Entre ellos, el español Mons. José Manuel Estepa Llaurens

Benedicto XVI nombra 24 nuevos cardenales de la Iglesia

 

Benedicto XVI ha presidido esta mañana una solemne ceremonia en la Basílica de San Pedro para la creación de 24 nuevos cardenales de todo el mundo. Con ellos, el colegio cardenalicio tiene 121 cardenales con derecho a voto en un futuro cónclave. Los nuevos cardenales entran en el grupo de obispos que prestan «colaboración asidua e inmediata» al Papa, quien les dijo en su homilía que «la lógica de la Cruz, que es la base de todo ejercicio de autoridad» debe primar en la Iglesia.

20/11/10 6:54 PM


 

(RV/InfoCatólica) El papa Benedicto XVI presidió este sábado en la basílica de San Pedro en el Vaticano la solemne ceremonia para la "creación" de 24 nuevos cardenales. Miles de personas, entre ellos 150 cardenales de todo el mundo, así como religiosos, obispos, grupos de peregrinos y delegaciones de los países de origen de los nuevos purpurados asistieron a la proclamación.

En su homilía, el Santo Padre subrayó en su homilía la necesidad de "humildad" de todos los miembros de la milenaria institución, los cuales "no vienen para ser servidos sino para servir". "En la Iglesia nadie es patrón", afirmó el Papa, tras explicar que los nuevos cardenales entran a formar parte del "coetus peculiaris", el grupo selecto "que brinda su colaboración asidua e inmediata" al pontífice. Benedicto XVI aseguró que en la Iglesia "no es la lógica del dominio ni del poder" la que reina, "sino la del servicio, la de arrodillarse para lavar los pies, la lógica de la Cruz, que es la base de todo ejercicio de autoridad". 

Vestidos con sus ornamentos color rojo sangre, en homenaje al color de la sangre derramada para defender a la Iglesia, los nuevos cardenales, entraron a formar parte del Colegio cardenalicio. Los nuevos "ministros" recibieron emocionados el birrete rojo cardenalicio de manos del pontífice durante la celebración, transmitida en directo por los canales de televisión del Vaticano. En nombre de todos los cardenales recién designados, el cardenal Angelo Amato recordó que se han comprometido "hasta el extremo" a defender "la fe, la paz (...) la libertad" de la Iglesia. 

121 cardenales con derecho a voto

De los 24 nuevos cardenales, cuatro tienen más de 80 años de edad, y por tanto no son electores. Entre ellos el español José Manuel Estepa Llaurens, arzobispo emérito castrense y uno de los cuatro autores del catecismo. Veinte son electores, es decir tienen derecho a voto en caso de elección de pontífice. Los dos latinoamericanos, el arzobispo emérito de Quito (Ecuador) y el arzobispo de Aparecida (Brasil), actual presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), son electores.

Con las nuevas designaciones, el número de cardenales con derecho a voto en un eventual cónclave por la muerte del Papa llega a 121 miembros, uno más del límite fijado por el Papa Pablo VI y pocas veces superado por Juan Pablo II. En total, de los 121 cardenales electores, 62 son europeos (25 italianos), según las estadísticas del Vaticano. Otros 21 son latinoamericanos, 15 norteamericanos, 10 asiáticos, 12 africanos y uno de Oceanía. El domingo, en el curso de una misa solemne oficiada en la plaza de San Pedro con todos los cardenales, será entregado el anillo de oro cardenalicio. 

La sesión de la tarde de ayer

Destacando que la Dominus Jesus esclarece algunas verdades cristológicas y eclesiológicas fundamentales e impulsa los diálogos ecuménicos e interreligiosos, a partir de una precisa identidad católica, el cardenal Angelo Amato aseguró que que, al mismo tiempo, no ha cerrado los caminos de búsqueda positivos indicados por el Concilio, sobre la gran cuestión de la salvación de los no cristianos. La Dominus Jesus, poniendo en guardia contra un malentendido pluralismo, queda como válido llamado de claridad doctrinal y pastoral, como base de la catequesis, de la nueva evangelización y de la ‘missio ad gentes’.

El cardenal William Levada desarrolló las dos ponencias que tenía encomendadas, respectivamente sobre ‘Respuesta de la Iglesia a los casos de abuso sexual: hacia una orientación común’ y sobre ‘la Constitución apostólica ‘Anglicanorum coetibus’. En la primera, el cardenal ofreció una actualización sobre la legislación canónica, concerniente al delito de abuso sexual sobre los menores y luego desarrolló algunas observaciones acerca de la responsabilidad más amplia de los obispos en la tutela de los fieles que tienen encomendados.

En este contexto, se inspiró en las palabras del Santo Padre, en su ejemplo de escucha y de acogida hacia las víctimas y habló de la colaboración con las autoridades civiles y de la necesidad de un eficaz compromiso de protección de los niños y de los jóvenes y de una atenta selección y formación de los futuros sacerdotes y religiosos. Finalmente, informó sobre el trabajo de preparación de una carta circular de la Congregación a las Conferencias episcopales, sobre las líneas guía que se ofrecen para un programa coordinado y eficaz en la dirección mencionada.

En su segunda ponencia, el cardenal William Levada presentó la naturaleza y origen de la Constitución apostólica sobre la institución de los ordinariatos para los fieles anglicanos que desean entrar ‘corporativamente’ en la comunión plena con la Iglesia católica. Y explicó el contexto ecuménico y la situación actual en lo que respecta a la constitución de Ordinariatos, el primero de los cuales será erigido en Gran Bretaña, como se comunicó ayer mismo en una declaración de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales.

Debate sobre los temas presentados

En la posterior discusión intervinieron 12 cardenales (por lo que durante la jornada hubo en total 30 intervenciones). Algunos se refirieron con ulteriores profundizaciones a los temas presentados durante la mañana y otros a los temas de la tarde. En particular, al de la respuesta de la Iglesia a los casos de abuso sexual. Se sugirió, entre otras cosas, alentar a las Conferencias Episcopales a desarrollar places eficaces, oportunos, articulados, completos y decididos de protección de los menores, que tengan en cuenta los múltiples aspectos del problema y de las necesarias líneas de intervención. Tanto para el restablecimiento de la justicia, como para la asistencia de las víctimas, y de la prevención y la formación, también en los países donde el problema no se ha manifestado de forma dramática, como en otros.