Y que son muchos los cristianos que hoy se ven obligados a emigrar

El Papa recuerda que la Sagrada Familia también fue emigrante

 

Ayer domingo, en el que se celebraba la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado, Benedicto XVI ha invitado a reflexionar sobre la experiencia de tantos hombres, mujeres y tantas familias que abandonan su propio país en busca de mejores condiciones de vida. Una migración, como ha recordado el Santo Padre, que a veces es voluntaria y otras, por desgracia, forzada por la guerra o las persecuciones, y a menudo en condiciones dramáticas.

17/01/11 8:36 AM


 

(RV/InfoCatólica) “Por esta razón”, ha asegurado el Papa, “hace 60 años, se instituyó el Alto Comisariato de Naciones Unidas para los Refugiados. En la fiesta de la Sagrada Familia, inmediatamente después de Navidad, hemos recordado que también los padres de Jesús tuvieron que huir de su propia tierra y refugiarse en Egipto para salvar la vida de su hijo: el Mesías, el Hijo de Dios fue un refugiado”.

También la Iglesia, como ha subrayado el Pontífice, ha vivido la experiencia de la migración. El Papa ha recordado las ocasiones en que “los cristianos se sienten obligados a abandonar con sufrimiento su tierra”, junto a los desplazamientos voluntarios de los mismos, por distintas razones y de un país a otro. Son “ocasiones, como ha indicado el Santo Padre, para incrementar el dinamismo misionero de la Palabra de Dios y logran que el testimonio de la fe circule mayormente en el Cuerpo de Cristo, atravesando los pueblos y las culturas y alcanzando nuevas fronteras y nuevos ambientes”.

Retomando el tema de las migraciones, Benedicto XVI ha recordado que el tema del Mensaje para esta Jornada: “Una única familia humana”, indica la meta del gran viaje de la humanidad a través de los siglos, que es formar una única familia humana con todas las diferencias que la enriquecen pero sin barreras y reconociendo a todos los hermanos.

Y en este sentido el Papa ha considerado “fundamental que los cristianos, a pesar de estar diseminados por todo el mundo y ser diversos por cultura y tradición sean una sola cosa”. Y ésta es precisamente la finalidad de la Semana de Oración para la unidad de los Cristianos, que tendrá lugar del 18 al 25 de enero. Además el Pontífice ha recordado que el Octavario para la unidad de los Cristianos estará precedido, mañana, por la Jornada del diálogo judeo-cristiano: una combinación muy significativa que retoma la importancia de las raíces comunes que unieron a judíos y cristianos.

Finalizado el rezo mariano del Ángelus el Papa ha tenido un recuerdo especial en la oración para “las poblaciones de Australia, Brasil, Filipinas y Sri Lanka, recientemente golpeadas por devastadoras inundaciones. Que el Señor acoja las almas de los difuntos, de fortaleza a los desplazados y sostenga el compromiso de cuantos se están esforzando para aliviar los sufrimientos y las carencias”.

De hecho el número de fallecidos por las lluvias de esta semana en el estado brasileño de Río de Janeiro se eleva a 611, según el boletín divulgado por la Defensa Civil, en el quinto día de búsquedas y cuando se prevén nuevos chaparrones. Por lo que respecta a Filipinas, las autoridades aumentaron a 47 el número de muertos tras dos semanas de inundaciones provocadas por las lluvias torrenciales en el este y el sur del archipiélago. En Australia han muerto 15 personas desde el lunes, y la cifra asciende a 26 si se empieza la cuenta a principios de diciembre, cuando ocurrieron las primeras inundaciones. Al menos 60 continúan desaparecidas y el número de damnificados ronda los 200.000. Y por último Sri Lanka, donde 27 personas han muerto, 320.000 se han visto desplazadas y más de un millón han resultado afectadas por las inundaciones.

Y también en esta ocasión Benedicto XVI ha recordado en sus saludos en italiano y polaco su alegría por el anuncio de la beatificación de Juan Pablo II el próximo 1 de mayo. “Una noticia –les ha dicho a los peregrinos polacos- muy esperada por todos y en particular por vosotros”. Evocando a su predecesor como una guía en la fe, la verdad y la caridad, el Santo Padre ha augurado a los fieles polacos una profunda preparación espiritual para este acontecimiento:

“Queridos hermanos y hermanas, como sabéis, el próximo 1 de mayo tendré la alegría de proclamar beato al venerable Juan Pablo II, mi amado predecesor. La fecha escogida es muy significativa: de hecho, será el II Domingo de Pascua, que él mismo dedicó a la Divina Misericordia, y en cuya vigilia finalizó su vida terrena. Cuantos le conocieron, cuantos le estimaron y amaron, serán felices con la Iglesia por este acontecimiento”.

Estas fueron las palabras en español de Benedicto XVI para los fieles presentes en la Plaza de san Pedro:

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española presentes en esta oración mariana, particularmente a los alumnos y profesores del Instituto de Villafranca de los Barros. Al comenzar esta Semana de oración por la unidad de los cristianos, invito a todos a pedir con constancia a Dios, para que siga santificando a todos sus hijos en la verdad de Cristo, crezcamos en el conocimiento de su Palabra y sirvamos a la edificación de su Reino con humildad y amor. Que la maternal intercesión de la Santísima Virgen María, anime todos los corazones, para que se eliminen las barreras de separación y, curados de toda división, demos un testimonio creíble del Evangelio de la Salvación. Feliz domingo.