Toma de posesión del nuevo arzobispo de Santiago de Chile

Mons. Ezzati: «La Iglesia existe para evangelizar con palabras y con hechos»

 

Monseñor Ricardo Ezzati Andrello tomó posesión de su cargo en una Catedral Metropolitana repleta de fieles que le dio una calurosa bienvenida. Junto a los cardenales Francisco Javier Errázuriz y Jorge Medina y al Nuncio Apostólico, monseñor Giuseppe Pinto, concelebraron la mayoría de los obispos del país y numerosos sacerdotes. Participaron también de la solemne y emotiva Misa, multitud de fieles laicos, miembros de congregaciones religiosas y representantes de diversos movimientos apostólicos y de asociaciones laicales.

17/01/11 8:13 AM


 

(InfoCatólica) Monseñor Ricardo Ezzati fue acogido por los sacerdotes que oficiaron de maestros de ceremonia y conducido a través de una calle formada por sacerdotes, diáconos, seminaristas y laicos, hasta las puertas de la Catedral. Allí fue recibido por el Deán y los miembros del Cabildo Metropolitano. De acuerdo al ritual para este tipo de celebraciones, lo primero que hizo Monseñor Ezzati a la entrada de la Catedral fue besar una Cruz. Luego, ingresó al templo por el pasillo central asperjando con agua bendita a los fieles. En medio de los aplausos de los fieles se dirigió hasta la capilla del Santísimo, donde hizo un momento de oración en silencio.

La solemne eucaristía de toma de posesión se inició con la procesión de entrada, presidida por el Cardenal Francisco Javier Errázuriz y estuvo formada por el Cardenal Jorge Medina; el Nuncio Apostólico, monseñor Giuseppe Pinto y la mayoría de los obispos del país, entre ellos los obispos auxiliares de Santiago, Monseñor Andrés Arteaga y Monseñor Cristián Contreras Villarroel; el obispo de Rancagua y vice-presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Alejandro Goic; el obispo de Valparaíso, Monseñor Gonzalo Duarte, entre otros. En tanto, la totalidad de los vicarios episcopales y más de trescientos sacerdotes que concelebraron esperaban a ambos lados del presbiterio.

A la ceremonia asistieron diversas autoridades civiles, entre las que destacaron el ex Presidente Ricardo Lagos y su señora; el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter; el presidente del Senado, Jorge Pizarro; la presidenta de la Cámara de Diputados, Alejandra Sepúlveda; el rector de la Pontificia Universidad Católica, Ignacio Sánchez y el miembro del Tribunal Constitucional, José Antonio Viera Gallo, entre otras.

Al inicio de la Misa se proclamó la Bula del Santo Padre en la que se nombra a Monseñor Ricardo Ezzati Andrello como Arzobispo de Santiago de Chile, que fue leída por el P. Hans Kast, Canciller de la arquidiócesis. Después se produjo el momento más emotivo de la ceremonia, cuando el Cardenal Francisco Javier Errázuriz le cedió su lugar en la sede y le entregó el báculo, signo del pastor.

Monseñor Cristián Precht, Vicario General de Pastoral, fue el encargado de saludarlo a nombre de toda la Iglesia de Santiago. En nombre del clero dijo:  “Hoy lo recibe su Iglesia, con el corazón y los oídos muy abiertos, para seguir su peregrinación, atenta a su pastoreo. Para ello comprometemos desde ya nuestra oración. Sabemos que Ud. viene ‘para evangelizar’, como reza su lema episcopal, y que dará un nuevo impulso a la Misión Continental”. 

Inmediatamente después una delegación de sacerdotes y laicos se acercaron a saludarlo, entre ellos los obispos auxiliares, trabajadores del Arzobispado de Santiago y el rector de la Pontificia Universidad Católica, Ignacio Sánchez.

En su primera homilía como Arzobispo de Santiago, Monseñor Ezzati reflexionó sobre el Evangelio proclamado en la Santa Misa. “La experiencia de Pedro y sus compañeros, es también la experiencia de todo llamado, también la mía. Una experiencia cargada de asombro y de temor ante la llamada que sobrepasa las posibilidad humanas, que no dejan de confundir, pero, al mismo tiempo, una invitación que ofrece gracias insospechadas y oportunidades de crecer en una renovada confianza y en un sereno abandono en Aquel que llama a seguirlo más cerca”.

El duodécimo Arzobispo de Santiago agradeció a su familia, a la Congregación Salesiana y al Papa. Dijo a los asistentes: “Con estos sentimientos me presento ahora ante Ustedes, hermanos y hermanas, de la Iglesia de Santiago como el Apóstol Pablo ante la comunidad de Corinto, me presento a Ustedes sin ‘el prestigio de la palabra o de la sabiduría a anunciaros el testimonio de Dios’, entre Ustedes no pretendo ‘saber sino a Jesucristo y a este crucificado’”.

Para evangelizar

Recordando el documento emanado de la V Conferencia de Obispos realizada en Aparecida, Brasil, resaltó el espíritu misionero que urge a cada católico. Durante su homilía también hizo un llamado explícito a laicos, diáconos, religiosas, religiosos y sacerdotes para misionar en comunión: “En una época de cambios culturales radicales y profundos, como Iglesia proclamamos que conocer a Jesús por la fe es nuestro gozo, seguirlo es una gracia singular, y transmitir este tesoro a los demás es un encargo honroso que, al llamarnos y al elegirnos, Él nos ha confiado”.  “Todos somos discípulos misioneros, pero enriquecidos de un don específico, propio de la vocación recibida. Esto comporta el compromiso de vivir en comunión, respetando e impulsando los dones que permiten que la Iglesia sea sacramento de Cristo”.

Dirigiéndose a los presbíteros los llamó a vivir en santidad: “Nos duele en el alma constatar situaciones que han traicionado gravemente la identidad vocacional y la misión pastoral propia del presbítero, desfigurando el rostro del Buen Pastor. San Alberto Hurtado proclamado especial Patrono del presbiterio de Santiago, interceda por todos nosotros”. Añadió: “No olviden que el presbítero, a imagen de Cristo, está llamado a ser hombre de la misericordia y de la compasión, cercano a su pueblo, servidor de todos, particularmente de los que sufren grandes necesidades”.

Finalmente, Monseñor Ezzati destacó que la Iglesia existe para la vida del mundo y exhortó a todos a ser el lugar “dónde se encuentran las personas, ofreciéndoles la misma compañía que Jesús resucitado ofreció a los discípulos de Emaús”: “La Iglesia existe para esto, para evangelizar con palabras y con hechos: palabras que explican los hechos y hechos que acompañan las palabras. Como Cristo, la Iglesia no vive para sí misma, sino para la vida del mundo”.

Una vez finalizada la Misa, Monseñor Ezzati oró ante la imagen de la Virgen del Carmen, ubicada en la parroquia El Sagrario, y luego bajó a rezar a la cripta donde están sepultados sus antecesores.