"Ella nos habla con la Palabra de Dios, que se ha hecho carne en su vientre"

Ofrenda floral del Papa a la Inmaculada en la plaza de España de Roma

La ciudad "no es una aglomeración anónima" sino "una constelación donde Dios conoce a todos personalmente"

Redacción, 08 de diciembre de 2010 a las 18:09
El Papa Benedicto XVI ha señalado que la Inmaculada es un mensaje de confianza y de esperanza para cada persona del mundo entero, "no hecho de palabras sino por su misma historia y que comparte su vida con Jesucristo", durante su visita a la estatua de María Inmaculada, situada en la Plaza de España de Roma a la que ha entregado una cesta de flores en nombre de la ciudad de Roma.

El papa Benedicto XVI dijo hoy que la ciudad "no es una aglomeración anónima" sino "una constelación donde Dios conoce a todos personalmente por su nombre, uno a uno, y nos llama a brillar en su luz" en su discurso.

El Pontífice ha llegado hacia las 16.15 horas a la Plaza de España. A la ceremonia han asistido el alcalde de Roma, Gianni Alemanno y el Vicario de la diócesis de Roma, el cardenal Agostino Vallini.

El Papa ha subrayado en su discurso que María "entrega un mensaje destinado a cada uno" y que su único mensaje "no es otro que Jesús". Además, ha recordado que la Inmaculada es una anticipación de la salvación de Dios por cada ser humano.

Además, ha explicado que la Inmaculada enseña que "todos están llamados a abrirse a la acción del Espíritu Santo" para poder ser "completamente libres" del mal.

El Pontífice ha declarado que María mira "a cada uno" con una mirada "llena de esperanza y compasión". Por otro lado, Benedicto XVI ha manifestado que Dios "conoce a cada uno personalmente por el nombre" y pide "resplandecer con su luz".

Igualmente, ha pedido a los cristianos que "elijan el bien aunque cueste" y si es necesario que vayan "a contracorriente". El Santo Padre ha recalcado también que el destino de todos "es ser santos como el Padre, ser inmaculados como Jesucristo y ser hijos amados" y que el mundo entero forme "una gran familia sin confines de nacionalidad, color o lengua, porque uno sólo es Dios, Padre de cada hombre".

"También yo, que soy Obispo de esta ciudad, vengo a ponerme a escuchar, no sólo por mi, sino por todos", dijo. "Ella nos habla con la Palabra de Dios, que se ha hecho carne en su vientre. Su mensaje no es otro que Jesús", aseveró.

El Papa teólogo manifestó que este mensaje lo emociona porque siente que "está dirigido a todos los hombres y mujeres que viven en Roma, también a quien no piensa, a quien hoy no recuerda ni siquiera la Fiesta de la Inmaculada, a quien se siente solo y abandonado".

"La Virgen no ve la ciudad como una aglomeración anónima -explicó-, sino como una constelación donde Dios conoce a todos personalmente por su nombre, uno a uno, y nos llama a brillar en su luz".

Y agregó que "la Inmaculada nos dice que nuestro destino es ser todos adoptados (por Dios) para formar una gran familia, sin fronteras de nacionalidad, de color, de lengua, porque Dios es Padre de cada hombre". (RD/Agencias)