14.01.11

Eppur si muove - ¿Debe la Iglesia católica pedir perdón por algo?

A las 12:31 AM, por Eleuterio
Categorías : General
 

Es hora de que la Iglesia pida perdón por tantos actos de agravio“.

Esta lapidaria frase detecta cierto comportamiento no acorde con la caridad cristiana en la Iglesia católica. Al parecer debe pedir perdón porque, según se dice, cometió actos no demasiado puros en el inmediato pasado.

Juan Pablo II no sólo renueva el lamento por las “dolorosas memorias” que han ido marcando la historia de las divisiones entre los cristianos, como habían hecho Pablo VI y el concilio Vaticano II (9), sino que extiende la petición de perdón también a una multitud de hechos históricos, en los cuales la Iglesia o grupos particulares de cristianos han estado implicados por diversos motivos’ (10). En la Carta apostólica Tertio millennio adveniente (11), el Papa desea que el Jubileo del Año 2000 sea la ocasión para una purificación de la memoria de la Iglesia de “todas las formas de contratestimonio y de escándalo", que se han sucedido en el curso del milenio pasado (cf. TMA 33).

Esto viene contenido en el documento “La Iglesia y las culpas del pasado” que elaboró la Comisión Teológica Internacional bajo la dirección de un tal Cardenal Ratzinger. Bajo la dirección de un tal Cardenal Ratzinger, luego conocido como Benedicto XVI.

Por otra parte, en el Año Jubilar que se celebró en el 2000, Juan Pablo II Magno, en una celebración “dedicada al reconocimiento, ante Dios y los hombres, de las faltas pasadas y presentes de los hijos de la Iglesiapidió lo siguiente:

Señor, Dios de todos los hombres, en algunas épocas de la historia los cristianos a veces han transigido con métodos de intolerancia y no han seguido el gran mandamiento del amor, desfigurando así el rostro de la Iglesia, tu Esposa. Ten misericordia de tus hijos pecadores y acepta nuestro propósito de buscar y promover la verdad en la dulzura de la caridad, conscientes de que la verdad sólo se impone con la fuerza de la verdad misma. Por Cristo nuestro Señor.

O lo siguiente:

Señor del mundo, Padre de todos los hombres, por medio de tu Hijo nos has pedido amar a los enemigos, hacer bien a los que nos odian y orar por los que nos persiguen.

Muchas veces, sin embargo, los cristianos han desmentido el Evangelio y, cediendo a la lógica de la fuerza, han violado los derechos de etnias y pueblos, despreciando sus culturas y tradiciones religiosas: muéstrate paciente y misericordioso con nosotros y perdónanos.

Esto puede servir para comprender que la Iglesia católica ha pedido perdón por lo mal que lo haya podido hacer a lo largo de los siglos. Es una forma de cumplir, además, con la voluntad de Dios.

Sin embargo, a nivel particular, español propiamente dicho, es más que probable que lo que se pretende cuando se manifiesta una voluntad tan, en principio sana (la de pedir perdón por el mal infringido) tenga raíces que van más allá de la mera satisfacción de ver como quien ha hecho algo mal lo reconozca. Y es que aquí nos conocemos todos.

En el ámbito de la llamada “Memoria histórica” (que es, en todo caso, una memoria muy selectiva con el pasado) se pide, por activa y por pasiva, que la Iglesia católica pida perdón, por ejemplo, ser cómplice del régimen del general Franco,

Pero es que, refiriéndose a las fosas comunes existentes en Galicia, desde la Comisión por la Recuperación de la Memoria Histórica (CRMH) de La Coruña dice que ya “Es hora de que la Iglesia católica pida públicamente perdón por su participación en estos crímenes contra la humanidad”.

Además se dice algo que es absolutamente ridículo y que es que la Iglesia católica fue cómplice del golpe militar de 1936, en el que desempeñaron una importancia vital“. Eso se dice, seguramente, para justificar la persecución que durante la Guerra Civil se produjo contra la Esposa de Cristo olvidando que, desde años antes (desde 1931) la persecución ya se había iniciado.

Y todo esto parece algo raro porque es evidente que no responde a la verdad de las cosas, como fácilmente puede leerse en la carta enviada al Presidente de la Conferencia Episcopal Española que, aún estando escrita en gallego se puede entender perfectamente.

Por eso, la Iglesia católica ha de pedir perdón, y lo ha hecho, sobre lo que, en realidad, tenga que pedir perdón pero lo que no debe hacer, de ninguna de las maneras y para satisfacer excesos verbales de más de uno, es aceptar lo que no puede ser aceptado.

Con tales ruedas de molino que comulgue quien quiera.

Además, es bien cierto que los fieles católicos (incluyendo a l jerarquía eclesiástica) tenían la obligación espiritual de sufrir el mal que se les infringía. Sin embargo las personas que les infringían tal mal no tenían obligación alguna de causarlo y aún estamos esperando que pidan perdón.

Eleuterio Fernández Guzmán