19.01.11

Las “homilías” de Carrillo y Jáuregui a los de siempre

A las 12:15 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General
 

Cuando alguien materialista de credo y convicción apunta a que la Iglesia Católica en España debe adaptarse a los tiempos y plegarse a los gustos del laicismo dominante, es señal que los católicos estamos haciendo muy bien nuestra misión.

En el mismo día un criminal de guerra como Carrillo y un ministro de la presidencia como Jáuregui, que estuvo de delegado del gobierno de los GAL en el País Vasco, nos dicen que somos una rémora para la implantación del socialismo real, algo que no consiguieron hace setenta años, pero que sí están realizando con su ingeniería social en la actualidad, resulta que la Iglesia en España, sus obispos y los cristianos lo estamos haciendo de maravilla.

La “homilía” de Carrillo se puede leer pulsando aquí

La “homilía” de Jáuregui se puede pinchar aquí.

Quienes se frotan las manos con estas “homilías laicistas” son los de siempre que les dan cancha en los papeles y en los digitales. Parece que esperan, como agua de mayo, que les larguen estas soflamas antieclesiales para sentirse ellos más “eclesiales”, para justificar mejor sus cimientos marxistas que aún humean bajo sus pies.

Los de siempre son los herederos de aquellos que abrazaron el marxismo como método de análisis histórico durante los años sesenta. Son los que abrieron los salones parroquiales para crear sindicatos comunistas y células marxistas, creyendo que así se evangelizaba el mundo obrero de los barrios de los cinturones industriales de las grandes capitales españolas. Son los que decían misa con vino peleón y un pedazo de pan comprado en la panadería de la esquina. Estas escenas quedaron escritas en papel en las novelas de aquel escritor valenciano, don Fernando Vizcaíno Casas.

Algunos obispos de entonces, hoy fallecidos o jubilados, abrigaban a los de siempre, porque, en el fondo, algunos de ellos esperaban que les perdonaran haber militado tantos años junto y dentro del régimen franquista.

El olor a marxismo, dentro de los centros de estudio para llegar a ser cura tiraba para atrás. Las bibliotecas se llenaban de ladrillos sobre la relación entre una filosofía materialista y una Religión revelada por Dios en su Hijo Jesús, obrero y trabajador con las manos llenas de efectos dermatológicos de la industrial carpintería de Nazaret.

Los de siempre, o cambian, o mueren por falta de aliento. Los soplos de estos dos pensadores profundos de ayer no sirven para levantarlos de la silla.

La Iglesia Católica en España está en su sitio, cumpliendo su misión, en manos de obispos, en su mayoría, realmente pastores de sus ovejas. Con la vara del Pescador y sus venidas a España el año pasado y el próximo verano los católicos españoles seguiremos por donde el Espíritu Santo conduce a la Iglesia de este siglo.

Los de siempre han pasado al trastero mental de la historia. Si no lo ven es porque son excesivamente ciegos. Y esto tiene un precio: caerse para no levantarse más, aunque les soplen una de las momias criminales de la historia española.

Tomás de la Torre Lendínez