30.12.10

Transparencia total en las finanzas vaticanas

A las 10:38 AM, por Andrés Beltramo
Categorías : El Vaticano
 

Podrían ser una verdadera revolución, un cambio radical que deje atrás años de escándalo y sospecha. Se trata de una serie de reformas a las finanzas vaticanas aprobadas por el Papa Benedicto XVI y que serán publicadas este jueves por la sala de prensa de la Sede Apostólica. El objetivo: transparencia total para sepultar, de una vez por todas, los tiempos de los arreglos por debajo de la mesa y del dinero sucio.

El obispo de Roma decidió apostar por la claridad. Firmó un “motu propio” (decreto) para prevenir y contrastar las actividades ilegales en el campo financiero y monetario. Con dicha carta apostólica cambiará la normativa interna del gobierno central de la Iglesia para adoptarla a las directivas de la Unión Europea.

Se sabe ya que entre las medidas impulsadas por el pontífice está la de constituir un órgano interno que controlará que estas directivas sean cumplidas en el “banco vaticano”, el Instituto para las Obras de Religión (IOR). Desde allí operaron en pasado personalidades de dudosa calidad moral como Paul Marcinkus o Donato De Bonis.

“Estos cambios podrían ser una revolución”. Palabra del escritor italiano Gianluigi Nuzzi, autor del libro “Vaticano SA”, editado en junio de 2009 y que sacó a la luz un entramado de cuentas fantasma del IOR por donde circuló dinero sucio durante la década de 1990. Un texto de inestimable valor porque se basó en documentos reservados del archivo personal de un ex empleado de la banca vaticana, Renato Dardozzi.

Por ello, la opinión de Nuzzi no puede ser considerada justamente como favorable al Vaticano. Aún así el escritor no dudó en asegurar que las nuevas medidas contra el lavado de dinero “serán la conclusión de un cambio en la cúpula de la finanza vaticana, que Ratzinger dejó hasta el final y que en septiembre de 2009 se consolidó con la llegada de un nuevo director al IOR, Ettore Gotti Tedeschi”.

De hecho uno de los artífices de esta transformación es el propio Gotti, un laico estrechamente vinculado al Opus Dei y banquero de toda la vida, quien llegó a la dirección del IOR gracias a su cercanía con el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone. Su misión ha sido, desde el principio, hacer limpieza en el instituto financiero.

Esa es la razón por la cual Gotti se apresta a cerrar, en las próximas semanas, unas 130 posiciones sospechosas que aún se encuentran abiertas en el banco del Vaticano. Se trata de cuentas heredadas de anteriores administraciones, algunas con importantes sumas de dinero, de cuyos propietarios se sabe muy poco.

Es que, como nos explicó Nuzzi apenas ayer le preguntamos su opinión sobre este tema, hasta ahora la poco clara normativa que regía sobre la economía de la Sede Apostólica permitía focos de corrupción muy localizados. Y nos reveló que la nueva política de transparencia está generando cortocircuitos.

“El problema no es Ratzinger sino las resistencias internas porque quitar el viejo sistema significa abolir los privilegios que algunos podían utilizar afuera para asegurar transferencias de dinero fuera de toda sospecha, veremos cómo reaccionan”, advirtió.

Y agregó: “a Ratzinger le doy un voto de confianza porque (sus medidas contra el lavado de dinero) son coherentes con lo que está haciendo por ejemplo con los curas pedófilos, no me parece que sea una iniciativa publicitaria. Veremos los resultados en seis meses”.

Con más de 250 mil copias vendidas sólo en Italia y ediciones en varios idiomas “Vaticano SA” no es un libro más. Tampoco en la Curia Romana pasó desapercibido y de hecho su contenido fue usado por algunas de sus personalidades para “barrer la casa”.

El anuncio de este día pone las bases para un cambio de verdad, porque un retorno al pasado se antoja prácticamente imposible ya que los nuevos procedimientos estarán vinculados a la Unión Europea y a organismos internacionales, a los cuales no se puede huir fácilmente.

Al recordar los desastres perpetrados a inicios de los años 80 por Marcinkus “el banquero de DIos” (quien con Roberto Calvi provocó el crack del Banco Ambrosiano) o el sutil lavado de dinero de políticos y mafiosos orquestada por De Bonis en los 90, siempre desde la Torre Nicoló V, Nuzzi no dudó en lanzar una propuesta provocativa: “espero que el IOR cambie de sede, sea puesto en un lugar distinto del Vaticano, deje el torreón y allí se cree un museo, porque ciertas cosas deben pertenecer al pasado”.