ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 23 de diciembre de 2010

Santa Sede

Benedicto XVI dirigirá el “pensamiento del día” de la BBC el 24 de diciembre

Mañana 24 de diciembre se inaugura el belén en la Plaza de San Pedro

Un salesiano chino en la Congregación para la Evangelización de los Pueblos

Tarjetas de Navidad para promover las obras de caridad del Papa

Mundo

Se amplía el hospital de niños en Belén para salvar más vidas

Colombia: orar por las víctimas de las fuertes lluvias y de la violencia

En Navidad, San Egidio reúne a todos “en una familia grande como el mundo”

El obispo de Phoenix declara que un hospital deja de ser católico

La Iglesia latinoamericana se une para atender a menores en riesgo

Informe Especial

Fallece el arzobispo que salvó a unos 10 mil judíos

Espiritualidad

Evangelio del domingo: Dios cantó a la vida dándonos la familia

Documentación

Aspectos principales de la aprobación del instituto “Iesu Communio”


Santa Sede


Benedicto XVI dirigirá el “pensamiento del día” de la BBC el 24 de diciembre
Una iniciativa sin precedentes
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 23 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Las palabras de Benedicto XVI serán las protagonistas del programa "Thought for the day" ("Pensamiento para el día"), que será emitido el 24 de diciembre, a las 7:45, hora de Londres, con motivo de la Navidad, a través de las ondas radiofónicas del canal Radio 4 de la cadena pública británica BBC.

El Papa, según ha revelado el director de la Oficina de Información de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi S.I., grabó una breve reflexión este 22 de diciembre por la mañana, en presencia de algunos de los representantes de la BBC.

"Se trata de un programa muy seguido, de tres minutos, que es emitido todas las mañanas y es confiado a personalidades y líderes espirituales que expresan una reflexión de carácter religioso", ha explicado el portavoz vaticano.

Es la primera vez que Benedicto XVI participa en un espacio de estas características destinado a una audiencia radiofónica. El "Pensamiento para el día" es emitido por la BBC desde 1970.

El padre Lombardi ha revelado que, tras el histórico viaje de Benedicto XVI a Escocia e Inglaterra, que tuvo lugar del 16 al 19 de septiembre de 2010, "habíamos quedado de acuerdo con la BBC con la idea de continuar la buena relación del pontífice con el Reino Unido".

Gwyneth Williams, la nueva directora del canal Radio 4 de la BBC ha confesado que está "encantada de que el papa Benedicto comparta su mensaje de Navidad con nuestra audiencia".

"Es significativo que el Papa haya elegido el 'Pensamiento para el día' para ofrecer su primer mensaje radiofónico escrito personalmente por él", declaró.

Entre los personajes que han dirigido su mensaje en el programa destacan el arzobispo de Canterbury y primado de la Comunión Anglicana, Rowan Williams; el rabino jefe de las Congregaciones Judías de la Commonwealth, Jonathan Sacks; y monseñor Vincent Nichols, arzobispo católico de Westminster.

Más información en http://www.bbc.co.uk/religion/programmes/thought/

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Mañana 24 de diciembre se inaugura el belén en la Plaza de San Pedro
El Papa encenderá la “luz de la Paz” en el alféizar de la ventana de su estudio
ROMA, jueves 23 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Mañana 24 de diciembre a las 17,00 h tendrá lugar la inauguración del monumental belén de la Plaza de San Pedro, siguiendo una tradición que se remonta a 1982, cuando Juan Pablo II quiso colocar una Sagrada Representación frente a la Basílica Vaticana.

En la ceremonia intervendrán el Presidente de la Gobernación del Estado Ciudad del Vaticano, el cardenal Giovanni Lajolo, el secretario general y el vicesecretario de la Gobernación, el arzobispo Carlo Maria Viganò y el obispo Giorgio Corbellini respectivamente, junto a la dirección de los Servicios Técnicos.

La inauguración del belén será seguida a las 18,00h por otro acto rico de significado: el Papa Benedicto XVI encenderá la “luz de la Paz” colocado en el alféizar de la ventana de su estudio privado.

El Papa visitará el belén de la Plaza en la tarde del 31 de diciembre, después de la celebración de las Vísperas en la Basílica Vaticana.

Colocado sobre una superficie de 300 m2, con un frente de casi 25 metros, el belén se inspira, como siempre, en los relatos evangélicos, e incluye escenas de la vida de la Palestina de aquella época y de otras realidades geográficas.

En el centro se ubica el humilde ambiente del nacimiento divino, una choza metida dentro de una gruta natural que hospeda al Niño, a María y José, acompañados por la silenciosa presencia del buey y del asno.

A la izquierda del espectador, una construcción cubierto con una cúpula de madera acoge a nueve personajes – hombres, mujeres y niños – que intentan hacer sonar instrumentos típicos de cuerda, viento y percusión ante una red llena de peces; la barca y los cestos de fruta que adornan la escena indican la actividad principal de la pequeña comunidad: la pesca y el cultivo de la tierra.

Las estatuas de madera han sido donadas al Papa por parte de Filipinas, a través de su Embajada ante la Santa Sede, con motivo de la próxima celebración del 60° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos Estados.

Su colocación junto al pesebre quiere exaltar los valores de la familia filipina, que en la visión tradicional está asimilada a la “casa” en la que el padre es el “pilar” y la madre es “la luz”, que ilumina y orienta a los miembros del núcleo doméstico en su itinerario de vida.

El autor de las estatuas es el escultor filipino de 34 años Kublai Ponce-Millan, de Cotabato City (Mindanao), que, con su obra denominada Nativevity, ha querido expresar la atmósfera navideña de su tierra y celebrar el don de la Navidad recibido con alegría y gratitud por el pueblo filipino.

En el extremo opuesto del belén, a la derecha según se mira, una gruta con un techado de madera ofrece abrigo a testigos de primera mano de la Natividad: los pastores y los Reyes Magos en el acto de adorar al Dios Niño.

Las estatuas más antiguas, que se exponen cada año en el belén de la Plaza de San Pedro son 9 y proceden de la composición navideña dispuesta en 1842 por san Vincenzo Pallotti en la iglesia romana de Sant’Andrea della Valle; son custodiadas por la comunidad vaticana de las franciscanas misioneras de María, que cada año se encargan de confeccionar las vestimentas de cada personaje.

Conocidas como “hermanas de los tapices” pues son responsables, desde 1926, del Laboratorio de restauración de los tapices, las religiosas visten a las estatuas entre el 22 y el 24 de diciembre, y vuelven a prestar ese servicio en la noche del 5 al 6 de enero, cambiando las vestimentas de los pastores y transformándolos en los Reyes Magos.


 

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Un salesiano chino en la Congregación para la Evangelización de los Pueblos
El Papa nombra arzobispo de Pretoria a monseñor William Slattery
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 23 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI nombró secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos al profesor de Teología del seminario de Hong Kong Savio Hon Tai-Fai, SDB.

El Papa confirió al mismo tiempo la dignidad de arzobispo a Savio Hon Tai Fai, miembro de la Comisión Teológica Internacional y académico ordinario de la Academia Pontificia de Teología, comunicó este jueves la Oficina de Información de la Santa Sede.

Nacido en Hong Kong el 21 de octubre de 1950, el salesiano emitió su profesión perpetua en 1975 y fue ordenado sacerdote en esta misma región administrativa del sur de China en 1982.

Estudió Filosofía en la Universidad de Londres y se doctoró en Teología en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma.

Además de diversos cargos desempeñados en su instituto, ha enseñado como profesor invitado en varios seminarios de China. Ha sido responsable de la traducción del Catecismo de la Iglesia católica al chino.

El Papa también nombró hoy al presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, monseñor Francesco Coccopalmeiro, miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Finalmente, para Sudáfrica, el Pontífice nombró arzobispo metropolitano de Pretoria y ordinario militar a monseñor William Slattery, OFM, hasta ahora obispo de Kokstad; y obispo de Kimberley a monseñor Abel Gabuza, administrador apostólico de Pretoria.

Monseñor Gabuza nació en 1955 en Alexandra, en la arquidiócesis de Johanesburgo. Fue ordenado sacerdote en 1984 en la catedral de Pretoria.

Ejerció su ministerio pastoral en varias parroquias y después estudió un Master en Teología en la Jesuit School of Theology, de la Universidad de Berkeley, en California.

Fue profesor y rector del seminario propedéutico St. Paul, en Hammanskraal, vicario general de la arquidiócesis de Pretoria entre los años 1999 y 2001 y, desde el año 2009 era administrador apostólico de esa misma arquidiócesis sudafricana.

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Tarjetas de Navidad para promover las obras de caridad del Papa
Iniciativa del Consejo Pontificio “Cor Unum”
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 23 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Cinco euros por cinco tarjetas que servirán para apoyar la caridad del Papa. Esta es la iniciativa lanzada por el Consejo Pontificio "Cor Unum", junto a la Oficina Filatélica y Numismática de la Ciudad del Vaticano en este período navideño.

Las tarjetas ilustran diferentes actividades en las que está comprometido este Consejo vaticano "para la promoción humana y cristiana", creado por el papa Pablo VI el 15 de julio de 1971.

Las tarjetas sólo pueden enviarse desde Roma, a través del sistema de Correos del Vaticano, pues ya tienen el sello impreso, y pueden comprarse en las oficinas de Correos que se encuentran dentro del Vaticano o en la plaza de San Pedro.

Entre los objetivos principales de "Cor Unum" destaca la difusión de la auténtica cultura de la caridad, a través de una catequesis que estimule a los fieles católicos a ofrecer testimonio en primera persona de la caridad.

"Con el paso del tiempo, y sobre todo con el nacimiento de numerosas organizaciones caritativas que tienen por referencia la enseñanza de la Iglesia, el Consejo vaticano se ha convertido en el organismo de coordinación de toda esta actividad caritativa, poniéndose a disposición de las Iglesias particulares para asegurar una conexión entre las realidades eclesiales comprometidas en el campo caritativo y asistencia, así como con organismos públicos internacionales", explica un comunicado emitido en la edición del 24 de diciembre de la edición italiana de "L'Osservatore Romano".

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Mundo


Se amplía el hospital de niños en Belén para salvar más vidas
Atiende a pequeños de diferentes religiones y ahora a sus madres
BELÉN, jueves 23 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- En vísperas de esta Navidad, se ha inaugurado la ampliación del hospital para niños de Belén, "Caritas Baby Hospital", que en este año ha salvado centenares de vidas en sus primeros estadios de existencia.

En la ciudad en que nació Jesús, el edificio, que depende de la caridad internacional, sin ningún tipo de subvenciones, ha sido reformado, y ahora ha abierto, además, una "Escuela de madres", donde se alojarán las madres de los niños ingresados, y darles formación para que puedan atenderlos y curarlos mejor.

El hospital hunde sus orígenes en la Navidad de 1952, cuando el sacerdote suizo Ernst Schnydrig, de peregrinación en Belén, vio la terrible escena de un padre que enterraba a su hijo muerto por falta de cuidados.

El presbítero fundó rápidamente un centro médico para brindar asistencia a todos los niños que nacieran en la tierra de Jesús, sin distinción de raza o credo religioso.

Esos fueron los inicios, dos pequeñas habitaciones. En el año 1978 se abrió el hospital, llamado "Caritas Baby Hospital", a cuya inauguración no pudo asistir el fundador pues murió algunos días antes.

El hospital pediátrico se alza sobre un terreno que cedió la Custodia de los Franciscanos de Tierra Sant, cerca del puesto de control que lleva a Jerusalén. Fue visitado durante la peregrinación apostólica de Benedicto XVI a Tierra Santa, en mayo de 2009.

Cuenta con un personal de 215 personas entre médicos, enfermeros profesionales (a los que forma el mismo centro) y personal administrativo. Dispone de 82 camas, dos departamentos de medicina y uno de neonatología. En 2009 contabilizó 4.500 ingresos hospitalarios y 27.800 intervenciones ambulatorias, lo que supone un total de 32.300 niños asistidos.

El centro cuenta con el servicio de las hermanas franciscanas elisabetinas de Padua, que constituyen hoy su punto de referencia por su apoyo moral y espiritual tanto al personal como a los pacientes y a sus familiares.

La ceremonia de inauguración de los nuevos locales tuvo lugar el 18 de diciembre con la bendición de las nuevas instalaciones a cargo de Su Beatitud Fuad Twal, patriarca latino de Jerusalén

El personal del hospital organizó después pequeños grupos según las distintas lenguas (árabe, inglés, italiano, alemán y francés) para poder visitar las distintas áreas sin interferir en las labores del personal sanitario ni molestar a los pacientes.

A las 10:30 se celebró la santa misa en distintas lenguas, celebrada por el Patriarca Monseñor Fuad Twal, en la iglesia de Santa Catalina.

En la homilía Su Beatitud Twal recordaba cómo la obra del Caritas Baby Hospital es fiel a la enseñanza de Jesús, desempeñando su obra de caridad en un contexto social complejo y difícil como el de Tierra Santa para los cristianos.

Concelebraron la Eucarisíta el arzobispo Antonio Franco, nuncio apostólico para Israel y delegado apostólico para Jerusalén y Palestina, y el cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos y de la Comisión para las Relaciones Religiosas con los Judíos.

En el ofertorio, se presentaron ante el altar herramientas de albañilería, símbolo del trabajo físico de la construcción; biberones, símbolo de la atención a los niños; y sor Erica Nobs, madre superiora de las hermanas elisabetinas de Padua en Belén, llevó al altar la foto del fundador, el padre Schnydrig.



 

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Colombia: orar por las víctimas de las fuertes lluvias y de la violencia
Un llamado de la Conferencia Episcopal Colombiana para Navidad
BOGOTÁ, jueves 23 de diciembre de 2010 (ZENIT.org) Las víctimas de las inundaciones por las fuertes lluvias que han azotado varias regiones colombianas, así como las personas secuestradas fueron el tema central del mensaje de esta navidad de parte de los obispos colombianos.

En el comunicado, firmado por monseñor Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, los prelados señalan que no se puede “olvidar a los dos millones de colombianos que están sufriendo a causa de las inundaciones y derrumbes, en un invierno de proporciones que no se había presentado hace muchos años".

“En esta situación”, prosigue el mensaje, “la navidad es, con mayor fuerza aún, la fiesta de la esperanza, de la vida, de la solidaridad, ya que nos habla del misterio profundo de un niño envuelto en pañales, recostado en un pesebre, en el que Dios asume todo el sufrimiento y la pobreza humanas”.

Por ello, dicen los obispos, navidad será para las comunidades “fuerza y valor para iniciar los caminos de la reconstrucción de sus proyectos de vida personales y comunitarios”.

Los prelados destacaron la solidaridad hacia estas víctimas que se ha despertado en las últimas semanas desde todos los rincones del país e invitaron a intensificar estos sentimientos de unión y caridad.

Orar por Colombia

Los obispos también pidieron intensificar las oraciones por las víctimas de la violencia en Colombia: “por los secuestrados, para que nunca pierdan la esperanza y puedan regresar cuanto antes a sus hogares”. Igualmente pidieron orar “para que cese definitivamente en Colombia el flagelo del secuestro, de la injusticia, de la violencia”.

Dijeron que es necesario unirse en oración “por los grupos armados al margen de la ley para que en esta Navidad descubran los caminos de la paz y de la integración plena en la vida de la sociedad”, así como “por nuestros gobernantes, nuestros legisladores, nuestros jueces para que dirijan al país por los senderos de la justicia y de la paz”.

Hasta el momento la Iglesia colombiana ha brindado apoyo a 3.957 familias en 22 regiones de Colombia. Igualmente ha recibido cerca de dos mil millones de pesos en aportes e iniciativas para desarrollar proyectos en varias zonas del país, según explicó el director del Secretariado Nacional de Pastoral Social monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria.

Las fuertes lluvias en Colombia han afectado el 60% de las 76 jurisdicciones eclesiásticas de este país. Han recibido ayuda de entidades como la Caritas y la Cancillería alemana, con unos 500 mil euros para ayudar a los miles de damnificados que han perdido sus viviendas, cultivos y animales.

Para el obispo de Sincelejo, norte de Colombia, monseñor Nel Beltrán Santamaría, fenómenos como este tienen tres causas: en primer lugar, la naturaleza, que es muy vulnerable a inundarse en muchas regiones de Colombia, el mal manejo de los recursos naturales y la ausencia del Estado en muchos de estos lugares.

Sin embargo aseguró que encuentra “una actitud diferente en el Estado, que parecería querer abordar el problema de las inundaciones no como un problema reiterativo cada año sino como un problema de emergencia”.


 

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En Navidad, San Egidio reúne a todos “en una familia grande como el mundo”
Organiza la tradicional comida para los más pobres
ROMA, jueves 23 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Cuando en 1982 la Comunidad de San Egidio acogió a unos veinte pobres para la comida de Navidad en la Basílica romana de Santa María en Trastévere, quizás pocos imaginaban que esta iniciativa se difundiría por todo el mundo.

En 1982 fueron acogidos algunos ancianos del barrio, de los cuales los miembros de la comunidad eran amigos desde hacía tiempo y que ese día se habrían quedado solos, y a algunas personas sin hogar que habían conocido en las calles de Roma.

Desde aquella primera comida, recuerda la organización, “la mesa se ha ampliado cada año y desde Trastévere ha llegado a muchas partes del mundo donde la Comunidad está presente”.

El año pasado más de 100.000 personas de los cinco continentes participaron en la iniciativa.

“La fiesta se celebra en las iglesias, en las casas, pero también en los centros para ancianos, para niños, para discapacitados, en las cárceles, en los hospitales e incluso en las calles”, explica la Comunidad.

Y esto “porque el sentido es llevar la fiesta -incluso a los rincones más oscuros, más fríos, más remotos y olvidados- con la convicción de que Navidad es el día más bonito del año, pero también puede convertirse en una fecha triste para los que se encuentran en dificultades”.

La fiesta empieza la noche del 24 de diciembre con muchas cenas en la calle con quienes no tienen casa.

“La comida, un sencillo regalo, un pequeño belén, el árbol de Navidad, la música, pero sobre todo la amistad, la alegría, la atención a cada uno son los 'ingredientes' de una fiesta bonita por estar llena de amor”.

A lo largo de los años, la iniciativa “se ha ido ampliando, como por un benéfico contagio, y ha llegado también a muchos países del sur del mundo de todos los continentes”.

Se celebran “fiestas bonitas, en muchos casos organizadas con muy pocos medios y con un gran compromiso por parte de jóvenes que viven en su mayoría en situaciones de pobreza si no de conflicto”.

Mundo

La Comunidad de San Egidio recuerda que el año pasado en América “miles de personas celebraron la fiesta en El Salvador; México, Argentina, Guatemala, Ecuador, Chile y también en Cuba, donde los adolescentes que crecen con la Comunidad organizaron y animaron una comida para los ancianos”.

En muchas ciudades de Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo, “la invitación de la Comunidad representa un momento de fiesta y de amistad entre las diversas comunidades religiosas”, así como sucede en Pakistán.

“También a tantos lugares de África llegará la alegría de la fiesta -añade la Comunidad-: sólo en Mozambique, la Navidad se celebrará en muchísimas ciudades, implicando a niños de la calle, mendigos, leprosos, ciegos, familias pobres y muchos presos”.

En África, “la pobreza emerge con particular dureza en las cárceles”, que en la mayor parte de los casos no tienen camas ni baños y donde las celdas están saturadas.

“Las condiciones higiénicas son pésimas: se enferma con facilidad y a veces se muere. La comida proporcionada por la institución carcelaria es insuficiente. Los que no tienen familiares que les llevan alimento pasan hambre”.

Por ese motivo, “muchas comunidades africanas, en Mozambique, Guinea Conakry, Burkina Faso, Burundi, Camerún, Cabo Verde, Chad, no sólo visitan regularmente a los presos sino que el día de Navidad preparan una comida que para muchos es la única verdadera comida de todo el año”.

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El obispo de Phoenix declara que un hospital deja de ser católico
El centro de salud violó la doctrina de la Iglesia sobre el aborto
PHOENIX, jueves 23 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- El obispo de la diócesis estadounidense de Phoenix, monseñor Thomas Olmsted, promulgó un decreto por el que revocó la condición de católico al Hospital de San José de Phoenix debido a su violación de la doctrina de la Iglesia en prácticas como el aborto y la anticoncepción.

“No puedo verificar que esta organización de asistencia sanitaria vaya a proporcionar un cuidado de la salud en consonancia con la auténtica doctrina moral católica”, declaró este martes al emitir el decreto.

En un comunicado publicado este martes, el prelado destacó que “se tomarán medidas para evitar la impresión de que el hospital es auténticamente católico, como la prohibición de celebrar misa en el hospital y la prohibición de reservar el Santísimo Sacramento en la capilla”.

El obispo explicó que el hospital, y su empresa matriz, Catholic Healthcare West (CHW), con sede en San Francisco, han violado las Directivas éticas y religiosas de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos para las instituciones de asistencia sanitaria.

El obispo Omsted destacó que ha estado trabajando con las instituciones afiliadas durante los últimos siete años, desde que tomó la dirección de esa diócesis.

“Me opuse firmemente a la falta de cumplimiento de esas directivas por parte de CHW, y les dije a los dirigentes que eso constituía una cooperación con el mal que debía ser corregida; porque si una entidad sanitaria quiere llamarse católica (como en la “católica” Healthcare West), necesita adherirse a las enseñanzas de la Iglesia en todas sus instituciones”, explicó.

“En todos mis siete años como obispo de Phoenix, he continuado insistiendo en esta escandalosa situación que era necesario cambiar -informó-. Lamentablemente, a lo largo de estos años, CHW ha elegido no cumplir”.

Trágica decisión

El obispo se enteró a principios de este año de que se había realizado un aborto en el Hospital de San José, violando directamente la doctrina de la Iglesia.

“Fue por tanto mi deber declarar a la persona responsable de esta trágica decisión de permitir un aborto en el San José, la hermana Margaret McBride, RSM, que había incurrido en excomunión por su consentimiento formal de quitar directamente la vida a ese bebé. Hice esto de manera confidencial, esperando evitarle una vergüenza pública”.

El obispo Omsted destacó que desde este incidente, la comunicación con la dirección del hospital “sólo erosionó mi confianza sobre su compromiso con las Directivas éticas y religiosas de la Iglesia para el cuidado de la salud”.

Por otra parte, durante las últimas semanas, el prelado se ha enterado de otras violaciones que han tenido lugar en instalaciones afiliadas, como asesoramiento y distribución de anticonceptivos, esterilizaciones voluntarias y abortos cuando el embarazo era resultado de violación o incesto.

Muchas de esas prácticas tuvieron lugar como parte de un programa del Gobierno llamado Mercy Care Plan, que llevó a CHW y al hospital más de 100 millones de dólares en ingresos anuales.

El obispo explicó que el administrador que informó de estos procedimientos admitió que el hospital y CHW “son conscientes de que este plan consiste en la cooperación formal con malas acciones que son contrarias a la doctrina de la Iglesia”.

Por eso, el prelado decretó que en la diócesis de Phoenix, CHW “no se compromete a seguir las enseñanzas de la Iglesia católica y por tanto ese hospital no puede ser considerado católico”.

El obispo Omsted concluyó: “Durante siete años he intentado trabajar con CHW y el San José, y he esperado y rezado para que no llegara este día, para que este decreto no fuera necesario; sin embargo, los fieles de la diócesis tienen derecho a saber si instituciones de esta importancia son de hecho católicas en identidad y en la práctica”.

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Para más información: http://www.arizonacatholic.org/

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La Iglesia latinoamericana se une para atender a menores en riesgo
Expertos analizan las situaciones de vulnerabilidad de niños y adolescentes

SAN MARCOS, jueves 23 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) está impulsando una pastoral específica común de menores en situaciones de riesgo.

Uno de los primeros pasos dados en este sentido ha sido un encuentro de expertos sobre la problemática de la infancia, niñez y adolescencia en riesgo celebrado en la ciudad nicaragüense de San Marcos del 7 al 11 de este mes de diciembre.

Las sesiones de trabajo buscaban concretar líneas y criterios comunes que orientaran el abordaje de esta pastoral, informó el CELAM a través de un comunicado.

Se trataba de establecer un diagnóstico a nivel latinoamericano de la niñez y adolescencia en riesgo, identificando posibles causas, expresiones y consecuencias.

En este sentido, se intentó elaborar, por ejemplo, un cuestionario mínimo que –enviado desde el CELAM a la Conferencias Episcopales de América Latina y del Caribe en los departamentos o secciones destinadas al tema de Infancia, Niñez y Adolescencia Vulnerada– permitiera visualizar situaciones de vulnerabilidad en los distintos países.

Un total de 16 expertos de diversas regiones de América Latina y el Caribe participaron en el encuentro, “en el espíritu de Aparecida y con la intención de darle continuidad a la especial preocupación de nuestros obispos por este sector de la infancia”.

Sobre la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran muchos menores empujados a vivir en situaciones de graves riesgos morales y humanos, los expertos destacaron la pobreza, la violencia intrafamiliar (sobre todo en familias irregulares o desintegradas), el abuso sexual, el trabajo infantil, la necesidad de vivir en la calle, el virus del sida, la orfandad, la obligación de luchar como soldados y el engaño y la exposición a la pornografía y la prostitución.

Respecto a los adolescentes, los expertos señalaron que muchos han sido víctimas de falsos líderes, proponiéndoles falsas ilusiones de felicidad y paraísos engañosos de la droga, el placer, el alcohol y todas las formas de violencia.

Otros adolescentes, constataron, no han encontrado el sentido de la vida y están expuestos al suicidio, además sufren profundas carencias afectivas y conflictos emocionales, por causa de problemas familiares.

Para comprender la realidad de estos niños, niñas y adolescentes, los expertos abordaron “la realidad social, política, económica y cultural en que se da la vulneración de niños y adolescentes desde ámbitos cognoscitivos diversos con carácter interdisciplinar”, señala el comunicado.

Tutelar dignidad y derechos

En sus palabras de bienvenida a los participantes del encuentro, el responsable de la sección de Pastoral Social del Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM, monseñor Luis Artemio Flores Calzada, destacó que ante tanto sufrimiento de estos niños inocentes, no podemos permanecer indiferentes”.

“Urge una acción prioritaria de la Iglesia, de la familia y de las instituciones del Estado, tutelando la dignidad y los derechos inalienables de los niños y niñas”, señaló, citando el documento de Aparecida.

Para los adolescentes en situación de riesgo, añadió, “urge también una atención prioritaria” por parte de la familia, la Iglesia y el Estado que les ayude a “descubrir su gran dignidad de personas y de hijos de Dios” y que les permita disfrutar de “la oportunidad de cultivar el enorme potencial de cualidades que tienen, para su desarrollo integral”.

Monseñor Flores Calzada destacó la voluntad del CELAM de “llamar la atención de los gobiernos locales y nacionales para que examinen las causas que producen este flagelo y diseñen políticas que favorezcan la atención de muchos niños, adolescentes y jóvenes que viven en la calle en las grandes urbes, para que tengan la oportunidad de una reinserción social y de una vida digna”.

Finalmente, pidió a la Inmaculada que “nos conceda tener un cuidado y atención cristiana para promover una vida digna para todos los niños, adolescentes y jóvenes que viven en situación de riesgo, colaborando para que ellos mismos sean sujetos y promotores de su desarrollo integral”.

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Informe Especial


Fallece el arzobispo que salvó a unos 10 mil judíos
El arzobispo Ferrofino era colaborador de Pío XII
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 23 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- El 20 de diciembre falleció a los 98 años de edad el arzobispo Giovanni Ferrofino, nuncio apostólico emérito en Ecuador y Haití, quien salvó a unos 10 mil judíos durante la segunda guerra mundial, como colaborador del papa Pío XII.

Gary Krupp, judío, fundador de la Pave the Way Foundation (PTWF), surgida en Nueva York, en declaraciones a ZENIT ha explicado que monseñor Ferrofino "fue quizá el testigo presencial más grande en vida de los esfuerzos de Pío XII por salvar vidas de judíos que ha entrevistado nuestra Fundación".

"Pío XII le envío como emisario al presidente de Portugal para pedir visas para que judíos pudieran entrar en ese país", revela.

Luego, sigue diciendo, monseñor Ferrofino continuó con esta labor de ayuda cuando fue enviado como secretario de la Nunciatura de la República Dominicana.

En una entrevista que Ferrofino grabó para la PTWF, nacido en Alessandria, Italia, el 24 de febrero de 1912, revela la frustración que Pío XII manifestó, golpeando con la mano sobre la mesa, al ver que los estadounidenses no habían ayudado a "salvar a esta vibrante comunidad", en referencia a los judíos.

El entonces sacerdote Ferrofino recibió en la República Dominicana regularmente telegramas cifrados de Pío XII entre 1939 y 1945. Personalmente descifró estos mensajes y, junto al nuncio apostólico, el arzobispo Maurilio Silvani, presentó algunas peticiones al general Rafael Trujillo, presidente de la República Dominicana "en nombre del papa Pío XII".

"El Vaticano había conseguido viajes trasatlánticos desde Europa --explica Krupp--. Y esto sucedió al menos dos veces al años, pidiendo en total 1.600 visas al año para judíos que escapaban a través de Portugal y España. El arzobispo Ferrofino ayudó también a estos refugiados a emigrar a Cuba, México, Estados Unidos y Canadá. Salvó, bajo las directas instrucciones de Pío XII, a más de 10 mil judíos".

Krupp explica que en enero de 2008, en Francia, junto al director de la Fundación en ese país, Costantino Fiore, pudo grabar una amplia entrevista de monseñor Ferrofino en el que se ofrecen pruebas y detalles de esta acción.

In 2010, después de que el arzobispo Ferrofino regresara a Italia, el presidente y director general de la PTWF en ese país, el abogado Daniele Costi y el comendador Rolando Clementoni, recogieron su testimonio escrito, verificado por un notario, que ahora obra en poder de Yad Vashem, la autoridad israelí para el recuerdo de los mártires y héroes del Holocausto.

El testimonio en vídeo de monseñor Ferrofino puede verse en la página web www.ptwf.org

Por Jesús Colina

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Espiritualidad


Evangelio del domingo: Dios cantó a la vida dándonos la familia
Meditación de monseñor Jesús Sanz Montes, ofm
OVIEDO, jueves 23 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos la reflexión que ha escrito monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo y administrador apostólico de Huesca y Jaca, sobre el pasaje evangélico (Mateo 2,13-15) de la liturgia de este domingo, fiesta de la Sagrada Familia, 26 de diciembre.



 

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Estamos en pleno ambiente navideño, y aquí se nos permite asomarnos familiarmente a una santa familia. Sabemos que sin familia el hombre se deshumaniza. Y por eso Dios, puesto a huma­narse, no ha querido ni podido prescindir de esta realidad. Jesús, junto a María y a José, tienen una palabra que decirnos. No resisto a leer la Palabra de Dios de esta fiesta, viendo en esta Familia Santa una valoración de la vida. La manifestación de esa vida, tal como era ofrecida por Dios, representaba un peligro al poder dominante. Pero encontramos una misma actitud por parte de ese poder ante la vida de Jesús: censurarla. En este sentido, poco se diferen­cia la decisión de Herodes de querer matar a este niño -aun a costa de sacrificar a tan­tos inocentes-; de la decisión manipulada de un pueblo -más bien una masa títere- pi­diendo la muerte crucificada de quien poco antes era acogido con vivas y hosannas; o de la decisión de los sumos sa­cerdotes de decir a los centinelas que comunicaran que el cuerpo de Jesús había sido robado por sus discípulos. En estas tres situaciones hay una misma actitud de fondo: censurar la vida que se manifiesta como Dios la quiere manifestar: no interesa que haya nacido el Mesías (y por eso Herodes lo buscaba para matarlo), no interesa que ese Mesías siga viviendo (y por eso se montará una gran ma­qui­nación a fin de acabar con él), y no interesa que el Mesías haya resucitado (y por eso habrá que inventar lo del rapto de sus discípulos).

Hoy, ante esta vida de Dios que se ha manifestado no sólo hace dos mil años en Belén, sino que a diario se manifiesta en nosotros y entre nosotros, po­demos pregun­tarnos qué tipos de censuras practicamos... ¡respecto del mismo Dios! Porque podemos ser creyentes de un Dios inofensivo, lejano, respetuoso de nuestras formas, maneras, decisiones; creyentes en un Dios con domicilio en cualquier panteón clásico, con tal que no nos moleste, que no nos denuncie los malos vivires y que no nos anuncie como son los vivires buenos, un Dios que nos deje en paz. No sólo Herodes, o aquel pueblo, o Pilato... hay muchas formas de censurar la vida, la vida que Dios es y que nos da, la vida que Dios pide de nosotros: abortos y eutanasias, injusti­cias y violencias, despil­farros y corrupciones, egoísmos e insolidaridades, vulgarida­des...

Aquella Santa Familia, como aque­llos pri­meros cristianos, tratándose como eran tratados por Dios, fueron capaces de transfor­mar el mundo... sacando al Dios desconocido de los panteones para reconocerlo en lo cotidiano, en los días laborables, en lo familiar de una vida humana. La Belleza y la Bondad de Dios, se hizo familia.

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Documentación


Aspectos principales de la aprobación del instituto “Iesu Communio”
Nota de las Hermanas de La Aguilera-Lerma
BURGOS, jueves 23 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos a continuación la nota informativa que ha compartido con ZENIT la comunidad de Hermanas de Lerma-La Aguilera (Burgos, España) sobre los aspectos principales de la reciente aprobación, por parte del Papa Benedicto XVI, del instituto religioso "Iesu Communio", el pasado 4 de diciembre.



 

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ASPECTOS PRINCIPALES DE LA APROBACIÓN

DEL INSTITUTO RELIGIOSO “IESU COMMUNIO”

(Nota informativa de la comunidad de Hermanas de Lerma-La Aguilera, 22.12.10)

En la audiencia concedida el pasado 4 de diciembre al Cardenal Franc Rodé, Su Santidad el Papa Benedicto XVI, tras oír el parecer favorable del Dicasterio, dio su beneplácito a la resolución propuesta por el Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada. En consecuencia, dicha Congregación emite el Decreto fechado el 8 de diciembre de 2010, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, que contiene las siguientes disposiciones principales:

1. El monasterio autónomo de la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo, de Lerma, se transforma en un nuevo instituto religioso de derecho pontificio, denominado “Iesu communio”.

2. En el mismo acto se aprueban y confirman las Constituciones del nuevo instituto ad experimentum por cinco años, conforme a la praxis habitual. Durante este tiempo debe experimentarse si las normas e instrumentos previstos en la redacción aprobada resultan suficientes para ordenar la vida y misión del instituto o es preciso revisarlas o completarlas en algún aspecto antes de su aprobación definitiva.

En ejecución de dicha decisión:

—Se declara extinguido a todos los efectos canónicos el monasterio autónomo y, conforme a lo previsto para ese caso por las Constituciones Generales de la Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara, la Santa Sede dispone que su patrimonio, activo y pasivo, pase al nuevo instituto religioso.

—Por gracia de la Sede Apostólica, las hermanas que han hecho su profesión solemne o temporal en el monasterio extinguido, conservan en el nuevo instituto la condición respectiva de profesas solemnes o temporales, con los derechos y deberes establecidos por el derecho universal y las Constituciones del instituto religioso “Iesu communio”. Se procede análogamente, respecto a las hermanas que aún no habían profesado en la fecha del Decreto, con los tiempos de postulantado y noviciado transcurridos.

—A las hermanas que por ancianidad, salud u otros motivos fundados así lo pidan, se les concede por indulto especial de la Santa Sede la facultad de continuar como monjas clarisas, sin la obligación de pasar al nuevo instituto o a otro monasterio; y de permanecer unidas a la comunidad con derecho de voz activa en el Capítulo y con los deberes adecuados a su edad y salud.

—La Madre Verónica María Berzosa es reconocida como Fundadora y confirmada como Superiora general del nuevo instituto. Se confirma asimismo en sus cargos a la Vicaria y a las demás hermanas que forman el Consejo.

—Finalmente, se encomienda al Arzobispo de Burgos el especial cuidado y vigilancia de la vida del nuevo instituto, sin perjuicio de la autonomía de vida y gobierno propia de un instituto religioso, por un periodo de cinco años, durante los cuales se le pide que informe anualmente a la Congregación de su desarrollo.

El Decreto concluye expresando el deseo de que, “fieles a la vocación recibida y dóciles a la acción del Espíritu, los miembros del instituto ‘Iesu communio’ sean, en la Iglesia y para el mundo, signo vivo del amor de Dios, manifestado en Jesucristo, crucificado y resucitado”.



 

UN ÚNICO PROYECTO: SECUNDAR EL QUERER DE DIOS

Suplicando la luz del Espíritu Santo, queremos releer con vosotros, en este momento de nuestro peregrinar, lo que el Señor ha venido haciendo en esta comunidad, como don de Dios que se nos está concediendo vivir. Hoy resuenan en nosotras, con especial fuerza, las palabras de Jesús: “La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo. Vuestra alegría nadie os la podrá quitar” (Jn 16, 21). Nos sentimos pobres criaturas con el único deseo de vivir el don de Dios.

Los comienzos

Ha sido un largo camino el que nos ha traído hasta el día de hoy. Quien sólo haya conocido las últimas noticias podría tener la impresión de que nuestra vida ha cambiado de la noche a la mañana, pero no es ése el caso. Dios ha ido sembrando y trabajando este designio suyo día a día, durante bastantes años, en medio, sin duda, de nuestra fragilidad.

En la comunidad de Lerma, por pura gracia, que no es posible reducir a explicaciones humanas, comenzó a darse un crecimiento de vocaciones, que nos llenaba de asombro también a nosotras mismas. Dentro de una comunidad de Damas Pobres de Santa Clara, de modo sereno y paulatino, algo estaba naciendo. Bebíamos de San Francisco y de Santa Clara, pero también de los Padres de la Iglesia, de los santos, de los maestros y teólogos de la Iglesia y, por supuesto, del Magisterio, muy especialmente el de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, a quienes amamos entrañablemente. Muchas de nosotras hemos sentido la llamada a la consagración en las Jornadas Mundiales de la Juventud.

Nuestra situación actual no es resultado de la negación de un carisma radiante como el de San Francisco y Santa Clara, en cuyo seno se han generado y seguirán generándose grandes santos. Si, aparte de la Madre del Señor, tuviésemos que afirmar una mujer apasionadamente enamorada de Jesucristo, tenemos grabado en lo más hondo la figura de Santa Clara: hija, mujer, esposa y madre según el corazón de Cristo. Sus cartas han sellado en nosotras la certeza de que la consagración es un camino de plenitud, de bienaventuranza, vivido en “un amor incomparable” (Sta. Clara, Carta III). Esta inquebrantable certeza, con la gracia de Dios, ha sostenido nuestra perseverancia en la vida consagrada. El franciscanismo ha sido la cuna en la que Dios ha querido que surja una nueva forma de vida.

No se trata de una negación, sino de la afirmación y acogida, en obediencia, de un designio de Dios sobre la vida de esta comunidad, que se perfilaba como una vida contemplativa que se hace presencia y testimonio. Siempre han resonado en nosotras las palabras que Juan Pablo II dirigió en Ávila a las religiosas contemplativas: “Consientan vuestros monasterios en abrirse a los que tienen sed. Vuestros monasterios son lugares sagrados y podrán ser también centros de acogida cristiana para aquellas personas, sobre todo jóvenes, que van buscando una vida sencilla y transparente en contraste de la que les ofrece la sociedad de consumo”.

A lo largo del camino, se han alzado voces, no siempre afectuosas ni respetuosas, pero muchas veces también sencillas y desconcertadas, que no comprendían lo que estaba sucediendo. Hemos sentido siempre un vivo dolor al oír que hacíamos mal y hasta traición a la Orden por secundar la llamada a una vida que no observaba estrictamente la Regla de las Clarisas. Incluso algunas voces que decían que no éramos verdaderas Clarisas, eran las mismas que nos pedían a la vez que enviásemos hermanas a sus conventos. Nunca nos ha dejado indiferentes la reiterada petición de que las hermanas de una comunidad, que iba haciéndose tan numerosa, fuesen repartidas por los diversos monasterios de Clarisas. Pero no era posible, en conciencia y ante Dios, acceder a esas demandas, porque las vocaciones que iban surgiendo se sentían llamadas a abrazar precisamente esta forma de vida que acaba de ser aprobada.

Cuando nuestras hermanas de los monasterios de Briviesca y Nofuentes, necesitadas de ayuda por su avanzada edad, nos pidieron con toda sencillez que las acogiéramos entre nosotras, les explicamos lo que estaba aconteciendo en nuestra comunidad; ellas lo aceptaron y su llegada ha sido una bendición para nuestra casa.



 

Discernimiento y aprobación

Dios, poco a poco, ha ido desvelando su designio sobre nuestra comunidad. Pero este peregrinar, movido únicamente por el deseo de secundar dócilmente su querer, podía ser una mera ilusión sin el discernimiento y la aprobación de la Iglesia. Llevamos grabadas a fuego las palabras de Santa Clara: “Vivid siempre fieles y sujetas a los pies de la Madre Iglesia”.

El rápido y continuo crecimiento de la comunidad hizo que el espacio vital de nuestro monasterio de Lerma resultara gravemente insuficiente. Por otro lado, crecía también el número de peregrinos que se acercaban a nuestros locutorios con un único deseo en el corazón: “Queremos ver a Jesús” (Jn 12, 21); y por tanto, necesitábamos con urgencia espacios adecuados. Tras llamar a muchas puertas, sólo apareció un lugar con posibilidades realistas: el convento de San Pedro Regalado de La Aguilera (Burgos), además muy cercano a Lerma. En un primer momento, los hermanos franciscanos, con la firma de dos contratos complementarios, nos cedieron su uso por treinta años a cambio de una contraprestación económica que debería pagarse cuando se pudiera vender el convento de Briviesca. El convento de La Aguilera, aunque ofrecía el necesario espacio, llevaba mucho tiempo casi deshabitado y se hallaba en un estado de grave deterioro, que hizo necesario emprender una obra de saneamiento muy importante. Un bienhechor quiso hacerse cargo de la reconstrucción.

Pero la comunidad seguía creciendo y nos veíamos en la necesidad de realizar ampliaciones que no era prudente acometer con la incertidumbre de si sería posible seguir usando el lugar cuando transcurriera el tiempo de la cesión. Creímos oportuno, por eso, pedir a la Provincia franciscana que nos vendiera el convento de La Aguilera. La Provincia nos comunicó su aceptación y las condiciones poco después; y con la ayuda de bienhechores —muchos de ellos, como la viuda del Evangelio, incluso “nos daban de lo que tenían para vivir”— se formalizó la compra, y poco a poco lo vamos pagando.

Cuando una parte de la comunidad iba a pasar a La Aguilera, solicitamos autorización a la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada para poder ser una única Comunidad en dos sedes diferentes y con un único gobierno y una única casa de formación. El Cardenal Rodé, Prefecto de la Congregación, respondió: “Este Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada ha decidido acoger su instancia, en espera de que la Comunidad llegue serenamente a una mayor claridad respecto a lo que se sienten llamadas a realizar. Tal concesión es válida por tres años, con el ruego de enviar anualmente una relación a este Dicasterio”.

Nuestro Arzobispo, padre y pastor de la Diócesis, D. Francisco Gil Hellín, nos aconsejó que pusiésemos por escrito la realidad que se estaba viviendo en nuestra comunidad. Durante casi un año de oración, discernimiento y trabajo, fuimos redactando el texto de unas Constituciones. No era cuestión de idear conforme a un modelo unos Estatutos con más o menos acierto práctico, ni de elaborar un calculado proyecto de futuro. Se trataba de procurar plasmar por escrito los aspectos esenciales de la vida que ya venía viviendo la comunidad desde hacía más de diecisiete años.

Una vez acabada la redacción, se convocó un Capítulo, bajo la presidencia del Sr. Arzobispo, para que la comunidad se pronunciara sobre la oportunidad de poner en manos de la Santa Sede nuestra forma de vida, tal como quedaba expresada en el Proyecto de Constituciones. Se dio lectura del documento a toda la comunidad, con las oportunas explicaciones y dando respuesta a las preguntas que se iban planteando. Teniendo en cuenta la trascendencia del momento, se pidió en primer lugar que se pronunciaran en votación secreta, antes de abandonar la sala capitular, las hermanas que no forman parte del Capítulo, es decir, profesas temporales, novicias y postulantes. Aunque esa votación no tenía valor jurídico, parecía necesario que se expresaran en conciencia sobre el paso que la comunidad estaba decidiendo. A continuación tuvo lugar la votación del Capítulo propiamente dicha y se escrutaron por separado los resultados de las dos votaciones. Ambas asintieron por unanimidad a que los documentos que reflejaban nuestra forma de vivir fueran presentados ante la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada.

El pasado 4 de diciembre, nuestro Sr. Arzobispo nos comunicó con gozo que el Santo Padre Benedicto XVI, oído el parecer favorable de la Congregación, había manifestado su beneplácito para que las Constituciones fueran aprobadas y nuestra comunidad fuera transformada en un nuevo instituto religioso de derecho pontificio con el nombre de “Iesu communio”. El correspondiente Decreto de la Congregación está firmado el día de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

Las hermanas nos llenamos de alegría, porque la Madre Iglesia había discernido y aprobado nuestra forma de vivir, y confirmaba su nacimiento, con el deseo de que sea acogido y cuidado por la comunidad eclesial sin sombras ni sospechas.



 

Iesu communio”

Quienes nos habéis conocido y habéis leído el libro Ven y verás, tendréis muy vivas estas experiencias expresadas por las hermanas, una tras otra: “Queremos hacer presente a Jesús, la victoria del Resucitado, lo que Él ha hecho y está haciendo día tras día con nosotras; nos experimentamos gozosamente como piedrecillas de un mosaico que no se entienden separadamente sino llamadas a hacer presente en comunión una única Vida: Jesús”. La propia misión es ser “comunión de Jesús”, “Iesu communio”, comunión que brota del don de Jesucristo y se hace testimonio de la unidad en la caridad y manifestación de que el Espíritu convoca a los dispares y a los dispersos para que sean un solo corazón y una sola alma.

Como religiosas contemplativas, las hermanas nos sentimos llamadas a ser por entero de Jesucristo, a estar con Él y permanecer en vela para orar sin interrupción por los hijos que nos han sido confiados: “Que ninguno se pierda” (Jn 6, 39). Ser posada del Buen Samaritano, una casa abierta, donde los peregrinos sedientos y heridos puedan encontrarse con Jesucristo Redentor y experimentar que han sido acogidos en la oración y presentados al Padre, esperados como hijos por la Madre Iglesia; lugar de encuentro para avivar en comunión nuestra fe hasta hacer arder el deseo de santidad como plenitud de vida.

A quienes nos habéis acompañado en el camino y a toda la Iglesia os pedimos vuestra oración para vivir la misión que, por voluntad de Dios, la Iglesia nos ha confiado. Hoy más que nunca somos conscientes de nuestra fragilidad, pero avanzamos fiadas en la promesa de que el Espíritu Santo llevará a feliz término lo que ha comenzado en nosotras, porque para Dios nada hay imposible.

Somos hijas de la Iglesia; creemos y esperamos en la comunión de los santos; en ella queremos vivir, madurar y abrazar el don del seguimiento a Cristo hasta el fin, porque ¿a quién vamos a seguir? Sólo Jesucristo tiene promesa de vida eterna, sólo Él nos explica la vida. Según la palabra y experiencia de nuestro Santo Padre Benedicto XVI: “Quien deja entrar a Cristo en la propia vida no pierde nada, nada, absolutamente nada de lo que hace la vida libre, bella y grande”.

Gracias, Jesucristo; gracias, Madre Iglesia.



 

Hermanas Iesu communio

La Aguilera-Lerma


 

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