31.12.10

Finanzas papales, una revolución copernicana

A las 1:36 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : El Vaticano
 

Una revolución copernicana. Aunque la frase pueda resultar paradójica cuando se habla del Vaticano describe con gran certeza las nuevas normas aprobadas apenas ayer por Benedicto XVI y que modificarán de manera radical la operación financiera de la Sede Apostólica. Lo son por dos motivos: el establecimiento de una autoridad independiente de control interno sin precedentes en la historia del Estado Pontificio y la inserción en el circuito de intercambio automático de información vigente en el sistema bancario europeo.

Las reformas del Papa ya cuentan con críticos y detractores. Algunos, en el ambiente de la Curia Romana, aseguran que el cambio no dependió tanto de la voluntad de transparencia sino de la presión de diversos bancos internacionales que no querían ya hacer negocios con El Vaticano para evitar sospechas.

Y es que, como ya lo señalamos en este espacio, las anteriores reglas eran tan ambiguas que dejaban demasiado espacio a la infiltración corrupta.

Aunque ninguna normatividad es perfecta, los documentos presentados ayer sí marcan una diferencia sustancial. Porque oficializan formas de vigilancia y reglas de transparencia nunca antes vistas. Para entender un poco más del tema ofrecemos abajo algunos textos de consulta obligada, incluida una nota explicativa obre el tema del vocero vaticano Federico Lombardi:
 

 

TRANSPARENCIA, HONESTIDAD Y RESPONSABILIDAD
Por Federico Lombardi S.J. / 30 de diciembre de 2010

 

La publicación actual de nuevas leyes para el Estado de la Ciudad del Vaticano y para los dicasterios de la Curia Romana así como para los organismos y entidades dependientes de la Santa Sede es un evento de gran importancia normativa pero también reviste un significado moral y pastoral de largo alcance.

Todos los entes en conexión con el gobierno de la Iglesia Católica y con ese “apoyo”, que constituye el Estado de la Ciudad del Vaticano, se insertan a partir de hoy , con espíritu de sincera colaboración, en el sistema de principios e instrumentos jurídicos que la comunidad internacional está construyendo con la finalidad de garantizar una convivencia justa y honesta en un contexto mundial cada vez más globalizado; contexto en el que, desgraciadamente, las realidades económicas y financieras son, no pocas veces, terreno de actividades ilegales como el blanqueo de capital procedente de actividades criminales y de financiación del terrorismo, auténticos peligros para la justicia y la paz en el mundo.

El Papa afirma sin rodeos que “la Santa Sede aprueba el compromiso,” de la comunidad internacional y “quiere hacer suyas las reglas” de las que ésta se ha dotado “para prevenir y combatir” estos terribles fenómenos.

Desde siempre las actividades ilegales han demostrado poseer una capacidad extraordinaria para infiltrarse y contaminar el mundo económico y financiero, pero su desarrollo a escala internacional y el uso de las nuevas tecnologías las han hecho cada vez más omnipresentes y capaces de camuflarse, por lo que, para combatirlas ha adquirido la máxima urgencia constituir redes de control y de información mutua entre las autoridades responsables de la lucha contra ellas.

Sería ingenuo pensar que la inteligencia perversa que impulsa las actividades ilegales no intente aprovechar sobre todo los puntos débiles y frágiles, que a veces existen en el sistema internacional de defensa y control de la legalidad, para introducirse en él y violarlo . Por lo tanto, la solidaridad internacional es fundamental para el mantenimiento de ese sistema, y es comprensible y justo que las autoridades nacionales de vigilancia y los organismos internacionales (Consejo de Europa y, en particular, el GAFI: Grupo de Acción Financiera Internacional contra el reciclaje de capitales) vean con ojos favorables a los Estados y los entes que ofrecen las garantías requeridas e imponen restricciones importantes a los que no las cumplen.

Naturalmente, esto también se aplica a la Ciudad del Vaticano y a las instituciones de la Iglesia que llevan a cabo actividades económicas y financieras.

La nueva normativa obedece , por lo tanto, a la exigencia de conservar el eficaz funcionamiento de los organismos que operan en el marco económico y financiero para el servicio de la Iglesia Católica en el mundo, y – todavía más - a la necesidad moral de la “transparencia, honestidad y responsabilidad” que hay que observar siempre en el ámbito social y económico (Caritas in Veritate 36).

La aplicación de las nuevas normas requerirá sin duda un gran esfuerzo. Hay que poner en marcha la nueva Autoridad de Información Financiera . Hay nuevas obligaciones que respetar. Nuevas competencias que ejercer . Todo ello beneficiará a la Iglesia. Los organismos del Vaticano serán menos vulnerables al riesgo constante que, inevitablemente, se corre cuando se maneja dinero.

Se evitarán en futuro aquellos errores que tan fácilmente se convierten en motivo de “escándalo” para la opinión pública y para los fieles. En resumen, la Iglesia será más “creíble” ante la comunidad internacional y sus miembros. Y esto es vital para su misión evangélica.

Hoy, 30 de diciembre de 2010, el Papa ha firmado un documento inusual para él pero de gran valor y gran significado moral y espiritual. Es una buena forma de acabar este año, con un paso concreto en la dirección de la transparencia y la credibilidad.

Seguimiento al tema:

Carta apostólica para el combate a las actividades ilegales financieras

Nota de la Secretaría de Estado del Vaticano sobre la normativa anti-lavado

Estatuto de la nueva Autoridad de Información Financiera (en italiano)

Ley número 127 del Vaticano sobre el combate al reciclaje de dinero

Reportes de un servidor publicados por Notimex aquí, aquí y aquí.