Boletín Zenit

ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 21 de enero de 2011

Santa Sede

El Papa a la policía italiana: los valores morales son necesarios para convivir

Presentados al Papa dos corderos por santa Inés

El Papa presidirá las vísperas en San Pablo Extramuros

Empiezan las celebraciones de los 500 años del primer episcopado de América

Jornadas Mundiales de la Juventud

Visados gratuitos y seis mil agentes del orden para la JMJ 2011

Mundo

Guatemala: Miles de peregrinos celebraron al Señor de Esquipulas

El Papa: Universidad, ámbito de encuentro entre Palabra de Dios y culturas

Venezuela: Fallece la madre Montes, “una institución”

España: El Senado pide que el país acoja cristianos perseguidos en Oriente

Se espera ordinariato en Australia para Pentecostés

Actualidad

Rabino de Roma: judíos y católicos, hijos de un mismo Padre

Análisis

Aumentan los escándalos sobre alimentos contaminados con dioxinas

Espiritualidad

Evangelio del domingo: El otro sendero luminoso

Meditación para el quinto día de la Semana por la Unidad de los Cristianos

Documentación

Audiencia del Papa a la “Questura” de Roma


Santa Sede


El Papa a la policía italiana: los valores morales son necesarios para convivir
La sociedad “debe volver a encontrar su alma” y su “conciencia”
ROMA, viernes 21 de enero de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI recibió hoy en audiencia a los dirigentes, funcionarios, agentes y personal civil de la Policía del Estado italiano, de servicio en Roma, por primera vez en su pontificado.

Benedicto XVI dirigió un afectuoso saludo a los agentes, y a sus seres queridos, “¡especialmente a los niños!”, al tiempo que les agradeció su servicio en la ciudad, y especialmente el “trabajo extra” que les toca a causa de las actividades papales.

En su discurso, el Papa subrayó la necesidad de que “la sociedad y las instituciones públicas reencuentren su 'alma', sus raíces espirituales y morales”, para dar “nueva consistencia a los valores éticos y jurídicos de referencia”.

“La época en la que vivimos está marcada de profundos cambios”, explicó el Papa, que “a veces generan una sensación de inseguridad”.

La causa de esta inseguridad, afirmó, es “la precariedad social y económica”, pero, “agudizada por un cierto debilitamiento de la percepción de los principios éticos sobre los cuales se basa el derecho, también de las actitudes morales personales, que siempre dan fuerza a estos principios”.

“Nuestro mundo, con todas sus nuevas esperanzas y posibilidades, al mismo tiempo se ve afectado por la impresión de que el consenso moral ha disminuido y que, por consiguiente, las estructuras básicas de la convivencia no llegan a funcionar totalmente”, afirmó.

En estas circunstancias, “se vislumbra la tentación de pensar que las fuerzas movilizadas para la defensa de la sociedad civil estén finalmente, destinadas al fracaso”.

“Frente a esta tentación nosotros, en particular, que somos cristianos, tenemos la responsabilidad de redescubrir una nueva resolución en la profesión de la fe y en el cumplir el bien, para continuar, con valentía, estando al lado de los hombres en sus alegrías y sufrimientos, tanto en las horas felices como en las horas oscuras de la existencia terrena”, subrayó el Papa a los agentes.

La dimensión subjetiva de la existencia supone, “por un lado un bien, porque permite poner al hombre y a su dignidad en el centro de la consideración, tanto en el pensamiento como en la acción histórica”, cuando “se pone en evidencia el valor de la conciencia humana”.

Pero, afirmó, “aquí encontramos un gran riesgo, porque en el pensamiento moderno se ha desarrollado una visión reductora de la conciencia, según la cual no hay referencias objetivas en el determinar lo que vale y lo que es verdad”.

“La consecuencia más evidente de ésto es que la religión y la moral tienden a ser confinadas al ámbito del sujeto, de lo privado: la fe con sus valores y sus comportamientos, no tendrán derecho nunca a tener un lugar en la vida pública y civil”.

Sin embargo, destacó el Papa, para los cristianos “el verdadero significado de la “conciencia” es la capacidad del hombre de reconocer la verdad, y anterior a ésta, la posibilidad de escuchar la llamada, de buscarla y de encontrarla”.

“La fe cristiana y la Iglesia no cesan nunca de ofrecer su propia contribución a la promoción del bien común y de un progreso auténticamente humano”, añadió.

Dirigiéndose a los agentes, subrayó que ellos, debido a la “singular vocación” de la ciudad de Roma, deben ofrecer “un buen ejemplo de interacción positiva y provechosa entre el laicismo sano y la fe cristiana”.

“Sabed considerar siempre, el hombre como el fin para que todos puedan vivir de un modo auténticamente humano”, les exhortó, concluyendo su intervención.

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Presentados al Papa dos corderos por santa Inés
Su lana servirá para confeccionar los palios de los nuevos arzobispos
ROMA, viernes 21 de enero de 2011 (ZENIT.org) - Como cada año, dos corderos bendecidos hoy por la mañana en la basílica de Santa Inés fueron presentados al Papa Benedicto XVI, con ocasión de la fiesta de esta santa mártir cristiana de los primeros siglos.

Como es tradición, la lana de estos corderos será utilizada para confeccionar los palios de los nuevos arzobispos nombrados este año.

El palio es un ornamento litúrgico que indica honor y jurisdicción, que llevan el Papa y los arzobispos metropolitanos. está constituido por una banda de lana blanca con seis cruces de seda negra.

Cada 29 de junio, solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, el Papa impone el palio a los arzobispos metropolitanos. Las hermanas del monasterio benedictino de Santa Cecilia en el Trastévere se encargan tradicionalmente de la confección de los palios.

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El Papa presidirá las vísperas en San Pablo Extramuros
El 25 de enero, clausura de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
ROMA, viernes 21 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Como es ya tradición, el próximo martes 25 de enero, a las 17,30 h., el Papa Benedicto XVI presidirá, en la Basílica de San Pablo Extramuros, la celebración de las Segundas Vísperas de la solemnidad de la Conversión de san Pablo, como conclusión de la Semana de oración por la Unidad de los Cristianos de este año.

En la Basílica, donde se conservan los despojos mortales del Apóstol de los Gentiles y donde los monjes benedictinos prestan su servicio desde hace más de 1.300 años, estarán presentes para la ocasión los representantes de las demás Iglesias y comunidades eclesiales que se encuentran en Roma.

La celebración liturgica de la Conversión de San Pablo, ya presente en Italia en el siglo VIII y que entró en el calendario romano a finales del siglo X, recuerda que no hay verdadero ecumenismo sin conversión, según afirmó el Concilio Vaticano II, con el Decreto Unitatis redintegratio.

En el año 2005, el Papa Benedicto XVI acogió la intención ecuménica asumida por los monjes benedictinos, y con el Motu Proprio "La antigua y venerable Basílica" les confió la “tarea […] de organizar, coordinar y llevar a cabo estos programas”.

Desde entonces han tenido lugar en ella diversas celebraciones litúrgicas de tipo ecumenico, en colaboración con el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.


 

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Empiezan las celebraciones de los 500 años del primer episcopado de América
El cardenal Ravasi presidió la misa por la Virgen de La Altagracia

ROMA, viernes 21 de enero de 2011 (ZENIT.org).- El presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, el cardenal Gianfranco Ravasi, presidió este viernes en Roma el inicio de las celebraciones de los 500 años de la creación, en Santo Domingo, del primer episcopado de América con una bula del papa Julio II del 1511.

Con motivo de las celebraciones, que tuvieron lugar a las doce del mediodía en la iglesia de San Giovanni dei Fiorentini, el purpurado leyó una oración consagrada por el papa Juan Pablo II a la Virgen de La Altagracia, protectora del pueblo dominicano.

Como parte de los festejos del aniversario, la Santa Sede será Invitada de Honor en la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, el próximo mes de mayo.

Este año, la misa que la embajada ante la Santa Sede dedica a Nuestra Señora de La Altagracia se celebra simultáneamente a los oficios religiosos que tienen lugar en todo el territorio dominicano, sobre todo en la basílica de Higüey.

Juan Pablo II visitó esta basílica en octubre de 1992 durante las celebraciones del quinto centenario de la evangelización del Nuevo Mundo.

En aquella ocasión, el pontífice polaco consagró el templo y leyó la oración de consagración que se reza este viernes durante la misa.

 

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Jornadas Mundiales de la Juventud


Visados gratuitos y seis mil agentes del orden para la JMJ 2011
Ultimados detalles entre el ministro de la Presidencia y representante vaticano
MADRID, viernes 21 de enero de 2011 (ZENIT.org).- El ministro de la Presidencia de España Ramón Jáuregui se reunió este jueves con los organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud 2011 para ultimar los detalles de colaboración del Estado. Entre los acuerdos: expedición de visados de manera gratuita y apoyo de más de seis mil efectivos de las fuerzas de seguridad.

La reunión coincidió con la visita a Madrid de Alberto Gasbarri, coordinador de los viajes del Papa, quien supervisó los detalles del programa de Benedicto XVI en la cita de Madrid.

El ministro de la Presidencia Ramón Jáuregui se reunió este jueves con una delegación de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y del Vaticano, para tratar la colaboración que ofrecerá el Gobierno central a la organización de este encuentro, a celebrarse en Madrid del 16 al 21 del próximo mes de agosto.

Ya se han inscrito 240.000 jóvenes de todo el mundo, de los que 23.000 proceden de países de fuera del espacio Schengen, en especial Hispanoamérica y África.

Según el procedimiento habitual seguido por otros países en este tipo de jornadas, se  decidió expedir los visados para los peregrinos gratuitamente. La concesión de este visado seguirá los requisitos  habituales para este tipo de procesos.

Durante los días de la Jornada Mundial de la Juventud, unos seis mil efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado velarán por la seguridad de los asistentes.

En total siete ministerios colaboran en la organización de la JMJ: Exteriores, Trabajo, Cultura, Interior, Defensa, Fomento y Presidencia.

El Ministerio de Defensa cedió el uso del aeródromo de Cuatro Vientos para la vigilia y la misa con el Santo Padre, los días 20 y 21 de agosto.

El Ministerio de Cultura trabaja en distintas propuestas para dar la máxima difusión a la cultura madrileña y española entre los asistentes a la Jornada.

A la reunión de este jueves asistieron el coordinador de los viajes del Papa Alberto Gasbarri; el nuncio de su Santidad en España Renzo Fratini; el cardenal arzobispo de Madrid Antonio María Rouco Varela; el coordinador general de la JMJ monseñor César Franco; el director ejecutivo de la Jornada Mundial Yago de la Cierva y la subsecretaria de la Presidencia Soledad López Fernández.

Esta reunión de trabajo coincidió con la visita a Madrid de Alberto Gasbarri, quien ha supervisado todos los detalles del programa de Benedicto XVI en su próxima visita a España. Gasbarri tuvo la oportunidad de reunirse con diferentes autoridades y visitar ‘in situ’ los lugares en los que se celebrarán los actos principales.

Desde el primer momento, la respuesta de las Administraciones públicas españolas (Gobierno central, Comunidad Autónoma de Madrid y Ayuntamiento de la ciudad) fue de gran colaboración.

Para articular este apoyo, en noviembre de 2009 se creó una comisión mixta, con representantes de las tres Administraciones públicas, que coordina la preparación logística y técnica de la JMJ. También existe un consorcio de apoyo a la JMJ que  supervisa los beneficios fiscales para las empresas que patrocinen el evento, declarado Acontecimiento de Excepcional Interés Público en los presupuestos generales del Estado para 2010.

Las distintas administraciones públicas no contribuyen económicamente sino que colaboran facilitando instalaciones públicas (las sedes de los actos, espacios para actividades culturales; colegios y polideportivos para el alojamiento de losperegrinos, etc.), y los servicios generales (seguridad, protección civil, transporte y  tráfico, etc.), en razón del interés general del evento, como es habitual en otros actos de esta magnitud.

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Mundo


Guatemala: Miles de peregrinos celebraron al Señor de Esquipulas
A la celebración asistió el rector de la basílica de Guadalupe en México
ESQUIPULAS, viernes 21 de enero de 2011 (ZENIT.org).- En presencia de cientos de miles de peregrinos de Centroamérica y México se celebraron las fiestas en honor al Santo Cristo de Esquipulas, en Guatemala.

En esta ocasión –informa a ZENIT la basílica de Esquipulas- la festividad adquirió un toque particular gracias a la presencia del rector de la basílica de Guadalupe en México Diego Monroy Ponce, quien en nombre de la basílica del país azteca donó una réplica del original de Guadalupe a la basílica de Esquipulas, frecuentada por miles de mexicanos en estas fechas. 

Monseñor Diego Monroy presidió la Eucaristía de bendición y entronización de la  imagen el 14 de enero, vísperas de la solemnidad, en medio del fervor del pueblo mexicano ahí presente. 

El día 15, la Eucaristía de la festividad fue presidida por el recientemente nombrado arzobispo metropolitano de Santiago de Guatemala Óscar Julio Vián Morales, quien siguiendo una antiquísima tradición peregrinó por primera vez al Santuario Nacional de Esquipulas y presidió la fiesta titular. 

Acompañado del obispo de Zacapa y Santo Cristo de Esquipulas Rosolino Bianchetti, del rector de la basílica de Esquipulas abad Héctor Sosa Paz y de monseñor Diego Monroy, rector de Guadalupe, puso a los pies del Cristo de Esquipulas las plegarias y súplicas de todos los peregrinos, especialmente en este año de elecciones en Guatemala, pidiendo al Santo Cristo iluminación para seguir construyendo una nación justa, fraterna y solidaria.

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El Papa: Universidad, ámbito de encuentro entre Palabra de Dios y culturas
Envía una carta por el IV centenario de la Universidad Pontificia “Santo Tomás” de Manila

 

CIUDAD DEL VATICANO, viernes 21 de enero de 2011 (ZENIT.org).- El de la escuela y la universidad constituye “un ámbito particular del encuentro entre Palabra de Dios y culturas”. 

Lo destaca la carta, publicada este jueves por la Oficina de Información de la Santa Sede, que el Papa ha enviado con motivo del IV centenario de la fundación de la Universidad Pontificia Santo Tomás de Manila, que se celebrará el 28 de enero.

Benedicto XVI envió la misiva a su enviado especial a las celebraciones, el prefecto de la Congregación para la Educación Católica, el cardenal Zenon Grocholewski.

El purpurado estará acompañado por una delegación compuesta por el director ejecutivo del Comité para el IV centenario de esa universidad, el padre Isidro C. Abaño, OP, y por el prefecto de los Estudios del Curso de Filosofía del Seminario San Carlos de Manila, el padre Lorenz Moises J. Festin.

En la carta, escrita en latín, el Pontífice destaca la contribución que esa universidad ofrece desde hace siglos “al desarrollo educativo, cultural y religioso de los jóvenes”, realizando una acción preciosa para “difundir y confirmar la fe católica en Asia”.

La institución ha proporcionado una instrucción de alto nivel “a centenares de presbíteros y obispos, religiosos y fieles” que después han ido a muchos lugares “para edificar el Reino de Dios”.

El Papa también aprecia “la constante acción fiel y los méritos” de la Santo Tomás y auspicia que también en el futuro lleve adelante su meritoria tarea, “para que la fe en Cristo obtenga el primer lugar”.

Universidad más antigua de Asia

La Santo Tomás es la universidad más antigua de Asia que existe en la actualidad. Fue creada por iniciativa del obispo dominico Miguel de Benavides (1552-1605).

Este tercer arzobispo de Manila destinó sus propiedades y su biblioteca personal a la institución de un colegio para la preparación de los seminaristas al sacerdocio.

El Colegio se fundó oficialmente el 28 de abril de 1611 con el nombre de Nuestra Señora del Santísimo Rosario.

Después fue denominado Colegio de Santo Tomás, en homenaje a santo Tomás de Aquino, y recibió la autorización para entregar títulos académicos de Teología y Filosofía.

En 1645, el papa Inocencio X elevó el colegio a universidad. En 1681, Inocencio XI declaró la Santo Tomás Universidad pública de estudios generales, autorizando la entrega de otros títulos académicos.

En 1902, el papa León XIII le concedió el título de Universidad Pontificia; Pío XII, en 1947, el de Universidad Católica de Filipinas.

Actualmente, esta universidad ocupa una extensión de 21 hectáreas en el barrio de Sampaloc. Entre los proyectos de su IV centenario, figura la institución de otros dos campus: en Santa rosa, en la provincia de Laguna, y en General Santos City, en la provincia de South Cotabato. El rector es el padre dominico Tamerlane Lana.

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Venezuela: Fallece la madre Montes, “una institución”
Esclava del Divino Corazón, fundó Fe y Alegría con el jesuita Vélaz
MÉRIDA, viernes 21 de enero de 2011 (ZENIT.org).- En la madrugada del miércoles 12 de enero 2011 falleció en la paz del Señor, la hermana María Montemayor Fernández Pinzón Hernández, más conocida como “la Madre Montes”.

El arzobispo de la diócesis de Mérida Baltazar Porras escribe una semblanza sobre esta religiosa ejemplar, fundadora con el jesuita José María Vélaz del Colegio Fe y Alegría de San Javier del Valle.

Su salud estaba en franco deterioro desde hacía algún tiempo. Sin embargo, ella seguía, observante, alegre, cumpliendo con lo que podía hacer: rezar y preocuparse por sus muchachos de San Javier del Valle.

“Hace pocos días –escribe el mismo día de su muerte monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo--, a comienzos de año, la visité por última vez. Con el cuido y atención de las hermanas de su comunidad, recibía todas las atenciones que necesitaba. En su cama, no desaparecía su sonrisa y su serenidad de espíritu. Las celebraciones de navidad se hicieron en el piso de su habitación para que ella participara junto a sus monjas en los oficios religiosos”.

“La madre Montes fue una institución”, subraya monseñor Porras. Todos los jóvenes que han pasado por el Colegio Fe y Alegría de San Javier la recuerdan con cariño.

“Siempre en movimiento, haciendo milagros para que no faltara en la mesa de sus muchachos el pan de cada día. En Mérida, quién no la reconocía. Montada en la camioneta, hablaba, ordenaba, pedía, vivía y se desvivía por esta obra que construyó junto con el padre José María Velaz”.

“Tenía madera de santa y no le faltaba razón”, pues, recuerda el arzobispo de Mérida,  por sus venas corría la sangre del cardenal Spínola y de varias de su familia, consagradas también a Dios para servir a los más necesitados.

“Fue un ejemplo de entrega hasta el final. Podía haberse retirado hace años a su tierra natal, pero prefirió vivir y morir al lado de esta obra benemérita”, subraya.

María Montemayor había nacido en Moguer, provincia de Huelva, el 8 de junio de 1922. “De esos lares partieron hace algo más de cinco siglos los primeros que vinieron a nuestras tierras”, recuerda monseñor Porras.

Profesó en la Congregación de Esclavas del Divino Corazón. Llegó a Venezuela en septiembre de 1976. Fue fundadora junto al padre Velaz del Colegio Fe y Alegría de San Javier del Valle.

Antes de venir a Venezuela, fue misionera en Japón. Además de sus muchachos, se consustanció con los habitantes de El Valle y de Mérida. Ayudaba a familias necesitadas con mercados, becas y medicinas.

Actualmente llevaba a cabo al proyecto “De los sin Techo”; con ayudas recibidas desde España, facilitaba los materiales de construcción y los beneficiarios colocaban la mano de obra, con este proyecto ayudó a varias familias. La última casa que entregó fued en el Arenal.

“Vivió para Dios y para los demás. Ese es su legado, del que los merideños nos sentimos orgullosos”, afirma el prelado.

Decidió donde quería que reposaran sus restos. En el cementerio de La Culata, junto a otras hermanas de su congregación.

“Al dejar constancia de su perfil de cristiana y consagrada, no nos queda sino dar gracias a Dios por su vida, entrega permanente para dar lo mejor de sí para el bien de los más pobres. Paz a sus restos y que interceda por nosotros ante el Padre bondadoso que la recibe en su seno”, concluye monseñor Baltazar Porras

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España: El Senado pide que el país acoja cristianos perseguidos en Oriente
Condena la persecución religiosa en países de Oriente Próximo, África y Asia
MADRID, jueves 20 de enero de 2011 (ZENIT.org).- El Senado instó al Gobierno que estudie la posibilidad de acoger en España a cristianos perseguidos en Oriente y que defienda a las minorías cristianas que viven en algunos países musulmanes de Oriente Próximo, Asia y África (Irak, Alejandría, Turquía, Argelia o Marruecos).

Lo hizo a través de una moción impulsada por el Partido Popular y debatida y aprobada este martes por todos los grupos en la sesión plenaria de la Cámara Alta.

El Senado condenó “con la mayor firmeza los brutales ataques terroristas y la persecución religiosa sistemática que están sufriendo las comunidades cristianas en Irak y en otros países de Asia y África”.

El texto aprobado pide al ejecutivo español que estudie “la posibilidad de acogida en España de algunos cristianos orientales, de acuerdo con nuestra legislación sobre asilo”, “como ya han hecho otros países europeos, especialmente a aquellos que se encuentren en situación de mayor peligro y previo el informe de nuestras representaciones diplomáticas”.

También pide que España “lidere, dentro de la Unión europea, una mayor atención por parte de las autoridades europeas hacia la situación de las minorías cristianas en los países de Oriente Próximo y en otros de Asia y África”.

“Y que esa atención se concrete en medidas específicas respecto a los países implicados, responsables de la garantía de los derechos humanos en sus territorios y de protección y ayuda a los cristianos perseguidos”.

En este sentido, insta al Gobierno también a tener especial consideración a las minorías religiosas a través de los Fondos para la Promoción del Desarrollo regulados en la Ley 36/2010 que entra en vigor hoy jueves.

Finalmente, pide que “promueva el pleno ejercicio de la libertad religiosa de modo que los cristianos y las demás minorías religiosas gocen en aquellos países de las mismas garantías para la profesión y la práctica de sus creencias religiosas que las que se disfrutan en los países occidentales”.

Campaña criminal”

El portavoz de Asuntos Exteriores del Grupo Parlamentario Popular en el Senado, Alejandro Muñoz-Alonso, calificó como “campaña criminal en toda regla” la “tan espectacular como preocupante” multiplicación de los ataques a cristianos en países musulmanes en las últimas semanas.

Mencionó las matanzas de cristianos en Irak y Egipto, que motivaron una carta de los ministros de Exteriores de Francia, Italia, Polonia y Hungría a la alta representante de Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, para que promueva medidas que protejan a las minorías cristianas en esos países.

El senador popular afirmó que más de 200 millones de cristianos sufren situaciones de intolerancia y violaciones continuas de su libertad religiosa

Destacó que el efecto de todo esto es, además de la muerte y el miedo, el exilio, como demuestra el dato, por ejemplo, de que en menos de un siglo el número de cristianos que vivían en Turquía haya pasado del 20% al 0,2%.

Y añadió que el Parlamento Europeo ha aprobado dos resoluciones pidiendo especial atención a estos episodios violentos y que varios países europeos ya han pasado de las palabras a los hechos, como ha ocurrido en Francia, cuyo Gobierno ha acogido a 1.300 cristianos de Irak y se dispone a recibir próximamente a 150.

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Se espera ordinariato en Australia para Pentecostés
Incluirá a ex-anglicanos de Japón
SYDNEY, viernes 21 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Miembros de la Comunión Tradicional Anglicana de Australia que están tratando de entrar en la Iglesia católica se preparan para el establecimiento de un ordinariato en Pentecostés.

El ordinariato, previsto en la Anglicanorum coetibus, incluirá a 28 sacerdotes anglicanos de Australia que han expresado su deseo de entrar en plena comunión con la Iglesia católica.

La Comunión Tradicional Anglicana está organizando un festival para el 26 de febrero en la iglesia católica de la Sagrada Familia de Como, para los interesados en conocer más el ordinariato.

El obispo anglicano Harry Entwistle, uno de los cuatro prelados de Australia que prevé ser ordenado como sacerdote católico, destacó que este festival ayuda a concienciar de que el ordinariato “ya no es una teoría; está pasando de verdad”.

Entre las personas que intervendrán en el festival se encuentran el obispo auxiliar Peter Elliott de Melbourne, delegado de la Santa Sede para el ordinariato australiano; el arzobispo anglicano John Hepworth, primado de la Comunión Anglicana Tradicional; Peter Gannon y Robert Andrew.

El nuevo ordinariato incluirá un grupo de ex-anglicanos de Japón, dirigidos por un prelado retirado.

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Actualidad


Rabino de Roma: judíos y católicos, hijos de un mismo Padre
Entrevista al Rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni
ROMA, viernes 21 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Con ocasión ocasión para la Jornada del diálogo judío-cristiano, que se celebra en Italia el 17 de enero, antes de comenzar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, la edición italiana de ZENIT publicó la entrevista concedida por el Rabino jefe de la comunidad judía de Roma, Riccardo Di Segni, al programa Cristiandad de Rai Internazionale. Ofrecemos ahora la versión española:

- Honra a tu padre y a tu madre: pero ¿de quién somos hijos?

Di Segni: Según nuestra tradición tenemos dos padres biológicos, y la Tradición nos dice que en realidad los participantes son tres, está la parte divina y la parte biológica, y pueden existir también las partes educativas que no se reservan a los padres. A veces los padres incluso pueden ser extraños o negativos en un proceso educativo. Por tanto la “paternidad o maternidad” es un concepto que se amplía.

- Muchos comentarios dicen que del mandamiento “Honra a tu padre y a tu madre” derivan todos los demás. ¿Qué significa honrar al padre y a la madre?

Di Segni: Según la tradición hay una relación de respeto que se establece en formalidades importantes, por las que se debe reconocer al progenitor una autoridad a respetar en lo que sea. Además hay una relación que se puede convertir en una relación de apoyo, sea material o en un sentido más amplio, en el curso de los años, cuando las relaciones se invierten: de pequeños se es absolutamente dependiente de los padres y cuando los años pasan, son los padres los que de alguna manera dependen de los hijos. De manera que en este momento el respeto por los padres es una tarea más importante todavía.

En las lenguas semíticas la palabra “Misericordioso”, que define al Omnipotente, tiene la misma raíz, rachem en hebreo, rahim en árabe, que la palabra útero, e indica la actitud de la madre que acoge al hijo en su seno. En la Biblia se compara a Dios con un madre que no se olvida de sus hijos, como recordó Juan Pablo I. Por tanto ¿la maternidad define la misericordia divina?

Di Segni: Digamos que en una representación esquemática existe – en la imagen que tenemos del Divino- una parte de justicia, de severidad y una parte de amor. En esta oposición, o síntesis, de aspectos distintos se podría decir que prácticamente la parte masculina representa el amor. Existe también apoyo lingüístico que lo confirma. Pero es la misma Biblia la que usa la expresión de que Dios tiene misericordia de nosotros como un Padre tiene misericordia de sus hijos “Rachem aw alwalim”. Por tanto no hay exclusividad en la Misericordia, como no existe la exclusividad en la Justicia.

- Entonces, ¿qué significa ser hermanos? ¿Los cristianos y los judíos tienen un Padre y una Madre en común?

Di Segni: La humanidad entera tiene un padre y una madre en común, si es que tiene sentido la historia de la Biblia de que la humanidad deriva de Adán y después de Noé, todo cuanto debemos reconocer en un predecesor común y que ninguna persona puede aceptar – como dicen nuestros textos- es ser superiores al otro, porque tenemos un origen en común. En este sentido toda la humanidad es fraterna. Existen, además, tres grupos de lazos humanos unidos más estrechamente, e indudablemente la relación que existe entre judíos y cristianos es de especial cercanía, pudiendo ser representada con la imagen de la fraternidad, con todos los altos y bajos que existen en una relación fraternal

La palabra diálogo puede tener un sentido fuerte y uno débil. Puede ser, digamos un diálogo diplomático que no incida en la vida, y un diálogo que implica y cambia a la persona entera. La relación entre el hombre y Dios en la Biblia es, a menudo, un diálogo dramático. ¿Cómo define, por tanto, el diálogo entre cristianos y judíos?

Di Segni: Diría que es una necesidad de la que no se puede huir, aunque como experiencia es difícil porque debe superar toda una serie de escollos colocados por la historia, la teología y la cotidianidad. El hecho de que sea difícil no nos debe eximir de afrontarlo teniendo un mínimo de esperanza y un mínimo de serenidad, ya que de ésto puede salir algo positivo.

- Usted vivió las visitas d Juan Pablo II a la Sinagoga y acogió el año pasado a Benedicto XVI, ¿qué resume dde estos encuentros?

Di Segni: Han sido visitas muy diferentes. Diferentes por la época y la personalidad. La primera fue un acontecimiento trascendental que marcó, simbólicamente, un punto de inflexión en la historia. La segunda, un evento ue confirmó esta línea de actuación. Hay en estos acontecimientos...aunque el último no fue un evento en el que todo hay funcionado pacificamente, hubo polémicas alrededor, y yo insistí mucho en que se realizase porque creo que lo que nos deja es la sensación de que más allá de lo que nos divide, existen elementos comunes y obligaciones comunes, y sobre todo éstas últimas, de caminar unidos, de las que no podemos huir.

Cuando Benedicto XVI llegó a la Sinagoga se detuvo delante de las lápidas que recuerdan a los judíos romanos deportados. La jornada de la Memoria ¿es un recuerdo necesario o una advertencia actual?

Di Segni: Es necesariamente las dos cosas. La Jornada de la Memoria significa que es necesario detenerse para reflexionar, entender lo que sucedió, recordarlo y además -como deberían ser todas las jornadas de la memoria- no permanecer en el pasado sino que proyectarlo al futuro y ya que ésto es un problema que incide en la salud de lasociedad es absolutamente necesario detenerse para reflexionar.

- ¿Piensa que la libertad religiosa está en peligro, la vida de los creyentes amenazada por causa de la Fe?

Di Segni: Absolutamente sí.

¿De donde viene el peligro?

Di Segni: Viene de toda forma posible de intolerancia, que puede ser intolerancia política, intolerancia de regímenes dictatoriales o también intolerancia religiosa.

La religión, a su juicio, ¿es un motivo o un pretexto para la guerra y la violencia?

Di Segni: ¡Ah! Puede ser cualquiera de las dos. A veces puede ser una excusa fácil pero otras veces es la misma estructura religiosa la que es intolerante.¿Por qué hablamos de religión como si por definición fuese una cosa bella? Es necesario discutir la religión, sufrirla, verla y también mejorarla en cualquier modo.

¿Cómo viven la relación entre las tres grandes religiones monoteístas, los italianos que se encuentran en contacto con otras culturas, que viven en otras partes del mundo?

Di Segni: Viajar por el mundo es una gran lección para entender las diferencias. Hoy Italia ya no es tan regionalista, el paisaje humano que captamos caminando por las calles de cualquier ciudad italiana ha cambiado mucho respecto a veinte años atrás. Conocer las diferencias es fundamental para entender que la humanidad no se detiene a quien tiene la cara igual que la mía, que debemos asumir que existen estas diferencias – sobre todo- y luego aprender a convivir.

La diversidad ¿es un peligro o una riqueza?

Di Segni: La diferencia debe ser una riqueza.

Nos están viendo también en Israel. ¿Mandaría un mensaje a los judíos italianos que han hecho Alià, qué han vuelto a la tierra de Israel?

Di Segni: Son hermanos cercanos y compartimos las esperanzas y las experiencias, nos dirigimos a ellos siempre con afecto.

El profeta Zacarías y también Isaías, si no me equivoco, hablan de un día en el que judío y gentiles comerán juntos bajo la tienda en la fiesta de Sukkot, que recuerda la peregrinación por el desierto. ¿Esta mesa común es una utopía o una profecía que de alguna manera obra ya en el presente?

Di Segni: El judaísmo vive de utopía y por tanto el hecho de que sea una utopía no significa que sea algo que no se cumplirá sino todo lo contrario y en nuestras oraciones confirmamos el concepto de que ninguna cosa dicha por boca de los profetas ha venido a menos, o sea que antes o después puede realizarse. De alguna manera alguna cosa pequeña se hace, aunque nos queda mucho por recorrer.

- El desierto es grande todavía...

Di Segni: Sí. Pero el desierto puede ser una situación ideal.

[Traducido del italiano por Carmen Álvarez]


 

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Análisis


Aumentan los escándalos sobre alimentos contaminados con dioxinas
Comportamientos fraudulentos que alteran la creación
ROMA, viernes 21 de enero de 2011 (ZENIT.org) .-Dioxina o mejor dioxinas. La dioxina es un denominación genérica usada para definir toda una gama o familia de casi doscientas moléculas distintas. Por tanto, la dioxina da miedo. En un país como Italia, la memoria del desastre medioambiental de Séveso está todavía viva. Era el 10 de julio de 1976, cuando después de mediodía, una nube de dioxinas de tipo TCDD – una de las más peligrosas, sino la más- salió de la planta de ICMESA (del coloso suizo Roche) a Meda y contaminó una amplia área, especialmente la adyacente a Séveso, en la actual provincia lombarda de Monza-Brianza (MB).

Cuando la temida sustancia tóxica fue descubierta en la cadena alimenticia, se desataron las alarmas. La gran mayoría de casos de exposición a la dioxina se producen a través de alimentos contaminados (otra vía de exposición, rara hoy en día, es a través de la combustión de residuos en las incineradoras). Se encuentran al final de la cadena alimenticia, el hombre come carne o alimentos grasos (las dioxinas se adhieren a los tejidos grasos) o ingredientes de animales expuestos a la dioxina. Un ejemplo son los “pollos a la dioxina” (y derivados), descubiertos en el verano de 1999 en Bélgica: las aves fueron criadas con piensos enriquecidos (legalmente) con grasas contaminadas con dioxina de los aceites industriales.

Hoy de nuevo vuelve a suceder. Esta vez le toca a Alemania, donde ha salido a la luz, a finales de 2010, un escándalo de huevos y carne de cerdo contaminados con dioxina. También esta vez la fuente de contaminación son los piensos para los animales. La empresa productora Harles&Jentzsch, con sede en Uet ersen, en el “Land” o región Schleswig-Holstein, compró a la sociedad Petrotec, la cual produce cada año casi 100.000 toneladas de biodiesel en Emden (Baja Sajonia), ácidos grasos de uso exclusivo uso industrial y piensos compuestos. Mientras que la empresa Harles&Jentzsch se declaró insolvente frente a las primeras peticiones de indemnizaciones, la Petrotec, que se ha dirigido a laboratorios alemanes y holandeses, sostiene que no es el origen del escándalo (Westfalen-Blatt, 13 de enero).

De este modo marcha todo, una cosa sí que perece clara, sucesos como éstos son una invitación a reflexionar sobre los sistemas de producción en el sector agroalimentario, crucial para nuestra economía europea. “Se puede decir que el daño causado es inmenso”, admitió en días pasados la ministra federal de Alimentación, Agricultura y Defensa de los Consumidores, Ilse Aigner (CSU). “Este caso tendrá graves consecuencias” anunció, “los productores de ingredientes para piensos tienen una responsabilidad concreta”(Frankfurter Rundschau, 13 de enero).

El enésimo escándalo de alimentos contaminados con dioxina arroja luz sobre la complejidad de la producción en cadena de los alimentos. Antes de acabar en nuestras mesas y en nuestros platos, un alimento y sus distintos ingredientes pasan por muchas, y quizá demasiadas, manos. Basta poco, incluso una cosa pequeña, para contaminar los alimentos o los piensos usados en la cría de los animales, como en el caso de Bélgica, donde el uso de tanques sucios fue quizás, la fuente de contaminación.

En el origen de otros escándalos, como el de los vinos adulterados con dietilenglicol que salió a la luz en 1985 en Austria o de los piensos con dioxina alemanes, hay un comportamiento fraudulento, además de doloso. Por un motivo u otro, la empresa Harles&Jentzsch ha decidido sustituir un ingrediente de sus piensos por otro completamente inadecuado al consumo humano, no sólo una vez sino por un periodo de tiempo prolongado: al menos 9 meses, según las autoridades del Schleswig-Holstein. En este caso, nos encontramos ante una grave distorsión del proceso productivo.

La sofisticación alimentaria representa una verdadera disociación entre ética y economía. Como ha subrayado en varias ocasiones el Papa Benedicto XVI, la economía no es y no puede ser ajena a la ética. “el sector económico no es éticamente neutro ni inhumano o antisocial por naturaleza. Es una actividad del hombre, y precisamente porque es humana, debe ser articulada e institucionalizada éticamente”, escribe el Santo Padre en el punto 36 de su encíclica “Caritas in veritate” (29 de junio de 2009). “La doctrina social de la Iglesia ha sostenido siempre que la justicia afecta a todas las fases de la actividad económica porque en todo momento tiene que ver con el hombre y con sus derechos. La obtención de recursos, la financiación, la producción, el consumo y toas las demás fases del proceso económico tienen ineludiblemente implicaciones morales. Así toda decisión económica tiene consecuencias de carácter moral” (punto 37).

Además, explica el Papa, la actividad económica “debe estar ordenada a la consecución del bien común” (36), o sea el bien que los Padres del Concilio Vaticano II definieron como “el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección” (Gaudium et Spes, 26), una definición, por otro lado, tomada del Catecismo de la Iglesia Católica (nº1906)

Para Benedicto XVI, una economía basada en la búsqueda del beneficio rápido e inmediato, despreocupada del bien común, es una expresión de la naturaleza pecaminosa de la humanidad, fruto, a su vez, del pecado original. “La sabiduría de la Iglesia ha invitado siempre a no olvidar la realidad del pecado original, ni siquiera en la interpretación de los fenómenos sociales y en la construcción de la sociedad: 'Ignorar que el hombre posee una naturaleza herida, inclinada al mal, da lugar a graves errores en el dominio de la educación, de la política, de la acción social y de las costumbres'. Hace tiempo que la economía forma parte del conjunto de los ámbitos en que se manifiestan los efectos perniciosos del pecado”, observa en el punto 34 de la “Caritas in veritate”, refiriéndose siempre al Catecismo (nº 407) y a la encíclica “Centesimus Annus” de Juan Pablo II (punto 25).

La consecución del bien común implica a su vez el respeto por el medioambiente y la responsabilidad de conservar la creación para las generaciones actuales y futuras, tema desarrollado por Benedicto XVI tanto en la “Caritas in veritate” como en su mensaje en la Jornada Mundial de la Paz 2010, titulado “Si quieres promover la paz, cuida la creación”, “la herencia de la creación pertenece a la humanidad entera- escribe el Pontífice.- En cambio, el ritmo actual de explotación pone en serio peligro la disponibilidad de algunos recursos naturales, no sólo para la presente generación, sino sobre todo para las futuras” (punto 7).

Cinco años antes, Benedicto XVI, usó palabras similares en su mensaje para la Jornada Mundial de la Alimentación del 2005. “El ser humano no debe poner en peligro, por imprudencia, el equilibrio natural, fruto del orden de la creación; al contrario, debe esforzarse por transmitir a las generaciones futuras una tierra capaz de alimentarlas”, escribió.

También su predecesor Juan Pablo II se sintió muy cercano a este tema, ya en 1990 habló de la “cuestión ecológica”, o bien de “crisis ecológica”. “En el universo existe un orden que debe ser respetado; la persona humana dotada de la posibilidad del libre albedrío, tiene una gran responsabilidad en la conservación de este orden, incluso pensando en el bienestar de las generaciones futuras. La crisis ecológica- repito de nuevo- es un problema moral”, escribe el Papa Wojtyla en el Mensaje de la Jornada Mundial de la Paz de 1990, titulado “Paz con Dios creador. Paz con todo lo creado” (punto 15).

Los escándalos alimentarios, con sus consecuencias -graves riesgos para la salud pública, el sacrificio de multitud de animales (incluso sanos por medidas de precaución), el daño económico, grandes áreas contaminadas etc..- demuestran una cosa: es necesaria una evangelización del proceso productivo y de la economía. O como escribió Benedicto XVI en la “Caritas in veritate”, “una civilización de la economía” (punto 38).

Por Paul de Maeyer. Traducción del italiano por Carmen Álvarez

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Espiritualidad


Evangelio del domingo: El otro sendero luminoso
Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo
OVIEDO, viernes 21 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario al Evangelio del próximo domingo, tercero del tiempo ordinario (Mateo 4,12-23), 23 de enero, redactado por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo.


 

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La luz y la tiniebla pertenecen al universo religioso de tantos creyentes que cifran precisamente en la claridad o en la oscuridad su cercanía o su lejanía de Dios. En este sentido, el no haber puesto su esperanza, su seguridad y fortaleza en Yahvéh Dios, una vez más conduciría a aquel pueblo a un callejón sin salida aparente, donde las tinieblas eran el ambiente para masticar su tristeza e infelicidad. Así lo cuenta la primera lectura de Isaías que el Evangelio citará. Un pueblo confundido ante su propio error, esclavo de patrones que han puesto cepos en su libertad y cade­nas en sus corazones, un pueblo sacudido por el terror de la pesadilla que emprendía... ese pueblo vería la luz de nuevo. Un verdadero desafío por parte de Dios a través de su profeta: mi­rad vuestras ruinas, considerad vuestras penas, guardad vuestras lágrimas... y creed que llegará un día en el que no habitareis más una tierra de sombras. Y podréis experi­mentar que vuestro gozo aumenta, y crece la alegría, porque la vara del opresor y el yugo de su carga serán quebrantados (Is 9,3-4).

Jesús es la Luz que ha brillado en la tiniebla, que no ha dejado de alumbrar a pesar de que ésta la haya rechazado (Jn 1,5.9). Ha sido enviada no ya a la oscuridad de un pueblo deportado por su infidelidad, sino al corazón del mismo hombre, donde se libran todas las libertades y esclavitudes, donde se decide un destino feliz o trun­cado. Por eso el Evangelio narra la elección de Jesús a los discípulos. Gente corriente, sor­prendida en su faenar cotidiano, e invitada ante todo a un seguimiento, a una adhesión a la Persona de Jesús. Escucharán su Palabra, convivirán con Él, y se harán testigos de esa alegría.

En nuestro entorno, encontramos continuamente personas que sufren una honda oscuridad, con sufrimientos que casi ahogan el respiro de la esperanza. Y Jesús sigue viniendo a todos nuestros exilios, al gran exilio de la infeli­cidad en tantas formas, para anunciarnos una Luz y una Alegría que nadie nos podrá quitar (Jn 16,22). Jesús, con quien quiera seguirle, recorre nuestras tierras, nuestros hogares, nuestras vidas, para proclamar el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y las dolencias.

La historia culminada por Jesús continúa con nosotros... si lo dejamos todo y le seguimos. Sí, somos llamados a pertenecer a la gente que nos rodea, desde la perte­nencia a Cristo, a abrazarles en su oscuridad y su tristeza para comunicarles algo que es más grande que nosotros, que no ha ideado nuestra mente ni han amasado nuestras manos: el don de la Luz de Dios, el regalo de la alegría que no finge, la certeza de la es­peranza que no defrauda.

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Meditación para el quinto día de la Semana por la Unidad de los Cristianos
La fracción del pan en la esperanza
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 21 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario a los textos bíblicos y de oración escogidos para el quinto día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el 22 de enero.

El texto forma parte de los materiales distribuidos por la Comisión Fe y Constitución del Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos. La base del texto ha sido redactada por un equipo de representantes ecuménicos de Jerusalén.

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Día quinto - La fracción del pan en la esperanza

Lecturas

Éxodo 16, 13b-21a

Este es el pan que el Señor os da como alimento

Salmo 116, 12-14.16-18

Alzaré la copa de la salvación

1 Corintios 11,17-18.23-26

Haced esto en memoria mía

Juan 6, 53-58

Este es el pan que ha bajado del cielo

Comentario

Desde la primera Iglesia de Jerusalén hasta ahora, la “fracción del pan” siempre ha sido un acto central para los cristianos. Para los de la Jerusalén actual, el partir el pan es tradicionalmente símbolo de amistad, perdón y compromiso frente a otros. Esta fracción del pan nos pone en el reto de buscar una unidad que pueda expresar algo de profético en un mundo de divisiones. También ese mundo es, de distintas maneras, tarea de todos nosotros. En la fracción del pan, los cristianos son el mensaje profético de esperanza destinado a toda la humanidad.

Actualmente, nosotros rompemos también el pan “con un corazón grande y generoso”; pero cada celebración de la Eucaristía nos recuerda también el hecho doloroso de nuestra desunión. En este quinto día de la Semana de oración, los cristianos de Jerusalén se reúnen en el Cenáculo, lugar de la última Cena. Y allí, sin celebrar la Eucaristía, rompen el pan en la esperanza.

Sabemos de esta esperanza cuando Dios se une con nosotros a través del desierto de nuestras propias insatisfacciones. El Éxodo nos informa cómo Dios responde a las murmuraciones del pueblo liberado: proporcionándole lo que necesitaba, ni más, ni menos. El maná del desierto es un don de Dios que nunca se puede guardar en reserva, ni comprender plenamente. Es, como lo celebra nuestro salmo, un momento que llama simplemente a la acción de gracias, ya que Dios “desató nuestras ataduras”.

San Pablo reconoce que romper el pan no significa solamente celebrar la Eucaristía, sino ser un pueblo eucarístico: llegar a ser el Cuerpo de Cristo en el mundo. En este contexto, esta breve lectura (1 Co 10-11) recuerda cómo la comunidad cristiana debe esforzarse para vivir: en una comunión en Cristo que determina una recta conducta en un contexto mundial difícil y guiándose sobre la realidad de una vida en Él. Vivimos “en la memoria de Él”.

Porque somos un pueblo de la fracción del pan, somos un pueblo de vida eterna, de vida en plenitud, como nos lo enseña la lectura de San Juan. Nuestra celebración de la Eucaristía nos incita a reflexionar sobre la manera en la cual se expresa día a día la abundancia de este don de vida, estemos en la esperanza o en las dificultades. A pesar de los retos diarios que conocen los cristianos de Jerusalén, dan prueba de que es posible alegrarse y esperar.

Oración

Dios de esperanza, te alabamos por el don que tú nos has hecho en la cena del Señor donde, en el Espíritu Santo, encontramos a tu Hijo Jesucristo, el pan vivo bajado del cielo. Perdona nuestra infidelidad a este gran don, nuestra vida de clanes, nuestra complicidad con las desigualdades, nuestra complacencia en la separación. Señor, te rogamos que se acelere el día en que toda tu Iglesia se reunirá para la fracción del pan y, en la espera de este día, haz que aprendamos aún más a ser un pueblo modelado por la Eucaristía para el servicio del mundo. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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Documentación


Audiencia del Papa a la “Questura” de Roma
Comandancia de la Policía estatal en la capital italiana
ROMA, viernes 21 de enero de 2011 (ZENIT.org).- A continuación ofrecemos el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió a los dirigentes, funcionarios, agentes y personal civil de la Policía del Estado de servicio en Roma, durante esta mañana en el Aula de la Bendición del Palacio Apostólico.

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¡Ilustre señor cuestor, ilustres dirigentes y funcionarios y queridos agentes y personal civil de la policía del Estado!

Estoy muy contento de encontrarme con vosotros y os doy la bienvenida a la Casa de Pedro, esta vez no por servicio, ¡sino para vernos, hablarnos y saludarnos de un modo más familiar!

Saludo en particular al señor cuestor, agradeciéndole sus palabras, como también a los otros dirigentes y al capellán. Un cordial saludo también a vuestros familiares, ¡especialmente a los niños!.

Antes de nada quiero agradeceros todo el trabajo que realizáis a favor de la ciudad de Roma, de la que soy el obispo, para que su vida se desarrolle en el orden y en la seguridad. Expreso mi reconocimiento también por ¡el esfuerzo de más que a menudo os supone mi actividad!

La época en la que vivimos está marcada de profundos cambios. También Roma, que es llamada justamente “ciudad eterna”, ha cambiado y evolucionado mucho; lo experimentamos cada día y vosotros sois testigos privilegiados. Estos cambios a veces generan una sensación de inseguridad, debido en primer lugar a la precariedad social y económica, agudizada por un cierto debilitamiento de la percepción de los principios éticos sobre los cuales se basa el derecho, también de las actitudes morales personales, que siempre dan fuerza a estos principios..

Nuestro mundo, con todas sus nuevas esperanzas y posibilidades, al mismo tiempo se ve afectado por la impresión de que el consenso moral ha disminuido y que, por consiguiente, las estructuras básicas de la convivencia no llegan a funcionar totalmente. Por tanto en muchos se vislumbra la tentación de pensar que las fuerzas movilizadas para la defensa de la sociedad civil estén finalmente, destinadas al fracaso. Frente a esta tentación nosotros, en particular, que somos cristianos, tenemos la responsabilidad de redescubrir una nueva resolución en la profesión de la fe y en el cumplir el bien, para continuar, con valentía, estando al lado de los hombres en sus alegrías y sufrimientos, tanto en las horas felices como en las horas oscuras de la existencia terrena.

En nuestros días se da gran importancia a la dimensión subjetiva de la existencia. Ésto es, por un lado un bien, porque permite poner al hombre y a su dignidad en el centro de la consideración, tanto en el pensamiento como en la acción histórica. No se debe nunca olvidar que el hombre encuentra su profundísima dignidad en la mirada amorosa de Dios, en su referencia a Él. La atención a la dimensión subjetiva es también un bien cuando se pone en evidencia el valor de la conciencia humana. Pero aquí encontramos un gran riesgo, porque en el pensamiento moderno se ha desarrollado una visión reductora de la conciencia, según la cual no hay referencias objetivas en el determinar lo que vale y lo que es verdad, sino que el individuo en particular, con sus intuiciones y sus experiencias, es el metro para medir; cada uno por tanto posee la propia verdad, la propia moral. La consecuencia más evidente de ésto es que la religión y la moral tienden a ser confinadas al ámbito del sujeto, de lo privado: la fe con sus valores y sus comportamientos, no tendrán derecho nunca a tener un lugar en la vida pública y civil.

Por tanto, por una parte, en la sociedad se da gran importancia al pluralismo y a la tolerancia, y por la otra la religión tiende a ser progresivamente marginada y considerada irrelevante, en un cierto sentido ajena al espacio civil, como si se debiera limitar su influencia en la vida del hombre.

Por el contrario, a nosotros cristianos, el verdadero significado de la “conciencia” es la capacidad del hombre de reconocer la verdad, y anterior a ésta, la posibilidad de escuchar la llamada, de buscarla y de encontrarla. Conviene a la verdad y al bien que el hombre sepa abrirse, para poderlas acoger de manera libre y consciente. La persona humana, por demás, es una expresión de un diseño de amor y de verdad: Dios la “proyectó”, por decirlo de alguna manera, con su interior, con su conciencia, de manera que ésta pueda crear las directrices para custodiar y cultivarse a sí misma y a la sociedad humana.

Los nuevos retos que se vislumbran en el horizonte exigen que Dios y el hombre vuelvan a encontrarse, que la sociedad y las instituciones públicas reencuentren su “alma”, sus raíces espirituales y morales, para dar nueva consistencia a los valores éticos y jurídicos de referencia y por tanto a la acción práctica. La fe cristiana y la Iglesia no cesan nunca de ofrecer su propia contribución a la promoción del bien común y de un progreso auténticamente humano. El mismo servicio religioso y de asistencia espiritual que, por las vigentes disposiciones normativas, el Estado y la Iglesia proporcionan también al personal integrante de la policía de estado, atestigua la perenne fecundidad de este encuentro.

La singular vocación de la ciudad de Roma exige hoy a vosotros, que sois oficiales públicos, que ofrezcáis un buen ejemplo de interacción positiva y provechosa entre el laicismo sano y la fe cristiana. La eficacia de vuestro servicio, de hecho, es el fruto de la combinación entre la profesionalidad y la calidad humana, entre la actualización de los medios y de los sistemas de seguridad y el bagaje de cualidades humanas como la paciencia, la perseverancia en el bien, el sacrificio y la disponibilidad a escuchar. Todo ésto, bien armonizado, es en favor de los ciudadanos, especialmente de las personas en dificultad. Sabed considerar siempre, el hombre como el fin para que todos puedan vivir de un modo auténticamente humano.

Como obispo de esta ciudad, querría invitaros a leer y a meditar la Palabra de Dios, para encontrar en ella la fuente y el criterio de inspiración de vuestra acción.

¡Queridos amigos! Cuando estéis de servicio por las calles de Roma, o en vuestras oficinas, pensad que vuestro obispo, el Papa, reza por vosotros, ¡que os quiere mucho! Os agradezco vuestra visita y os encomiendo a todos a la protección de María Santísima y del Arcángel san Miguel, vuestro protector celestial, mientras imparto de corazón, sobre vosotros y vuestro cometido, una Bendición Apostólica especial.

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez

©Copyright 2011 Libreria Editrice Vaticana]

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