20.12.10

 

Don Luis Ángel Rodríguez Patiño, sacerdote gallego de la diócesis de Mondoñedo reprendido no hace mucho por su obispo, ha concedido una entrevista a Religión Digital. En cierto modo, es de agradecer la labor de José Manuel Vidal, porque, como sus entrevistas tienen bastante malicia, consiguen que este tipo de entrevistados dejen claras las áreas en que patinan.

Se empieza, como no podía ser menos, con la “discriminación” de la mujer:

“¿Se pedirá cuentas a la institución por esta flagrante discriminación de la mujer?

Espero que sí. Hay muchos colectivos empeñados ya en conseguir que la Iglesia católica no siga violando el art.14 de Constitución española en un Estado de derecho y democrático”.

A uno le deja boquiabierto este argumento de autoridad en labios de un sacerdote. Constitutio locuta, causa finita. La Iglesia “viola” la Constitución española y todos sabemos que no hay nada peor ni en este mundo ni en el otro. En consecuencia, D. Luis Ángel espera que la autoridad civil pida cuentas a la Iglesia, es de suponer que encerrando a unos cuantos obispos hasta que recapaciten. Desde luego, tiene muy claro de qué lado está.

Y eclesiásticamente, ¿cómo está el asunto del sacerdocio femenino?

“¿Es una herejía ser partidario del sacerdocio femenino, como lo es usted?

-Pienso que no. Pero, según la jerarquía eclesiástica, parece que sí".

¿Quién creerá este hombre que es la jerarquía? Jerarquía es él, como sacerdote. Pero en fin, ya sabemos que el único jefe malo es el que está por encima de mí. Por otra parte, en cuanto al tema del sacerdocio femenino, ¿qué parte de “doctrina irreformable” y “depósito de la fe” no entiende? En lo único que acierta es en que él no tiene ningún poder cambiar la fe católica. Por muy sacerdote que sea, debe aceptar, como cualquier fiel, la guía del magisterio.

Siempre me fascina la fijación que tienen algunos curas con el mal llamado “celibato opcional”. Parece que no haya otros temas.

“¿Sigue pensando que el celibato debería ser opcional?

Creo, desde hace tiempo, que el celibato debería ser opcional. Si es una gracia que Dios da, no se puede imponer. Y la jerarquía eclesiástica no puede manejar esa gracia divina. Lo único que pido es que se diga que el no casarse los curas es de derecho eclesiástico humano y no de derecho divino […]”

La empanada mental es de tal calibre que podría dar de comer a todos sus feligreses durante un mes. En primer lugar, todo el mundo está harto de oír que el celibato sacerdotal no es de derecho divino. Ese “lo único que pido” es un falso adversario, creado ad hoc para ridiculizar la postura católica. Además, el celibato ya es opcional y a nadie se le impone esa gracia de Dios. A nadie le dice la Iglesia que deba ser célibe. Lo que sí hace la Iglesia Latina es elegir únicamente a sus sacerdotes entre aquellos que tienen el don del celibato.

Por supuesto, no podía faltar el preservativo en este catálogo de “Cómo piensa el Mundo 2010”.

“A pie de obra pastoral, ¿cómo se ve y se vive la polémica del preservativo y el Papa?

La gente no entiende la cerrazón de la jerarquía ante el condón. La gente no quiere la perversión sexual, pero ve lo que pasa en África, ve la explotación sexual de niñas (muchas veces por parte de católicos apostólicos y romanos) y se da cuenta de que la Iglesia juega a la gallinita ciega. Nadie quiere el aborto, pero es mejor prevenir que lamentar. Un día le dije a un cura cerrado que viera el dolor de esas niñas que fueron violadas. Y continuó con su no, no y no. Después, tuvo problemas con su sobrina y la cosa ya era distinta. Somos unos hipócritas".

En cuanto al preservativo, la caricatura que hace este sacerdote resulta grotesca. En primer lugar, por aceptar la propaganda anticatólica, como si a los que critican a la Iglesia en el tema del preservativo lo hicieran para defender a la gente de África (la ingenuidad de algunos no conoce límites). Y en segundo lugar, por la asociación gratuita de “católicos apostólicos y romanos” (como si él no lo fuera) con la explotación sexual de niñas y la unión, igualmente gratuita, de este tema con el del uso del preservativo.

Con respecto al aborto, suponiendo que el caso que cuenta D. Luis Ángel sea real (porque tiene un sospechoso aspecto de tópico), resulta evidente que no es significativo. ¿O es que D. Luis Ángel quiere dar a entender que la inmensa mayoría de los sacerdotes católicos, que condena claramente el aborto, lo hace por egoísmo y porque no les toca de cerca?

En cualquier caso, D. Luis Ángel defiende aquí claramente el aborto (al menos para casos de violación, y, por el ejemplo de la sobrina, probablemente para otros casos también, siempre que tengan una dosis adecuada de sentimentalismo). Ya no hace falta leer más. Un sacerdote católico que defiende públicamente el aborto debe ser cesado inmediatamente.

Y es que, en realidad, todas estas cosas muestran que ha dejado hace mucho tiempo de ser sacerdote católico, de pensar como sacerdote católico y, lo que es más importante, de enseñar lo que enseña un sacerdote católico. Y él mismo lo demuestra en su respuesta final:

“¿Qué consejos le daría a los curas de pueblo (o de ciudad) desilusionados?

Que la gente nos necesita. Necesita seres humanos que le digan que la vida es muy bonita y que vale la pena vivirla a fondo y hasta el final. Que Cristo tuvo muchas dificultades en su aldea y estuvo allí. […]”

¿Eso es un cura de pueblo (o de ciudad)? ¿Alguien que le dice a la gente que la vida es muy bonita y que vale la pena vivirla a fondo? ¿Y que no se vaya de su aldea? ¿Dónde quedan el pecado, la gracia, la fe, la redención, el cielo, el infierno, los sacramentos, el amor al enemigo, el sentido del sufrimiento, las bienaventuranzas, el Espíritu Santo, la Iglesia…?

Yo diría que es un acto de caridad decirle a este pobre hombre que se ha confundido, que no debe seguir siendo sacerdote, que lo que él quiere es ser “animador social”. Y digo yo que, además, será una buena noticia para él, porque para ser animador social no hace falta ser célibe, ni obedecer a la Iglesia, ni hablar de Dios, ni creer en nada.

Arqueológico Brutote