16.01.11

Juan Pablo II y la sombra de Maciel

A las 11:52 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Legionarios de Cristo
 

El Vaticano ha sido claro: Juan Pablo II ignoraba la “doble personalidad” de Marcial Maciel Degollado. No fue bien ni oficialmente informado de sus tropelías. Tampoco existen pruebas concretas de un encubrimiento doloso y negligente al inmoral de Cotija. Aún así la sombra del fundador de los Legionarios de Cristo se ha insinuado, estos últimos días, sobre la santidad personal de Karol Wojtyla gracias a quienes, de una u otra manera, pretenden enfangar la memoria del Papa magno.

Le confirmo que hemos investigado a fondo y ampliamente. Juan Pablo II no tenía conocimiento de la doble personalidad del padre Maciel“. Esa fue la respuesta, clara y seca, del prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Angelo Amato, en la edición en internet de la revista italiana Familia Cristiana.

Y es que, se debe reconocer, resulta inverosímil todo el “affaire Maciel”. No se trató de un sacerdote cualquiera con un pecado de una vez. Se trata del más maquiavélico personaje de la Iglesia de los últimos años. Alguien que engañó, usurpó y contaminó uno de los aspectos más sagrados: la vida religiosa. Por eso, para el simple observador, resulta imposible pensar que el líder máximo del catolicismo estuviera al oscuro de semejante fraude.

Lo que hoy se antoja inverosímil, hace unos cuantos años era realidad. Y resulta aún más increíble por cómo se dieron las denuncias, por cómo la prensa propaló el tema y por cómo reaccionaron, no sólo los Legionarios de Cristo, sino también altas personalidades del Vaticano. Pero fue así.

Juan Pablo II fue un Papa fuera de lo común. Empeñado constantemente en nuevos proyectos, nuevos viajes, un anuncio incansable del Evangelio. No gobernó la Iglesia encerrado entre los muros de la Sede Apostólica, respondiendo a las lógicas de la Curia. Se abrió al mundo y extendió la mirada hasta los confines de la tierra. Eso le obligó a delegar la administración cotidiana del Vaticano y “descuidarla”. Cosa que, para algunos, fue un problemático defecto mientras, para otros, fue su principal virtud.

En este esquema mil y un asuntos el Papa los dejó en manos de sus colaboradores. Él siempre confió en la bondad del ser humano, incluso de aquellos que lo consideraban su enemigo. Esa confianza también fue extendida a sus fieles ayudantes que, en muchas ocasiones, pusieron al Papa en aprietos.

Resulta evidente que, cómo se dieron las cosas, quienes debieron informar a conciencia al pontífice no lo hicieron o lo hicieron tarde. A comenzar por su secretario personal, Stanislaw Dziwizs, su secretario de Estado, Angelo Sodano y otros. Incluso el mismo Joseph Ratzinger, quien pensó demasiado las cosas , como él mismo lo confesó en el libro “Luz del Mundo”, en el cual reconoció que se intervino tarde en el asunto.

De estas negligencias personales se aprovechó Maciel para sembrar la duda y el engaño, para protegerse y manipular. Eso es una vergüenza no sólo para los involucrados (quienes permitieron -activa o pasivamente- que pasara) sino también para los Legionarios de Cristo. Ellos no sólo deben convivir hoy con la traición de su fundador, sino con saber también que él es culpable (desde la tumba) de manchar la memoria del Papa que más los estimó.

De todas maneras y con seriedad ¿quién puede poner en duda que Juan Pablo II esté en cielo? ¿quién tiene la altura moral para poner en duda su santidad? ¿quién cree tener la talla humana como para juzgar el corazón de una persona que vivió, actuó, sufrió y murió de cara al mundo? No por nada atinó a decir este domingo Benedicto XVI durante el Angelus en San Pedro: “cuantos lo han conocido, cuantos lo han estimado y amado no podrán no alegrarse con la Iglesia por este evento“.

Serafines susurran.- Que, según lo anunciado por la Prefectura de la Casa Pontificia del Vaticano, la ceremonia de beatificación del próximo 1 de mayo en la Plaza de San Pedro será libre y gratuita pero, sobre todo, no se extenderán billetes de ingreso a la misma.

Es cierto, todas las ceremonias públicas presididas por el Papa son gratuitas, Ninguna se cobra. Por cuestiones de organización y seguridad se emiten entradas que sirven a ordenar los flujos de participantes. En este caso, como se espera la participación de cientos de miles de personas de todo el mundo (algunos hablan de millones), la Sede Apostólica bien pensó en que sería inútil la emisión de billete alguno.

Querubines replican.- Que en México el arzobispo de Puebla de los Ángeles, Víctor Sánchez Espinosa, avanza a todo vapor en la propuesta de dividir el territorio de esa demarcación eclesiástica para crear una nueva diócesis en el sur de ese estado.

El proyecto lleva años en el tintero, desde que guiaba a esa arquidiócesis Rosendo Huesca Pacheco, quien “amenazó” muchas veces con la división, proyecto que nunca concretó. Su sucesor se ha mostrado dispuesto a concretarlo e incluso ya tiene su candidato para dirigir la nueva circunscripción: el sacerdote Eugenio Lira Rugarcía, actualmente su vocero y director de la Comisión Diocesana de Comunicación Social (Codicos).

Sí, se trata del mismo Eugenio Lira que, por diversos acuerdos, debió llegar -el año pasado- al puesto de responsable de Relaciones Públicas de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), cosa que no ocurrió por la intervención del entonces (y todavía) encargado de ese puesto: el sacerdote español Manuel Corral Martín.