Informa el C-Fam

Mujeres, niños y juventud se impusieron en la agenda de la ONU 2010

 

Esta semana, la tranquilidad en la ONU tras el receso contrasta fuertemente con la frenética agenda que suelen abordar los delegados. Los pasados doce meses fueron testigos de intensos debates a medida que la comunidad internacional trataba asuntos relacionados con las mujeres, los niños y la educación. Las cuestiones femeninas prevalecieron en la ONU el año pasado, cuando la Asamblea General (AG) creó un nuevo súper organismo para la mujer con un costo potencial de mil millones de dólares.

08/01/11 10:41 PM


 

(C-Fam/InfoCatólica) La AG eligió a la ex presidente de Chile, Michelle Bachelet, para encabezar la nueva agencia. Esta decisión coronó una victoria para las agrupaciones feministas radicales que hicieron lobby durante años para conseguir una mega-oficina que destacara los asuntos de las mujeres en todas las discusiones de la ONU, como hace UNICEF con los niños.

El año pasado fue testigo de la lucha de los funcionarios de la ONU por recuperar el control de la agenda de salud materna tras que un informe publicado en The Lancet desacreditó las cifras de la ONU sobre mortalidad materna al demostrar que estas habían sido tremendamente exageradas. Con gran pesar de los partidarios del aborto, Canadá dispuso que la salud materna fuera uno de los temas centrales en el G-8, y dejó al aborto deliberadamente fuera del temario. 

Frustrada conferencia de la ONU para la juventud en Túnez

Los niños y la juventud también se impusieron en las discusiones el año pasado. Las Girl Scout causaron un escándalo en marzo, cuando organizaron un panel exclusivo para jóvenes en las Naciones Unidas en el que Planned Parenthood puso a disposición un folleto titulado «Feliz, Fuerte y Fabulos@», que contiene lenguaje sexual explícito y promueve las relaciones sexuales casuales con múltiples parejas, así como también el sexo oral, anal y homosexual. 

Las delegaciones dedicaron meses a la preparación de la apertura oficial del Año Internacional de la Juventud en agosto, al que dieron inicio con una conferencia mundial para jóvenes en México y con el anuncio de una conferencia de la ONU para la juventud en Túnez. La reunión mexicana terminó en fracaso, y las delegaciones dijeron que los procedimientos allí realizados fueron turbios y estuvieron controlados por el Fondo de Población de la ONU y por agrupaciones radicales enfocadas principalmente en impulsar los derechos y la educación sexual para los adolescentes. 

Posteriormente, Túnez retiró su patrocinio de la conferencia anunciada alegando motivos financieros. Hasta el cierre del año 2010 no hubo planes alternativos para la reunión y ningún país se propuso para financiarla. 

Intento de introducir el "derecho a la educación sexual integral" para niños pequeños

Semanas más tarde, un número de países se alineó para condenar con firmeza un informe realizado por un especialista de la ONU en educación, que intentó introducir un «derecho» a la «educación sexual integral» para los niños pequeños nunca antes acordado. Las delegaciones criticaron duramente al experto por excederse en su mandato y solicitaron un nuevo informe que respetara los lineamientos de la ONU y no intentara crear nuevos derechos. 

Muchas delegaciones clausuraron el año manteniendo la lucha en contra de los términos imprecisos e indefinidos. En una sorpresiva victoria, lograron que se eliminara el lenguaje de la «orientación sexual» de una resolución, porque temían que se utilizara para impulsar «agendas controvertidas». En última instancia, la decisión fue revertida tras intensas presiones por parte de Estados Unidos. No obstante, el triunfo inicial envió un fuerte mensaje en contra de la manipulación del lenguaje en nombre de los derechos humanos. 

Las delegaciones prevén otro año movido, ya que que la ONU ya tiene preparadas discusiones en torno a la educación, la fertilidad, la salud reproductiva y el desarrollo. 

 

Samantha Singson redacta para C-FAM. Este artículo fue publicado primero por Friday Fax, un reporte semanal publicado en internet por C-FAM (Instituto Católico de Familia y Derechos Humanos), un instituto de investigación residente en Nueva York y Washington D.C (www.c-fam.org). Este artículo aparece con permiso  

Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano