Figar anuncia el próximo Decreto de Conciertos, que se compromete con la “libertad de elección” de los padres y la “autonomía de los centros”
Católicos
Sábado, 27 de Noviembre de 2010 01:00

La consejera de Educación madrileña, Lucía Figar, se comprometió este viernes a aprobar un Real Decreto de Conciertos antes de finalizar el año que avance en “la máxima libertad” para los centros educativos, “la mayor autonomía” y ”la mayor rendición de cuentas”.


Lo anunció en la apertura del I Congreso ‘Maestros Católicos’, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU. Figar afirmó que si tuviera que fijar algún objetivo ideal sobre el que guiar la acción de gobierno en el área educativa, sería el de “lograr que el cien por cien de las familias puedan hacer efectivo su derecho a elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos”.


Figar insistió en que lo deseable en un sistema educativo es que “la oferta se adecue a las preferencias de los padres y no al revés”. Consigna que ha llevado a la consejera a abogar por conceder “mayor libertad curricular a los centros” y a reafirmarse en la iniciativa fiscal de desgravación de hasta 900 euros por hijo escolarizado en familias de hasta 30.000 euros de renta por miembro.


El presidente de la ACdP y del CEU, Alfredo Dagnino, reiteró, en la línea de Figar, la necesidad de “garantizar la libertad de enseñanza”, lo que implica que en ningún caso el Estado se pueda convertir “en educador moral de la sociedad”. Algo que, dijo Dagnino, está sucediendo en el sistema educativo español, que está “politizado e ideologizado”.


Por su parte, el presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis y obispo de Segorbe Castellón, Casimiro López Llorente, insistió en la importancia de los profesores para que la enseñanza católica sea algo realmente efectiva. La viabilidad de un proyecto educativo “definido por la referencia explícita al evangelio” depende, dijo, de que haya “educadores católicos”. Y éstos se deben caracterizar por “vivir su profesión desde la fe, el seguimiento y el testimonio”. Éste es el modo en el que el “católico profesor” actúa como verdadero “profesor católico”, explicó.