17.01.11

El Camino Neocatecumenal es un regalo del Espíritu Santo para la Iglesia

A las 5:37 PM, por Luis Fernando
Categorías : Actualidad, Benedicto XVI
 

Cada vez que ponemos una noticia en InfoCatólica sobre el Camino Neocatecumenal, invariablemente aparecen comentarios críticos con ese movimiento iniciado por Kiko Argüello y Carmen Hernández. Algunos sobrepasan la crítica y llegan a la calumnia y la difamación. Lo primero puede ser comprensible. Ningún movimiento está exento de ser objeto de críticas. Pero quienes se lanzan contra los kikos como si fueran poco menos que una panda de sectarios tienen desde hoy una razón más para analizar si no son ellos, -sí, precisamente ellos-, los destinatarios adecuados para sus epítetos.

Y es que Benedicto XVI lo ha dicho bien claro hoy: “La Iglesia ha reconocido en el Camino Neocatecumenal un regalo especial suscitado por el Espíritu Santo“. Semejante frase del Papa debería de bastar para disipar dudas sobre la bondad de este movimiento eclesial que “contribuye a reavivar y consolidar en las diócesis y en las parroquias la iniciación cristiana, favoreciendo un gradual y total redescubrimiento de las riquezas del Bautismo, ayudando a saborear la vida divina, la vida celestial que el Señor inauguró con su encarnación, viniendo entre nosotros, naciendo como uno de nosotros“.

¿Significa eso que todo lo que rodea al Camino es perfecto? No. Basta ver el espectáculo dado por Carmen Hernández cuando en una reciente visita al Papa apareció con unas pintas horteras y absurdas. ¿Significa que los católicos pertenecientes al Camino no deben estar atentos a posibles desviaciones del carisma en el que desarrollan su vida cristiana? No. El Santo Padre les exhorta, y por algo lo hará, a “buscar siempre una profunda comunión con los pastores y con todos los componentes de las Iglesias particulares y de los contextos eclesiales, muy diferentes, en los que estáis llamados a trabajar". El Camino sólo tiene sentido en el contexto de la comunión eclesial. Ahora bien, no es menos cierto que de la misma manera que el Camino da y dará buenos frutos si está inserto en la Iglesia, no hay razón alguna para que nadie, desde dentro de la misma, pretenda apartar a ese movimiento de la plenitud de la vida eclesial diocesana. Y eso vale tanto para los fieles como para aquellos obispos que se empeñen en echarle un pulso al Papa a la hora de aceptar o rechazar el Camino Neocatecumenal.

Siempre diré que la parroquia ha de ser el principal hogar del católico. Pero la vida parroquial puede y debe ser enriquecida por los nuevos movimientos eclesiales, que deben aportar todo lo de bueno que se deriva de la acción del Espíritu Santo en los mismos. Bien harán los párrocos y el resto de sacerdotes diocesanos en aceptar el regalo que les llega desde esos grupos que son iluminados por el Señor para llevar a cabo la tarea de evangelizar a los alejados y ayudar a los fieles a vivir en la santidad de la fe católica. Corresponde a los obispos establecer los mecanismos necesarios para que todo se haga, como dijo San Pablo, “decentemente y con orden“. La comunión eclesial está por encima de cualquier consideración. Pero esa comunión eclesial no puede hacerse en contra de la voluntad del Obispo de Roma, quien, vuelvo a repetir, ha mostrado su apoyo pleno al Camino. Eso vale para todas las diócesis del mundo, incluidas las de Japón.

Luis Fernando Pérez Bustamante