27.11.10

Cuando te parece que la Iglesia se convierte en tu enemiga

A las 6:36 AM, por Luis Fernando
Categorías : Sobre el autor, Actualidad (blog antiguo), Secularización interna de la Iglesia
 

Hay un obispo emérito español que se ha caracterizado en los últimos años por hacer declaraciones y escribir artículos en los que defiende con energía y garbo la doctrina católica, en especial cuando la misma es atacada por políticos que se las dan de católicos al mismo tiempo que se burlan de la fe y moral de la Iglesia.

Que haya obispos así es algo de agradecer. El problema es cuando uno se entera de que ese mismo obispo miró para otro lado ante la penosa realidad de una buena parte del clero de su diócesis. Es decir, que un pastor que se dedica a pedir coherencia doctrinal y moral a la clase política “católica” no haya hecho lo mismo con algunos de sus sacerdotes, es cuanto menos peculiar.

El problema es que cuando esas cosas ocurren, los fieles sufren. Y algunos sufren tanto que su fe se viene abajo, porque en vez de encontrar apoyo en la Iglesia, lo que obtienen es displicencia, soberbia e incluso desprecio. Hay casos, como el que van a leer ahora ustedes, que claman al cielo. Lo ha sufrido un buen amigo, José Carlos, al que no tengo el placer de conocer en persona pero con el que me he pasado horas y horas hablando por teléfono. La primera vez que supe de él fue hace ya bastantes años cuando yo todavía participaba en un foro protestante intentado defender la fe católica de los ataques de los evangélicos. Allá apareció José Carlos, ocultando su identidad con un nick, soltando bilis contra la Iglesia. Pronto pude ver que lo que había detrás no era tanto una cuestión doctrinal sino personal. No recuerdo cómo llegué a ponerme en contacto con él, pero una vez que lo hice, me di cuenta que mis sospechas eran ciertas. Allí había un alma rota por el dolor de haberse sentido abandonado por la iglesia local a la que pertenecía. Incluido el obispo de marras.

Resumiré su caso en cuatro líneas. Era un hombre felizmente casado y con una hija, que un día se encontró que su esposa se había liado con un cura. Para colmo, la mujer le pide la nulidad y la Iglesia se la concede, aludiendo que él tenía claros trastornos psíquicos, hecho que se demostraba por sus celos hacia dicho cura. A día de hoy, ese cura, a quien el obispo hizo arcipreste a pesar de la denuncia personal que le hizo José Carlos, está secularizado y casado por lo civil con su ex-mujer.

Como ustedes comprenderán, la situación anímica y espiritual de este hombre no es la idónea. Eso no justifica todo su proceder, como yo mismo me he encargado de advertirle en varias ocasiones. Es decir, que te hayan hecho daño no te convierte en santo y tampoco justifica que te separes de la Iglesia. Pero claro, es muy fácil decir eso cuando no se ha pasado en primera persona por el drama de que un sacerdote te robe a tu mujer y la diócesis a la que perteneces te deje tirado en la estacada como un guiñapo.

En la página siguiente copio la entrevista que le hizo un periódico gallego a José Carlos. Entrevista hecha, pero no publicada hasta hoy en este blog. ¿Y por qué no la han publicado? En mi opinión, porque queda en mal lugar el gran santón hereje de la “iglesia gallega”. Que cada cual saque sus conclusiones.

Acabo pidiendo oraciones por la salud espiritual y mental de este buen amigo. El tiempo no siempre cura las heridas. Espero que algún día la Iglesia le reconozca al menos que el proceso de nulidad fue una farsa. Al fin y al cabo, a Dios no se le puede engañar. Las sentencias de tribunales eclesiásticos no tienen vigencia en el cielo cuando se han urdido con malas artes.

-¿Cómo empezó todo?

La separación con mi mujer ocurrió en 1998. Ella pidió la nulidad a la semana siguiente, o a los 15 días. Me llegó una carta certificada del Obispado, pensé en no ir porque estaba bastante afectado. Pero al final fui a declarar, y conté que mi mujer tenía una relación con el cura Victorino Pérez Prieto que a mí no me gustaba. El vicario judicial (Ángel Paz Gómez) me advirtió: mucho cuidado, porque las calumnias pueden pasar de lo eclesial a lo civil a lo que yo le respondí con respecto al cura que “la mujer del cesar no sólo tiene que ser honrada sino parecerlo”. En la segunda ocasión en que presté declaración, me mandaron firmar en un papel en donde ponía que yo tenía celos de un cura debido a mi desequilibrio psíquico. El proceso siguió adelante y como no volví a comparecer, me declararon en rebeldía. El Tribunal Eclesiástico resolvió que yo tenía “un problema de desequilibrio psíquico y que estaba celoso de un cura". Y eso lo dijo el cura que nos casó y al que ayudé dando Catequesis durante aproximadamente 12 años (Xaquín Campo Freire). Concedieron la nulidad al cabo de un año.

-¿Qué pasó después de la nulidad?

Victorino Pérez se fue de la parroquia el 31 de julio de 2006. El 26 de agosto se casó por lo civil con mi ex-mujer. (Amor a primera vista…)Dejó la parroquia tras las numerosas críticas de feligreses ante el Obispado de Mondoñedo y las denuncias en el blog de D. Francisco José Fernandez de La Cigoña. El tiempo me dio la razón, se confirmó lo sospechado.

Amigos y vecinos de las parroquias de Victorino me contaron después que el discutido teólogo Torres Queiruga había celebrado una misa para celebrar la unión civil de ellos dos. Éste teólogo heterodoxo (por no llamarle herético) está obligado a reconocer que no se puede andar con juegos circenses mientras se detenta una postura destacada en la Iglesia, y a distanciarse de quien vive manifiestamente en pecado mortal.

Este señor debería saber creer todo lo que pertenece a la Religión católica. Que no lea tanto, ni escriba tantísimo. Y que crea.

-¿Consultó a algún sacerdote durante el proceso de nulidad?

Cuando se empezó a tramitar mi nulidad, decidí visitar al obispo Gea Escolano. Me escuchó, pero a los 15 días dejó que nombraran arcipreste a aquel sacerdote. Ahora no me mueven los celos, he aceptado la situación pero denuncio el corporativismo del clero. Tras doce años de la nulidad, aún no me han pedido disculpas.

Ahora he pedido los autos de la nulidad pero dicen que ha transcurrido el plazo. Mi ex-mujer había llevado como testigos al cura que nos casó y a sus padres. Pero el tribunal no aceptó como testigo un sacerdote de mi confianza. José Couce Rey, sacerdote del barrio de Caranza que yo había puesto como testigo dijo que yo era “un inmaduro religioso por asistir a cultos religiosos evangélicos". Sin embargo en los cultos me tengo encontrado en más de una ocasión con algún cura que iba a los cultos de los hermanos evangélicos y les llamaba ecumenismo. Incluso me tienen comentado que muchas veces las predicaciones evangélicas le tienen ayudado para sus homilías del domingo y que acudía con frecuencia porque le llenaban espiritualmente. Asistir a un acto ecuménico no es motivo para una nulidad.

La sentencia de nulidad llegó de Santiago un año después de la separación, incluso llevó más tiempo de lo previsto al declararme en rebeldía. Nulidad con fecha 11 abril 2000

-¿Por qué denuncia ahora el proceso de nulidad?

A partir del matrimonio entre mi ex-mujer y el sacerdote, el tiempo me da la razón, pues ahora puede verse que había un motivo para mis sospechas. Yo decía que ellos tenían una relación durante mi matrimonio que a mi no me gustaba, pero ahora dicen que se conocieron después de mi separación. Ahora pediré al Tribunal de Rota que revise la nulidad.

Conmigo se han puesto en contacto abogados, incluso doctores en Derecho Canónico en Roma, que aprecian errores de bulto en el proceso. Prefiero contactar con ellos, porque confío que no incurrirán en corporativismo. No ven correcta la declaración del cura que nos casó, que en el proceso de nulidad me acusó de “inestabilidad total". Ese cura no era un experto psicólogo ni psiquiatra. Su declaración no tiene valor.

-¿Cómo valora la actuación del clero?

Veo un corporativismo tremendo. Uno de los curas testigos me dijo que así ya tenía yo papeles para casarme con otra. Un abogado está ahora estudiando los trámites que podría iniciar. Pido ahora que se de marcha atrás en la nulidad, porque a mí me acusaron de desequilibrado.

Creo que el Obispado se niega a proporcionar la información para recurrir la sentencia para que no se mueva este caso, pienso que no me dejan acceder a los autos del proceso porque se demostraría la infidelidad con el cura y los errores del proceso.

Estos hechos no me han apartado de la fe, veo que Dios actúa porque todo sale a la luz. He salido fortalecido a pesar del dolor.

-¿Qué opina de que Victorino celebrara misas en la Colegiata después de casado?

En este caso, hemos visto la doble moral de algunos curas casados. Aquel sacerdote se casó y después siguió dando misas, los curas que se casan deben ajustarse a las normas establecidas. Según declaraciones de este sacerdote dijo que los obispos sabían que celebraba misas. Sólo se puso el grito en el cielo cuando la noticia saltó a la prensa. Para la Iglesia fue mayor escándalo que celebrase misas que todo lo que yo denuncié.

Gracias a este cambalache montado por el mencionado tribunal eclesiástico ahora hay un cura oficialmente amancebado con una señora que en este momento es soltera mientras no se lleve a efecto la anulación de la nulidad.

Luis Fernando Pérez Bustamante