Agradecen la visita del Papa y felicitan al cardenal Sistach

Los obispos catalanes piden devolver a Aragón las obras de arte sacro de la Franja

Participaron en un curso de comunicación para obispos

Redacción, 21 de enero de 2011 a las 19:22

 

Los obispos catalanes han solicitado este viernes en un comunicado que se cumplan las disposiciones del Vaticano en torno al litigo que mantienen Catalunya y Aragón por la propiedad de las obras de arte sacro de la Franja, lo que implicaría la devolución de las piezas que se encuentran en Lleida.

Los obispos "piden que se puedan cumplir las decisiones emanadas de la Santa Sede" y por tanto que las obras se devuelvan al Obispado de Barbastro, algo que ya solicitó el Vaticano en febrero de 2009 mediante un escrito formulado por la Secretaría de Estado Vaticana y que se hizo llegar al obispo de Lleida, Joan Piris.

El comunicado, fruto de la 197 reunión que han mantenido los obispos catalanes durante los tres últimos días en el seno de la Conferencia Episcopal Tarraconense, reconoce la "complejidad de la cuestión" y recuerda que el conflicto se encuentra en estos momento bajo la jurisdicción de los tribunales civiles.

La Generalitat, por su parte, ha defendido siempre que la legislación catalana vigente permite conservar en Lleida el patrimonio procedente de las iglesias de la franja aragonesa porque su adquisición se hizo de forma legítima y la propiedad está "documentada".

El Obispado de Lleida, sin embargo, ya hizo pública en 2010 su decisión de no acudir a los tribunales para defender la propiedad, en un proceso iniciado por la Asociación Amigos del Museo de Lleida.

Los obispos catalanes piden en el comunicado que la solución acordada que se pueda encontrar "respete siempre el uso compartido de un patrimonio religioso y cultural nacido para la alabanza de Dios y la catequesis de los fieles", y aboga porque éste se a puesto "al servicio de todos".

Agradecen la visita del Papa

Los Obispos de la Conferencia Episcopal Tarraconense queremos agradecer a Dios el gozo de haber tenido al Santo Padre Benedicto XVI entre nosotros, los pasados días 6 y 7 de noviembre, cuando ha venido a Barcelona invitado por el Sr. Cardenal para dedicar la basílica de la Sagrada Familia y para visitar la Obra del "Niño Dios".

Agradecemos también a la persona del Santo Padre, que con sus palabras y su presencia nos ha confirmado en la fe y nos ha alentado en nuestro camino de cristianos. Nos sabemos portavoces de los miles y miles de fieles, que durante ese fin de semana han podido escuchar las enseñanzas del Sucesor de Pedro, rezar con él y seguirlo durante las horas que ha convivido con nosotros.

Somos conscientes, como Benedicto XVI, que la dedicación de la Sagrada Familia ha sido la cima y la desembocadura de una historia de esta tierra catalana que, sobre todo desde finales del siglo XIX, ha dado una pléyade de santos y de fundadores, de mártires y de creadores de cultura y belleza cristianos, así como tantos hijos de la Iglesia dedicados a la enseñanza, a la beneficencia o al cuidado de los enfermos y discapacitados.

Al mismo tiempo, hacemos nuestra su oración, que formuló solemnemente durante aquella celebración: "Al contemplar admirado este recinto santo de asombrosa belleza, con tanta historia de fe, pido a Dios que en esta tierra catalana se multipliquen y consoliden nuevos testimonios de santidad, que presten al mundo el gran servicio que la Iglesia puede y debe prestar a la humanidad: ser icono de la belleza divina, llama ardiente de caridad, cauce para que el mundo crea en Aquél que Dios ha enviado (cf. Jn 6,29)". Y acogemos de corazón su llamada a "multiplicar los gestos concretos de solidaridad efectiva y constante, manifestando así que la caridad es el distintivo de nuestra condición cristiana".

Alentados por esta llamada, nosotros, Obispos de la Tarraconense, nos proponemos y proponemos a todo el pueblo cristiano que peregrina en Catalunya, una nueva primavera del espíritu, un nuevo impulso evangelizador al servicio de toda la sociedad y una generosa entrega a los más pequeños y necesitados: que cada uno en su entorno sea llama ardiente de fe y de caridad.