Testimonio de un cooperante de Cáritas en Haití

"Haití pide fuerzas para olvidar y levantarse de nuevo"

"Todo el mundo tiene alguien por quien rezar, a quien recordar"

Cáirtas, 13 de enero de 2011 a las 17:16

 

(Juan Manuel Díaz Parrondo, cooperante de Cáritas en Haití).- Cualquier día del año Puerto Príncipe, la capital de Haití es ruidosa, animada, con un tránsito caótico de vehículos, animales, y peatones que sortean los coloridos mercados informales en las aceras donde se vende de todo.

A diario los vendedores proclaman sus mercancías a gritos, y los conductores hacen sonar el claxon a cada segundo, los autobuses de pasajeros con sus dibujos y pinturas se paran donde quieren e imponen su ley. Pero hoy en la ciudad reina un impresionante silencio, y las calles están vacías.

Los colores vivos del trópico han dado paso por un día al color blanco, que es el símbolo del luto en este país. Las iglesias están abarrotadas, las católicas, y las protestantes. Todo el mundo tiene alguien por quien rezar, a quien recordar. Lo único que se escucha a lo lejos son cantos religiosos en un país profundamente espiritual.

No hay una sola familia de esta ciudad que no haya sufrido una pérdida directa con el terremoto. Y hoy es el 12 de enero, una fecha que se ha grabado a fuego en la memoria y en el alma de los haitianos. Cuando se refieren al terremoto, no dicen la palabra maldita "seisme" sino que se refieren al día "douce janvier". Una fecha infausta, dolorosa, como el 11 de septiembre para los neoyorquinos.

Ni siquiera el convulso panorama político con las elecciones presidenciales para la segunda vuelta aún inciertas por el enfrentamiento entre el gobierno y la oposición han logrado alterar la solemnidad de este día. Es un día soleado, con pocas nubes altas y una brisa del oeste que suaviza la temperatura. Las calles están vacías, los campamentos de desplazados en calma, los cascos azules de la ONU aburridos en las esquinas porque no hay nada que hacer en este día de paz y dolor.

Haití llora hacia adentro, reza sus muertos, y pide fuerzas para olvidar y levantarse de nuevo.