3.01.11

Yo creo que Kiko Argüello tiene razón

A las 12:24 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Defender la fe
 

El Estado ha de creer en Dios

Uno de los fundadores del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, en una reciente entrevista, ha dado con el dedo en la llaga y ha acertado plenamente.

En una ocasión, estando Jesucristo en situación difícil ante Pilato y ante la insinuación que le hiciera el romano sobre el poder que tenía para hacer con el Hijo de Dios lo que quisiese, éste le dijo “No tendrías contra mí ningún poder, si no se te hubiera dado de arriba” (Jn 19, 11) Por eso el poder sólo proviene de Dios y quien se opone a eso es como quien se empeña en mirar para otro lado cuando le dicen quién es su padre. Realidad dura, a lo mejor, si no gusta reconocerse en tal filiación pero totalmente insoslayable.

Por eso ha dicho Argüello algo así como que el Estado que no cree en Dios sólo puede llevar, por ejemplo, a la familia, por mal camino.

Y eso es tan cierto como que ya estamos en un nuevo año.

Sin embargo, Kiko Argüello, llevado por su bondad de corazón, entiende que el Estado “es fácil que a veces sin querer –de forma inconsciente incluso– haga leyes que no favorezcan la familia cristiana”. Y, como no parece que lo haya dicho de forma irónica sino que, ciertamente, lo piensa, creemos que debe ser así que lo entiende de tal forma.

Permítame el hermano Kiko que no sea políticamente correcto y que incida en lo que, en realidad pasa: el Estado laicista al que se le está dando forma en España (y, así, en otros muchos sitios de Europa y del mundo) no hace las cosas sin querer sino a sabiendas de lo que hace y, así, legisla en contra de la familia todo lo que puede y en contra de lo religioso todo lo que le dejan y en contra de la fe todo lo que su malsano entender le da para hacer tales cosas.

Al Estado, la organización terrenal que desgobierna España y muchas otras naciones de Europa y del mundo llevado por una actitud pagana le interesa un pito la familia y lo que ella supone y encierra para una sociedad sana. Tan sólo quieren construir una sociedad regida por el totalitarismo izquierdoso y harán todo lo posible para que volvamos a las catacumbas, finas y disimuladas hoy día y, en otros lugares, reales y de muerte.

Por todo lo dicho, el Estado debe creer en Dios porque con ello contribuirá al desarrollo de una sociedad que sea verdaderamente humana y no regida por el egoísmo de sus miembros (aborto, eutanasia, etc.) y si hace otra cosa que no sea manifestar y regirse por tal creencia, el resultado que se obtendrá, que se está obteniendo, es un mundo ciego ante el dolor de sus miembros y sordo ante los gritos de los que mueren bajo el amparo de leyes y reglamentos que se sustentan en una legitimidad tan sólo humana y hedonista.

Eso se evita creyendo en Dios pero, sobre todo, aplicando la unidad de vida según tal creencia a lo que se hace desde el Estado.

De otra forma, que Dios nos coja confesados.

Por cierto, mi más franca enhorabuena al Camino Neocatecumenal porque, según parece, ha tenido mucho que ver en el éxito del Encuentro y la Misa de las Familias que se llevó a cabo en Madrid ayer mismo. A cada cual lo suyo.

Eleuterio Fernández Guzmán