11.11.10

Misa de Consagración de la Sagrada Familia. Benedicto XVI, 7 de noviembre de 2010. AFP PHOTO/ POOL/ JESUS DIGES

 

Es el aspecto menos relevante de la visita del Santo Padre, quizá por eso el que más a preocupado a los «periodistas» de la cosa religiosa y de la antirreligiosa, todos progres. Ha sido cansino, hasta el hartazgo leer, oír y ver lo que iba a costar o dejar de costar la visita del Papa a Santiago de Compostela y Barcelona.

Y se han quedado de piedra: el impacto publicitario de la visita ha sido más de 66,5 millones de euros. Para los de letras, que todavía habrá quien no se entere: «en términos publicitarios, habría que invertir esta cantidad para promocionar los lugares visitados por el Papa y obtener la misma repercusión mediática». Todo un éxito, y eso al margen de otros ingresos. No es de extrañar que se le dé poca publicidad al asunto.

¿Quién lo dice? Pues Kantar Media, la antigua Sofres, que para lectores no españoles es la que establece el nivel de audiencias de las televisiones y se dedica al seguimiento y medición del impacto de acontecimientos en medios.

Como señala J.J. Noblejas:

No es ni de lejos lo interesante o relevante del viaje de Benedicto XVI a Santiago y Barcelona. Tampoco es lo más destacable, ni lo que merece la pena recordar. Ni, desde luego, era el objetivo pretendido.

Pero aquí queda, porque vendrá la JMJ y habrá que desempolvar estos datos, que pesaditos lo son un rato, y más ahora que se tratará de Mons. Rouco.

Pero «no se vayan todavía, que aún hay más», que decía SuperRatón, al menos dos detalles más que siguen escociendo:

 

  • El primero, del mismo estudio:

    La comparativa con la visita de Michelle Obama, que era otro referente de los progres. La esposa del presidente USA generó 1.423 noticias y una valoración económica de casi 20 millones de euros, la del Santo Padre 6.026 noticias y un valor económico de 66.591.778 euros.

  • El segundo, que reseña Montse Doval:

    El diario Público y la Sexta, cuya sociedad propietaria es Mediapro, describen el gasto realizado para cubrir la visita del Papa como si fuera un dinero que entra en las arcas del Vaticano o del mismo Papa, o de Rouco. Como si fuera un dinero que sale de las arcas públicas para aposentarse en los bolsillos católicos, pero no, en realidad en donde se han depositado los dineros públicos es en el bolsillo de Mediapro, la sociedad propietaria de Público y de la Sexta.