24.11.10

Condones, afán informativo y margen de error

A las 9:03 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : El Vaticano
 

El debate mundial sobre las palabras de Benedicto XVI respecto del uso del condón en casos extremos y como “primer paso hacia la humanización de la sexualidad” crece de hora en hora. En este contexto de presión mediática el trabajo se torna delicado y el margen de error -para quienes vivimos del periodismo- se eleva notablemente. Esta vez me tocó a mí. En el anterior post de este blog, por un malentendido, atribuí al vocero del Vaticano, Federico Lombardi, un gesto que no cometió y por ello es mejor aclarar.

Originalmente escribí que el director de la sala de prensa vaticana había intentado disuadir al Papa de aceptar la entrevista con Peter Seewald cuando este le preguntó si no consideraba “un riesgo enorme” la publicación de un libro como “Luz del mundo” en un “ambiente mediático como el presente”, es decir negativo para la Iglesia católica.

Esa interpretación (mía) fue errada porque, como me hizo notar el mismo Lombardi esta tarde, él habló de ese tema con el pontífice pocas horas antes del lanzamiento mundial del texto, que se llevó a cabo el martes en la sala de prensa del Vaticano.

Sólo mi conclusión fue equivocada, porque la frase en cuestión efectivamente existió como también fueron reales las preocupaciones del jesuita por el impacto mediático que podrían tener las palabras de Benedicto XVI, sobre todo aquellas ligadas a los temas más delicados.

La respuesta de Joseph Ratzinger no sólo fue una sonrisa sino también el permiso al vocero de subrayar públicamente que sus declaraciones a Seewald eran comparables al libro “Jesús de Nazareth”, es decir opiniones “coloquiales” que no debían ser interpretadas como parte del magisterio.

Así las cosas Federico Lombardi nunca pretendió convencer al Papa de nada, lo cual tampoco cambia el sentido profundo del análisis de este blog: Benedicto XVI no es un ingenuo. Sabía lo que decía. Por ello la modificación correspondiente (ya realizada) tampoco trastornó el artículo en cuestión. De todas maneras, en honor a la verdad, era necesario precisar con las debida solicitud de disculpas al interesado.

A río revuelto. Por otra parte, y sin afán de justificación alguna, es necesario aclarar que este error (únicamente responsabilidad mía) fue “ayudado” en parte por la no muy brillante estrategia comunicativa del Vaticano en cuanto al lanzamiento del libro “Luz del mundo”.

Apenas ayer dimos algunos detalles sobre cómo L’Osservatore Romano (que ahora se convirtió en el chivo expiatorio de esta polémica) al adelantar el contenido del libro con una anticipación, el sábado por la tarde, forzó a los periodistas a centrarse en un tema polémico como los preservativos y dejar de lado el Consistorio presidido ese día por el obispo de Roma.

A esto se sumó una poca coordinación entre la Librería Editorial Vaticana (LEV), la Sala de Prensa de la Sede Apostólica y los comunicadores. Algunos de los corresponsales acreditados recibimos el documento poco antes de la presentación oficial lo cual complicó el trabajo, sobre todo para las agencias (el caso de un servidor) que debimos, con un ojo, redactar noticias sobre un texto de más de 200 páginas y, con el otro, tratar de atender los pasajes más importantes de la conferencia.

¿No era más fácil concertar una lectura anticipada? ¿Era mucho pedir que los periodistas leyeran todo el texto, se sacaran las dudas y después informaran? ¿Podría haberse evitado tanto manoseo informativo? ¿No hubiera sido un acto de justicia con el Papa y con quienes deseamos informar bien sobre su ministerio, incluso equivocándonos? Seguramente el margen de error podría haber disminuido sensiblemente. De todas maneras en mi caso, en respeto a la ética profesional, acepto el error y enmiendo la plana.

Serafines susurran.- Que hoy el Papa Benedicto XVI está de luto por el fallecimiento de un miembro de su familia íntima. Se trata de la consagrada Memores Domini Manuela Camagni, una de los cuatro “ángeles custodios” cuya misión es un servicio dedicado y muchas veces poco conocido: los quehaceres domésticos en el apartamento papal.

Ella era encargada de auxiliar cotidianamente a los dos secretarios particulares del pontífice, Georg Gaenswein y Alfred Xuereb. Ayer por la noche, mientras salía de una cena con amigos fue embestida por un automovilista. Los primeros socorros y el traslado al hospital Umberto I fueron inútiles y tras varios intentos de operación a la cabeza falleció durante las primeras horas de este día.

El Santo Padre fue informado del triste evento antes de la celebración de la santa misa matutina y elevó por la difunta su oración de sufragio”, reportó la Radio Vaticana.