25.01.11

Santiago Carrillo: ser lo que se es

A las 12:53 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Defender la fe
 

Está claro que cada cual puede ser como le parece que tiene que ser y que, sobre el gusto de lo que cada persona quiera hacer de su vida y su comportamiento, no hay nada escrito y si lo hay seguro que se queda corto porque hay tantas formas de ser como personas existen en el mundo.

Hasta ahí el razonamiento no puede ponerse en duda y, en resumen, cada uno es como es.

Sin embargo, hay que formas de ser que denotan que el Maligno tiene buenos hijos entre los seres humanos.

C.S. Lewis escribió un libro notable de título “Cartas del Diablo a su sobrino” en el que, en efecto, Escrutopo escribe a Orugario en perfecta camaradería de Mal a Mal acerca del hombre y, en general, de cómo dirigirse a su interior para dominarlo y llevarlo por el camino del mal y la perdición del alma.

Parece que Santiago Carrillo ha recibido muchos escritos de su padre Satanás. Por eso dice lo que dice, hizo lo que hizo y es como es. Además tiene el cuajo de estar cobrando algún tipo de pensión del dinero de los españoles.

Además, estoy más que seguro que, por lo que dice, estaría dispuesto a hacer lo mismo que hizo en tiempos de la Guerra Civil española. Y se llama Paracuellos.

Al parecer el comisario Santiago Carrillo ha juntado cuatro letras y la poca vergüenza que tiene para pergeñar un panfleto de título ‘La difícil reconciliación de los españoles‘ que es un tema que conoce muy bien porque la mayor dificultad que tuvo, en su día, fue que muchos españoles católicos se reconciliasen con el cementerio donde los destinó desde su elevado puesto político-criminal.

Resulta, claro, difícil reconciliarse con alguien que ha dedicado su vida a cumplir las órdenes de Satanás y, como fiel hijo, esquilmar las filas católicas.

Pero sigue igual. El paracuellero sigue igual que siempre. Por él no pasan los años de maldad porque para nada le sirve estar con un pie más en el infierno que este mundo. Nada de arrepentimiento, nada de “lo siento”, nada de “pido perdón”. Es como es el hijo del Mal.

A lo mismo, sigue a lo mismo. Hay que ver el lenguaje que utiliza, muy propio de las capas más profundas del infierno de las que escribiera Anne Catherine Emmerich en “La amarga Pasión de Nuestro Señor Jesucristo”. Cristo bajó a los infiernos pero subió a la Casa del Padre para sentarse a su derecha.

Sin embargo, a Santiago Carrillo parece que le gusta calentarse en los fuegos eternos porque no hay forma de que de ahí salga. Y ahí se refocila.

Vean, digo, la forma tan precivilizada de hablar:

Seguimos teniendo una Iglesia de cruzada y reconquista”, porque debe suponer que no sabemos quién es y qué representa su poco augusta figura pero, sobre todo, porque hace como si los católicos no supiéramos lo que somos y a Quién seguimos.

La crispación debe mucho al hecho de tener una Iglesia muy integrista, muy nacional-católica” o, lo que es lo mismo, que es la Iglesia católica la que fomenta un clima poco respirable. No es la presencia de alguien que se propuso terminar con lo católico a fuerza de camiones y disparos. No. Es la Iglesia católica, la que soportó su bota comunista la que, además, provoca.

Yo, con franqueza, no soy capaz de entender cómo a este individuo malcarado y chulesco no se le juzga por crímenes contra la humanidad y por genocidio que son delitos que no prescriben.

Tendrá cómplices.

Eleuterio Fernández Guzmán