Boletín Zenit

ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 24 de enero de 2011

Santa Sede

Benedicto XVI: el ecumenismo requiere diálogo y oración común

El Papa lamenta el fallecimiento de Tullia Zevi

Benedicto XVI "bendice" las redes sociales y alerta de sus riesgos

Colombia: El Papa nombra a monseñor Ochoa obispo de Málaga-Soatá

La Guardia Suiza celebró su 505 aniversario

Observatorio jurídico

Los integrismos

Mundo

Fallece monseñor Samuel Ruiz, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas

La agenda “Europa” será corregida e incluirá las fiestas cristianas

España: El diálogo ecuménico, realidad viva, según el obispo de Almería

Coloquio en Ars sobre el celibato sacerdotal

Corea: Nuevo glosario para aclarar términos sobre catolicismo a periodistas

Espiritualidad

Meditación para el octavo día de la Semana por la Unidad de los Cristianos

Documentación

Discurso del Papa a una delegación luterana alemana

Comunicado sobre el papel de teólogos y obispos en la Iglesia en India

Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales


Santa Sede


Benedicto XVI: el ecumenismo requiere diálogo y oración común
Recibió en audiencia a una delegación de la Iglesia Evangélica Luterana alemana
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 24 de enero de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI subrayó hoy que los dos pilares del ecumenismo son “el diálogo y la oración común”, al recibir hoy a una delegación de la Iglesia Evangélica Luterana alemana.

Esta delegación se encuentra en Roma para la conclusión de la Semana de Oración para la Unidad de los Cristianos que se celebra cada año del 18 al 25 de enero, el Pontífice afirmó que de este modo los representantes alemanes demuestran “todo nuestro anhelo de unidad pueda cosechar frutos sólo enraizándose en la oración común”.

“A pesar de las diferencias teológicas que continúan existiendo sobre cuestiones en parte fundamentales – subrayó –, ha crecido un “juntos” entre nosotros que se convierte cada vez más en la base de una comunión vivida en la fe y en la espiritualidad entre luteranos y católicos”.

“Todo lo ya conseguido refuerza nuestra fe en proseguir el diálogo, porque sólo así podemos permanecer juntos a lo largo de este camino que en definitiva es Jesucristo mismo.”.

El compromiso de la Iglesia católica por el ecumenismo, explicó el Pontífice, “no es una mera estrategia de comunicación en un mundo que cambia, sino que es un esfuerzo fundamental de la Iglesia a partir de la propia misión”.

“Aunque surgen siempre nuevas dificultades, miramos con esperanza al futuro”, afirmó, confiando en que “bajo la guía del Espíritu Santo, el diálogo ecuménico, como instrumento importante en la vida de la Iglesia, sirva para superar este conflicto”.

“Ésto sucederá, en primer lugar, a través del diálogo teológico, que debe contribuir a un entendimiento en las cuestiones planteadas, que son un obstáculo a lo largo del camino que lleva a la unidad visible” y “la celebración común de la Eucaristía como sacramento de la unidad entre los cristianos”.

“Hoy el diálogo ecuménico no puede estar separado de la realidad y de la vida en la fe en nuestras iglesias sin reportarles un daño”, prosiguió Benedicto XVI, recordando que en 2017 se celebrarán los 500 años de la publicación de las 95 tesis de Wittenberg por parte de Martin Lutero.

“En esa ocasión católicos y luteranos tendrán la oportunidad de celebrar en todo el mundo una conmemoración ecuménica común, de luchar a nivel mundial por las cuestiones fundamentales, no bajo una forma de celebración triunfalista, sino como una profesión común de nuestra fe en el Dios uno y trino, en la obediencia común a Nuestro Señor y a su Palabra”, explicó.

“Debemos darle un lugar importante a la oración en común y a la oración interior dirigidas ambas a nuestro Señor Jesucristo para el perdón de los errores recíprocos y por la culpa relativa a las divisiones. De esta purificación de la conciencia forma parte el intercambio recíproco de la valoración de los 1500 años previos a la Reforma y que por tanto son comunes a nosotros”.

Por esto, subrayó la importancia de “implorar, juntos, de un modo constante, la ayuda de Dios y la asistencia del Espíritu Santo, con el fin de dar más pasos hacia la ansiada unidad y no quedarnos parados en los resultados ya obtenidos”.


 

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El Papa lamenta el fallecimiento de Tullia Zevi
Anterior presidenta de la Unión de Comunidades Judías de Italia
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 24 de enero de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI mostró sus condolencias hoy por la muerte, el pasado sábado en Roma, de la señora Tullia Zevi, anterior presidenta de la Unión de Comunidades Judías de Italia.

Un telegrama enviado por el secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Vertone, afirma que el Papa “participa espiritualmente en el luto de los familiares y de las comunidades judías italianas” y asegura su oración por la difunta.

El Papa, afirma el purpurado en el telegrama, reconoce el “alto perfil moral y autorizada contribución” de la señora Zevi “al crecimiento en la sociedad italiana de los valores de la democracia, la paz y la libertad, así como el diálogo sincero y fecundo entre judíos y cristianos”.

Tullia Zevi, judía nacida en Milán en 1919, fue una de las líderes históricas de las comunidades judías italianas de la posguerra.

Escritora, periodista y músico, tuvo que exiliarse de Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Es conocida por haber cubierto como corresponsal tanto el proceso de Nüremberg como el juicio a Adolf Eichmann en Jerusalén.

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Benedicto XVI "bendice" las redes sociales y alerta de sus riesgos
En su Mensaje para la 45ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 24 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI invita a los cristianos a unirse a las redes sociales, en su Mensaje para la 45ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que este año se celebra el 5 de junio.

Este lunes, fiesta de san Francisco de Sales, la Oficina de Información de la Santa Sede hizo público el texto del Mensaje, titulado Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital.

“Deseo invitar a los cristianos a unirse con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana”, afirma el Papa.

“Los creyentes, dando testimonio de sus más profundas convicciones, ofrecen una valiosa aportación, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás”, indica.

“Por el contrario -continúa-, los creyentes animan a todos a mantener vivas las cuestiones eternas sobre el hombre, que atestiguan su deseo de trascendencia y la nostalgia por formas de vida auténticas, dignas de ser vividas”.

El Pontífice dirige una invitación especial a los jóvenes “a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital”.

Y destaca la contribución de las nuevas tecnologías en la preparación de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Madrid en agosto.

Auténticos y reflexivos

Benedicto XVI ofrece diversas reflexiones sobre la propagación de la comunicación a través de internet, sus potenciales, sus aplicaciones y sus riesgos.

Destaca que “también en la era digital, cada uno siente la necesidad de ser una persona auténtica y reflexiva”.

“El anhelo de compartir, de establecer 'amistades', implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio 'perfil' público”, afirma.

El Papa explica que “cuanto más se participa en el espacio público digital, creado por las llamadas redes sociales, se establecen nuevas formas de relación interpersonal que inciden en la imagen que se tiene de uno mismo”.

“Es inevitable que ello haga plantearse no sólo la pregunta sobre la calidad del propio actuar, sino también sobre la autenticidad del propio ser”, continúa.

Riesgos

Entrando a analizar los riesgos de internet y en concreto de las redes sociales, subraya que “la presencia en estos espacios virtuales puede ser expresión de una búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, si se evitan ciertos riesgos, como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva exposición al mundo virtual”.

Para ayudar a reflexionar, el Papa invita a los internautas a plantearse varias preguntas: “¿Quién es mi 'prójimo' en este nuevo mundo?, ¿Existe el peligro de estar menos presentes con quien encontramos en nuestra vida cotidiana ordinaria?”

“¿Tenemos el peligro de caer en la dispersión, dado que nuestra atención está fragmentada y absorta en un mundo 'diferente' al que vivimos?, ¿Dedicamos tiempo a reflexionar críticamente sobre nuestras decisiones y a alimentar relaciones humanas que sean realmente profundas y duraderas?”.

En su Mensaje, Benedicto XVI indica también “algunos límites típicos de la comunicación digital: una interacción parcial, la tendencia a comunicar sólo algunas partes del propio mundo interior, el riesgo de construir una cierta imagen de sí mismos que suele llevar a la autocomplacencia”.

Estilo cristiano de presencia

Sin embargo, el Papa insiste en que “si se usan con sabiduría”, las nuevas tecnologías “pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano”.

Y se refiere a “un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro”.

Según el Obispo de Roma, “comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio”.

Asimismo, “tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia”, continúa.

El estilo cristiano de presencia en el mundo digital implica la tradicional llamada del cristiano a responder a quien pida “razón de su esperanza”.

También exige “estar muy atentos con respecto a los aspectos de ese mensaje que puedan contrastar con algunas lógicas típicas de la red”.

“El valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la 'popularidad' o la cantidad de atención que provoca”, advierte.

En este sentido, Benedicto XVI invita a dar a conocer la verdad del Evangelio “en su integridad, más que intentar hacerla aceptable”, ya que “debe transformarse en alimento cotidiano y no en atracción de un momento”.

Añade que esa verdad “incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a encarnarse en el mundo real” y destaca la importancia de “las relaciones humanas directas en la transmisión de la fe”.

Por último, pide para quienes trabajan en la comunicación, de quienes es patrón san Francisco de Sales, “la capacidad de ejercer su labor conscientemente y con escrupulosa profesionalidad”.

 



 

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Colombia: El Papa nombra a monseñor Ochoa obispo de Málaga-Soatá
Nuevo obispo para Dubrovnik y coadjutor para Santa Rosa en California
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 24 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI nombró obispo de la diócesis colombiana de Málaga-Soatá al hasta ahora obispo auxiliar de Medellín monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, comunicó este lunes la Oficina de Información de la Santa Sede.

Monseñor Ochoa Cadavid nació en Bello, en la archidiócesis de Medellín, el 18 de octubre de 1962. Realizó sus estudios eclesiásticos en el seminario mayor de Medellín y se doctoró en Filosofía en la Universidad Pontificia Santo Tomás de Aquino (Angelicum) de Roma.

Fue ordenado sacerdote por Juan Pablo II en Medellín el 5 de julio de 1986. Ha sido vicario parroquial del Santuario de María Auxiliadora de Sabaneta, vicerector del seminario menor de Medellín y asistente del economato y formador del seminario mayor de Medellín.

También ha sido profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín y oficial de la Comisión Pontificia para América Latina.

El 24 de enero de 2006 fue nombrado obispo auxiliar de Medellín y recibió la ordenación episcopal el 1 de abril de ese mismo año.

Por otra parte, el Pontífice nombró este lunes obispo de la diócesis croata de Dubrovnik al hasta ahora rector del seminario mayor de la archidiócesis de Split-Makarska, Mate Uziniƒ.

El obispo electo nació el 17 de septiembre de 1967 en Dubrava, en la archidiócesis de Split-Makarska y fue ordenado sacerdote el 27 de junio de 1993.

Se licenció en Derecho Canónico y Civil en la Universidad Pontificia Lateranense de Roma. Al volver a Split, fue vicario judicial y, desde el año 2001 era rector del seminario mayor.

También es miembro del Consejo Presbiteral y del Consejo de la Conferencia Episcopal Croata para los Seminarios y las Vocaciones.

Finalmente, el Papa nombró hoy obispo coadjutor de la diócesis estadounidense de Santa Rosa en California al hasta ahora obispo de Baker, monseñor Robert Francis Vasa.

Monseñor Robert Francis Vasa nació en Lincoln (Nebraska) el 7 de mayo de 1951. Estudió en el seminario de Santo Tomás de Denver, en el seminario de la Santísima Trinidad en Dallas y se licenció en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma.

Fue ordenado sacerdote el 22 de mayo de 1976. En la diócesis de Lincoln ejerció su ministerio en varias parroquias y fue abogado del tribunal diocesano, canciller episcopal adjunto, vicario judicial, vicario general y moderador de la curia.

En 1999 fue nombrado obispo de Baker y recibió la ordenación episcopal el 26 de enero de 2000. En la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos es miembro del Subcommittee on Catholic Home Missions y del Task Force on Health Care. También es moderador episcopal de la Catholic Medical Association.

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La Guardia Suiza celebró su 505 aniversario
 
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 24 de enero de 2011 (ZENIT.org).- La Guardia Suiza celebró su 505 aniversario con una misa, celebrada el pasado sábado en Santa María de la Piedad en el Camposanto Teutonico, situado en la ciudad del Vaticano.

El arzobispo monseñor Fernando Filoni, sustituto del secretario de estado, presidió la misa transmitiendo los saludos de Benedicto XVI durante la homilía.

El arzobispo observó que “el Señor invita a todo el mundo a seguirle, pero que llama a algunos a compartir y colaborar en su misión, confiando una tarea especial a cada uno”.

“Por esta razón”, añadió, “servir al Santo Padre, es la manera concreta en la que participáis en la misión universal de la Iglesia. Que María os dé un renovado espíritu de fidelidad y servicio”.

Después de la misa, se realizó un desfile con banderas y una banda en la plaza de San Pedro para conmemorar la fundación de este cuerpo militar.

La Guardia Suiza, comandada por el coronel Daniel Rudolf Anrig, está compuesta por 110 soldados y un capellán, monseñor Alain Guy Raemy. Su fundación se debe al papa Julio II della Rovere (1503-1513), que hace 500 años pidió a los estados pertenecientes a la Confederatis Superioris Allemanniae que le permitiesen reclutar a jóvenes suizos para formar una guardia papal.

El 22 de enero de 1506, este Pontífice dio la bienvenida y bendijo, en la plaza de San Pedro, al primer contingente de 150 guardias suizos liderados por el capitán Kaspar von Silenen.

Los reclutas deben ser varones católicos suizos, con edades comprendidas entre los 19 y los 30 años. Deben medir más de 5 pies y 7 pulgadas de altura, ser solteros, y haber tenido entrenamiento militar básico.

Aunque la tradición dice que fue Miguel Ángel quien diseñó sus uniformes, en realidad el actual diseño data de 1915.

La tradicional ceremonia de juramento de los nuevos reclutas se celebra el 6 de mayo de cada año, día en que se conmemora el sacrificio de 147 guardias suizos, que durante el saqueo de Roma, en el año 1527, realizado por las tropas de Carlos V, defendieron al Papa Clemente VII con sus vidas.

[Traducido del inglés por Carmen Álvarez]

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Observatorio jurídico


Los integrismos
Libertad religiosa versus fundamentalismo irreligioso

 MADRID, lunes 24 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos una nueva contribución en nuestra sección Observatorio Jurídico, sobre libertad cuestiones relacionadas con los derechos humanos y su relación con la antropología y la fe cristianas, que dirige el español Rafael Navarro – Valls, catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, y secretario general de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España.

* * * * *

Por Rafael Navarro-Valls

En rápida sucesión, el Senado español (18 enero) y el Parlamento europeo (20 enero) acaban de aprobar dos resoluciones condenando los ataques en Egipto, Nigeria, Filipinas, Chipre, Irán e Irak contra las minorías cristianas. Antes, lo había hecho Francia. Implícita o explícitamente, en esas declaraciones se rechaza la instrumentalización de la religión en conflictos de naturaleza política, al tiempo que se hace una vigorosa defensa de la libertad religiosa.

Los redactores lo que repelen – en mi opinión – es esa visión ingenua del estado de salud de los derechos humanos, que suele tomar la parte por el todo. Creer que, ya que Occidente goza de un aceptable reconocimiento de los derechos humanos, eso acontece en todas partes. Es lo que viene llamándose el “síndrome Internet”: la confortable ilusión de un mundo gratamente globalizado, que ignora que más de la mitad de los habitantes de la tierra desconocen las nuevas tecnologías.

En realidad, el integrismo es una sombra amenazante que se extiende en amplias zonas del planeta, erosionando los derechos humanos. Su existencia es tentacular, pues tiene varias versiones. Existe un integrismo supuestamente religioso que, en realidad, es una forma de fanatismo irreligioso. El fanático es irreligioso, en la medida en que recurre a la violencia, que una visión razonable de la religión rechaza y detesta. Por eso mismo, las recientes condenas de Occidente contra los ataques integristas a los cristianos de Oriente no pueden ser interpretadas como formas de islamofobia, precisamente por que lo que se rechaza es la oscura vertiente política de los fanáticos, que suelen ampararse en cortinas de humo supuestamente religiosas. Se entiende así que 70 personalidades musulmanas hayan publicado un manifiesto con el expresivo título “El Islam, escarnecido por los terroristas”. Se refiere expresamente a las “atrocidades cometidas en nombre del Islam” contra los cristianos en Egipto y en Iraq. Afirma que “estos asesinos no son del Islam y no representan en absoluto a los musulmanes”. Rechaza en concreto la que consideran usurpación de la propia identidad religiosa por parte de “falsarios” que esgrimen la religión como un arma destructiva. El mejor test para evaluar el grado de respeto de los derechos humanos es la libertad religiosa. De ahí que la alarma de Occidente sea justa

Pero junto al fundamentalismo supuestamente religioso existen otros más subterráneos, que suelen expandirse en zonas de Occidente presuntamente respetuosas con los derechos humanos. No me refiero tanto al fundamentalismo de base freudiana, que disuelve la religión en ilusorias manifestaciones psíquicas, sino al que Jorge Semprún llama “fundamentalismo de la purificación social”. Aquel que, si en el día a día tiende a eliminar lo discrepante, en el complejo marco de las relaciones conciencia civil /conciencia religiosa ha decretado dictatorialmente que la segunda es sólo un residuo en un horizonte agnóstico.

Unos y otros fanáticos –los de Oriente y Occidente - son los mismos que han puesto en circulación una especie de policía mental, cuyos agentes se dedican a una caza de brujas, en la que la primera baja es siempre la libertad. Como dijo Holmes hace tiempo: “La mente del intolerante es como la pupila de los ojos, cuanto más luz recibe, más se contrae”.


 

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Mundo


Fallece monseñor Samuel Ruiz, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas
Emérito desde el año 2000, tenía 86 años
MÉXICO, lunes 24 de enero de 2011 (ZENIT.org).- La Secretaría General del Episcopado Mexicano ha comunicado "con pena" este lunes el fallecimiento de monseñor Samuel Ruiz García, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas. Su cuerpo será trasladado a la catedral de la diócesis de la que fue pastor.

Falleció en la Ciudad de México, donde estaba internado durante las dos últimas semanas en un hospital, debido a deficiencias pulmonares y renales, problemas en las coronarias y en las carótidas, y una prolongada diabetes.

Monseñor Ruiz García nació el 11 de noviembre de 1924 en Irapuato. Fue ordenado presbítero el 2 de abril de 1949. Nombrado obispo por Juan XXIII el 14 de noviembre de 1959 para San Cristóbal de las Casas, recibió la ordenación episcopal el 25 de enero de 1960. Guió esa diócesis hasta el año 2000, pasando después a residir en la ciudad de Querétaro.

La Conferencia del Episcopado Mexicano informa que será velado en catedral de San Cristóbal hasta el miércoles 26, día en el que a mediodía se celebrará la misa de exequias. En esa catedral, reposarán sus restos.

En la Conferencia del Episcopado Mexicano desempeñó el cargo de presidente del Departamento de Misiones, Vocal de la Comisión Episocpal de Indígenas y Vocal de la Comisió Episcopal Pro-Refugiados.

"Nos unimos en oración para pedir a Dios nuestro Padre por su eterno descanso con la esperanza de estar gozando de su presencia", concluye su nota la secretaría general del episcopado mexicano.

 



 

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La agenda “Europa” será corregida e incluirá las fiestas cristianas
Petición de más de 32.000 europeos, en siete lenguas

 

BRUSELAS, lunes 24 de enero de 2011 (ZENIT.org).- La agenda Europa, editada por la Comisión Europea para distribuirse en las escuelas, será corregida e incluirá las fiestas cristianas en su nueva versión.

Además, se añadirá un suplemento a los ejemplares ya impresos, que omitían estas fiestas mientras mencionaban las de las demás religiones (cf. ZENIT 14 de enero de 2011).

El presidente de la Conferencia Episcopal Francesa (CEF), el cardenal André Vingt-Trois, arzobispo de París, escribió al ministro francés encargado de los asuntos europeos, Laurent Wauquiez, para pedirle que interviniera en la Comisión Europea respecto al tema de las agendas 2011.

"Me gustaría saber cuáles son las medidas adoptadas por el Gobierno francés en la Comisión Europea para manifestar su desaprobación ante tal atentado a las convicciones de los cristianos de nuestro país (en plena oposición con los tratados que rigen la Unión Europea) y para obtener una reparación moral de lo que se percibe legítimamente como un escándalo”, escribió el presidente de la CEF.

Una petición lanzada en internet el 12 de enero ha recibido, en una semana, 32.000 adhesiones, en siete lenguas.

Wauquiez declaró haber reclamado al comisario europeo encargado de la impresión: “He expresado mi sorpresa por escrito a John Dalli, comisario europeo encargado de la salud y de la protección de los consumidores, cuya dirección edita la agenda Europa”, explicó.

“Le he pedido que me haga saber en qué plazo puede corregirse este error -continuó-. No dejaré de informarle de la respuesta”.

Para el ministro, “este episodio es la oportunidad de recordar que no se tolera ninguna discriminación religiosa en la Unión Europea”.

John Dalli se ha comprometido a enviar un correctivo a las escuelas que han recibido la agenda y a rectificar el error en las próximas versiones.

En una carta a Christine Bouti, señaló: “Vamos a enviar rápidamente un corrigendum a todas las escuelas de la Unión Europea que han encargado la edición 2010-2011 de la agenda”.

“Este corrigendum estará acompañado de un anexo con los días festivos oficiales, incluye las fiestas religiosas, en los Estados miembros -añadió-. También se incluirán en las futuras ediciones de la agenda”.

En una carta al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, la exministra Boutin declaró: “Estas disposiciones me complacen, y manifiestan la conciencia de la Comisión Europea de la imposibilidad de construir Europa negando su historia, su cultura y sus valores fundadores”.

La presidente del partido demócrata-cristiano solicita una audiencia a Barroso. “Por respeto a los numerosos firmantes de nuestra petición para concluir este asunto, me complacería que me concediera una audiencia formal, para entregarle oficialmente esta petición y la lista de firmantes”, explicó.

Y añadió: “Esto sería el signo de nuestro deseo de trabajar juntos para hacer crecer y brillar una civilización común, para abrir la página de una Europa que se enorgullece de su herencia, respetuosa de los pueblos y de las naciones y vuelta al futuro”.

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España: El diálogo ecuménico, realidad viva, según el obispo de Almería
El prelado fue durante diez años consultor del dicasterio para la Unidad de los Cristianos
ALMERÍA, lunes, 24 enero 2011 (ZENIT.org).- El obispo de Almería Adolfo González Montes, presidente de la Comisión de Relaciones Inteconfesionales de la Conferencia Episcopal Española, dirigió este sábado 22 de enero una carta a los diocesanos explicando en qué punto están las relaciones de la Iglesia católica con otras Iglesias cristianas, titulada “El pulso del diálogo ecuménico”.

Monseñor González Montes cursó estudios doctorales en Teología en la Universidad de Tubinga, Alemania, especializándose en Teología protestante. Doctor en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca, hizo estudios de doctorado en Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid.

Experto en teología e historia del ecumenismo, fue director del Centro de Estudios Orientales y Ecuménicos Juan XXIII de la Universidad Pontificia de Salamanca, y director de la revista Diálogo Ecuménico. Dio un gran impulso a la Bibliotheca Oecumenica Salmanticensis. Fue nombrado por Juan Pablo II consultor del Pontificio Consejo para la Unidad. Miembro de la Societas Oecumenica Europea y, de 1994 a 1997, miembro del comité organizador de la II Asamblea Ecuménica Europea de Iglesias de Graz, Austria, de 1997.

Recordando que nos encontramos en el Octavario de oración por la unidad de los cristianos, monseñor González Montes toma el pulso al diálogo entre las confesiones cristianas. Señala que este balance “ayuda a no perder la fe en el ecumenismo cristiano como instrumento precioso que el Espíritu Santo alienta y sostiene en nuestro camino hacia la plena comunión entre las Iglesias cristianas”.

“En la marcha hacia la unidad visible de la Iglesia –subraya--, las dificultades, ciertamente, no son pocas, pero se avanza y los logros son muchos”.

El pasado 5 de junio, recuerda, cumplía 50 años el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, creado por Juan XXIII como Secretariado. El octavario de oración por la unidad, señala, “propicia la reflexión y el examen del camino recorrido por el ecumenismo”.

“¿Se avanza en la reconstrucción de la unidad visible de la Iglesia?”, se pregunta el obispo. Y responde recordando que Benedicto XVI decía el 18 de noviembre de 2010, en la plenaria del dicasterio, que “su creación constituyó una piedra miliar, porque el compromiso ecuménico es central para la Iglesia, y contra todo pesimismo afirmaba que el camino recorrido es mucho”.

Monseñor González Montes pasa revista al ecumenismo teológico. “Llaman la atención los logros del diálogo católico-ortodoxo, a pesar de las dificultades que surgieron con la reunificación de Europa, que devolvió a la libertad a los católicos orientales reprimidos por el totalitarismo político”, explica.

Superada la crisis con la que acabó la primera etapa de diálogo, la Comisión internacional afrontó en 2006 la cuestión de las consecuencias eclesiológicas y canónicas de la naturaleza sacramental de la Iglesia. El documento de Rávena, aprobado en 2007, en la décima plenaria de la comisión, permitiría tratar en Pafos en 2009, la cuestión del Obispo de Roma en la comunión de la Iglesia en el primer milenio.

“La regularidad de las visitas recíprocas de las delegaciones de Constantinopla por la fiesta de san Pedro y san Pablo, y de Roma por la fiesta de san Andrés, testimonia el buen clima y los avances, lentos pero reales, en el diálogo”, subraya monseñor González Montes.

En cuanto al diálogo anglicano-católico, la creación del Ordinariato católico, en sus primeros pasos, el obispo almeriense señala que el temor a que se convirtiera  “en piedra de tropiezo para el diálogo se ha disipado, si bien no dejan de inquietar a la Comunión anglicana los efectos que puedan resultar de la marcha de obispos, sacerdotes y fieles”.

“Lo importante –subraya- es que el diálogo sigue su programa tras cuarenta años que han protagonizado la Comisión teológica internacional en sus tres ediciones (ARCIC) y la Comisión para la Unidad y la Misión (IARCUM)”.

Con la firma de la “Declaración conjunta sobre la doctrina de la Justificación”, Augsburgo 1999, el diálogo católico-luterano “echó los fundamentos para una aproximación conjunta al lugar de la Iglesia en la obra de la redención”, declara.

El logro más reciente de la Comisión católico-luterana, subraya, ha sido el documento “La apostolicidad de la Iglesia”, 2007, que examina el ministerio ordenado como garantía de la apostolicidad de la Iglesia.

“La Iglesia se ha convertido también en el principal tema del diálogo católico con otras grandes comuniones, porque la concepción teológica de la Iglesia constituyó el objeto del debate histórico de los reformadores con el catolicismo. La Iglesia ha sido objeto de amplia reflexión en las comisiones de diálogo de reformados y metodistas con la Iglesia católica”, explica el prelado.

Alude también al Grupo mixto de trabajo de la Iglesia Católica y Consejo Ecuménico de las Iglesias, cuya Octava Relación, 2005, acota seis años del diálogo y la colaboración, con atención a  los medios de estudio conjunto y colaboración.

En este aspecto, “destacan los resultados de la reflexión sobre las implicaciones eclesiológicas y ecuménicas del bautismo común, la naturaleza del diálogo ecuménico, los consejos nacionales y regionales de Iglesias, algunas cuestiones relativas a la antropología teológica y los matrimonios mixtos, el diálogo interreligioso y la diaconía de la Iglesia y su servicio aportación al desarrollo”, señala monseñor González Montes.

“Como se puede ver –concluye--, el ecumenismo entre la Iglesia Católica y las Iglesias cristianas es una realidad viva y el secreto de su éxito es la oración. Primero la de Cristo, que no puede dejar de tener la respuesta del Padre; y con él ora la Iglesia y, en ella, oramos nosotros: “Concédenos, Padre, la conciencia de que Cristo tu Hijo es la causa de nuestra vida común. Amén”.

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Coloquio en Ars sobre el celibato sacerdotal
Tres días para profundizar en los fundamentos y sentido de la vocación sacerdotal

ARS, lunes 24 de enero de 2011 (ZENIT.org).- El obispo de la diócesis francesa de Belley-Ars, monseñor Guy-Marie Bagnard, la Sociedad Juan María Vianney y el Santuario de Ars, ofrecen un coloquio titulado El celibato sacerdotal, fundamentos, alegrías, desafíos, desde hoy al 26 de enero en Ars.

Los participantes proceden de todo el mundo, con horizontes e intereses de investigación muy variados.

El tema es de especial actualidad y se abordará desde distintos puntos de vista para volver a ofrecer a los sacerdotes la alegría y el gozo de vivir este compromiso de seguimiento de Cristo.

El objetivo principal es proponer nuevamente los fundamentos de la razón de ser del celibato sacerdotal, las exigencias de la vocación sacerdotal, su profundidad y su sentido auténtico.

Las tres jornadas se desarrollarán en un clima de oración y de fraternidad. El coloquio se dirige principalmente a sacerdotes y seminaristas, pero está abierto a cualquier persona interesada.

Las ediciones Parole et Silence publicarán las actas de las jornadas en verano de 2011. Ars también acogerá un retiro sacerdotal del 20 al 26 de noviembre de este año.

Más información: web de la Sociedad Juan María Vianney.

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Corea: Nuevo glosario para aclarar términos sobre catolicismo a periodistas
Publicado por la comisión para las comunicaciones sociales de la conferencia episcopal
SEÚL, lunes 24 de enero de 2011 (ZENIT.org).- La Comisión para las Comunicaciones sociales de la Conferencia Episcopal de Corea ha publicado un glosario para aclarar términos fundamentales de la fe católica a los trabajadores de los medios de comunicación.

El Korean Catholic Glossary for those who are engaged in mass media contiene 570 entradas -en latín, coreano e inglés- que se utilizan con frecuencia en los medios al hablar de la Iglesia o de la fe católica, informó la agencia Fides.

“A menudo los periodistas, cuando escriben artículos que tocan el catolicismo, lo hacen sin una plena comprensión de la materia y de los términos que utilizan”, reconoció el secretario ejecutivo de la Comisión, el padre Ignatius Kim Min Su.

“Por esta razón vimos la necesidad de una herramienta que pueda ayudar a comprender y comunicar adecuadamente cuando se trata de información que toca la fe católica”, añadió.

Además del glosario de términos estrictamente católicos de diversos ámbitos, como los utilizados en la liturgia, la teología o el catecismo, el libro incluye un apéndice informativo.

Ese texto ofrece una síntesis de los contenidos fundamentales de la fe católica, así como noticias sobre los obispos de Corea, la historia de la Iglesia en Corea y los santuarios católicos coreanos.

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Espiritualidad


Meditación para el octavo día de la Semana por la Unidad de los Cristianos
Llamados al servicio de la reconciliación
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 24 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario a los textos bíblicos y de oración escogidos para el octavo día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el 25 de enero.

El texto forma parte de los materiales distribuidos por la Comisión Fe y Constitución del Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos. La base del texto ha sido redactada por un equipo de representantes ecuménicos de Jerusalén.

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Día octavo - Llamados al servicio de la reconciliación

Lecturas

Génesis 33, 1-4

Esaú corrió al encuentro de Jacob y lo abrazó, y lloraron

Salmo 96, 1-13

Decid a las naciones: “el Señor es rey”

2 Corintios 5, 17-21

Dios hizo la paz con el mundo por medio de Cristo y a nosotros nos ha confiado este mensaje de paz

Mateo 5, 21-26

Deja tu ofrenda delante del altar, y ve primero a reconciliarte 
con tu hermano…

Comentario

Las oraciones de esta semana nos han llevado a hacer un planteamiento común. Guiados por las Escrituras, somos llamados a volver a nuestros orígenes cristianos, los de la Iglesia apostólica de Jerusalén. Vimos su asiduidad en la enseñanza de los apóstoles, la comunión fraterna, la fracción del pan y las oraciones. Al término de nuestras reflexiones sobre la comunidad cristiana ideal presentada en los Hechos 2,42, volvemos de nuevo a los contextos que son nuestros: realidades de divisiones, de insatisfacciones, de decepciones y de injusticias. Y allí, la Iglesia de Jerusalén nos plantea la siguiente cuestión: ¿a qué somos llamados, aquí y ahora, cuando terminamos esta Semana de oración por la unidad de los cristianos?

Los cristianos de Jerusalén de hoy nos sugieren una respuesta: somos llamados sobre todo al servicio de la reconciliación. Tal llamada se refiere a la reconciliación sobre los planes, y en toda una complejidad de divisiones. Oramos por la unidad de los cristianos para que la Iglesia sea signo e instrumento de curación de las divisiones e injusticias políticas y estructurales; para una coexistencia justa y pacífica entre judíos, cristianos y musulmanes; para que crezca la comprensión entre las personas de todas las creencias e increencias. En nuestras vidas personales y familiares, la llamada a la reconciliación debe también encontrar una respuesta.

Jacob y Esaú, en el texto del Génesis, son hermanos y sin embargo extranjeros uno del otro. Su reconciliación se produce mientras se podía esperar un conflicto. La violencia y las prácticas de ira se dejan de lado mientras que los hermanos se encuentran y lloran juntos.

El reconocimiento ante Dios de nuestra unidad como cristianos, y también como seres humanos, nos conduce al gran canto de alabanza del salmo hacia el Señor que gobierna el mundo con justicia y amor. En Cristo, Dios busca reconciliarse con todos los pueblos. San Pablo, que lo describe en nuestra segunda lectura, celebra esta vida de reconciliación como “una nueva creación”. La llamada a reconciliarse es una llamada a dejar actuar en nosotros la fuerza de Dios para hacer nuevas todas las cosas.

Una vez más, sabemos que esta “buena noticia” nos invita a modificar nuestra manera de vivir. Como san Mateo lo relata, Jesús nos exhorta con determinación: no podemos seguir presentando nuestras ofrendas en el altar sabiendo que somos responsables de las divisiones y de las injusticias. La llamada a la oración por la unidad de los cristianos es una llamada a la reconciliación. La llamada a la reconciliación es una llamada a actuar, incluso si fuere para interrumpir nuestras actividades eclesiales.

Oración

Dios de la paz, te damos gracias por enviarnos a Jesús para reconciliarnos en Él contigo. Danos la gracia de ser verdaderos servidores de reconciliación en nuestras Iglesias. Ayúdanos así a ponernos al servicio de la reconciliación de todos los pueblos, en particular en tu Tierra Santa, el lugar donde quieres abatir el muro de separación entre los pueblos, y reunir a cada uno en el Cuerpo de Cristo, ofrecido en sacrificio en el Calvario. Llénanos de amor a unos y a otros, para que nuestra unidad sirva a la reconciliación que deseas para toda la creación. Te lo pedimos en la fuerza del Espíritu. Amén.

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Documentación


Discurso del Papa a una delegación luterana alemana
En Roma para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 24 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto ofreció hoy a una delegación de la Iglesia Unida Evangélica Luterana alemana, presentes en Roma para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, a quienes recibió hoy en el Palacio Apostólico.

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Obispo regional Friedrich,

Queridos amigos de Alemania

Os ofrezco una cordial bienvenida a todos vosotros, representantes de los dirigentes de la Iglesia Unida Evangélica Luterana alemana, aquí en el Palacio Apostólico y me alegro por el hecho de que vosotros, como delegación, hayáis venido a Roma tras conclusión de la semana de oración por la unidad de los cristianos. Mostráis, de esta manera, también que todo nuestro anhelo de unidad pueda cosechar frutos sólo enraizándose en la oración común. En particular querría agradecerle a usted, querido obispo regional, por sus palabras que, con gran sinceridad expresan los esfuerzos comunes por una unidad más profunda entre todos los cristianos.

Mientras tanto, el diálogo oficial entre luteranos y católicos, así está escrito aquí, puede mirar atrás a más de cincuenta años de actividad intensa. Usted ha hablado de treinta años. Creo que hace treinta años, después de la visita del Papa, comenzamos oficialmente pero de hecho, hacía ya mucho tiempo que dialogábamos. Yo mismo he sido miembro del Jaeger-Stählin-Kreis, nacido justo después de la guerra. Se puede por tanto hablar tanto de cincuenta como de de treinta años. A pesar de las diferencias teológicas que continúan existiendo sobre cuestiones en parte fundamentales, ha crecido un “juntos” entre nosotros que se convierte cada vez más en la base de una comunión vivida en la fe y en la espiritualidad entre luteranos y católicos. Todo lo ya conseguido refuerza nuestra fe en proseguir el diálogo, porque sólo así podemos permanecer juntos a lo largo de este camino que en definitiva es Jesucristo mismo.

Por tanto, el empeño de la Iglesia Católica en el ecumenismo, como ya afirmó mi venerado predecesor el Papa Juan Pablo II en su encíclica “Ut unum sint”, no es una mera estrategia de comunicación en un mundo que cambia, sino que es un esfuerzo fundamental de la Iglesia a partir de la propia misión (cfr. Nm 28-32).

A algunos contemporáneos, la meta común de la unidad plena y visible de los cristianos hoy les parece estar de nuevo más lejos. Los interlocutores ecuménicos aportan al diálogo ideas completamente distintas sobre la unidad de la Iglesia. Comparto la preocupación de muchos cristianos por el hecho de que los frutos de la obra ecuménica, sobre todo en relación con la idea de Iglesia y de ministerio, no son suficientemente aceptados por los interlocutores ecuménicos. Con todo, aunque surgen siempre nuevas dificultades, miramos con esperanza al futuro. Aunque las divisiones entre los cristianos son un obstáculo en el modelar plenamente la catolicidad en la realidad de la vida de la Iglesia, como ha sido prometido en Cristo y a través de Cristo (cfr. Unitatis redintegratio,  n. 4), confiamos en que, bajo la guía del Espíritu Santo, el diálogo ecuménico, como instrumento importante en la vida de la Iglesia, sirva para superar este conflicto.

Ésto sucederá, en primer lugar, a través del diálogo teológico, que debe contribuir a un entendimiento en las cuestiones planteadas, que son un obstáculo a lo largo del camino que lleva a la unidad visible y la celebración común de la Eucaristía como sacramento de la unidad entre los cristianos.

Me complace decir que, junto al diálogo luterano-católico internacional sobre el tema “Bautismo y la creciente comunión eclesial”, también en Alemania, desde 2009, una comisión bilateral de diálogo de la Conferencia Episcopal y de la Iglesia Evangélica luterana alemana, ha retomado su actividad sobre el tema “Dios y la dignidad del hombre”. Este ámbito temático comprende en particular los problemas surgidos recientemente en relación a la tutela y la dignidad de la vida humana, así como las cuestiones urgentes de la familia, el matrimonio, la sexualidad, que no pueden ser excluidas o marginadas para no poner en peligro el consenso ecuménico conseguido hasta ahora.

Esperemos que en estos importantes temas relativos a la vida no surjan nuevas diferencias confesionales sino que, juntos, podamos ofrecer un testimonio al mundo y a los hombres de lo que el Señor nos ha mostrado y nos muestra.

Hoy el diálogo ecuménico no puede estar separado de la realidad y de la vida en la fe en nuestras iglesias sin reportarles un daño. Por tanto dirijamos juntos nuestra mirada al año 2017, que nos recuerda la publicación de las tesis de Martín Lutero sobre las indulgencias de hace 500 años. En esa ocasión católicos y luteranos tendrán la oportunidad de celebrar en todo el mundo una conmemoración ecuménica común, de luchar a nivel mundial por las cuestiones fundamentales – como usted ha dicho – no bajo una forma de celebración triunfalista, sino como una profesión común de nuestra fe en el Dios uno y trino, en la obediencia común a Nuestro Señor y a su Palabra.

Debemos darle un lugar importante a la oración en común y a la oración interior dirigidas ambas a nuestro Señor Jesucristo para el perdón de los errores recíprocos y por la culpa relativa a las divisiones. De esta purificación de la conciencia forma parte el intercambio recíproco de la valoración de los 1500 años previos a la Reforma y que por tanto son comunes a nosotros.

Por esto, deseamos implorar, juntos, de un modo constante, la ayuda de Dios y la asistencia del Espíritu Santo, con el fin de dar más pasos hacia la ansiada unidad y no quedarnos parados en los resultados ya obtenidos.

A lo largo de este camino nos anima también la semana de oración por la unidad de los cristianos de este año. Nos recuerda el capítulo de los Hechos de los Apóstoles: “Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones” (Hch 2,42). En estos cuatro hechos y comportamientos, los primeros cristianos eran constantes y por tanto la comunidad crecía con Cristo, de esto nació este “juntos” de los hombres en Cristo. Este testimonio extraordinario y visible para el mundo, de la unidad de la Iglesia primitiva podría ser también para nosotros, impulso y norma para nuestro camino ecuménico común en el futuro.

Con la esperanza de que vuestra visita refuerce posteriormente la válida colaboración entre luteranos y católicos en Alemania, imploro para todos vosotros la gracia de Dios y sus bendiciones abundantes.

[Traducción de la versión italiana del original alemán por Carmen Álvarez

©Copyright 2011 Libreria Editrice Vaticana – L'Osservatore Romano]



 

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Comunicado sobre el papel de teólogos y obispos en la Iglesia en India
Reunión conjunta entre obispos, teólogos y Congregación para la Doctrina de la Fe
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 24 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Por su interés ofrecemos en español el texto del comunicado conjunto hecho público hoy por la Santa Sede, sobre el Coloquio mantenido en Bangalore (India) entre obispos y teólogos de este país, y representantes de la Congregación para la Doctrina de la Fe, para aclarar algunas cuestiones relacionadas con el papel de los teólogos en la Iglesia y de los obispos como maestros de la fe.

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COOPERATORES VERITATIS - Buscando juntos la verdad

Desde el 16 al 22 de enero, se ha mantenido un coloquio en la St. John’s National Academy of Health Sciences en Bangalore, India, en la que una delegación de la Santa Sede se encontró con veintiocho miembros de la Conferencia Episcopal de la India y con veintiséis teólogos de diversas partes del país. La delegación de la Santa Sede estaba encabezada por Su Eminencia el cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, asistido por Su Excelencia el arzobispo Luis Ladaria, SI, secretario de la Congregación, por monseñor Charles Scicluna, promotor de Justicia, y tres oficiales. Los miembros del episcopado indio que participaron en el Coloquio representaban a las tres Iglesias con ritos sui iuris en la India, encabezados por Su Eminencia el cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Bombay y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de la India. Además, Su Eminencia el cardenal Telesphore Toppo, arzobispo de Ranchi, de Rito Latino y presidente de la Conferencia Episcopal de los Obispos Católicos de la India (CCBI), Su Beatitud Moran Mor Baselios Cleemis, arzobispo mayor - Catholicos y presidente del Santo Sínodo Episcopal de la Iglesia católica siro-malankar, Su Excelencia monseñor George Punnakottil de la Iglesia siro-malabar, obispo de Kothamangalam y vice presidente de la CBCI, y Su Excelencia monseñor Joseph Kallarangatt, obispo de Palai y presidente de la Comisión Doctrinal de la CBCI estuvieron entre los participantes. Los teólogos que tomaron parte procedían también de las tres Iglesias sui iuris. El Coloquio fue fruto de la larga cooperación entre la Congregación para la Doctrina de la Fe y la Conferencia de Obispos Católicos de la India, y fue preparada y organizada por Su Excelencia monseñor Thomas Dabre, obispo de Poona, que antes sirvió como presidente de la Comisión Doctirnal de la CBCI, con la asistencia experta del padre Dominic Veliath, S.D.B., secretario de la Comisión Doctirnal de la CBCI y también miembro de la Comisión Teológica Internacional. El nuncio apostólico en la India, Su Gracia el arzobispo Salvatore Pennacchio también tomó parte en los procedimientos.

Los coloquios anuales entre obispos y teólogos en la India comenzaron en 1996. En un encuentro posterior mantenido en Roma ese mismo año entre un número de obispos de la India y representantes de los diversos dicasterios de la Santa Sede, se expresó la esperanza de que, en algún momento en el futuro, la Congregación para la Doctrina de la Fe tomase parte en estos encuentros. El Coloquio en Bangalore ha sido la realización de esta esperanza, y fue entendido específicamente como un foro donde tratar algunos de los asuntos teológicos que afronta la Iglesia en India, en una atmósfera colaboradora de diálogo y discusión. Como es bien sabido, en la gran nación india hay más de un billón de seres humanos, de los que aproximadamente el 2,3% son cristianos. La Iglesia católica en India tiene sus orígenes en santo Tomás apóstol y recibió nuevos ímpetus con la actividad misionera de san Francisco Javier. Hoy, los católicos en India, aunque pocos en número, realizan una ampliamente apreciada contribución al bienestar del país, sobre todo a través de numerosas instituciones educativas, atención sanitaria, iniciativas de acción social y obras caritativas. Fue el carácter específico y único de la Iglesia católica en India la que proveyó el contexto para las exposiciones y discusiones durante el Coloquio de Bangalore.

En la primera parte del Coloquio, los teólogos plantearon cuestiones como la del papel específico del teólogo en la Iglesia, la metodología teológica en Oriente y Occidente, la inculturación, Jesucristo como el único salvador de todas las gentes, las relaciones entre la Iglesia de Cristo y las demás religiones, el concepto cristiano de la auténtica liberación humana, el papel de la comunidad de fe (el "sensus fidelium"), y lo distintivo de la oración y la espiritualidad cristianas. Cada exposición teológica fue seguida por un diálogo vivo y sostenido en el que todos los participantes – teólogos, obispos y representantes de la Santa Sede – ofrecieron libremente sus contribuciones para una comprensión más profunda de los asuntos tratados. Las discusiones trataron de tomar en cuenta la presencia católica en el particular contexto indio, enfatizando al mismo tiempo el don inestimable de la universalidad de la fe católica, que debe ser siempre comunicado en su integridad y autenticidad. Se hizo hincapié en la singular importancia del papel del teólogo en la Iglesia, así como en la necesidad, especialmente cuando se busca elaborar una teología contextualizada, de construir sobre un fundamento teológico sólido, siempre fiel a la autoridad magisterial de la Iglesia.

La segunda parte del Coloquio se organizó para los obispos y los representantes de la Santa Sede. Estos días se dedicaron a diversas cuestiones relativas al papel y la responsabilidad específicas de los obispos en la Iglesia, así como del obispo como maestro de la fe, el funcionamiento de las Comisión Doctrinal de la Conferencia Episcopal, la formación de los futuros sacerdotes y miembros de las congregaciones religiosas, y la adjudicación correcta de los delitos canónicos más serios.

El Coloquio, que se prolongó durante la semana, fue una experiencia de trabajo intenso y de diálogo fructífero en el que se clarificaron muchas cuestiones y se propusieron iniciativas válidas. Se espera que los frutos del Coloquio, ya percibidos por los participantes en la experiencia compartida de la oración litúrgica de acuerdo con las tres expresiones rituales de la Iglesia católica en India, seguirá beneficiando no solo a la Iglesia, sino también a la más amplia sociedad en India durante los próximos años.

[Traducción del original inglés por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales
Internet debe estar al servicio de la persona
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 24 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el Mensaje del Papa Benedicto XVI para la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que ha sido hecho público hoy por el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, con motivo de la fiesta de san Francisco de Sales, patrón de los escritores y periodistas católicos.

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Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital

Queridos hermanos y hermanas

Con ocasión de la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, deseo compartir algunas reflexiones, motivadas por un fenómeno característico de nuestro tiempo: la propagación de la comunicación a través de internet. Se extiende cada vez más la opinión de que, así como la revolución industrial produjo un cambio profundo en la sociedad, por las novedades introducidas en el ciclo productivo y en la vida de los trabajadores, la amplia transformación en el campo de las comunicaciones dirige las grandes mutaciones culturales y sociales de hoy. Las nuevas tecnologías no modifican sólo el modo de comunicar, sino la comunicación en sí misma, por lo que se puede afirmar que nos encontramos ante una vasta transformación cultural. Junto a ese modo de difundir información y conocimientos, nace un nuevo modo de aprender y de pensar, así como nuevas oportunidades para establecer relaciones y construir lazos de comunión.

Se presentan a nuestro alcance objetivos hasta ahora impensables, que asombran por las posibilidades de los nuevos medios, y que a la vez exigen con creciente urgencia una seria reflexión sobre el sentido de la comunicación en la era digital. Esto se ve más claramente aún cuando nos confrontamos con las extraordinarias potencialidades de internet y la complejidad de sus aplicaciones. Como todo fruto del ingenio humano, las nuevas tecnologías de comunicación deben ponerse al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad entera. Si se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano.

Transmitir información en el mundo digital significa cada vez más introducirla en una red social, en la que el conocimiento se comparte en el ámbito de intercambios personales. Se relativiza la distinción entre el productor y el consumidor de información, y la comunicación ya no se reduce a un intercambio de datos, sino que se desea compartir. Esta dinámica ha contribuido a una renovada valoración del acto de comunicar, considerado sobre todo como diálogo, intercambio, solidaridad y creación de relaciones positivas. Por otro lado, todo ello tropieza con algunos límites típicos de la comunicación digital: una interacción parcial, la tendencia a comunicar sólo algunas partes del propio mundo interior, el riesgo de construir una cierta imagen de sí mismos que suele llevar a la autocomplacencia.

De modo especial, los jóvenes están viviendo este cambio en la comunicación con todas las aspiraciones, las contradicciones y la creatividad propias de quienes se abren con entusiasmo y curiosidad a las nuevas experiencias de la vida. Cuanto más se participa en el espacio público digital, creado por las llamadas redes sociales, se establecen nuevas formas de relación interpersonal que inciden en la imagen que se tiene de uno mismo. Es inevitable que ello haga plantearse no sólo la pregunta sobre la calidad del propio actuar, sino también sobre la autenticidad del propio ser. La presencia en estos espacios virtuales puede ser expresión de una búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, si se evitan ciertos riesgos, como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer "amistades", implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio "perfil" público.

Las nuevas tecnologías permiten a las personas encontrarse más allá de las fronteras del espacio y de las propias culturas, inaugurando así un mundo nuevo de amistades potenciales. Ésta es una gran oportunidad, pero supone también prestar una mayor atención y una toma de conciencia sobre los posibles riesgos. ¿Quién es mi "prójimo" en este nuevo mundo? ¿Existe el peligro de estar menos presentes con quien encontramos en nuestra vida cotidiana ordinaria? ¿Tenemos el peligro de caer en la dispersión, dado que nuestra atención está fragmentada y absorta en un mundo "diferente" al que vivimos? ¿Dedicamos tiempo a reflexionar críticamente sobre nuestras decisiones y a alimentar relaciones humanas que sean realmente profundas y duraderas? Es importante recordar siempre que el contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida.

También en la era digital, cada uno siente la necesidad de ser una persona auténtica y reflexiva. Además, las redes sociales muestran que uno está siempre implicado en aquello que comunica. Cuando se intercambian informaciones, las personas se comparten a sí mismas, su visión del mundo, sus esperanzas, sus ideales. Por eso, puede decirse que existe un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro. Comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él. Asimismo, tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia. En los nuevos contextos y con las nuevas formas de expresión, el cristiano está llamado de nuevo a responder a quien le pida razón de su esperanza (cf. 1 P 3,15).

El compromiso de ser testigos del Evangelio en la era digital exige a todos el estar muy atentos con respecto a los aspectos de ese mensaje que puedan contrastar con algunas lógicas típicas de la red. Hemos de tomar conciencia sobre todo de que el valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la "popularidad" o la cantidad de atención que provoca. Debemos darla a conocer en su integridad, más que intentar hacerla aceptable, quizá desvirtuándola. Debe transformarse en alimento cotidiano y no en atracción de un momento.

La verdad del Evangelio no puede ser objeto de consumo ni de disfrute superficial, sino un don que pide una respuesta libre. Esa verdad, incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a encarnarse en el mundo real y en relación con los rostros concretos de los hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen siendo fundamentales las relaciones humanas directas en la transmisión de la fe.

Con todo, deseo invitar a los cristianos a unirse con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana. La red está contribuyendo al desarrollo de nuevas y más complejas formas de conciencia intelectual y espiritual, de comprensión común. También en este campo estamos llamados a anunciar nuestra fe en Cristo, que es Dios, el Salvador del hombre y de la historia, Aquél en quien todas las cosas alcanzan su plenitud (cf. Ef 1, 10). La proclamación del Evangelio supone una forma de comunicación respetuosa y discreta, que incita el corazón y mueve la conciencia; una forma que evoca el estilo de Jesús resucitado cuando se hizo compañero de camino de los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 13-35), a quienes mediante su cercanía condujo gradualmente a la comprensión del misterio, dialogando con ellos, tratando con delicadeza que manifestaran lo que tenían en el corazón.

La Verdad, que es Cristo, es en definitiva la respuesta plena y auténtica a ese deseo humano de relación, de comunión y de sentido, que se manifiesta también en la participación masiva en las diversas redes sociales. Los creyentes, dando testimonio de sus más profundas convicciones, ofrecen una valiosa aportación, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás. Por el contrario, los creyentes animan a todos a mantener vivas las cuestiones eternas sobre el hombre, que atestiguan su deseo de trascendencia y la nostalgia por formas de vida auténticas, dignas de ser vividas. Esta tensión espiritual típicamente humana es precisamente la que fundamenta nuestra sed de verdad y de comunión, que nos empuja a comunicarnos con integridad y honradez.

Invito sobre todo a los jóvenes a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital. Les reitero nuestra cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, cuya preparación debe mucho a las ventajas de las nuevas tecnologías. Para quienes trabajan en la comunicación, pido a Dios, por intercesión de su Patrón, san Francisco de Sales, la capacidad de ejercer su labor conscientemente y con escrupulosa profesionalidad, a la vez que imparto a todos la Bendición Apostólica.

Vaticano, 24 de enero 2011, fiesta de san Francisco de Sales.

BENEDICTUS PP. XVI

[©Copyright 2011 - Libreria Editrice Vaticana]

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