ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 15 de noviembre de 2010

Santa Sede

Papa: La Conferencia Episcopal ayuda al obispo, pero no le sustituye

Benedicto XVI ensalza el valor del deporte y del entorno natural

El Papa recibió a los iniciadores del Camino Neocatecumenal

El Papa agradece a Italia la ayuda a los cristianos iraquíes

“Caritas in veritate”, también en el mundo sanitario

Se necesitan nuevos lenguajes para comunicar la fe, indica el Papa

Progresos en los coloquios de la comisión Santa Sede-Israel

El cardenal Cañizares, miembro de la Congregación de las Causas de los Santos

Mundo

Una copia de la tilma de Guadalupe se guardará junto a la Síndone

Salamanca da su máxima distinción al obispo Jean Laffitte

Documentación

Discurso del Papa a los obispos de la región Centro Oeste de Brasil

Discurso a los representantes de monitores de esquí italianos

Discurso del Papa al Consejo Pontificio para la Cultura


Santa Sede


Papa: La Conferencia Episcopal ayuda al obispo, pero no le sustituye
Benedicto XVI recibe al último grupo de obispos brasileños en visita “ad Limina”
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 15 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- La Conferencia Episcopal es un instrumento útil para ayudar a cada obispo, pero nunca debe sustituirle o actuar como intermediaria entre ese prelado y el Obispo de Roma.

Así lo afirmó Benedicto XVI este lunes por la mañana, al recibir en audiencia a los obispos de la Región Centro Oeste de la Conferencia Nacional de Brasil, el último grupo de prelados de este país en realizar la visita ad Limina Apostolorum en estos últimos 14 meses.

La Conferencia Episcopal, explicó el Papa a los presentes, “nació como concreta aplicación del afecto colegial de los obispos en comunión jerárquica con el Sucesor de Pedro”.

Su misión es la de “ser un instrumento de comunión afectiva y efectiva entre todos los miembros, y de eficaz colaboración con el Pastor de cada Iglesia particular en la triple función de enseñar, santificar y gobernar las ovejas del proprio rebaño”.

Igualmente, “se presenta como una de las formas, encontradas bajo la guía del Espíritu Santo, que permite ejercer conjunta y armoniosamente algunas funciones pastorales para el bien de los fieles y de todos los ciudadanos de un determinado territorio”.

Pero, advirtió, aunque debe promover “la unión de esfuerzos y de intenciones de los obispos, convirtiéndose en un instrumento para que puedan compartir sus fatigas”, sin embargo, este organismo debe “evitar ponerse como una realidad paralela o sustituta del ministerio de cada uno de los obispos”, ni tampoco “constituyéndose en intermediario entre el obispo y la sede de Pedro”.

“Al mismo tiempo, es necesario recordar que los asesores y las estructuras de la Conferencia Episcopal existen para el servicio a los obispos, no para sustituirles”.

“Se trata, en definitiva, de buscar que la Conferencia Episcopal, con sus organismos, funcione cada vez más como órgano propulsor de la solicitud pastoral de los obispos, cuya preocupación primaria debe ser la salvación de las almas, que es, además, la misión fundamental de la Iglesia”, añadió.

Acción conjunta

La misión fundamental de toda Conferencia Episcopal es, pues, ayudar a los obispos a una mayor comunicación y comunión en tareas que les afectan por igual.

“En el fiel ejercicio de la función doctrinal que os corresponde, cuando os reunís en vuestras Asambleas, queridos obispos, debéis sobre todo estudiar los medios más eficaces para hacer llegar oportunamente el magisterio universal al pueblo que os fue confiado”, dijo el Papa.

Esta función, explicó, debe ajustarse a los términos indicados por el papa Juan Pablo II, en el Motu Proprio Apostolos suos, a la hora de abordar “las nuevas cuestiones emergentes, para después poder orientar la conciencia de los hombres para encontrar la recta solución a los nuevos problemas suscitados por las transformaciones sociales y culturales”.

Según el Pontífice, algunos temas “recomiendan hoy una acción conjunta de los obispos”, en especial “la promoción y la tutela de la fe y de la moral, la traducción de los libros litúrgicos, la promoción y formación de las vocaciones de especial consagración, la elaboración de subsidios para la catequesis, el compromiso ecuménico, las relaciones con las autoridades civiles”.

Otros temas que abordar conjuntamente son, prosiguió, “la defensa de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, la santidad de la familia y del matrimonio entre hombre y mujer, el derecho de los padres a educar a sus hijos, la libertad religiosa, los demás derechos humanos, la paz y la justicia social”.

Testimonio

Recordando que este lunes en Brasil festejaba la proclamación de la República, el Pontífice dijo querer aprovechar la audiencia para “subrayar una vez más la importancia de la acción evangelizadora de la Iglesia en la construcción de la identidad brasileña”.

“La actual sociedad secularizada exige de los cristianos un renovado testimonio de vida para que el anuncio del Evangelio sea acogido como aquello que es: la Buena Noticia de la acción salvífica de Dios que viene al encuentro del hombre”, ha osservato.

En este sentido, recordó que “desde hace casi 60 años, la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil es un punto referencia de la sociedad brasileña, proponiéndose cada vez más y por encima de todo como un lugar donde se vive la caridad”.

Benedicto XVI concluyó su discurso a los obispos brasileños invitandoles a “a mirar el futuro con los ojos de Cristo, poniendo en Él vuestra esperanza”.


 

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Benedicto XVI ensalza el valor del deporte y del entorno natural
Al recibir a los representantes de instructores de esquí italianos
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 15 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El Papa ensalzó el valor del deporte y del entorno natural, al recibir en audiencia a un grupo de representantes de “Maestros de Esquí” italianos, acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores italiano Franco Frattini, este lunes en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano.

“La actividad deportiva está entre los medios que ayudan al desarrollo armónico de la persona y a su perfeccionamiento moral”, dijo, citando la Declaración del Concilio Vaticano II Gravissimum educationis.

También señaló que el trabajo como maestro de esquí “contribuye a estimular algunas capacidades, por ejemplo, la constancia en perseguir los objetivos, el respeto de las reglas, la tenacidad al afrontar y superar las dificultades”.

“Practicado con pasión y sentido ético, el deporte, además de ejercitar a un sano antagonismo, se convierte en escuela para aprender y profundizar los valores humanos y cristianos”, destacó, y “enseña a armonizar dimensiones importantes de la persona humana favoreciendo su desarrollo integral”.

En este sentido, indicó que “mediante la actividad deportiva, la persona comprende mejor que su cuerpo no puede ser considerado un objeto, sino que, a través de la corporeidad, se expresa a sí misma y entra en relación con los demás”.

“De este modo -añadió-, el equilibrio entre la dimensión física y la espiritual lleva a no idolatrar el cuerpo, sino a respetarlo, a no hacer de él un instrumento que potenciar a todo coste, utilizando incluso medios ilícitos”.

Respecto al entorno montañés en el que se practica el esquí, Benedicto XVI destacó que “de modo especial, nos hace sentirnos pequeños, nos restituye la justa dimensión de nuestro ser criaturas, nos hace capaces de interrogarnos sobre el sentido de la creación, de mirar a lo alto, de abrirnos al creador”.

En este punto, evocó las veces que “subiendo a una montaña para después descender esquiando, o también practicando el esquí de fondo, se os han abierto panoramas que, de forma espontánea, elevan el espíritu e invitan a elevar la mirada no sólo exterior, sino también del corazón”.

Recordó que “la relación con lo creado constituye un elemento importante para el desarrollo de la identidad”.

Y afirmó que “ni siquiera el pecado del hombre ha eliminado su deber de ser guardián del mundo”, destacando que “también la actividad deportiva puede ser concebida y vivida como parte de esta responsabilidad”.

En este sentido, indicó que la actitud correcta que hay que asumir respecto a la naturaleza “seguramente es la de un profundo sentimiento de gratitud y de reconocimiento, pero también de responsabilidad a la hora de conservar y cultivar la obra de Dios”.

“La actividad deportiva ayuda a perseguir estos objetivos incidiendo en el propio estilo de vida, que es orientado a la enseñanza del equilibrio, de la autodisciplina y del respeto -resumió-. En particular para vosotros, además, el contacto con la naturaleza es un motivo para cultivar un profundo amor hacia la creación de Dios”.

Respecto a la función de los instructores de esquí frente a sus alumnos, el Papa destacó la importancia “tanto para una sana formación deportiva, como para una educación al respeto del medio ambiente”.

Señaló que esa tarea no la deben realizar de manera aislada, “sino de acuerdo con las familias, especialmente cuando vuestros alumnos son menores de edad, y en colaboración con la escuela y otras realidades educativas”.

Finalmente, destacó la importancia de “vuestro testimonio de fieles laicos que, también en el contexto de la actividad deportiva, saben dar la justa centralidad a los momentos fundamentales para la vida de fe, especialmente a la santificación del domingo como día del Señor”.


 

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El Papa recibió a los iniciadores del Camino Neocatecumenal
Trataron sobre las iniciativas del Camino para la nueva evangelización de Europa
CIUDAD DE VATICANO/MADRID, lunes 15 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI recibió el pasado sábado por la mañana en audiencia privada a los iniciadores del Camino Neocatecumenal, los españoles Kiko Argüello, Carmen Hernández y el sacerdote italiano Mario Pezzi.

Según confirmó a ZENIT Álvaro de Juana, portavoz del Camino Neocatecumenal en España, uno de los temas tratados fue el de la nueva evangelización de Europa, un tema al que esta realidad eclesial ha concedido desde siempre una gran importancia.

“El Pontífice se mostró en todo momento muy contento por la labor del Camino Neocatecumenal”, afirmó De Juana.

Los iniciadores del Camino Neocatecumenal explicaron al Papa la labor que los neocatecumenales realizan desde hace algunos años en ciudades de Holanda, Alemania o Francia - donde la presencia de la Iglesia a veces es escasa - mediante la missio ad gentes.

La missio ad gentes es una forma de evangelización que consiste en la implantatio ecclesiae, es decir, en el envío de misioneros voluntarios (normalmente dos o tres familias con sus hijos y acompañadas por un sacerdote) a lugares descristianizados, donde la Iglesia ya ha desaparecido o está a punto de desaparecer.

Precisamente, la recién publicada Exhortación Apostólica Verbum Domini aludía a la necesidad de la missio ad gentes en el apartado 95, en el que los Padres sinodales reiteraban la importancia de que la Iglesia “no se limite a una pastoral de 'mantenimiento'”.

En este sentido, Kiko Argüello, que fue precisamente auditor en el Sínodo sobre la Palabra de Dios, explicó cómo la práctica del Camino se refleja en el punto 73 de dicha Exhortación, cuando afirma la necesidad de que “en la actividad pastoral se favorezca también la difusión de pequeñas comunidades, 'formadas por familias o radicadas en las parroquias o vinculadas a diversos movimientos eclesiales y nuevas comunidades'”.

Otro de los temas sobre los que trataron el Papa y los iniciadores del Camino Neocatecumenal fue la próxima Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011.

Según explicó Argüello a Benedicto XVI, más de 200.000 jóvenes de esta realidad eclesial provenientes de todo el mundo realizarán itinerarios a lo largo y ancho de Europa, en los que evangelizarán y realizarán misión durante diez días.

Tras participar en los actos de la JMJ en Madrid, acudirán a un encuentro vocacional con los iniciadores del Camino en el que se espera que miles de jóvenes muestren su disposición a consagrarse a Cristo.

“Estos jóvenes son fruto de la comunidad cristiana y, en concreto, de pequeñas comunidades arraigadas en la parroquia y que salvan a la familia”, afirmó Kiko Argüello.

Por último, los representantes neocatecumenales comunicaron la puesta en marcha, a petición de los obispos locales, de tres nuevos seminarios diocesanos misioneros Redemptoris Mater, en São Paulo (Brasil), Bruselas (Bélgica) y Trieste (Italia).

Con estas tres nuevas fundaciones, los seminarios Redemptoris Mater en el mundo serán ya 78.

Estos seminarios, dependientes de cada obispo local y abiertos a petición suya, tienen como vocación específica la de formar sacerdotes para la misión en cualquier lugar del mundo, según la espiritualidad propia del Camino Neocatecumenal.

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El Papa agradece a Italia la ayuda a los cristianos iraquíes
Recuperados en el Gemelli 26 heridos en el atentado contra la catedral de Bagdad
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 15 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI expresó hoy su agradecimiento al ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Franco Frattini, por la acogida que ha recibido en el país un grupo de católicos heridos en el atentado del pasado 31 de octubre contra la catedral siro-católica de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Bagdad.

“Le expreso mi viva gratitud por haber trabajado para que numerosos católicos, heridos recientemente en Bagdad, fuesen acogidos en seguida en Italia”, le dijo.

El Papa pronunció estas palabras al inicio del discurso que pronunció al recibir en audiencia a un grupo de representantes de “Maestros de Esquí” italianos acompañado por el ministro Franco Frattini, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico.

Los católicos iraquíes acogidos y atendidos en el Policlínico Gemelli de Roma son en concreto un grupo de veintiséis personas -dieciséis mujeres, tres niños y siete hombres-, que viajaron en avión desde Bagdad junto a veintiún familiares.

Ellos pudieron escapar a la masacre producida en la catedral del céntrico barrio de Karrada cuando un grupo de hombres armados irrumpió en el edificio.

El balance de ese atentado fue de 58 personas fallecidas y más de cien heridas, después de que las fuerzas iraquíes intentaran liberar a parte de los fieles secuestrados durante cinco horas.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia ha sido quien ha organizado la asistencia a los heridos en Italia, en colaboración con el Policlínico universitario y por invitación expresa del secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone.

Esta recuperación sigue a la de otros 72 heridos llevados desde Bagdad a Francia en los últimos días.

Según informó el Policlínico en una nota de prensa, casi todos los heridos se encuentran en buenas condiciones y son asistidos por un equipo multidisciplinario previsto por la gestión de las emergencias máximas, coordinado por los responsables de la ayuda de emergencia de la dirección sanitaria.

Los familiares se alojan en unas antiguas instalaciones del hospital que ha puesto a su disposición la Universidad Católica del Sagrado Corazón, en cuyo campus de Roma se encuentra el Policlínico Gemelli.

La web Baghdadhope ha recogido unas declaraciones de un miembro del grupo de sacerdotes y seminaristas que ha visitado a los heridos, el padre Ameer Gammo.

“Son personas heridas en el cuerpo y en el alma que no saben todavía cómo expresar su dolor -explicó el sacerdote-. Ha pasado todavía poco tiempo y el dolor, el verdadero dolor que desgarra el alma, recaerá sobre ellos quizás dentro de algunos meses”.

“Sin embargo, aunque parezca imposible, me han dado ánimos -continuó-. Han dado ánimo y apoyo a todos los sacerdotes y seminaristas que hoy les hemos visitado”.

“Hay una chica que fue alcanzada por una bala que antes había atravesado el cuerpo del padre Waseem”.

“Cuando la he visto, y he visto su sonrisa, su serenidad, casi me ha faltado el valor para preguntarle cómo estaba -relató-. Ella misma me ha dado la fuerza y me ha explicado que era, junto a su madre, la única sobreviviente de su familia”.

“Veo todavía esa sonrisa tan dulce y sobre todo tengo en mi mente la respuesta a la pregunta de cuál era su misterio: la fe inquebrantable de esas personas que les hace todavía más fuertes en la tragedia”.

“Muchas de esas personas -añadió- nos han dicho lo mismo: que mientras estaban en la iglesia, desearon morir porque lo que estaba pasando era demasiado horrible como para soportarlo, pero también que sus corazones han visto, precisamente en aquella circunstancia, el bien, el amor absoluto de la fe que llevó al padre Thair a abrazar a los niños que estaban cerca de él en un intento desesperado de salvarlos”.

“Todas las historias que estas personas explican son trágicas; cada una de ellas ha perdido a alguien a quien amaba”.

“Entre los heridos también está la madre de un niño de tres años, Adam, que fue asesinado junto a su padre”.

“Esta mujer tiene consigo a su hija de pocos meses, que fue alcanzada por una bala que le atravesó la pierna, y me ha explicado que apenas hubo podido salir de la iglesia, confió a su hija a un médico y volvió para tomar a Adam”.

“Ella -explicó el padre Ameer Gammo- no se había dado cuenta de que su hijo estaba muerto porque en todas esas horas no lo había oído llorar, sino sólo gritar '¡Basta! ¡Basta!' y por eso lo llevó fuera pidiendo a otro médico que lo salvara”.

Este domingo, un grupo de cristianos iraquíes se congregó en la plaza de San Pedro del Vaticano para rezar el Ángelus con el Papa, llevando consigo banderas de Irak y fotografías de algunas víctimas del atentado de la catedral de Nuestra Señora del Socorro.

El Papa les saludó en italiano después de la oración mariana, diciendo: “Saludo también a los iraquíes aquí presentes e invoco el don de la paz para su país”.

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“Caritas in veritate”, también en el mundo sanitario
Monseñor Zimowski: hay que acabar con las desigualdades en la atención médica
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 15 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Para el presidente del Consejo Pontificio para la salud, monseñor Zygmunt Zimowski, “las actuales desigualdades en la asistencia sanitaria exigen que se emprenda una acción valiente y sin retraso”.

Así lo aseguró esta mañana durante una rueda de prensa en la Santa Sede, en la que fue presentada la XXV conferencia internacionalPer una cura della salute equa ed umana alla luce della Enciclicia Caritas in veritate. (Para un cuidado de la salud equitativa y humana a la luz de la encíclica Caritas in veritate n.d.t.)

El evento académico se realizará los días 18 y 19 de noviembre en Roma. Dentro de los relatores estarán los cardenales Tarcisio Bertone, secretario de estado vaticano, Renato Raffaele Martino, presidente emérito del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, así como el titular de dicho dicasterio, Peter Kodwo Appiah Turkson.

Clamor por la equidad

Monseñor Zimowski aseguró que cada vez resulta más difícil “conciliar el progreso económico, científico y técnico con la persistente desigualdad del acceso a los servicios sanitarios, que resultan un derecho humano fundamental”.

También denunció las “continuas desigualdades entre los sistemas sanitarios de los países ricos y los de los países en vía de desarrollo, y, peor todavía, los de los llamados sub desarrollados”.

El prelado destacó además cómo dentro de los países ricos “existen amplias diferencias en el acceso a los cuidados sanitarios”.

“Muchos pobres y emigrantes no tienen acceso a los fármacos y a otras tecnologías para salvar vidas, a causa de las llamadas inaccesibles o escasas infraestructuras sanitarias existentes en las respectivas naciones”, denunció el prelado.

Y anunció que esta conferencia, guiada por las líneas de la Caritas in veritate dedicadas al tema de la salud “examinará entre otras cosas, las perspectivas básicas para una promoción equitativa más humana de la salud”.

Por su parte, para el profesor Domenico Adruni, ordinario de ginecología y obstetricia, este evento pretende “volver a poner al hombre y al paciente en el centro de nuestro interés”, y tomar así conciencia de que “algo está faltando en las naciones más avanzadas y así como en las más desafortunadas”, aunque aclaró que éstas últimas “quizás son más afortunadas desde el punto de vista humano, y reclaman siempre mayor atención”.

El profesor participará en este evento de la mesa redonda sobre el Cuidado sanitario equitativo y humano.

De otro lado el padre P. Maurizio Faggioni, O.F.M Docente di Bioética en la Academia Alfonsiana de Roma dijo que la conferencia pretende mostrar el tema de la salud como “un derecho natural humano, fundado en la persona, la dignidad, en el mirar al otro”.

Sobre el tema el sub secretario del Pontificio Consejo para la salud, monseñor Jean-Marie Mpendawatu, presentó algunas estadísticas: “mientras que en Italia, los partos asistidos por un personal de salud cualificado llegan a un 99%, en Etiopía el 6% de mujeres en embarazo tienen esta posibilidad, en Uganda el 42% y en Laos el 20%”.

Monseñor Zimowski manifestó su esperanza en que esta conferencia “arroje luces sobre el modo de mejorar el acceso a la igualdad tan deseada de asistencia sanitaria de base, y que sea al mismo tiempo, respetuosa de la dignidad inalienable del hombre”.

Por Carmen Elena Villa

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Se necesitan nuevos lenguajes para comunicar la fe, indica el Papa
En la audiencia a los participantes en la plenaria del Consejo Pontificio de la Cultura
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 15 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- La Iglesia debe buscar lenguajes nuevos y creativos para comunicar al hombre de hoy la belleza de la fe y de la vida cristiana.

Lo afirmó Benedicto XVI este sábado al recibir en audiencia en el Vaticano a los participantes de la asamblea plenaria del Consejo Pontificio de la Cultura.

Al principio de la audiencia, intervino el presidente del dicasterio vaticano, el arzobispo Gianfranco Ravasi.

El futuro cardenal explicó que durante la plenaria se han repasado los diversos itinerarios de la comunicación: “desde el lenguaje artístico y musical al juvenil, del rito a la red informática y televisiva, de los lenguajes y de los 'iconos' virtuales a los signos materiales, de los símbolos litúrgicos al testimonio personal y existencial”.

Por su parte, el Papa destacó que la comunicación es “uno de los nudos cruciales de nuestro mundo y de sus culturas”.

Por eso, indicó, es tarea del dicasterio vaticano para la cultura, “ponerse a la escucha de los hombres y de las mujeres de nuestro tiempo, para promover nuevas ocasiones de anuncio del Evangelio”.

Frente al ambiente de “profunda transformación cultural” caracterizado por nuevos lenguajes y nuevas formas de comunicación”, señaló, “los pastores y los fieles advierten con preocupación algunas dificultades en la comunicación del mensaje evangélico y en la transmisión de la fe, dentro de la propia comunidad eclesial”.

Además, continuó, “los problemas parecen a veces aumentar cuando la Iglesia se dirige a los hombres y a las mujeres alejados o indiferentes a una experiencia de fe, a los cuales el mensaje evangélico llega de manera poco eficaz y convincente”.

Por eso, “en un mundo que hace de la comunicación la principal estrategia”, la Iglesia “no permanece indiferente”, sino que busca “valerse con renovado empeño creativo, pero también con sentido crítico y discernimiento atento, de los nuevos lenguajes y de las nuevas modalidades comunicativas”, afirmó.

De hecho, “la incapacidad del lenguaje de comunicar el sentido profundo y la belleza de la experiencia de fe puede contribuir a la indiferencia de muchos, sobre todo los jóvenes” y “puede convertirse en motivo de alejamiento”.

“La Iglesia quiere dialogar con todos, en la búsqueda de la verdad -recordó el Papa-; pero para que el diálogo y la comunicación sean eficaces y fecundos es necesario sintonizarse en una misma frecuencia”.

Para hacerlo, la Iglesia puede acudir al “extraordinario patrimonio” de símbolos e imágenes de su tradición, indicó.

Y señaló que, en particular, “el rico y denso simbolismo de la liturgia debe resplandecer en toda su fuerza como elemento comunicativo, hasta tocar profundamente la conciencia humana, el corazón y el intelecto”.

“La tradición cristiana, además, ha unido siempre estrechamente a la liturgia el lenguaje del arte, cuya belleza tiene una particular fuerza comunicativa propia”, explicó.

Y destacó, para ilustrarlo: “Lo experimentamos también el pasado domingo, en Barcelona, en la basílica de la Sagrada Familia, obra de Antonio Gaudí, que conjugó genialmente el sentido de lo sagrado y de la liturgia con formas artísticas modernas y a la vez en sintonía con las mejores tradiciones arquitectónicas”.

“Con todo -precisó-, más incisiva aún que el arte y que la imagen en la comunicación del mensaje evangélico es la belleza de la vida cristiana”.

“Al final , sólo el amor es digno de fe y resulta creíble -constató-. La vida de los santos, de los mártires, muestra una singular belleza que fascina y atrae, porque una vida cristiana vivida en plenitud habla sin palabras”.

Por eso, concluyó, “necesitamos hombres y mujeres que hablen con su vida, que sepan comunicar el Evangelio, con claridad y valor, con la transparencia de las acciones, con la pasión gozosa de la caridad”.

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Progresos en los coloquios de la comisión Santa Sede-Israel
Se celebró una reunión el pasado 11 de noviembre
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 15 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- La comisión bilateral permanente de trabajo entre la Santa Sede y el Estado de Israel se reunió el pasado 11 de noviembre para continuar su trabajo programado en base al artículo 10 del párrafo 2 del “Acuerdo Fundamental” firmado el 30 de diciembre de 1993.

El “Acuerdo Fundamental” permitió el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos Estados, pero no detalló todas las cuestiones de propiedad, económicas y fiscales de interés general para la Iglesia católica o para comunidades o instituciones específicas en Israel, decisivas para los Santos Lugares.

Por eso, Israel y la Santa Sede están buscando un acuerdo global sobre esas cuestiones, a través de estas negociaciones, que, según está establecido desde el inicio, tienen en consideración la casi bimilenaria presencia de la Iglesia en Tierra Santa.

“Los coloquios -señala un comunicado conjunto publicado el sábado- se desarrollaron en una atmósfera cordial y han marcado un progreso hacia el auspiciado acuerdo”. La próxima sesión plenaria de la comisión tendrá lugar el próximo 9 de diciembre en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel.

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El cardenal Cañizares, miembro de la Congregación de las Causas de los Santos
El Papa nombra a monseñor Pennacchio nuncio en Nepal
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 15 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El Papa nombró al cardenal español Antonio Cañizares nuevo miembro de la Congregación de las Causas de los Santos, informó este sábado la Oficina de Información de la Santa Sede.

El purpurado es actualmente prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. También forma parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de la Comisión Pontificia para América Latina y del Comité para el Congreso Eucarístico Internacional.

El cardenal Cañizares reside en Roma desde hace casi dos años, cuando Benedicto XVI lo llamó al cargo de prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, siendo entonces él arzobispo de Toledo y primado de España.

Nacido en la localidad valenciana de Utiel el 15 de octubre de 1945, estudió en el seminario diocesano de Valencia y se doctoró en Teología, con especialidad en Catequética, en la Universidad Pontificia de Salamanca.

Fue ordenado sacerdote en 1970.Los primeros años de su ministerio sacerdotal los desarrolló en Valencia. Después se trasladó a Madrid donde se dedicó especialmente a la docencia.

Entre 1985 y 1992 fue director del secretariado de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española. Fue nombrado obispo de Ávila en 1992; en 1997 tomó posesión de la diócesis de Granada. Entre enero y octubre de 1998 fue administrador apostólico de la diócesis de Cartagena.

El 24 de octubre de 2002, fue nombrado arzobispo de Toledo, sede de la que tomó posesión el 15 de diciembre de ese mismo año. Fue creado cardenal por el Papa Benedicto XVI en el primer consistorio de su pontificado, el 24 de marzo de 2006.

En la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha sido vicepresidente (2005-2008), miembro del Comité Ejecutivo (2005-2008), miembro de la Comisión Permanente (1999-2008) y presidente de la Subcomisión Episcopal de Universidades (1996-1999) y de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis (1999-2005).

El Papa Juan Pablo II lo nombró miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe el 10 de noviembre de 1995. El 6 de mayo de 2006, el Papa Benedicto XVI le asignó esta misma Congregación, ya como cardenal, y el 8 de abril de 2006, le nombró miembro de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei.

En octubre de 2009 fue nombrado miembro de la Comisión Pontificia para América Latina y en marzo de 2010, miembro del Comité de Congresos Eucarísticos.

La Congregación para las Causas de los Santos, cuyo prefecto es actualmente monseñor Angelo Amato, tiene como principal tarea investigar, por medio de documentos, favores y milagros, la santidad de aquellos candidatos a la beatificación y la canonización.

Por otra parte, este sábado el Papa también nombró nuncio apostólico en Nepal a monseñor Salvatore Pennacchio, nuncio apostólico en India y arzobispo titular de Montemarano.

Y finalmente ese mismo día, Benedicto XVI nombró obispo de la archidiócesis metropolitana de Bobo-Dioulasso, en Burkina Faso, al hasta ahora obispo de Fada N'Gourma, monseñor Paul Yembuado Ouédraogo, en sustitución de monseñor Anselme Titianma Sanon..

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Mundo


Una copia de la tilma de Guadalupe se guardará junto a la Síndone
Hermanamiento entre las archidiócesis de México y Turín
CIUDAD DE MÉXICO / TURÍN, lunes 15 de noviembre de 2010 (ZENIT.org - El Observador).- El próximo 12 de diciembre, coincidiendo con el 479 aniversario de las apariciones de Santa María de Guadalupe al indígena mexicano San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, el Centro Mexicano de Sindonología, a cuyo frente se encuentra el profesor Adolfo Orozco Torres, junto con la arquidiócesis de Turín, llevarán a cabo un "hermanamiento" con la colocación de una réplica de la tilma de Juan Diego en la Iglesia del Santísimo Sudario de Turín.

El lienzo donde quedó plasmada la imagen de la Virgen de Guadalupe, se considera el segundo en importancia en el mundo, detrás del Santo Sudario, explica a ZENIT-El Observador el físico Adolfo Orozco Torres quien, junto con un grupo de estudiosos mexicanos tanto del ayate de Juan Diego como de la Sábana Santa, estará en Turín para entregar la réplica y para declarar a las arquidiócesis primada de México y a la de Turín, arquidiócesis hermanas.

Mediante una carta firmada por monseñor Giuseppe Ghilberti, presidente de la Comisión Diocesana de la Sindone y por el profesor Bruno Barberis, director del Centro Internacional de Sindonología con sede en Turín y dirigida tanto al cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, como a monseñor Diego Monroy, abad de la Basílica de Guadalupe, y al profesor Orozco Torres, los encargados del estudio y la custodia de la Sindone han expresado su grande alegría de este acontecimiento.

"Con una sensación de gran agradecimiento hemos recibido la donación que el Centro Mexicano de Sindonología ha querido hacer a la Comisión Diocesana para la Síndone, de la copia de la Tilma de Nuestra Señora de Guadalupe. Nuestra Comisión se siente honrada por un regalo tan querido y cercano al corazón por su gran significado histórico y de devoción mariana que lleva en sí mismo. Nuestro cardenal arzobispo Severino Poletto, Custodio Pontificio de la Síndone se conmovió por el obsequio, expresión de la profunda relación que une nuestras dos Diócesis en la devoción Sindónica y Mariana" explica la misiva.

Más adelante aclara que "para decidir el destino de la donación, la Comisión se ha adherido al consejo, expresado por el obispo auxiliar y vicario general de la Aaquidiócesis, monseñor Guido Fiandino, presente como invitado en la última reunión de la Comisión, de conservar la preciosa copia de la tilma en la Iglesia del Santísimo Sudario, sede de la Homónima Confraternidad y del Centro Internacional de Sindonología de Turín".

La carta enviada desde Turín a Ciudad de México concluye diciendo que es el ánimo de la Comisión diocesana de Turín el que este obsequio "pueda incentivar la devoción de cuantos vengan a orar en nuestra iglesia y a visitar nuestro Museo de la Síndone. Auguramos en particular, que muchos peregrinos mexicanos se alegrarán de esta presencia bendita".

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Salamanca da su máxima distinción al obispo Jean Laffitte
Secretario del Consejo Pontificio de la Familia
SALAMANCA, lunes 15 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).-El obispo Jean Laffitte, secretario del Consejo Pontificio para la Familia, recibió el 13 de noviembre de parte del Ayuntamiento de la ciudad española de Salamanca la máxima distinción que otorga a sus huéspedes.
 


La concejala de Relaciones Institucionales, Pilar Fernández Labrador, entregó el título de "Huésped Distinguido" al prelado francés, uno de los mayores expertos en cuestiones de familia y ética, que se encontraba en Salamanca con motivo de la celebración del Encuentro Europeo de Institutos de la Familia de las Universidades Católicas (REDIF), organizado por el Instituto Superior de Ciencias de la Familia de la Universidad Pontificia.

Esta máxima distinción de la ciudad está regulada en el artículo 160 del capítulo quinto del Reglamento Orgánico y de Funcionamiento del Ayuntamiento de Salamanca, que establece que este título "podrá otorgarse a personalidades excepcionales españolas o extranjeras que por sus destacados merecimientos, servicios extraordinarios en cualquier actividad y como muestra de la alta consideración que merecen, visitan la ciudad de Salamanca".

Monseñor Jean Laffitte, nació en Oloron-Sainte-Marie (Francia), es sacerdote de la diócesis de Autun, miembro de la Comunidad del Emmanuel, diplomado en Ciencias Políticas y doctor en Teología. Ha sido Superior de los Capellanes del Santuario de Paray-le-Monial (Francia), antes de convertirse en profesor de ética, de antropología y de espiritualidad conyugal en el Instituto Juan Pablo II para los estudios sobre el Matrimonio y la Familia, en la Universidad Pontificia de Letrán, en Roma.

Ha impartido cursos en las diferentes secciones de este Instituto en Brasil, España, Benín, México y Australia y seminarios de formación y sesiones de formación del Clero en Italia, Francia, Kazajstan, Filipinas, Chile y Perú.

Es miembro de la redacción de la revista Anthropotes y colabora con otras revistas científicas como Studia Moralia, la Nouvelle Revue théologique y elNuovo Areopago. Ha publicado libros traducidos en varios idiomas como La ofensa desarmada (1991), El Perdón transfigurado (1995) y, en colaboración con monseñor Livio Melina, Amor conyugal y vocación a la santidad (2001).

Desde 2003 es miembro del Comité Internacional de Sacerdotes de la Comunidad del Emmanuel y consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

En 2006, el Papa Benedicto XVI le nombra vicepresidente de la Pontificia Academia para la Vida, instituida por Juan Pablo II para el estudio, información y formación acerca de los principales problemas de la biomedicina y del derecho, relativos a la promoción y a la defensa de la vida, sobretodo en la directa relación que estos tienen con la moral cristiana y con las directivas del Magisterio de la Iglesia Católica, colaborando con los Dicasterios de la Curia Romana, cuyas actividades tienen relación con la Congregación para la Doctrina de la Fe.



 



 

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Documentación


Discurso del Papa a los obispos de la región Centro Oeste de Brasil
En visita “ad Limina Apostolorum”
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 15 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió hoy a los obispos de la Región Centro Oeste de Brasil, que se encuentran en estos momentos en visita ad Limina Apostolorum en Roma.

* * * * *


Queridos hermanos obispos,

Estoy feliz de daros la bienvenida con ocasión de vuestra visita ad Limina. Venís a la ciudad en la que Pedro, al final, cumplió su misión de evangelización y dio testimonio de Cristo hasta la efusión de su propia sangre; habéis venido para ver y saludar al Sucesor de Pedro. De este modo fortalecéis los fundamentos apostólicos de la Iglesia en vuestro país y expresáis visiblemente vuestra comunión con todos los demás miembros del Colegio episcopal y con el propio Pontífice romano (cf. Pastores gregis, 8). De este contenido son las amables palabras que el señor arzobispo de Brasilia, monseñor João Braz, me dirigió en vuestro nombre y que agradezco, al tiempo que os aseguro mi cordial afecto y mis oraciones por vosotros y por todas las personas confiadas a vuestros cuidados pastorales.

Con la visita de la Región Centro Oeste, se cierra este ciclo de encuentros de los prelados brasileños con el Papa que se inició hace más de un año. Por una feliz coincidencia, en la fecha en que dirigí el discurso al primer grupo de obispos era vuestra Fiesta Nacional de la Independencia, mientras que el último discurso que hoy pronuncio tiene lugar justamente en el día en que se recuerda la proclamación de la República de Brasil. Aprovecho el hecho para subrayar una vez más la importancia de la acción evangelizadora de la Iglesia en la construcción de la identidad brasileña. Como bien sabéis, la actual sociedad secularizada exige de los cristianos un renovado testimonio de vida para que el anuncio del Evangelio sea acogido como aquello que es: la Buena Noticia de la acción salvífica de Dios que viene al encuentro del hombre.

En este sentido, desde hace casi 60 años, la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil es un punto referencia de la sociedad brasileña, proponiéndose cada vez más y por encima de todo como un lugar donde se vive la caridad. En efecto, el primer testimonio que se espera de los anunciadores de la Palabra de Dios es el de la caridad recíproca: “En esto todos reconocerán que sois mis discípulos: en el amor que os tengáis los unos a los otros” (Jn 13, 32). La vuestra, como también las demás Conferencias Episcopales, nació como concreta aplicación del afecto colegial de los obispos en comunión jerárquica con el Sucesor de Pedro, para ser un instrumento de comunión afectiva y efectiva entre todos los miembros, y de eficaz colaboración con el Pastor de cada Iglesia particular en la triple función de enseñar, santificar y gobernar las ovejas del proprio rebaño.

Ahora, la Conferencia Episcopal se presenta como una de las formas, encontradas bajo la guía del Espíritu Santo, que permite ejercer conjunta y armoniosamente algunas funciones pastorales para el bien de los fieles y de todos los ciudadanos de un determinado territorio (cf Código de Derecho Canónico, can. 447). De hecho, una cooperación cada vez más estrecha y concorde con los hermanos en el ministerio ayuda a los obispos a cumplir mejor su tarea (cf. Christus Dominus, 37), sin abdicar de la responsabilidad primera de apacentar como pastor proprio, ordinario e inmediato su Iglesia particular (cf. Motu proprio Apostolos suos, 10), haciéndola oír la voz de Jesucristo, que "es el mismo ayer, hoy y siempre" (Hb 13, 8).

Siendo así, la Conferencia Episcopal promueve la unión de esfuerzos y de intenciones de los obispos, convirtiéndose en un instrumento para que puedan compartir sus fatigas; debe, por tanto, evitar ponerse como una realidad paralela o sustituta del ministerio de cada uno de los obispos, es decir, sin cambiar su relación con la respectiva Iglesia particular y con el Colegio Episcopal, ni tampoco constituyéndose en intermediario entre el obispo y la sede de Pedro.

Mientras tanto, en el fiel ejercicio de la función doctrinal que os corresponde, cuando os reunís en vuestras Asambleas, queridos obispos, debéis sobre todo estudiar los medios más eficaces para hacer llegar oportunamente el magisterio universal al pueblo que os fue confiado. Esta función doctrinal será desempeñada en los términos indicados por mi venerado predecesor, el Papa Juan Pablo II, en el Motu Proprio Apostolos suos, también al abordar las nuevas cuestiones emergentes, para después poder orientar la conciencia de los hombres para encontrar la recta solución a los nuevos problemas suscitados por las transformaciones sociales y culturales.

De modo especial, algunos temas recomiendan hoy una acción conjunta de los obispos: la promoción y la tutela de la fe y de la moral, la traducción de los libros litúrgicos, la promoción y formación de las vocaciones de especial consagración, la elaboración de subsidios para la catequesis, el compromiso ecuménico, las relaciones con las autoridades civiles, la defensa de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, la santidad de la familia y del matrimonio entre hombre y mujer, el derecho de los padres a educar a sus hijos, la libertad religiosa, los demás derechos humanos, la paz y la justicia social.

Al mismo tiempo, es necesario recordar que los asesores y las estructuras de la Conferencia Episcopal existen para el servicio a los obispos, no para sustituirles. Se trata, en definitiva, de buscar que la Conferencia Episcopal, con sus organismos, funcione cada vez más como órgano propulsor de la solicitud pastoral de los obispos, cuya preocupación primaria debe ser la salvación de las almas, que es, además, la misión fundamental de la Iglesia.

Queridos hermanos, al final de nuestro encuentro, me gustaría invitaros a mirar el futuro con los ojos de Cristo, poniendo en Él vuestra esperanza, pues “la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rm 5,5). Reiterando mi profundo afecto por el pueblo brasileño, confío a Brasil a la intercesión materna de la Virgen María, Nuestra Señora Aparecida, modelo de todos los discípulos: que Ella os conduzca por los caminos de su Hijo. Y, recordando a cada uno de los prelados brasileños que, durante estos últimos catorce meses, pasaron por aquí en visita ad Limina y también a aquellos que no pudieron venir por problemas de salud, de todo corazón os concedo, así como a los sacerdotes, a los religiosos, a las religiosas, a los catequistas y a todos vuestros diocesanos, la Bendición Apostólica.

[Traducción del original portugués por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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Discurso a los representantes de monitores de esquí italianos
El esquí, oportunidad para aprender valores
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 15 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa pronunció hoy al recibir en audiencia a un grupo de representantes de “Monitores de Esquí” italianos, acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores italiano Franco Frattini, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico.

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Señor Ministro,

gentiles señoras y señores,

estoy contento de dirigiros a todos mi cordial saludo. Dirijo un pensamiento deferente al honorable Franco Frattini, ministro de Asuntos Exteriores del Estado Italiano, que ha querido participar en esta audiencia, siendo él mismo parte del nutrido grupo de instructores de esquí. Le doy las gracias por las corteses palabras que me ha dirigido en nombre de todos y, aprovechando la ocasión, le expreso mi viva gratitud por haber trabajado para que numerosos católicos, heridos recientemente en Bagdad, fuesen acogidos en seguida en Italia. Vuestra presencia me sugiere dos breves reflexiones, sobre el valor del deporte y del ambiente natural, respectivamente.

La actividad deportiva está entre los medios que ayudan al desarrollo armónico de la persona y a su perfeccionamiento moral (cfr Conc Vat. II, Decl. Gravissimum educationis, 4). También vuestro trabajo como “Maestros de esquí” contribuye a estimular algunas capacidades, por ejemplo, la constancia en perseguir los objetivos, el respeto de las reglas, la tenacidad al afrontar y superar las dificultades. Practicado con pasión y sentido ético, el deporte, además de ejercitar a un sano antagonismo, se convierte en escuela para aprender y profundizar los valores humanos y cristianos. Éste, de hecho, enseña a armonizar dimensiones importantes de la persona humana favoreciendo su desarrollo integral. Mediante la actividad deportiva, la persona comprende mejor que su cuerpo no puede ser considerado un objeto, sino que, a través de la corporeidad, se expresa a sí misma y entra en relación con los demás. De este modo, el equilibrio entre la dimensión física y la espiritual lleva a no idolatrar el cuerpo, sino a respetarlo, a no hacer de él un instrumento que potenciar a todo coste, utilizando incluso medios ilícitos.

El otro aspecto que quisiera señalar lo sugiere el hecho de que el esquí se practica inmersos en el ambiente montañés, un ambiente que, de modo especial, nos hace sentirnos pequeños, nos restituye la justa dimensión de nuestro ser criaturas, nos hace capaces de interrogarnos sobre el sentido de la creación, de mirar a lo alto, de abrirnos al Creador. Pienso en cuantas veces subiendo a una montaña para después descender esquiando, o también practicando el esquí de fondo, se os han abierto panoramas que, de forma espontánea, elevan el espíritu e invitan a elevar la mirada no sólo exterior, sino también del corazón. Contemplando la creación, el hombre reconoce la grandeza de Dios, fuente última del propio ser y del universo. No hay que olvidar que la relación con lo creado constituye un elemento importante para el desarrollo de la identidad y que ni siquiera el pecado del hombre ha eliminado su deber de ser guardián del mundo. También la actividad deportiva puede ser concebida y vivida como parte de esta responsabilidad. Los progresos en el ámbito científico y tecnológico dan al hombre la posibilidad de intervenir y manipular la naturaleza, pero el riesgo, siempre al acecho, es el de querer sustituir al Creador y de reducir la creación casi a un producto que usar y consumir. ¿Cuál es en cambio la actitud correcta que hay que asumir? Seguramente es la de un profundo sentimiento de gratitud y de reconocimiento, pero también de responsabilidad a la hora de conservar y cultivar la obra de Dios (cfr Gen 2,15). La actividad deportiva ayuda a perseguir estos objetivos incidiendo en el propio estilo de vida, que es orientado a la enseñanza del equilibrio, de la autodisciplina y del respeto. En particular para vosotros, además, el contacto con la naturaleza es un motivo para cultivar un profundo amor hacia la creación de Dios.

A la luz de estas reflexiones, vuestro papel parece relevante tanto para una sana formación deportiva, como para una educación al respeto del medio ambiente. Se trata por ello de una tarea que realizar no de forma aislada, sino de acuerdo con las familias, especialmente cuando vuestros alumnos son menores de edad, y en colaboración con la escuela y otras realidades educativas. Es importante también vuestro testimonio de fieles laicos que, también en el contexto de la actividad deportiva, saben dar la justa centralidad a los momentos fundamentales para la vida de fe, especialmente a la santificación del domingo como día del Señor.

Queridos amigos, os doy las gracias por vuestra cordial visita y, mientras os auguro todo bien en vuestra actividad profesional y deportiva, os aseguro mi oración y de corazón os bendigo a todos vosotros, a vuestros familiares y a vuestros alumnos.

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

 


 

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Discurso del Papa al Consejo Pontificio para la Cultura
Al término de la celebración de la Asamblea Plenaria anual
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 15 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió ayer sábado a los participantes en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la Cultura, con el tema: “Cultura de la comunicación y nuevos lenguajes”.

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Señores cardenales,

venerados hermanos en el Episcopado y en el Sacerdocio,

queridos hermanos y hermanas,

estoy contento de encontraros al término de la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la Cultura, durante el transcurso de la cual habéis profundizado en el tema: “Cultura de la comunicación y nuevos lenguajes”. Doy las gracias a su presidente, monseñor Gianfranco Ravasi, por sus hermosas palabras, y saludo a todos los participantes, agradecido por la contribución ofrecida al estudio de esta temática, muy relevante para la misión de la Iglesia. Hablar de comunicación y de lenguaje significa, de hecho, no sólo tocar uno de los nudos cruciales de nuestro mundo y de sus culturas, sino, para nosotros los creyentes, significa acercarse al misterio mismo de Dios que, en su bondad y sabiduría, quiso revelarse y manifestar su voluntad a los hombres (Concilio Vaticano II, Const. Dogm. Dei Verbum, 2). En Cristo, de hecho, Dios se nos reveló como Logos, que se comunica y nos interpela, enlazando la relación que funda nuestra identidad y dignidad de personas humanas, amadas como hijos por el único Padre (cfr Ex. ap. postsinodal Verbum Domini, 6.22.23). Comunicación y lenguaje son también dimensiones esenciales de la cultura humana, constituida por informaciones y nociones, por creencias y estilos de vida, pero también por reglas, sin las cuales difícilmente las personas podrían progresar en la humanidad y en la socialidad. He apreciado la decisión original de inaugurar la Plenaria en la Sala de la Protomoteca en el Campidoglio, corazón civil e institucional de Roma, con una mesa redonda sobre el tema: "En la Ciudad a la escucha de los lenguajes del alma”. De esta forma, el Dicasterio ha querido expresar una de sus tareas esenciales: ponerse a la escucha de los hombres y de las mujeres de nuestro tiempo, para promover nuevas ocasiones de anuncio del Evangelio. Escuchando, por tanto, las voces del mundo globalizado, nos damos cuenta de que está en curso una profunda transformación cultural, con nuevos lenguajes y nuevas formas de comunicación, que favorecen también nuevos y problemáticos modelos antropológicos.

En este contexto, los Pastores y los fieles advierten con preocupación algunas dificultades en la comunicación del mensaje evangélico y en la transmisión de la fe, dentro de la propia comunidad eclesial. Como he escrito en la Exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini: "muchos cristianos necesitados de que se les vuelva a anunciar persuasivamente la Palabra de Dios, de manera que puedan experimentar concretamente la fuerza del Evangelio" (n. 96). Los problemas parecen a veces aumentar cuando la Iglesia se dirige a los hombres y a las mujeres alejados o indiferentes a una experiencia de fe, a los cuales el mensaje evangélico llega de manera poco eficaz y convincente. En un mundo que hace de la comunicación la estrategia principal, la Iglesia, depositaria de la misión de comunicar a todas las gentes el Evangelio de la salvación, no permanece indiferente y extraña; intenta, por el contrario, de valerse con renovado empeño creativo, pero también con sentido crítico y discernimiento atento, de los nuevos lenguajes y de las nuevas modalidades comunicativas.

La incapacidad del lenguaje de comunicar el sentido profundo y la belleza de la experiencia de fe puede contribuir a la indiferencia de muchos, sobre todo los jóvenes; puede convertirse en motivo de alejamiento, como afirmaba ya la Constitución Gaudium et spes, reconociendo que una presentación inadecuada del mensaje esconde más que manifiesta el genuino rostro de Dios y de la religión (cfr n. 19). La Iglesia quiere dialogar con todos, en la búsqueda de la verdad; pero para que el diálogo y la comunicación sean eficaces y fecundos es necesario sintonizarse en una misma frecuencia, en ámbitos de encuentro amistoso y sincero, en ese “Atrio de los Gentiles” ideal que propuse, hablando a la Curia Romana hace un año, y que el Dicasterio está realizando en diversos lugares emblemáticos de la cultura europea. Hoy no pocos jóvenes, aturdidos por las infinitas posibilidades ofrecidas por las redes informáticas o por otras tecnologías, establecen formas de comunicación que no contribuyen al crecimiento en humanidad, sino que al contrario, corren el riesgo al contrario de aumentar el sentido de soledad y de desorientación. Ante estos fenómenos, he hablado muchas veces de emergencia educativa, un desafío al que se puede y se debe responder con inteligencia creativa, empeñándose en promover una comunicación humanizadora, que estimule el sentido crítico y la capacidad de valoración y de discernimiento.

También en la cultura tecnológica actual, es el paradigma permanente de la inculturación del Evangelio el que hace de guía, purificando, sanando y elevando los mejores elementos de los nuevos lenguajes y de las nuevas formas de comunicación. Para esta tarea, difícil y fascinante, la Iglesia puede acudir al extraordinario patrimonio de símbolos, imágenes, ritos y gestos de su tradición. En particular, el rico y denso simbolismo de la liturgia debe resplandecer en toda su fuerza como elemento comunicativo, hasta tocar profundamente la conciencia humana, el corazón y el intelecto. La tradición cristiana, además, ha unido siempre estrechamente a la liturgia el lenguaje del arte, cuya belleza tiene una particular fuerza comunicativa propia. Lo experimentamos también el pasado domingo, en Barcelona, en la Basílica de la Sagrada Familia, obra de Antoni Gaudí, que conjugó genialmente el sentido de lo sagrado y de la liturgia con formas artísticas tanto modernas como en sintonía en las mejores tradiciones arquitectónicas. Con todo, más incisiva aún que el arte y que la imagen en la comunicación del mensaje evangélico es la belleza de la vida cristiana. Al final, sólo el amor es digno de fe y resulta creíble. La vida de los santos, de los mártires, muestra una singular belleza que fascina y atrae, porque una vida cristiana vivida en plenitud haba sin palabras. Necesitamos hombres y mujeres que hablen con su vida, que sepan comunicar el Evangelio, con claridad y valor, con la transparencia de las acciones, con la pasión gloriosa de la caridad.

Tras haber ido peregrino a Santiago de Compostela y haber admirado en miles de personas, sobre todo jóvenes, la fuerza convincente del testimonio, la alegría de ponerse en camino hacia la verdad y la belleza, auguro que muchos contemporáneos nuestros puedan decir, volviendo a escuchar la voz del Señor, como los discípulos de Emaús: “¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?” (Lc 24, 32). Queridos amigos, os doy las gracias por cuanto hacéis cada día con competencia y dedicación y, mientras os confío a la protección maternal de María Santísima, os imparto de corazón a todos la Bendición Apostólica.

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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