20.01.11

Cuando el fin justifica los medios

A las 12:32 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Defender la fe

preservativo

 

De una sociedad que ha perdido el rumbo y que anda a la deriva de sí misma en busca de la fosa de la que tanto escribe el salmista, cualquier cosa se puede esperar.

Bendito condón, que quitas el SIDA del mundo”. Tal era, o es (pues hoy día todo permanece mucho, mucho tiempo), la campaña que las Juventudes Socialistas de Andalucía habían ideado para combatir tal enfermedad.

El hecho fue denunciado por el Centro de Estudios Jurídicos Tomás Moro que, para su desgracia, es uno que lo es católico.

Argumentos de la denuncia: escarnio en contra de la religión católica o, lo que es lo mismo, lo que se ponía en duda es que no supusiera, tal campaña, una “burla tenaz que se hace con el propósito de afrentar”, tal es la definición de “escarnio”.

Según informa Religión en Libertad, ha tenido que venir una juez de la misma cuerda que los promotores de la susodicha campaña para decir, más o menos, que aquí lo que importa es la prevención del SIDA, que lo demás viene a dar lo mismo y que, si se ofende a alguien… pues bueno, en siendo el fin buscado el que sea (que no bueno en este caso) allá películas.

Argumenta (por decir algo) la decisión judicial estableciendo una equiparación entre realidades diametralmente opuestas cuando dice, de la campaña, que “no hace burla de uno de los dogmas de la iglesia católica sino, más bien al contrario, lo que trata es que el espectador aprecie que si importante es para un cristiano practicante recibir el cuerpo de Cristo a través de la hostia consagrada, igual de relevante es para la lucha contra el VIH el uso del preservativo”.

Es decir que es lo mismo la Eucaristía que el uso del condón para prevenir el SIDA. Además vamos a tener que aplaudir a quien ideó, provocando (elemento jurídico necesario del “escarnio”) tal campaña porque ensalza, eso dice la juez, la Santa Misa y, en concreto, la Sagrada Forma pues en ella se ceban para hacer burla de lo que tan importante es para los cristianos. Incluso en la forma de presentar el preservativo.

Así, es igual lo espiritual que lo carnal; igual recibir el Cuerpo de Cristo y purificar el corazón que malbaratar la vida de un ser humano sirviéndose de ingenios del Maligno. Es exactamente igual.

El fin justifica los medios es una forma de comportamiento de personas y, extendiendo, de sociedades, que buscan el interés propio y, entonces, egoísta. En tanto en cuanto me salga con la mía, tanto da lo que haga y a quien pueda afectar porque siempre habrá juristas encargados de defender lo indefendible y de hacer que traguemos determinadas ruedas de molino amparándose en lo malos que eran “tiempos pasados” y qué buenos los actuales donde toda ofensa al cristianismo se tiene como buena y benéfica.

Pero cuando se demuestra lo absurdo de tal fallo (nunca mejor dicho) es cuando se dice que “seguramente podría haberse realizado con mayor sutileza y no usando el símil de la Eucaristía”.

Y tan seguro, porque hay ofensa, hay escarnio y cualquier otra figura penal que proteja los derechos, inalienables, de la personalidad.

Pero eso, a determinada ideología, le importa, más un menos, un pimiento determinados derechos. Ellos, incluida determinada judicatura, a lo suyo.

Eleuterio Fernández Guzmán