De los números rojos, al beneficio. De la sombra a la luz

Balances de fin de año... no salen las cuentas...

La previsión de ayuda oficial al desarrollo no se va a cumplir, y el año que viene será aún peor

Javier Poveda, 27 de diciembre de 2010 a las 13:52

 

Nos movemos entre una infinidad de tópicos, y uno de ellos es cómo afrontar el final de un año y encarar el nuevo. Siempre buscamos hacer balances vitales… igual que las cadenas de televisión nos ofrecen sus resúmenes del año o los periódicos nos regalan un extra sobre las noticias más impactantes del año.

También con el final del año, las empresas hacen cuentas para ver sus resultados. Vamos, que el final del año se parece mucho a saber la nota del último examen. Será que el hombre necesita estos rituales cíclicos a lo largo del año para no perder la conciencia del tiempo. Es como los anuncios de coleccionables cuando acaban las vacaciones, o las campañas para adelgazar cuando enfilamos el verano…

La visión, como economista, de hacer cierre y ver saldos es aplicable a muchos aspectos de la vida, personal y social. Pero además, trabajando en los ámbitos de la cooperación al desarrollo, ese balance nos da mucha información que afecta a millones de personas.

Y sí, este año no salen las cuentas. Es un dato objetivo: la previsión de ayuda oficial al desarrollo no se va a cumplir, y el año que viene será aún peor. Nuestra crisis, nacida en cierto modo desde el deseo incontrolado personal, social, y empresarial, por tener más, nos lleva ahora a ajustar las cuentas con los más pobres.

Y claro está, las cuentas cuando no cuadran es por los dos lados: por los ingresos y los gastos. Es decir, el gasto en ayuda al desarrollo no se va a cumplir, y los ingresos que necesitarían las organizaciones de ayuda para poder atender tanta necesidad, no llegan.

No llegan no sólo para los países del tercer mundo, sino que tampoco llegan para cubrir tanta necesidad como tenemos en nuestras ciudades, pueblos, barrios, y si miramos bien, quizá vecinos o conocidos.

La realidad es que todavía parece que nos cueste entender que somos más pobres de lo que quisiéramos. Si muchos valorasen hoy su vivienda cuya hipoteca tanto cuesta pagar, quizá se quedaran desilusionados al ver que hoy pagan por algo que no vale ese dinero. Tantas personas que invirtieron tiempo, esfuerzo y dinero, en formación para el empleo… o ven que no sirve y se encuentran atrapados en el paro, y no sabemos cuánto tiempo de condena tendrán que cumplir en esa “cárcel vital” que es el drama del desempleo. Hay cuentas que hoy no salen…

Pero también este año cerramos con otras cuentas… ahora parece que nos felicitamos porque ha habido en 2009, 111.482 abortos, un 4% menos que en 2008. ¿Y nos quedamos tan tranquilos? ¿Esas “cuentas” están bien saldadas?

Otra vez cerraremos el año con el número de mujeres asesinadas o maltratadas… y volveremos el 1 de enero a poner el contador a cero… y listo. Pero… ¿alguien ofrece alguna solución real, aunque sea lenta, para detener este drama?
Y nos acaban de dar las “cuentas” del Informe Pisa. En fin, de todos sabido. Parece que es imposible afrontar como país los retos de nuestra educación…

Podemos tener la sensación de que son cuentas aisladas, en terminología empresarial se diría que son cuentas “no consolidadas”, es decir, que no hay que agruparlas. Pero realmente son cuentas que hay que consolidar, que hay sumar, igual que hacen las grandes corporaciones empresariales sumando los resultados de todas sus empresas para saber cuál es el resultado final. Son las cuentas que ofrecemos como sociedad.

Si hacemos esa “consolidación” de cuentas… veremos que el saldo es… en fin. Desde luego para no estar contentos. Cualquier gestor diría…¿qué podemos hacer? ¿qué estrategia adoptar para cambiar el resultado? Y si tuviéramos un sabio, bastaría con tener uno que supiera leer, escuchar y pensar, nos diría: es la educación, hombre, la educación.

Ya nos previno Jesús en el Evangelio de cómo había que hacer las cuentas… de ser capaz de dar el ciento por uno, de hacer producir los talentos, de la viuda pobre y la limosna, del agradecimiento de sólo un leproso de entre los diez curados,… todo un mensaje “numérico” que tendría que ayudarnos en el nuevo año, y ya es el 2011…, a hacer posible que las cuentas finales ofrecieran otro resultado. De los números rojos, al beneficio. De la sombra a la luz.

Javier Poveda González
Director del Departamento de Cooperación y Administración de EC