10.11.10

Jutta Burggraf

A las 12:18 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Sobre el autor, Muy personal

Jutta Burggraf

 

Casi sin darme cuenta tuve conocimiento de la muerte física de una persona muy importante.

Es bien cierto que las personas son importantes para otras personas según les haya ido con relación a ellas.

Sin embargo, puedo asegurar que esta persona era, y es, muy importante.

Valga este humilde artículo como homenaje a quien tanto hizo por la comprensión del prójimo y por acercar a Dios a los hombres. Y es mucho más importante que hable ella a que yo diga más de la cuenta.

De la obra de la Teóloga Jutta Burggraf se podrían poner muchos ejemplos a partir de los cuales comprender el papel tan importante que ha desempeñado quien supo congraciarse los ánimos de muchas personas. Sin embargo, con las siguientes tres “perlas” será, creo yo, más que suficiente.

EnAprender a perdonar” deja escrito, por ejemplo, que “Si no perdono al otro, de alguna manera le quito el espacio para vivir y desarrollarse sanamente. Éste se aleja, en consecuencia, cada vez más de su ideal y de su autorrealización. En otras palabras, le mato, en sentido espiritual. Se puede matar, realmente, a una persona con palabras injustas y duras, con pensamientos malos o, sencillamente, negando el perdón. El otro puede ponerse entonces triste, pasivo y amargo. Kierkegaard habla de la ‘desesperación de aquel que, desesperadamente, quiere ser él mismo’", y no llega a serlo, porque los otros lo impiden

Por eso conviene, aunque no siempre sea fácil, dejar vencer el propio egoísmo.

EnAmar y alabar” nos dice, por ejemplo, que “Distanciarse de Dios lleva a una vida humanamente empobrecida. Guardini advierte que podemos enfermar espiritualmente, cuando nos engañamos a nosotros mismos en el tratamiento de la verdad. Pero también podemos sanar: cuando nos abrimos a la grandeza de Dios, actuamos en armonía con nuestra naturaleza espiritual y establecemos una correcta relación con la verdad. Entonces “crecemos” interiormente; la mirada se aclara, el espíritu se renueva, el corazón se purifica y se dilata. Estaremos en condiciones para llenar nuestra vida de contenido”.

Por eso no podemos olvidar Quién nos creó y, sobre todo, lo que espera de nosotros.

EnHacia una cultura de diálogo” abunda en la idea según la cual “Somos libres para pensar por cuenta propia. Pero apenas tenemos el valor de hacerlo de verdad. Estamos más bien acostumbrados a repetir lo que dicen los periódicos y revistas, la televisión, la radio, lo que leemos en internet o lo aseverado por alguna persona, más o menos interesante, con la que nos cruzamos por la calle. Hoy en día, en muchos países parece que ha desaparecido la autoridad que dicta los pensamientos, la censura. Pero lo que hallamos en realidad, es que aquella autoridad ha cambiado su modo de obrar: no se vale de la coerción sino tan sólo de una blanda persuasión. Se ha hecho invisible, anónima, y se disfraza de normalidad, sentido común u opinión pública. No pide otra cosa que hacer lo que todos hacen”.

Por eso no podemos hacer como si todo dependiese de los demás y nada, por nuestra parte, nos fuera pedido.

Lo aquí traído es escaso, pero significativo, ejemplo de lo mucho que Jutta Burggraf ha aportado en su vida de cristiana e intelectual.

Con su vida misma y con sus escritos nos ha hecho más libres y, sobre todo, más conscientes de lo que somos: hijos de Dios que no queremos, como diría S. Josemaría, olvidarnos de eso porque no nos da la santa gana.

Descanse en paz quien ha sabido dar ejemplo, desde la Teología, de fidelidad a la Iglesia católica.
 

Quien quiera acceder a parte de lo que ha dejado escrito Jutta Burggraf puede dirigirse aquí (especificar en “Autor” Jutta Burggraf) o, también,
aquí donde podrá gozar, sin duda alguna, del gusto por lo bien hecho, escrito y dicho.

Eleuterio Fernández Guzmán