9.12.10

¿Sola Escritura? (3)

A las 10:01 AM, por Daniel Iglesias
Categorías : Teología dogmática, Biblia
 

3. “Sola fe”

Tiempo después, Scott Hahn realizó otro importante descubrimiento:

“descubrí que en ningún lugar enseñó San Pablo que nos salvamos sólo por la fe. El “por la sola fe” (sola fide) no estaba en la Escritura. […]

Para muchos, este hecho no parecería capaz de provocar una gran crisis, pero para alguien empapado de protestantismo y convencido de que el cristianismo dependía de la doctrina de sólo por la fe (sola fide), esto significaba que el mundo se venía abajo.

Recordaba lo que uno de mis teólogos favoritos, el Dr. Gerstner, había dicho una vez en clase: que si los protestantes estaban errados en lo de sola fide y la Iglesia católica tenía razón al sostener que nos salvamos por la fe y las obras, “yo estaría mañana mismo de rodillas delante del Vaticano para hacer penitencia”. […]

En efecto, toda la Reforma protestante nacía de esa diferencia. Lutero y Calvino habían afirmado frecuentemente que éste era el artículo sobre el cual la Iglesia de Roma se levantaba o se caía; para ellos, ése era el motivo por el cual la Iglesia católica había caído y el protestantismo se levantó de sus cenizas. Sola fide fue el principio esencial de la Reforma y yo estaba llegando ahora al convencimiento de que San Pablo nunca lo enseñó.

En la Carta de Santiago 2,24, la Biblia enseña que “el hombre se justifica por las obras, y no sólo por la fe”. Además, San Pablo dice en I Corintios 13,2: “Aunque tenga una fe capaz de mover montañas, si no tengo caridad, no soy nada”.

Para mí supuso una transformación traumática tener que reconocer que en este punto Lutero estaba fundamentalmente equivocado.”

(Scott y Kimberly Hahn, Roma, dulce hogar. Nuestro camino al catolicismo, Ediciones Rialp, Madrid 2001, pp. 46-48).

Acerca de este punto, Kimberley añade lo siguiente:

“Poco a poco llegamos a convencernos de que Martín Lutero había dejado que sus convicciones teológicas personales contradijeran la propia Biblia, a la cual supuestamente había decidido obedecer en lugar de a la Iglesia católica. Él había declarado que la persona no se justifica por la fe obrando en el amor, sino sólo por la fe. Llegó incluso a añadir la palabra “solamente” después de la palabra “justificado” en su traducción alemana de Romanos 3,28 y llamó a la Carta de Santiago “epístola falsificada” porque Santiago dice explícitamente: “Veis que por las obras se justifica el hombre y no sólo por la fe”.

De nuevo, y por mucho que nos extrañara, la Iglesia católica tenía razón en un punto fundamental de la doctrina”
(Ídem, p. 57).

Daniel Iglesias Grèzes