tradicional abrazo al Santo, pensaba en cómo este gesto de acogida y amistad es también un modo de expresar la adhesión a su palabra y la participación en su misión. Un signo fuerte de la voluntad de conformarse al mensaje apostólico, el cual por un lado, nos compromete a ser fieles custodios de la Buena Noticia que los Apóstoles transmitieron, sin ceder a la tentación de alterarla, disminuirla o plegarla a otros intereses, y por otro, nos transforma a cada uno de nosotros en anunciadores incansables de la fe en Cristo, con la palabra y el testimonio de la vida en todos los campos de la sociedad.

Viendo el número de peregrinos presentes en la Santa Misa solemne que tuve la gran alegría de presidir en Santiago, meditaba que lo que empuja a tanta gente a dejar las ocupaciones cotidianas y emprender el camino penitencial hacia Compostela, un camino a veces largo y fatigoso: es el deseo de llegar a la luz de Cristo, a quien anhelan en lo profundo de su corazón, aunque a menudo no sepan expresarlo bien con las palabras. En los momentos de extravío, de búsqueda, de dificultad, como también en la aspiración a reforzar la fe y a vivir de una forma más coherente, los peregrinos en Compostela emprenden un profundo itinerario de conversión a Cristo, que asumió en sí la debilidad, el pecado de la humanidad, las miserias del mundo, llevándolas donde el mal ya no tiene poder, donde la luz del bien lo ilumina todo. Se trata de un pueblo de caminantes silenciosos, procedentes de cada parte del mundo, que redescubren la antigua tradición medieval y cristiana de la peregrinación, atravesando pueblos y ciudades permeados de catolicismo.

En esa solemne Eucaristía, vivida por tantísimos fieles presentes con intensa participación y devoción, pedí con fervor que cuantos se dirigen en peregrinación a Santiago puedan recibir el don de llegar a ser verdaderos testigos de Cristo, a quien han redescubierto en las encrucijadas de los sugerentes caminos hacia Compostela. Recé también para que los peregrinos, siguiendo las huellas de numerosos santos que en el transcurso de los siglos han hecho el "Camino de Santiago", sigan manteniendo vivo su genuino significado religioso, espiritual y penitencial, sin ceder a la banalidad, a la distracción, a la modas. Ese camino, entretejido de vías que surcan vastas tierras formando una red a través de la Península Ibérica y Europa, fue y sigue siendo lugar de encuentro de hombres y mujeres de las más diversas procedencias, unidos por la búsqueda de la fe y de la verdad sobre sí mismos, y suscita experiencias profundas de compartir, de fraternidad y de solidaridad.

Es precisamente la fe en Cristo la que da sentido a Compostela, un lugar espiritualmente extraordinario, que sigue siendo punto de referencia para la Europa de hoy en sus nuevas configuraciones y perspectivas. Conservar y reforzar la apertura a lo trascendente, así como un diálogo fecundo entre fe y razón, entre política y religión, entre economía y ética, permitirá construir una Europa que, fiel a sus imprescindibles raíces cristianas, pueda responder plenamente a su propia vocación y misión en el mundo. Por ello, seguro de las inmensas posibilidades del continente europeo y confiado en un futuro de esperanza para él, invité a Europa a abrirse cada vez más a Dios, favoreciendo así las perspectivas de un auténtico encuentro, respetuoso y solidario, con las poblaciones y las civilizaciones de los demás Continentes.

El domingo, después, tuve la alegría verdaderamente grande de presidir, en Barcelona, la Dedicación de la iglesia de la Sagrada Familia, que declaré Basílica Menor. Al contemplar la grandiosidad y la belleza de ese edificio, que invita a elevar la mirada y el alma hacia lo Alto, hacia Dios, recordaba las grandes construcciones religiosas, como las catedrales del Medioevo, que marcaron profundamente la historia y la fisionomía de las principales ciudades de Europa. Esa obra espléndida opera – riquísima en simbología religiosa, preciosa en el entretejido de las formas, fascinante en el juego de luces y colores – casi una inmensa escultura en piedra, fruto de la profunda fe, de la sensibilidad espiritual y del talento artístico de Antoni Gaudí, remite al verdadero santuario, el lugar del culto real, el Cielo, donde Cristo entró para aparecer ante Dios en nuestro favor (cfr Hb 9,24). El genial arquitecto, en ese magnífico templo, supo representar admirablemente el misterio de la Iglesia, a la que los fieles son incorporados con el Bautismo como piedras vivas para la construcción de un edificio espiritual (cfr 1Pe 2,5).

La iglesia de la Sagrada Familia fe concebida y proyectada por Gaudí como una gran catequesis sobre Jesucristo, como un cántico de alabanza al Creador. En ese edificio tan imponente, él puso su propia genialidad al servicio de lo bello. De hecho, la extraordinaria capacidad expresiva y simbólica de las formas y de los motivos artísticos, como también las innovadoras técnicas arquitectónicas y esculturales, evocan la Fuente suprema de toda belleza. El famoso arquitecto consideró este trabajo como una misión en la que estaba implicada toda su persona. Desde el momento en que aceptó el encargo de construcción de esa iglesia, su vida fue marcada por un cambio profundo. Emprendió así una intensa práctica de oración, ayuno y pobreza, advirtiendo la necesidad de prepararse espiritualmente para lograr expresar en la realidad material el misterio insondable de Dios. Se puede decir que, mientras Gaudí trabajaba en la construcción del templo, Dios construía en él el edificio espiritual (cfr Ef 2,22), reforzándolo en la fe y acercándolo cada vez más a la intimidad de Cristo. Inspirándose continuamente en la naturaleza, obra del Creador, y dedicándose con pasión a conocer la Sagrada Escritura y la liturgia, supo realizar en el corazón de la Ciudad un edificio digno de Dios y, por ello mismo, digno del hombre.

En Barcelona, visité también la Obra del "Nen Déu", una iniciativa ultracentenaria, muy ligada a esa archidiócesis, donde se cuida, con profesionalidad y amor, a niños y jóvenes discapacitados. Sus vidas son preciosas a los ojos de Dios y nos invitan constantemente a salir de nuestro egoísmo. En esa casa, fui partícipe de la alegría y de la caridad profunda e incondicionada de las Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones, del generoso trabajo de médicos, educadores y de tantos otros profesionales y voluntarios, que trabajan con dedicación encomiable en esa Institución. También bendije la primera piedra de una nueva Residencia que formará parte de esta Obra, donde todo habla de caridad, de respeto de la persona y de su dignidad, de alegría profunda, porque el ser humano vale por lo que es, y no solo por lo que hace.

Mientras estaba en Barcelona, recé intensamente por las familias, células vitales y esperanza de la sociedad y de la Iglesia. Recordé también a aquellos que sufren, en particular en estos momentos de serias dificultades económicas. Tuve presente, al mismo tiempo, a los jóvenes – que me acompañaron en toda la visita a Santiago y Barcelona con su entusiasmo y su alegría – para que descubran la belleza, el valor y el compromiso del Matrimonio, en el que un hombre y una mujer forman una familia, que con generosidad acoge la vida y la acompaña desde su concepción hasta su término natural. Todo lo que se haga para apoyar el matrimonio y la familia, para ayudar a las personas más necesitadas, todo lo que acrecienta la grandeza del hombre y su dignidad inviolable, contribuye al perfeccionamiento de la sociedad. Ningún esfuerzo es vano en este sentido.

Queridos amigos, doy gracias a Dios por las jornadas intensas que he transcurrido en Santiago de Compostela y en Barcelona. Renuevo mi agradecimiento al Rey y a la Reina de España, a los Príncipes de Asturias y a todas las Autoridades. Dirijo una vez más mi pensamiento con reconocimiento y afecto a los queridos hermanos arzobispos de esas dos Iglesias particulares y a sus colaboradores, como también a cuantos se han prodigado generosamente para que mi visita a esas dos maravillosas ciudades fuese fructífera. ¡Han sido días inolvidables, que quedarán impresos en mi corazón! En particular, las dos Celebraciones eucarísticas, cuidadosamente preparadas e intensamente vividas por todos los fieles, también a través de los cantos, tomados tanto de la gran tradición de la Iglesia, como de la genialidad de autores modernos, fueron momentos de verdadera alegría interior. Que Dios recompense a todos, como sólo Él sabe hacer; que la Santísima Madre de Dios y el Apóstol Santiago sigan acompañando con su protección su camino. El año que viene, si Dios quiere, me dirigiré de nuevo a España, a Madrid, para la Jornada Mundial de la Juventud. Confío desde ahora a vuestra oración esta iniciativa providencial para que sea ocasión de crecimiento en la fe para tantos jóvenes.

[En español dijo]

Saludo a los peregrinos de lengua española, invitándolos a dar gracias a Dios por el Viaje Apostólico a Santiago de Compostela y Barcelona. Conservo un inolvidable recuerdo de la amabilidad con la que me acogieron en Compostela Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias y con la que Sus Majestades los Reyes de España me despidieron en Barcelona. Deseo también agradecer vivamente a las Autoridades y a las Fuerzas de Seguridad todo el trabajo llevado a cabo con eficacia para que mi estancia en esos lugares se desarrollara felizmente. Reitero mi afectuoso agradecimiento a los Arzobispos de esas dos Iglesias particulares, así como a quienes numerosos me han acompañado con suma cordialidad en los actos celebrados en esas dos emblemáticas ciudades. Pido al Señor que bendiga copiosamente a los Pastores y fieles de esas nobles tierras, para que aviven su fe y la transmitan con valentía, siendo cristianos como ciudadanos y ciudadanos como cristianos. Volveré a España para la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud. De nuevo, muchas gracias a todos los españoles.

[En italiano dijo]

Mi pensamiento se dirige ahora a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. En la liturgia de ayer celebramos la fiesta de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, caput et mater omnium ecclesiarum. Junto con ella recordamos también las iglesias en las que se reúnen vuestras comunidades y también aquellas que esperan aún ser construidas en Roma y en el mundo. Queridos jóvenes, enfermos y esposos cristianos, os exhorto a colaborar con todo el pueblo d Dios y con todos los hombres de buena voluntad a realizar la Casa del Señor. Sed siempre “piedras vivas” del edificio espiritual que es la Iglesia, caminando juntos en el servicio al Evangelio, en el ofrecimiento de la oración y en la participación en la caridad.

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]



 



 

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Documentación


Mensaje de Benedicto XVI ante el G20 de Seúl
El Papa augura una visión compartida de la dignidad humana
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 10 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos a continuación el mensaje enviado por Benedicto XVI al presidente de la República de Corea, Lee Myung-bak, en la vigilia del G20 que se inaugurará el jueves 11 de noviembre en Seúl (República de Corea).



* * *

A Su Excelencia Sr. Lee Myung-bak, Presidente de la República de Corea

Señor Presidente,

La inminente reunión, en Seúl, de los Jefes de Estado y de Gobierno de las veintidós mayores economías mundiales, junto con el Secretario General de la ONU, con la Presidencia de la UE y de algunas Organizaciones regionales, como también con los responsables de varias Agencias especializadas, no tiene sólo un alcance global, sino que es también un signo elocuente de la relevancia y de la responsabilidad adquiridas por Asia en el escenario internacional a inicios del siglo XXI. La Presidencia coreana de la Cumbre es un reconocimiento del significativo nivel de desarrollo económico alcanzado por Su país, que es el primero, entre los que no pertenecen al G8, en albergar al G20 y en guiar sus decisiones en el mundo después de la crisis. Se trata de trazar la solución a cuestiones muy complejas, de las que depende el futuro de las próximas generaciones y que, por tanto, necesitan de la colaboración de toda la comunidad internacional, en el reconocimiento, común y concorde entre todos los pueblos, del valor primario y central de la dignidad humana, objetivo final de las propias decisiones.

La Iglesia católica, según su naturaleza específica, se siente implicada y comparte las preocupaciones de los líderes que participarán en la Cumbre de Seúl. Os animo por tanto a afrontar los múltiples y graves problemas que os esperan – y que, en un cierto sentido, hoy están ante toda persona humana - coherentemente con las razones más profundas de la crisis económico-financiera, teniendo adecuadamente en consideración las consecuencias de las medidas que se han adoptado para compensar la propia crisis, y en búsqueda de soluciones duraderas, sostenibles y justas. Al hacer esto auguro que haya viva conciencia de que los instrumentos adoptados, en cuanto tales, funcionarán solo si, en último análisis, serán destinados a la realización de un mismo fin: el progreso auténtico e integral del hombre.

El mundo os observa y espera la adopción de instrumentos adecuados para salir de la crisis, con acuerdos comunes que no privilegien a algunos países a costa de otros. La historia os recuerda además que, aunque sea difícil conciliar las diversas identidades socio-culturales, económicas y políticas hoy coexistentes, dichos instrumentos, para ser eficaces, deberán ser aplicados de modo sinérgico y, sobre todo, respetuoso de la naturaleza del hombre. Para el propio futuro de la humanidad es decisivo demostrar al mundo y a la historia que hoy, también gracias a esta crisis, el hombre ha madurado hasta el punto de reconocer que las civilizaciones y las culturas, al mismo tiempo que los sistemas económicos, sociales y políticos, pueden y deben converger en una visión compartida de la dignidad humana y respetuosa de las leyes y de las exigencias puestas en ella por Dios creador. El G20 responderá a las expectativas puestas en él y entregará al mundo un verdadero éxito si, a partir de problemas diversos e incluso contrastantes que afligen a los pueblos de la tierra, sabrá delinear los rasgos del bien común universal y demostrar la voluntad de cooperar para alcanzarlo.

Con estos sentimientos imploro la bendición de Dios sobre todos los participantes en la Cumbre de Seúl y aprovecho la ocasión para renovarle, Señor Presidente, los sentimientos de mi estima y mi deferente y cordial saludo.

En el Vaticano, 8 de noviembre de 2010

Benedicto XVI

[L'OSSERVATORE ROMANO – Edición diaria – del 11 de noviembre de 2010

Traducción del italiano por Inma Álvarez]


 

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Carta del visitador apostólico del “Regnum Christi” a los miembros consagrados
El arzobispo Ricardo Blázquez
VALLADOLID, miércoles 10 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos la carta del visitador apostólico del "Regnum Christi", el arzobispo Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid, dirigida a los miembros consagrados de este movimiento apostólico, surgido en el seno de la congregación de los Legionarios de Cristo.

 


 

* * *



 

Valladolid, 9 de noviembre de 2010



 

Queridos hermanos y hermanas en el Señor:

Saludo a todos con respeto y afecto. Al tiempo que doy gracias a Dios por vuestra vida consagrada, os encomiendo a Su gracia en la situación presente que atravesáis marcada particularmente por el sufrimiento y las pruebas, por el discernimiento y la purificación, por la renovación y la esperanza. Os manifiesto mi cercanía y disponibilidad a prestaros la ayuda posible cumpliendo el encargo que se me ha confiado. Pido por vosotros a Dios Padre de misericordia y me encomiendo a vuestras oraciones. En la Iglesia nunca estamos solos; y la compañía de los hermanos en la fe se muestra especialmente en las situaciones delicadas.

Por la carta que os ha dirigido el Delegado Pontificio, S.E. Monseñor Velasio de Paolis, con fecha 19 de octubre de 2010, sabéis que he recibido el encargo de Visitador Apostólico para los miembros consagrados del Movimiento Regnum Christi. Agradezco sinceramente la confianza que el Santo Padre me manifiesta con la encomienda que me asigna; por mi parte, procuraré cumplir fielmente la tarea confiada.

En la misma carta se escribe que la "visita será actuada bajo la responsabilidad del Delegado Pontificio y en coordinación con su responsabilidad sobre toda la Legión de Cristo y el movimiento Regnum Christi". Para recibir sus orientaciones he visitado en Roma el pasado día 16 al Delegado Pontificio. Estaré en contacto permanente con él.

El Visitador Apostólico "tiene la misión fundamental de encontrarse con personas, recoger informaciones para tener un cuadro de la situación real y ofrecer a la Autoridad competente sugerencias y propuestas" en orden a resolver las situaciones que deban ser cambiadas. Una vez concluida la Visita entregaré D. m. al Delegado Pontificio el informe redactado teniendo en cuenta lo que se me haya comunicado y yo pueda apreciar en conciencia. Os pido, desde este momento, que me ayudéis con vuestra comunicación a prestaros el servicio que se espera de la Visita Apostólica.

En una reunión, tenida en Valladolid el día 2 de noviembre, con las Asistentes del Director General y de los Directores Territoriales para las consagradas, hemos tratado ampliamente sobre la Visita Apostólica y hemos concretado algunas cuestiones. El día 5 de noviembre tuve en Madrid una reunión semejante con el Asistente del Director General para los consagrados. Deseo que la Visita termine antes del día 30 de junio de 2011 para poder yo entregar el informe dentro del plazo de tiempo disponible.

Visitaré D. m. vuestras casas, donde estaré a disposición de escuchar las comunicaciones y de recibir los escritos que queráis entregarme. También tendremos la oportunidad de entrevistarnos quienes deseen visitarme en el lugar que resulte más conveniente. Por mi parte, estoy a vuestra disposición. Todos podréis hablar personalmente o entregar vuestros escritos al Visitador Apostólico.

Os invito a vivir estos meses como tiempo providencial de Dios. Debe ser un tiempo caracterizado especialmente por la esperanza cristiana, que implica oración, reflexión, penitencia y conversión, paciencia, trabajo para leer de nuevo, personalmente o en comunidad, los documentos de la Iglesia sobre la Vida Consagrada. ¡Que sea una espera activa y serena!

El Hermano Rafael, trapense del monasterio de Venta de Baños (Palencia), canonizado hace poco, solía decir con sabiduría evangélica: "Nuestra ciencia consiste en saber esperar". Sus palabras no nos invitan a un aguardar pasivo sino a una esperanza laboriosa. Las prisas no son buenas consejeras; dediquemos el tiempo razonable a cada tramo del camino.

Desde que tuve conocimiento del encargo de Visitador Apostólico os he recordado particularmente ante el Señor. Deposito el trabajo en el regazo de la Virgen María, Madre de Dios y nuestra Madre, Madre de misericordia y esperanza nuestra.

Os saludo cordialmente en el Señor.

Mons. Ricardo Blázquez
Arzobispo de Valladolid

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