17.01.11

Benedicto XVI y el Camino Neocatecumenal

A las 8:14 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Papas, Movimientos Católicos
 

Benedicto XVI recibió este día en audiencia a un nutrido grupo de miembros del Camino Neocatecumenal en El Vaticano. Una realidad eclesial tan exitosa como controvertida. Tal vez por la radicalidad de su adhesión al mensaje evangélico o, quizás, por la personalidad de su extrovertido fundador, Francisco (Kiko) Argüello. El Papa les dio un importante espaldarazo pero también les marcó una senda irrenunciable: deben trabajar con la Iglesia y con los obispos, sin excepción (incluidos los de Japón).

La historia del Camino no ha estado exenta de traspiés, lo reconoció el mismo Kiko este día durante una conferencia de prensa tras la reunión con el Papa. Pese a todo se trata de una realidad reconocida por la Iglesia, eso nadie lo puede negar. Aún así con muchos obispos han tenido problemas, a iniciar por prelados de América Latina que durante la asamblea del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) de 1992 intercambiaron opiniones muy negativas respecto de ese movimiento nacido en la década de los 60 en los barrios pobres de la capital española.

En su momento el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo de Santo Domingo, dio cuenta a Kiko Argüello de esas posturas y le propuso una cosa: invitar a los prelados a conocer más del Camino. Así surgió un encuentro que convocó en 1992 a más de 230 obispos. Reuniones similares han ocurrido en otras partes del mundo, sobre todo en la Domus Galilea, la casa administrada por los miembros de esa realidad eclesial en el Monte de las Bienaventuranzas, en Tierra Santa. Por ese lugar pasaron ya más de mil obispos.

Eso no ha evitado el surgir de diferencias en algunos países, como el Japón, donde los pastores decidieron suspender las actividades del Camino en el país durante cinco años. Determinación que no fue sostenida por el Papa, quien pidió se mantenga la presencia neocatecumenal en esa nación asiática pero decidió nombrar un delegado personal para mediar en el conflicto.

Conflicto que existe y es real. Así también lo reconoció Argüello hoy mismo. Sobre las quejas esgrimidas por el episcopado nipón ya escribimos (aquí). Este día, en su encuentro con los periodistas, Kiko prefirió guardar silencio sobre los detalles del problema aunque reconoció que las diferencias se podrán solucionar con voluntad de diálogo de ambas partes. Voluntad que, de entrada, parece existir: el mismo fundador reveló haber tomado ya contacto con un prelado japonés con el cual dialogó por más de dos horas.

Y es que el mantenimiento y la consolidación del Camino Neocatecumenal en la tierra del sol naciente pasa inexorablemente por un acuerdo con los obispos locales. Al menos según su estatuto que, en su artículo 1, dice a la letra que “está al servicio del obispo como una de las modalidades de actuación diocesana de la iniciación cristiana”. Concepto refrendado en el punto 1 del artículo 2 cuando establece que el trabajo en las diócesis debe llevarse a cabo “bajo la jurisdicción, la dirección del obispo”.

Por eso el Papa Benedicto XVI auguró durante la audiencia de hoy que los miembros del Camino puedan “en filial obediencia a la Santa Sede y a los pastores de la Iglesia, contribuir, con nuevo impulso y ardor, al redescubrimiento radical y gozoso del don del bautismo”.

Más adelante el pontífice insistió en la necesidad de insertar la experiencia neocatecumenal “en la gran armonía del cuerpo eclesial” y apuntó: “Les exhorto a buscar siempre una profunda comunión con los pastores y con todos los componentes de las Iglesias particulares y de los contextos eclesiales, bastante diversos, en los cuales estad llamados a obrar”.

Si el obispo de Roma pronunció estas palabras es porque conoce bien cuáles pueden ser los puntos débiles de la obra iniciada por Kiko Argüello, Carmen Hernández y Mario Pezzi. Los conoce porque él mismo fue el responsable de la apertura del Camino en Alemania, tantos años atrás.

Al inicio de la década de los 70 del siglo pasado el entonces profesor Ratzinger supo de esta particular experiencia espiritual por su alumno Stefano Genarini. Entonces pidió conocer a los fundadores, a quienes recibió durante tres horas en su casa de Tubinga. Gracias a ese encuentro en 1974 el teólogo alemán escribió personalmente a dos párrocos de Munich recomendándoles la apertura de grupos neocatecumenales en sus templos.

Por eso nadie puede decir que Benedicto XVI sea contrario al Camino. Más bien los apoya y sostiene, no sin actuar con mano paterna allí donde debe intervenir. Su mano se ha visto concretamente en la labor de estudio del Directorio Catequético del Camino Neocatecumenal: un compendio de 13 volúmenes que recoge todo el itinerario espiritual de neocatecumenado.

La revisión de todos estos documentos tardó cinco años, de 1997 a 2003. Fue la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) la responsable de analizar, paso por paso, las catequesis. La transcripción de decenas de pláticas orales dictadas por Kiko Argüello pasaron bajo la lupa de un grupo encabezado por Tarcisio Bertone, entonces “número dos” de la CDF, y formado por 6 especialistas (cuatro de parte vaticana y dos de parte neocatecumenal).

La aprobación temporal determinada al finalizar aquel proceso fue ratificada por un decreto del Pontificio Consejo para los Laicos con fecha del 20 de noviembre de 2010, emitido “para dar mayor seguridad a la actuación del Camino Neocatecumenal, así como ofrecer garantías doctrinales a todos los pastores de la Iglesia”.

Un espaldarazo importante, tanto como la audiencia de este día durante la cual el Papa bendijo el envío de 230 familias neocatecumenales que, dejando su tierra y su vida, irán en misión a 46 países distintos. Un gesto poco usual para los católicos de hoy, un ejemplo que cautiva pero también cuestiona.