Anthony Frontiero, del Pontificio Consejo de la Justicia y la Paz

Unos 150.000 cristianos mueren al año a causa de la persecución religiosa

El 75% de los perseguidos por odio a la fe son cristianos

Redacción, 27 de diciembre de 2010 a las 08:22
 

Según el Vaticano, alrededor de 150.000 cristianos mueren al año a causa de persecución religiosa. De acuerdo al mensaje emitido por Benedicto XVI de cara a la Jornada Mundial de la Paz que se celebrará el próximo 1 de enero, los cristianos son actualmente «el grupo religioso que sufre mayor persecución por motivos de fe». Ésta fue una de las cifras ofrecidas por monseñor Anthony Frontiero, miembro del Pontificio Consejo de la Justicia y la Paz. Lo cuenta La Opinión de Málaga.

Se trata de un cálculo que algunos especialistas cuestionan por considerarlo alto, pero que Fronteiro reafirmó citando como fuente el Instituto Hudson de Estados Unidos. El citado informe también asegura que en total entre 200 y 300 millones de personas viven en el mundo bajo amenazas diarias de muerte, agresiones o prisión a causa de sus creencias religiosas y que otros 300 millones soportan discriminación en su ámbito laboral o en el acceso a la vivienda por motivo de su fe. De acuerdo con Frontiero, de toda esa gente víctima de persecución religiosa, el 75% pertenece a la confesión católica.

Recientemente, la asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), dependiente de la Santa Sede, denunció que «numerosos» cristianos en Irak están recibiendo sobres con balas dentro «en las que se les amenaza con asesinarlos si no se marchan del país».

Según el director de Comunicación de AIN, Javier Fariñas, que presentó en Valencia el informe anual sobre Libertad Religiosa en el Mundo, elaborado por la entidad, los testimonios de Irak «nos llegan de las propias familias, pero también de misioneros y obispos». Además, en ciudades como Mosul, Kirkuk o la capital Bagdad, son también habituales los casos de jóvenes cristianas que días antes de contraer matrimonio con cristianos «reciben amenazas directas de muerte de forma anónima también por carta en la que se les advierte de que si no abjuran de su fe y se convierten, serán ejecutadas».

En Irak, donde permanece una de las «comunidades originarias del cristianismo, el pueblo caldeo», hace una década «vivían cerca de millón y medio de caldeos», de los que hoy «continúa solo una tercera parte, el resto se ha visto obligado a huir».

Según Fariñas, 350 millones de personas en todo el planeta «sufren algún tipo de persecución, discriminación o violencia tan sólo por querer vivir en libertad su fe», y «de todos ellos, aproximadamente, el 75% son cristianos». Igualmente, denunció grandes focos en los que los creyentes «son perseguidos», sobre todo los países en los que el radicalismo islámico crece, como en Pakistán, Irán, o Indonesia.