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Servicio diario - 4 de febrero de 2011

Especial

Prefacio del Papa al subsidio al Catecismo para la JMJ de Madrid

Santa Sede

Benedicto XVI: la justicia es indispensable para la comunión

Mundo

Nace en Asís el primer museo misionero totalmente digital

Políticos de la Unión Europea criticados por ser "religiosamente correctos”

La revolución en Túnez y Egipto influirá en el diálogo islámico-cristiano

La aplicación “Confession” para el iPhone recibe el Imprimatur

Comienza la tercera fase del diálogo entre católicos y anglicanos

España: Éxito editorial de la nueva Biblia de la Conferencia Episcopal

Entrevistas

“En busca de una ética universal: un nuevo modo de ver la ley natural”

Espiritualidad

Evangelio del domingo: La sal luminosa

Documentación

Los desafíos de los obispos del Norte de África

Audiencia a los miembros del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica


Especial


Prefacio del Papa al subsidio al Catecismo para la JMJ de Madrid
 

 CIUDAD DEL VATICANO, viernes 4 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el texto del prefacio escrito por el Papa Benedicto XVI al Youcat, el subsidio al Catecismo de la Iglesia Católica destinado a los jóvenes, de cara a la próxima Jornada Mundial de la Juventud de Madrid, difundido por L'Osservatore Romano.

* * *

¡Queridos jovenes amigos! Hoy os aconsejo la lectura de un libro extraordinario.

Es extraordinario por su contenido pero también la forma en que se compuso, que yo deseo explicaros brevemente, para que se pueda comprender su particularidad. Youcat ha tomado su origen, por así decirlo, de otra obra que se remonta a los años 80. Era un periodo difícil tanto para la Iglesia como para la sociedad mundial, durante el cual se previó la necesidad de nuevas orientaciones para encontrar un camino hacia el futuro. Después del Concilio Vaticano II (1962-1965) y en el cambiado ambiente cultural, muchas personas ya no sabían correctamente qué debían creer propiamente los cristianos, qué enseñaba la Iglesia, si ésta podía enseñar algo tout court, y cómo todo esto se podía adaptar al nuevo clima cultural.

¿El Cristianismo en cuanto tal no está superado? ¿Se puede aún hoy razonablemente ser creyente? Estas son las preguntas que aún hoy muchos cristianos se plantean. El papa Juan Pablo II se resolvió entonces por una decisión audaz: decidió que los obispos de todo el mundo escribieran un libro con el que responder a estas preguntas.

Él me confió la tarea de coordinar el trabajo de los obispos y de velar para que de las contribuciones de los obispos naciese un libro – quiero decir un verdadero libro, y no una simple yuxtaposición de múltiples textos. Este libro debía llevar el título tradicional el Catecismo de la Iglesia Católica, y con todo ser algo absolutamente estimulante y nuevo; debía mostrar qué cree hoy la Iglesia católica y de qué modo se puede creer de forma razonable. Me quedé sustado ante esta tarea, y debo confesar que algo parecido pudiese llevarse a cabo. ¿Cómo podía suceder que autores que están desperdigados en todo el mundo pudiesen producir un libro legible?

¿Cómo podían hombres que viven en continentes diversos, y no solo desde el punto de vista geográfico, sino también intelectual y cultural, producir un texto dotado de una unidad interna y comprensible en todos los continentes?

A esto se añadía el hecho de que los obispos debían escribir no simplemente a título de autores individuales, sino en representación de sus hermanos y de sus Iglesias locales.

Debo confesar que también hoy me parece un milagro el hecho de que este proyecto al final se haya conseguido. Nos encontrábamos tres o cuatro veces al año durante una semana y discutíamos apasionadamente sobre cada una de las porciones de texto que mientras tanto se habían desarrollado.

En primer lugar hubo que definir la estructura del libro: debía ser sencilla, para que cada grupo de autores pudiese recibir una tarea clara y no tuviesen que forzar sus afirmaciones en un sistema complicado. Es la misma estructura que este libro; está tomada sencillamente de una experiencia catequética larga en siglos: qué creemos / de qué forma celebramos los misterios cristianos / de que modo tenemos la vida en Cristo / de que forma debemos rezar. No quiero ahora explicar cómo nos enfrentamos en la gran cantidad de preguntas, hasta que no resultó de allí un verdadero libro. En una obra de este género son muchos los puntos discutibles: todo lo que los hombres hacen es insuficiente y puede ser mejorado, y a pesar de ello se trata de un gran libro, un signo de unidad en la diversidad. A partir de muchas voces se pudo formar un coro pues teníamos la partitura común de la fe, que la Iglesia nos ha hecho llegar desde los apostoles, a través de los siglos, hasta hoy.

¿Por qué todo esto?

Ya entonces, en el tiempo de la redacción del CCC, tuvimos que constatar no sólo que los continentes y las culturas de sus pueblos son diferentes, sino también que dentro de cada sociedad existen “continentes” distintos: el obrero tiene una mentalidad distinta de la del campesino, y un físico distinta de la de un filólogo; un empresario distinta de la de un periodista, un joven distinta de la de un anciano. Por este motivo, en el lenguaje y en el pensamiento, tuvimos que ponernos por encima de todas estas diferencias, y por así decirlo, buscar un espacio común entre los diferentes universos mentales; con ello fuimos siendo cada vez más conscientes de que el texto requería “traducciones” en los diversos mundos, para poder llegar a las personas con sus diferentes mentalidades y problemáticas distintas. Desde entonces, en las Jornadas Mundiales de la Juventud (Roma, Toronto, Colonia, Sydney) se han encontrado de todo el mundo jóvenes que quieren creer, que están a la búsqueda de Dios, que aman a Cristo y desean caminos comunes. En este contesto nos preguntamos si no deberíamos intentar traducir el Catecismo de la Iglesia Católica a la lengua de los jóvenes y hacer penetrar sus palabras en su mundo. Naturalmente, también entre los jóvenes de hoy hay muchas diferencias; así, bajo la probada guía del arzobispo de Viena, Christoph Schönborn, se compuso un Youcat para los jóvenes. Espero que muchos jóvenes se dejen fascinar por este libro.

Algunas personas me dicen que el catecismo no interesa a la juventud de hoy; pero yo no creo en esta afirmación y estoy seguro de que tengo razón. Ésta no es tan superficial como se la acusa de ser; los jóvenes quieren saber en qué consiste de verdad la vida. Una novela criminal es irresistible porque nos implica en la suerte de otras personas, pero que podría ser también la nuestra; este libro es irresistible porque nos habla de nuestro propio destino y que por ello nos afecta de cerca a cada uno de nosotros.

Por este motivo os invito: ¡estudiad el Catecismo! Este es mi deseo de corazón.

Este subsidio al Catecismo no os adula. No ofrece soluciones fáciles, exige una vida nueva por vuestra parte; os presenta el mensaje del Evangelio como “la perla preciosa” (Mt 13,45) por la cual es necesario dar cualquier cosa. Por esto os pido: ¡estudiad el Catecismo con pasión y perseverancia!

¡Sacrificad vuestro tiempo por ello! Estudiadlo en el silencio de vuestra habitación, leedlo entre dos, si sois amigos formad grupos y redes de estudio, intercambiad ideas en Internet. ¡Continuad de todas las formas posibles el diálogo sobre vuestra fe!

Debéis conocer aquello que creéis; debéis conocer vuestra fe con la misma precisión con la que un especialista en informática conoce el sistema operativo de un ordenador; debéis conocerla como un músico conoce la pieza; sí, debés estar profundamente enraizados en la fe de las generaciones de vuestros padres, para poder resistir con fuerza y decisión en los desafíos y las tentaciones de este tiempo. Necesitáis la ayuda divina, si vuestra fe no quiere secarse como una gota de rocío al sol, si no queréis sucumbir a la tentación del consumismo, si no queréis que vuestro amor se ahogue en la pornografía, si no queréis traicionar a los débiles y a las víctimas de abusos y de violencia.

Si os dedicáis con pasión al estudio del catecismo, querría daros un último consejo: sabéis todos como ha sido herida la comunidad de los creyentes por los ataques del mal en los últimos tiempos, por la penetración del pecado en el interior, incluso en el corazón de la Iglesia. No uséis esto como pretexto para huir de la mirada de Dios, ¡vosotros mismos sois el cuerpo de Cristo, la Iglesia! Llevad el fuego intacto de vuestro amor en esta Iglesia cada vez que los hombres le han oscurecido el rostro. “Con solicitud incansable y fervor de espíritu, servid al Señor” (Rom 12,11)

Cuando Israel estaba en el punto más oscuro de su historia, Dios llamó, no a las personas importantes o consideradas, sino a un joven llamado Jeremías, el cual se sintió desbordado por una misión demasiado grande: “Yo respondí: ¡Ah, Señor! Mira que no sé hablar, porque soy demasiado joven”. (Jer 1,6). Pero Dios no se dejó engañar: “El Señor me dijo: No digas: Soy demasiado joven, porque tú irás adonde yo te envíe y dirás todo lo que yo te ordene” (Jer 1,7).

Os bendigo y rezo todos los días por vosotros.

Benedicto pp. XVI

[Traducción del italiano realizada por ZENIT

© Copyright 2011 - Libreria Editrice Vaticana]



 


 

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Santa Sede


Benedicto XVI: la justicia es indispensable para la comunión
Los fieles tienen derecho a una justicia eclesial rápida y simplificada
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 4 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI afirmó hoy, al recibir a los miembros del Tribunal de la Signatura Apostólica, que los fieles tienen derecho a una justicia rápida, eficaz y sencilla en la Iglesia, no puede haber caridad ni comunión sin justicia.

El Papa quiso recibir a los miembros del más alto tribunal de la Iglesia, por primera vez desde la promulgación de la Lex propia de este organismo, el 21 de junio de 2008.

La Signatura Apostólica se fundó en el siglo XIII, y san Pío X lo convirtió en el tribunal supremo de la Iglesia a principios del siglo XX. Lleva las apelaciones ante las sentencias de la Rota Romana, así como los recursos de tipo contencioso-administrativo en última instancia.

Otra de sus misiones es la supervisión de la administración de la justicia por parte de los tribunales eclesiásticos locales, así como la resolución de conflictos entre ellos.

El Papa aludió hoy a este objetivo del Tribunal de “promover la recta administración de la justicia en la Iglesia”, pues su misión no es solo juzgar, sino también velar sobre la actuación de los tribunales locales, con el fin de mejorar su trabajo.

“Se trata de una obra coordinada y paciente, destinada a proveer a los fieles una administración correcta de la justicia, rápida y eficiente”, explicó el Papa, especialmente en relación a las causas de nulidad matrimonial.

En este tipo de casos, subrayó es necesario “asegurar, en el pleno respeto al derecho canónico, la presencia en el territorio de los tribunales eclesiásticos, su carácter pastoral, su actividad correcta y rápida”.

“Es una obligación grave la de hacer que la estructura institucional de la Iglesia en los tribunales sea cada vez más cercana a los fieles”, adecuándose “a las justas exigencias de rapidez y simplicidad a la que los fieles tienen derecho en el tratamiento de sus causas”, afirmó.

Otra misión de este tribunal es velar porque la jurisprudencia de los tribunales locales y de la Rota sean coherentes con la doctrina y entre sí especialmente en los casos de nulidad.

En este sentido, el Papa pidió a los presentes que reflexionen “sobre la recta jurisprudencia que hay que proponer a los tribunales locales en la materia de error iuris como motivo de nulidad matrimonial”.

Caridad y justicia

El tercero de los campos de actuación de la Signatura, recordó el Papa, es la de dirimir recursos contencioso-administrativos de los fieles contra las instituciones eclesiásticas, una tarea confiada a este tribunal por Pablo VI.

En este sentido, recordó que la predisposición debe ser a la “resolución pacífica” constituyendo “un lugar de diálogo y de restablecimiento de la comunión de la Iglesia.

“Aunque es verdad, que a la injusticia se la debe enfrentar, en primer lugar, con las armas espirituales de la oración, de la caridad, del perdón y de la penitencia, no se puede excluir, en algún caso, la oportunidad y la necesidad de que sea respondida con los instrumentos procesales”.

En la Iglesia, estos procesos “constituyen antes que nada, un lugar para el diálogo, que puede ser que conduzca a la concordia y a la reconciliación”, sin olvidar que la justicia es premisa necesaria para esa reconciliación.

Cuando no sea posible solucionar la controversia pacíficamente, “el desarrollo del proceso contencioso-administrativo comportará la definición judicial de la controversia: también en este caso la actividad del Tribunal Supremo mira a la reconstitución de la comunión eclesial, o sea al restablecimiento de un orden objetivo conforme al bien de la Iglesia”.

“La laboriosa restauración de la justicia esta destinada a reconstruir las relaciones entre los fieles y la Autoridad Eclesiástica de un modo justo y ordenado”.

“La justicia, que la Iglesia busca, a través del proceso contencioso administrativo, puede ser considerada como el inicio, exigencia mínima frente a una expectativa de caridad, indispensable y al mismo tiempo insuficiente, si se compara con la caridad de la vive la Iglesia”.

“Sin embargo, el Pueblo de Dios peregrino sobre la tierra no podrá realizar su identidad como comunidad de amor si en sí misma no respeta las exigencias de la justicia”, concluyó.

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Mundo


Nace en Asís el primer museo misionero totalmente digital
Dedicado al pueblo indígena sudamericano de los Ticuna
ROMA, jueves 3 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- El próximo 4 de febrero se inaugurará en Asís el primer museo totalmente interactivo, multimedia y digital del mundo, dedicado al Amazonas y al pueblo indígena de los Ticuna, la segunda nación indígena más importante de Sudamérica.

Se llamará Museo Misionero Indios (MUMA), y ha sido proyectado por el artista de Turín, Riccardo Mazza (Interactive Sound), encargado de numerosas exposiciones para los más prestigiosos museos piamonteses.

La iniciativa fue promovida por los frailes Capuchinos de Umbria, que son misioneros en Amazonas desde 1909. Se ha encargado de los contenidos el equipo de autores de NOVA-T, producción televisiva de Turín.

“El MUMA es una concentración de tecnología de altísimo nivel, es el fruto de un proyecto de enorme complejidad”, explicó Riccardo Mazza. “Nuestro objetivo es que la complejidad tecnológica y de planificación sea transparente, que el visitante pueda vivir como normal, una experiencia única e irrepetible”. “La tecnología es sólo un medio, el fin es siempre el mismo, contar una historia”.

“Hemos tratado al MUMA como el tema de una película- añadió Sante Altizio, de la NOVA-T- hemos contado una historia en la que son protagonistas los primeros cuatro misioneros que partieron en 1909, los Ticuna, el río Solimoes y los diez misioneros que estuvieron a lo largo de 100 años”.

“Hemos trabajado mucho con el lenguaje. Si hay un aspecto que es común a muchos museos y que nosotros queríamos evitar, era la absoluta incomprensibilidad de los títulos, paneles y audioguías. El MUMA cuenta una historia para todos, no es un museo para iniciados”.

El objetivo del museo, cuya sede estará en la calle San Francisco 19, es “ilustrar un lugar del mundo casi inexplorado y un pueblo que lucha por recuperar una identidad que arriesgaba su desaparición”, recuerdan los responsables en un comunicado.

La apertura al público está prevista para el 15 de febrero. El museo estará preparado para las visitas del martes al viernes con horario continuado de las 10:00 hasta las 18:00, el sábado y el domingo de las 15:00 hasta las 18:00. El lunes será el día de cierre. La entrada es gratuita.

Para más información, www.mumamuseo.it

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Políticos de la Unión Europea criticados por ser "religiosamente correctos”
Ayuda a la Iglesia Necesitada lamenta el menosprecio a los cristianos perseguidos
LONDRES, viernes 4 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- El director de la sección inglesa de la asociación caritativa católica Ayuda a la Iglesia Necesitada ha deplorado el fracaso del Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea a la hora de redactar una declaración que condenase la persecución religiosa y la violencia anticristiana.

El pasado lunes, un grupo de 27 ministros de exteriores se encontraron para discutir la intensificación de medidas en la promoción de la libertad religiosa. Otras instituciones europeas habían ya tomado resoluciones parecidas, pero debido al debate sin resolver sobre la inclusión de una referencia específica a la violencia anti-cristiana, los ministros no llegaron a un acuerdo en la declaración.

El director nacional de Reino Unido de Ayuda a la Iglesia Necesitada, Neville Kyrke-Smith, dijo que los políticos “necesitan admitir la realidad de la persecución que afrontan muchos cristianos en el mundo, hoy en día, y no tratar de eludir el asunto para ser 'religiosamente correctos”.

Kyrke-Smith habló de un periodo de seis meses en los que “ha crecido la violencia y la opresión utilizados contra los cristianos- como el arresto de unos 70 cristianos en Irán poco después de Navidad”. Continuó diciendo que el tema “debe ser abordado con seriedad”.

Catherine Ashton, Alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, rechazó usar la palabra “cristiano” en la declaración, alegando que no era políticamente correcto nombrar a un grupo religioso específico como víctima de los ataques

Kyrke-Smith dijo que este rechazo “se deriva de un falso liberalismo que socava la verdadera libertad”.

No están solos

Francia apoyó a Italia en la necesidad de incluir referencias específicas a las minorías religiosas, incluyendo a los grupos cristianos y musulmanes.

Ayuda a la Iglesia Necesitada agradeció la sugerencia se nombrar a otros grupos religiosos, aunque haciendo hincapié en “la gravedad de la situación a la que se enfrentan las comunidades cristianas”.

“En muchos países donde los cristianos están oprimidos, no están solos en su sufrimiento- en Iraq, por ejemplo los yezidis, y mandeos han sido atacados por extremistas en los últimos años” afirmó Kyrke-Smith.

“Pero como contó el archidiácono Emanuel Youkhana a Ayuda a la Iglesia Necesitada, los cristianos son el objetivo en la actualidad, y decir que los ataques recientes en los que más de 50 personas perdieron la vida, no están dirigidos a las comunidades cristianas es despreciar sus sufrimientos”.

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La revolución en Túnez y Egipto influirá en el diálogo islámico-cristiano
Según los obispos de África del Norte
ARGEL, viernes, 4 de febrero de 2011 (ZENIT.-org).- Las reivindicaciones de libertad y dignidad que han provocado una auténtica revolución en Túnez y Egipto tendrán una clara influencia en el futuro del diálogo entre musulmanes y cristianos, consideran la Conferencia Episcopal de la Región del Norte de África (CERNA).

Los prelados, reunidos en la capital de Argelia, del 29 de enero al 2 de febrero, han analizado "la seriedad de los acontecimientos que tienen lugar actualmente en el mundo árabe, en particular Túnez, pero también Egipto y otros países para efectuar un primer discernimiento".

Según explica el comunicado final del encuentro, firmado por monseñor Vincent Landel, arzobispo de Rabat (Marruecos) y presidente de la CERNA, en los movimientos sociales, los obispos reconocen "una reivindicación de libertad y de dignidad, en particular por parte de las jóvenes generaciones de la región, que se traduce en una voluntad de que todos sean reconocidos como ciudadanos, y ciudadanos responsables".

Los prelados han analizado los hechos a la luz del mensaje de Benedicto XVI con motivo de la Jornada Mundial de la Paz (1 de enero de 2011), "Libertad religiosa, camino para la paz", y han subrayado que "la libertad religiosa es la garantía de un respeto completo y recíproco entre las personas".

"Se traduce ante todo en la libertad de conciencia, reconocida a toda personal, la libertad de buscar la verdad. Supone el respeto del otro, de su dignidad, fundamento de la legitimidad moral de toda norma social o jurídica", asegura el comunicado final.

"La libertad de conciencia y la ciudadanía estarán sin duda cada vez más en el corazón del diálogo entre los creyentes musulmanes y cristianos que viven en Magreb", añade el documento.

Los obispos explican que la Iglesia está "al servicio de habitantes esencialmente musulmanes de países en que viven estas Iglesias, de su desarrollo y de sus aspiraciones a una mayor dignidad".

"Subrayan la calidad de lazos de amistad que se entretejen con los ciudadanos de estos países, y testimonian con alegría ocasiones cada vez más numerosas de entablar estos lazos: sí, el diálogo islámico-cristiano es posible, el compromiso común al servicio de las personas más necesitadas, el trabajo con las asociaciones de las sociedades civiles del Magreb permiten aprender a conocerse, no sólo a tolerarse, sino también a respetarse y comprenderse en la búsqueda de la voluntad de Dios", añaden los prelados.

Monseñor Landel informa que los obispos de la CERNA han visitado, bajo la nieve, el monasterio de Notre-Dame de Tibhirine, donde vivían los siete monjes trapenses asesinados en marzo de 1996, y "han rezado en la capilla en la que los hermanos cantaron los salmos y buscaron la voluntad del Señor para quien 'no hay amor más grande que el de dar la vida por sus amigos'".

"La película 'De dioses y hombres' permite a muchos percibir el sentido de una presencia de Iglesia en el Magreb", concluye el obispo.



 

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La aplicación “Confession” para el iPhone recibe el Imprimatur
Promoción de la vida sacramental con tecnología nivel usuario
SOUTH BEND, viernes 4 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Una nueva aplicación, Confesión, para iPhone, iPad e Ipod Touch impulsa la vida sacramental a través de la tecnología. El obispo monseñor Kevin Rhodes dio el primer Imprimatur conocido a este tipo de recurso.

Patrick Leinen, desarrollador y cofundador de Little iApps, la compañía creadora de esta aplicación , contó a ZENIT que su creación “es una respuesta al mensaje que Benedicto XVI hizo en el discurso del año pasado en el Día Mundial de la Comunicaciones, el objetivo de nuestro proyecto fue ofrecer una aplicación digital que verdaderamente pusiera 'los nuevos medios al servicio de la Palabra', dijo”.

El programa, “Confesión: una Aplicación Católica Romana”, se ha desarrollado como una ayuda “para los que frecuentan el sacramento y los que desean volver a frecuentarlo” explicó el comunicado de prensa. Diseñado para ser usado en la preparación de la confesión, y después en la misma confesión, la aplicación ofrece el examen de conciencia, una guía paso a paso del sacramento, acto de contrición y otras oraciones.

Los múltiples usuarios acceden a sus perfiles protegidos por una contraseña, donde a través del examen de conciencia, marcan los elementos pertinentes a su confesión y pueden hacer notas personales.

El padre franciscano Thomas Weinandy, director ejecutivo del Secretariado para la Doctrina y Prácticas Pastorales de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, y el padre Dan Scheidt, pastor de la iglesia católica Reina de la Paz en Mishawaka, Indiana, colaboraron en el texto del programa.

Monseñor Rhodes, obispo de Fort Wayne-South Bend dio el Imprimatur a esta aplicación. Aunque otros programas similares, como “Mea Culpa – Examen de Conciencia para los católicos” y “iConfess- Manual y guía de la confesión” fueron creados para el mismo uso en dispositivos como el iPhone, esta última ha sido la primera aplicación en recibir la aprobación episcopal.

Leinen explicó que “nosotros somos católicos que aman a la Iglesia y que queremos estar en comunión con su actuación”, y “¿qué mejor confirmación que recibir el Imprimatur del obispo?”

“Con el Imprimatur”, añadió, “podemos hacer que los fieles católicos se sientan seguros de nuestra aplicación y que esta contribuya a construir la gran historia y tradición de la Iglesia mediante los nuevos medios de comunicación”.

Nuevos medios

El comunicado de prensa hacía referencia a las palabras de Benedicto XVI en su mensaje en la celebración del 45 Día Mundial de las Comunicaciones, en las que declaraba que los nuevos medios, “si se usan sabiamente, pueden contribuir a la satisfacción del deseo de significado, verdad y unidad que existe en las más profundas aspiraciones de cada ser humano”.

“Nuestro deseo es invitar a los católicos a participar en su fe a través de la tecnología digital, dijo Leinen, que continuó diciendo “la aplicación ya ha ayudado a personas a volver al sacramento después de 20 años”.

Leinen también contó a ZENIT que los planes futuros de la compañía incluyen “la posibilidad de adaptar la aplicación para los usuarios Droid”, que son “nuestra principal demanda”.

“En segundo lugar”, continuó, “nos gustaría continuar creando aplicaciones dinámicas que puedan ayudar a los católicos en su vida diaria”.

Afirmó: “Nuestro lema es: Little iApps es la puesta en marcha del desarrollo de aplicaciones para móviles con un toque a la católica. Creo que esto es lo que nos define”.

Por Genevieve Pollock. Traducido del inglés por Carmen Álvarez

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Comienza la tercera fase del diálogo entre católicos y anglicanos
El objetivo es estudiar “La Iglesia como comunión, local y universal”
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 4 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- La Comisión internacional anglicano-católica anunció que el primer encuentro de la tercera fase del dialogo (llamada ARCIC III) se llevará a cabo en el Monasterio de Bose (Italia) del 17 al 27 de mayo de 2011.

La Comisión profundizará temas como “La Iglesia como comunión, local y universal" y "Cómo, en la comunión, la Iglesia local y universal llega a discernir la enseñanza ética correcta". La iniciativa refleja la voluntad expresada por el Papa Benedicto XVI y por el Arzobispo de Canterbury, Rowan William, con ocasión de su encuentro en Roma en noviembre de 2009.

El diálogo oficial entre la Iglesia católica y la Comunión anglicana – propuesto por Pablo VI y por el Arzobispo de Canterbury Michael Ramsey en 1966 – se lleva adelante a través de la Comisión Internacional Anglicano-Católica (ARCIC), instituida en 1970, y a través de la Comisión Internacional Anglicano-Católica para la Unidad y la Misión (IARCCUM), creada en 2001 para traducir en pasos concretos el grado de comunión espiritual alcanzado.

El ARCIC III está integrada por 18 miembros, diez por parte anglicana y 8 por parte católica, y refleja un amplio espectro de background culturales y disciplinas teológicas. Sus Copresidentes son monseñor Bernard Longley, arzobispo de Birmingham, Inglaterra (católico) y el arzobispo David Moxon, de las diócesis de Nueva Zelanda (anglicano).

La primera fase del trabajo del ARCIC (1970-1981) fue sellada por las declaraciones sobre la Eucaristía y sobre el ministerio, y por dos declaraciones sobre la autoridad en la Iglesia; mientras que la segunda fase (1983-2005) ha producido declaraciones sobre la salvación y sobre la justificación, sobre la naturaleza de la Iglesia y ulteriores estudios sobre la autoridad de la Iglesia.

En el transcurso de los últimos 20 años, el ARCIC ha publicado cinco declaraciones conjuntas: “La Salvación y la Iglesia” (1987), “La Iglesia como comunión” (1991), “La vida en Cristo” (1994), “El don de la autoridad” (1999). “María: Gracia y Esperanza en Cristo” (2005).

Estas declaraciones del ARCIC no constituyen una toma de posición oficial ni de la Iglesia católica romana ni mucho menos de la Comunión Anglicana, sino más bien documentos susceptibles de un estudio y una valoración ulteriores.

Iglesia de Inglaterra y dogmas marianos

El Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra, que se inaugurará el próximo lunes, ha puesto entre los temas del orden del día que serán debatidos el 9 de febrero, también el documento “María: Gracia y Esperanza en Cristo”, conocido también como “Declaración de Seattle”. Para la ocasión, el debate será presentado por el obispo anglicano de Guildford, Christopher Hill, y por el obispo auxiliar católico de Westminster, monseñor George Stack.

El documento, anunciado ya en 1999, fue inspirado por la publicación de la Encíclica Ut unum sint de 1995, en cuyo párrafo 79 Juan Pablo II habla de María como “Madre de Dios e icono de la Iglesia”.

El fruto del trabajo de la Comisión conjunta no deshace completamente los nudos teológicos que separan a anglicanos y católicos, y que se refieren principalmente a los dogmas marianos de la Inmaculada Concepción (1854) y de la Asunción de María al Cielo (1950), en cuanto revelados por Dios, según la Iglesia católica, mientras que para los anglicanos la Sagrada Escritura contiene todo lo que es necesario para la salvación.

Ya en una declaración de 1981 – “La Autoridad en la Iglesia II” – el ARCIC observaba que ambos dogmas “suscitan un problema particular para aquellos anglicanos que no consideran que las definiciones precisas proporcionadas por estos dogmas estén suficientemente apoyadas por las Escrituras”.

María: Gracia y Esperanza en Cristo”

La primera sección del documento delinea el papel de María en las Escrituras. A propósito de esto, en el párrafo 30 se dice que: “El testimonio en las Escrituras invita a todos los creyentes de cada generación a llamar 'bendita' a María, esta mujer hebrea de condición humilde, esta hija de Israel que vivía en la esperanza de la justicia para el pobre, a quien Dios llenó de gracia y eligió para ser la madre virgen de su Hijo por la acción del Espíritu Santo”.

“Debemos bendecirla – se lee también – como la 'sierva del Señor' que dio su consentimiento sin condiciones al cumplimiento del plan salvífico de Dios, como la madre que meditaba todas las cosas en su corazón, como la refugiada en busca de asilo en tierra extranjera, como la madre atravesada por el sufrimiento inocente de su propio hijo y como la mujer a la que Jesús confió sus amigos – se lee a continuación”.

La segunda sección del texto trata la figura de María en las “antiguas tradiciones comunes”, es decir, en los primeros Concilios de la Iglesia, que son fuentes de autoridad tanto para los anglicanos como para los católicos, y en los escritos de los “Padres de la Iglesia”, teólogos de los primeros siglos del cristianismo. A continuación recorre “el crecimiento de la devoción a María en los siglos medievales y las controversias teológicas asociadas a ellos”, mostrando “cómo algunos excesos en la devoción a finales de la Edad Media y las reacciones contra estos por parte de los reformadores contribuyeron a la ruptura de la comunión entre nosotros”.

La tercera sección del documento comienza contemplando a María y su papel en la historia de la salvación en el contexto de “una teología de gracia y de esperanza”. A propósito de esto utilizaba como clave interpretativa la Carta de San Pablo a los Romanos (8,28-30) en la que el apóstol proporciona un modelo de gracia y de esperanza operativas en la relación entre Dios y la humanidad: “a los que Dios conoció de antemano, los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el Primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, también los llamó; y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó”.

Ella fue “señalada desde el principio como la elegida, llamada y colmada de gracia por Dios a través del Espíritu Santo para la tarea que le esperaba” (párrafo 54 del documento). En el “fiat” libremente pronunciado por María – “Que se cumpla en mí lo que has dicho” (Lc 1,38) – vemos “el fruto de su preparación precedente, expresada en la afirmación de Gabriel sobre ella como 'llena de gracia'” (párrafo 55).

Así, se afirma en el párrafo 59, “de cara a su vocación a ser la madre del Santo (Lc 1,35), podemos afirmar juntos que la obra redentora de Dios alcanzó a María en la profundidad de su ser desde el comienzo”.

En un informe redactado por el Faith and Order Advisory Group (FOAG) de la Iglesia de Inglaterra se lee que el documento “representa un avance ecuménico genuino”, aunque “permanece la cuestión crucial del estatus de los dogmas marianos y de los anatemas asociados a ellos”.

Por Mirko Testa, traducción del italiano por Inma Álvarez


 

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España: Éxito editorial de la nueva Biblia de la Conferencia Episcopal
Los cardenales Ouellet y Turkson en un Congreso sobre Sagrada Escritura
MADRID, viernes 4 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Los próximos 7, 8 y 9 de febrero tendrá lugar en el Palacio de Congresos de Madrid un Congreso sobre “La Sagrada Escritura en la Iglesia”, con motivo de la presentación de la Biblia, versión oficial de la Conferencia Episcopal Española (CEE), ya en librerías desde el mes de noviembre que es hasta la fecha un verdadero éxito editorial.

El Congreso tiene como objetivos principales presentar la Biblia de la CEE, poner de manifiesto la importancia de la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia y conjuntar la lectura de la Sagrada Escritura y la acción pastoral.

Sus destinatarios principales son sacerdotes, miembros de la vida consagrada, catequistas, profesores de religión católica, educadores, animadores de liturgia, agentes de pastoral y todas aquellas personas que estén interesadas en conocer la historia y las principales características de la Sagrada Biblia.

El programa, de carácter eminentemente divulgativo, conjuga ponencias que se pronunciarán en el Auditorio, en horario preferente de mañana, y conferencias simultáneas, destinadas a un público más reducido que se celebrarán preferentemente por las tardes.

El Congreso comenzará en la mañana del lunes, día 7 de febrero, a las 11,30 horas, con el saludo y presentación del Cardenal Rouco Varela.

A continuación se tendrá una Celebración de la Palabra y se escuchará la conferencia inaugural, con el título "La Sagrada Escritura en la Iglesia", a cargo del cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos y Relator del Sínodo sobre la Palabra de Dios.

Además, a lo largo de los tres días, intervendrán, entre otros, el cardenal Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz; monseñor. Ladaria, arzobispo secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe; monseñor Martínez Camino, secretario general de la CEE; y el padre José María Ábrego, rector del Pontificio Instituto Bíblico de Roma.

Las sesiones principales del Congreso podrán seguirse online en la página web: www.sagradabibliacee.com.

Por su parte, Radio María se traslada esos días al Palacio de Congresos de Madrid, para transmitir íntegramente en directo el Congreso.

La emisora católica ofrecerá una programación especial que dará comienzo a las 11 y media  de la mañana del lunes 7 de febrero, con la presentación del congreso a cargo del arzobispo de Madrid, y la posterior conferencia inaugural del cardenal Marc Ouellet.

Para más información: www.radiomaria.es.

Sobre la nueva versión de la Biblia, ver también: http://www.zenit.org/article-37610?l=spanish.

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Entrevistas


“En busca de una ética universal: un nuevo modo de ver la ley natural”
Editan el Documento de la Comisión Teológica Internacional con comentarios
PAMPLONA, viernes 4 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- “En busca de una ética universal: un nuevo modo de ver la ley natural” es el título de un documento de la Comisión Teológica Internacional (CTI), publicado el 12 de junio de 2009.

Sale ahora a la luz un libro en el que, además del texto del documento, y una introducción del secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe Luis Ladaria. Cuenta con siete comentarios elaborados por otros tantos profesores de la Universidad de Navarra, Pamplona, España.

Tomás Trigo, profesor de Teología Moral, editor del libro publicado por Eunsa, responde a algunas preguntas de ZENIT.

Como se sabe, en diciembre de 2008, la Comisión Teológica Internacional aprobó por unanimidad el documento “En busca de una ética universal: un nuevo modo de ver la ley natural”. Daba así por concluido un trabajo iniciado cuatro años antes, en octubre de 2004. El texto, redactado en francés, fue publicado en italiano en junio de 2009. En la página web del Vaticano puede encontrarse en ambos idiomas.

La recepción del documento no respondió a las expectativas. Juan Pablo II y Benedicto XVI hablaron varias veces de la importancia de este trabajo. En 2004, la Congregación para la Doctrina de la Fe dirigió una carta a diversos centros académicos del mundo, solicitando colaboración en el estudio de un “tema importante y urgente” para la Iglesia y la sociedad.

La respuesta fue la organización de congresos y simposios en los que teólogos y filósofos aportaron sus investigaciones en este campo.

A pesar de todo, el documento de la CTI solo fue objeto de breves comentarios en algunos medios de comunicación, y de muy pocos artículos en revistas especializadas.

Con el deseo de difundir el documento de la CTI, varios profesores de la Universidad de Navarra se han propuesto publicar, junto con la traducción del documento al español, algunos comentarios que ayuden a profundizar determinados aspectos de la ley natural.

Monseñor Luis F. Ladaria SJ, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, firma la introducción, en la que se describe brevemente el iter del documento.

Antonio Aranda, profesor de Teología Dogmática, inicia los comentarios con su artículo Una “nueva mirada” teológica sobre la ley natural. Reflexiones en torno a un reciente documento de la Comisión Teológica Internacional.

Alejandro Vigo, profesor de Filosofía, comenta en su artículo Ley natural en perspectiva histórica e intercultural el primer capítulo del documento de la CTI.
Tomás Trigo, profesor de Teología Moral, reflexiona en su comentario Disposiciones morales de la persona y valoración de la acción concreta, sobre un tema tratado en el segundo capítulo del documento.

Ana Marta González, profesora de Filosofía Moral, en su artículo El fundamento de la ley natural, comenta el tercer capítulo del documento. Montserrat Herrero, profesora  de Filosofía Política, en su colaboración La ley natural y la ciudad se centra en al capítulo cuarto del documento. Enrique Molina, profesor de Teología Moral, aborda en su estudio Cristo, norma del cristiano. Ley de Cristo y ley natural el último capítulo del Documento.

Mikel Gotzon Santamaría, que ejerció como profesor de Filosofía en Navarra y Roma,  autor de la traducción del documento, propone Otra vuelta de tuerca en la comprensión del núcleo esencial del concepto de ley natural.

-¿Cuál es el objetivo de este trabajo?

Tomás Trigo: Intentamos, en primer lugar, contribuir a la difusión del documento de la CTI, que, después de casi dos años, sigue sin estar traducido oficialmente al castellano. Y, en segundo lugar, ofrecer unas reflexiones básicas sobre algunos aspectos importantes de la ley natural.

-¿Qué eco ha tenido este documento?

Tomás Trigo: Pienso que no se le ha dado, de momento, la importancia que merece. Es fruto de varios años de trabajo de la Comisión, de 2004 a 2009, por encargo del que entonces era su presidente, el cardenal Joseph Ratzinger, con la anuencia de Juan Pablo II, y de la colaboración de diversas instituciones académicas invitadas a ofrecer sus aportaciones. Es un texto que responde a una de las grandes inquietudes de la sociedad actual: la necesidad de encontrar una base ética válida para todos, que sea a la vez el soporte de los derechos humanos y la defensa contra los abusos de poder. Pero, a pesar de todo, no ha tenido el eco que cabía esperar. Y es una pena. Es un verdadero tesoro intelectual que está por descubrir.

-¿A qué lectores se dirige el libro?

Tomás Trigo: Está dirigido, sobre todo, a quienes deseen saber en qué consiste la ley natural. Este concepto, como sabe, ha sufrido muchas críticas, especialmente  durante la segunda mitad del siglo pasado. Pero estoy convencido de que la mayor parte de ellas han sido consecuencia de una comprensión inadecuada del concepto.

En este sentido, el documento de la CTI es muy clarificador  porque consigue explicarlo con un lenguaje sencillo –cosa nada fácil-, y, sin entrar en polémicas ya trasnochadas, aclara las confusiones que se han dado en algunos momentos sobre la ley moral natural.

-Una ética mundial. ¿No sería suficiente cumplir la Declaración universal de los derechos humanos?

Tomás Trigo: La Declaración universal de los derechos del hombre, como afirma el documento de la CTI, constituye uno de los éxitos más bellos de la historia moderna. El problema está en los fundamentos. Las “declaraciones” no sirven de nada si no se fundamentan en la verdad sobre lo que es bueno o malo para el ser humano.

Y desde hace tiempo muchos sectores de la cultura contemporánea han dejado de lado precisamente la cuestión de los fundamentos éticos del derecho y de la política, porque niegan que exista una verdad sobre el bien y el mal.

La consecuencia es que lo único que vale es la ley en vigor. Pero esto significa –y cito palabras del Documento- “abrir el camino a un uso arbitrario del poder, a la dictadura de la mayoría aritmética y a la manipulación ideológica, en detrimento del bien común”. Lo estamos comprobando todos los días.

Para saber más: www.eunsa.es.

Por Nieves San Martín

 

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Espiritualidad


Evangelio del domingo: La sal luminosa
Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo
OVIEDO, viernes, 4 de febrero de 2011 (ZENIT.-org).- Publicamos el comentario al Evangelio del próximo domingo, quinto del tiempo ordinario (Mateo 5,13-16), 6 de febrero, redactado por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo.

* * *

   En los evangelios de los próximos domingos vamos a ir escuchando el comentario que Jesús mismo hará al sermón de las Bienaventuranzas que escuchábamos el domingo pasado. Será Él quien vaya desarrollando lo que significa una vida dichosa, feliz, bienaventurada, según la lógica de su Buena Noticia.

         La felicidad cristiana, quiere el Señor que se parezca a la sal: para dar sabor, para evitar la corrupción. La bienaventuranza de los cristianos, su dicha, quiere Jesús que se parezca a la luz: para disipar toda oscuridad y tenebrismo. Y esta es la relación que hay entre el evangelio de este domingo y el del domingo pasado. Ciertamente, que hay muchas cosas desabridas en nuestro mundo que dejan un pésimo sabor, o se corrompen. E igualmente constatamos que en la historia humana, la remota y la actual, hay demasiadas cosas oscuras, apagadas, opacas. No es un drama de éste o aquél país, de ésta o aquélla época, sino un poco el fatal estribillo de todo empeño humano cuando está viciado de egoísmo, de insolidaridad, de aprovechamiento, de cinismo, de injusticia, de mentira, de inhumanidad...

         La presencia cristiana en un mundo con tantos rincones desaboridos y oscureci­dos, no es un alarde sabihondo. Los cristianos en tantas ocasiones hemos sido prota­gonistas o al menos cómplices de un mundo tan poco bienaventurado e infeliz. Por eso no es lo que pide el Señor en este evangelio una posición presuntuosa. No pretendemos decir a la gente insípida y apagada: miradnos a los cristianos. Sería arrogante e incluso hipócrita. Nuestra indicación es otra: miradle a Él, mirad a la Luz, acoged la Sal. Es lo que dice Pablo en la 2ª lectura: he venido a vosotros a anunciaros el testimonio de Dios, no el mío, y lo he hecho no con ardid humano sino en la debilidad y el temor en los que se ha manifestado el poder del Espíritu (cfr. 2Cor 2,1-4).

            Pero esa Luz y esa Sal que constituyen la Buena Noticia de Jesús, son visibles y audibles cuando se pueden reconocer en la vida de una comunidad cristiana, en la vida de todo cristiano. Ya lo decía Isaías: en ti rom­perá la luz como aurora, y se volverá mediodía la oscuridad cuando partas tu pan con el hambriento y sacies al indigente (cfr. Is 58,8-10). Jesús nos quiere felices, dichosos, bienaventurados, nos quiere con una vida llega de sabor y plena de luminosidad. Una luz que ilumina toda zona oscura, y una sal que produce un gusto de vida nueva. Es decir, una "luz salada" que puesta en el cande­lero de una ciudad elevada hace que el testimonio de Dios sea visible y audible, para que quien nos vea y escuche pueda dar gloria a nuestro Padre del cielo (cfr. Mt 5,16).



 

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Documentación


Los desafíos de los obispos del Norte de África
Analizan en particular la situación en Túnez y Egipto
ARGEL, viernes, 4 de febrero de 2011 (ZENIT.-org).- Publicamos el comunicado que ha emitido la Conferencia Episcopal de la Región Norte de África (CERNA), tras la reunión que han mantenido en Árgel.

* * *

La Conferencia Episcopal de la Región Norte de África (CERNA) se ha reunido en Argel, del 29 de enero al 2 de febrero de 2011. Han participado los obispos de la región y sus vicarios generales: el padre Mario Leon Dorado, administrador de la prefectura apostólica de Laâyoune, no ha podido venir por razones de salud. Monseñor Vincent Landel, arzobispo de Rabat y presidente de la CERNA dirigió esta reunión. El padre Piotr Tarnawski, secretario de la nunciatura de Argel, representó al nuncio apostólico en Argel. Monseñor Domenico Mogavero, obispo de Mazara del Vallo en Sicilia, vecino europeo del Magreb, concedió el honor y la alegría de participar activamente en las sesiones de trabajo, un signo de comunión entre nuestras Iglesias.

Un largo intercambio sobre la situación de los diferentes países y de sus Iglesias ha ocupado las primeras 36 horas de las sesiones de trabajo. Ha permitido tener en cuenta los serios acontecimientos que tienen lugar actualmente en el mundo árabe, en particular en Túnez, pero también en Egipto y otros países, y hacer un primer discernimiento.

Los obispos de la CERNA reconocen en los acontecimientos que tienen lugar actualmente en Túnez, Egipto...., una reivindicación de libertad y de dignidad, especialmente por parte de jóvenes generaciones de la región, que se traduce en la voluntad de que todos sean reconocidos como ciudadanos, y ciudadanos responsables. Retomando el mensaje del Santo Padre para el 1 de enero de 2011, "Libertad religiosa, camino para la paz", e iluminados por él, reconocen que la libertad religiosa es la garantía de un respeto completo y recíproco entre las personas. Se traduce ante todo en la libertad de conciencia, reconocida a toda persona, la libertad de buscar la verdad. Supone el respeto del otro, de su dignidad, fundamento de la legitimidad moral de toda norma social o jurídica. La libertad de conciencia y la ciudadanía estarán sin duda cada vez más en el corazón del diálogo entre los creyentes musulmanes y cristianos que viven en Magreb.

Un amplio panorama de lo que están viviendo las Iglesias del Magreb revela el espíritu de comunión que las une: la voluntad de ser Iglesia al servicio:

--Al servicio pastoral de los cristianos que viven en estos países, en la mayoría de los casos extranjeros venidos durante varios años para trabajar, por razones de estudio o razones de migración. La CERNA está preocupada por la situación con frecuencia dramática de migrantes clandestinos; alienta los esfuerzos de quienes luchan contra las causas de la emigración; y los cristianos hacen todo los posible para humanizar las condiciones de vida de los migrantes.

--Al servicio de habitantes esencialmente musulmanes de países en que viven estas Iglesias, de su desarrollo y de sus aspiraciones a una mayor dignidad. Subrayan la calidad de lazos de amistad que se entretejen con los ciudadanos de estos países, y testimonian con alegría ocasiones cada vez más numerosas de entablar estos lazos: sí, el diálogo islámico-cristiano es posible, el compromiso común al servicio de las personas más necesitadas, el trabajo con las asociaciones de las sociedades civiles del Magreb permiten aprender a conocerse, no sólo a tolerarse, sino también a respetarse y comprenderse en la búsqueda de la voluntad de Dios.

Los cuatro delegados de la CERNA en el Sínodo de los Obispos sobre Oriente Medio informaron sobre su participación como miembros de pleno derecho. Fue una gran experiencia de Iglesia, destinada a apoyar las comunidades cristianas de Oriente Medio que, en las circunstancias políticas actuales, con frecuencia están marginadas o incluso perseguidas. Han percibido cómo el diálogo islámico-cristiano se vive en estas regiones de manera muy diferente del Magreb y hasta qué punto es necesario vivir estos momentos de intercambio entre Iglesias para progresar en este desafío esencial que es el de la paz.

Los miembros de la CERNA han profundizado en la cuestión difícil del futuro de sus Iglesias:

--Constatan con inquietud la falta de renovación de sacerdotes, religiosos o religiosas de cultura árabe, y en ciertos países, la dificultad para recibir visas. Experimentan como un don la llegada de nuevas congregaciones, sacerdotes Fidei Donum de todos los continentes, en particular de Iglesias de África o de Asia, miembros de "nuevas comunidades", laicos comprometidos; subrayan su generosidad, su integración más fácil cuando pueden encontrar un trabajo social o implicarse en asociaciones de desarrollo; se preguntan cuál es la mejor manera de ayudar a estos agentes pastorales para que perciban la importancia de la presencia de la Iglesia en el Magreb.

-Han evocado la presencia de numerosos estudiantes procedentes de todos los países de África, que constituyen con frecuencia la parte esencial de las comunidades cristianas y ofrecen su dinamismo, y encuentran con alegría la posibilidad de asumirse sus responsabilidades de bautizados. La CERNA ha organizado su participación en la comisión mixta entre Iglesias del Magreb y de Europa sobre la pastoral de los emigrantes en mayo de 2011, y en el congreso mundial de pastoral para los estudiantes internacionales en Roma, en noviembre de 2011.

--Los obispos de la CERNA constatan grandes evoluciones en los países y las Iglesias del Magreb, y experimentan la necesidad de una reflexión profunda sobre el sentido de la presencia y el testimonio evangélico de los cristianos en el Magreb.

Monseñor Georger, delegado de la CERNA en la CEFTL (Comisión Episcopal Francófona para las Traducciones Litúrgicas) ha informado sobre el avance de la nueva versión francesa del misal romano. Los obispos han votado algunos puntos específicos para su traducción en francés.

Con mucha emoción, los miembros de la CERNA han visitado, bajo la nieve, el monasterio de Notre-Dame de Tibhirine, han rezado en la capilla en la que los hermanos cantaron los salmos y buscaron la voluntad del Señor para quien "no hay amor más grande que el de dar la vida por sus amigos", se recogieron ante las tumbas de los hermanos, y se alegraron de que el monasterio se convierta cada vez más en un lugar de recogimiento. La película "De dioses y hombres" permite a muchos percibir el sentido de una presencia de Iglesia en el Magreb.

El 2 de febrero en la noche, fiesta de la Presentación del Señor, la CERNA se reunió en torno a monseñor Ghaleb Bader para celebrar solemnemente, con toda la comunidad cristiana, la inauguración de la Basílica Nuestra Señora de África, magníficamente renovada. Fue un momento intenso de oración y acción de gracias por el trabajo del Espíritu en este continente africano, de súplica para que siga apoyando la presencia humilde y de servicio de la Iglesia en el Magreb, y también de maravilla por el hermoso trabajo de renovación de esta basílica, tan amada por los argelinos.

La próxima reunión de la CERNA tendrá lugar en Túnez del 12 al 17 de noviembre de 2011.



 

+ Vincent LANDEL

Arzobispo de Rabat, presidente de la CERNA

Argel, 2 de febrero de 2011



 

[Traducción del original en francés realizada por Jesús Colina]

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Audiencia a los miembros del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica
Hoy en el Palacio Apostólico
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 4 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió hoy a los miembros del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica a quienes recibió en audencia en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico.

* * * * *

Señores cardenales, venerados hermanos en el Episcopado y en el Sacerdocio.

Queridos hermanos y hermanas,

deseo antes que nada, ofrecer mi saludo al Prefecto de la Signatura Apostólica, el señor cardenal Raymond Leo Burke, al cual agradezco el discurso con el que ha comenzado este encuentro. Saludo a los señores cardenales, y a los obispos miembros del Tribunal Supremo, al secretario, los oficiales y todos los colaboradores que desarrollan su ministerio cotidiano en el Dicasterio. Dirijo también un cordial saludo a los referandarios y a los abogados.

Esta es la primera oportunidad en la que me reúno con el Tribunal de la Signatura Apostólica después de la promulgación de la Lex propria, que suscribí el 21 de junio de 2008. Precisamente en el transcurso de la preparación de tal ley surgió el deseo, de los miembros de la Signatura, de poder dedicar -en la forma común de todo Dicasterio de la Curia Romana (Cfr Cost. ap. Pastor bonus, 28 junio 1988, art. 11; Reglamento General de la Curia Romana, 30 abril 1999, artt. 112-117)- una periódica Congregatio plenaria para la promoción de la recta administración de la justicia en la Iglesia (cfr Lex propria, art. 112).

La función de este Tribunal, de hecho, no se limita al ejercicio supremo de la función judicial, sino que también desempeña desde su oficina, en el ámbito ejecutivo, la supervisión de la recta administración de la justicia en el cuerpo eclesial (Cfr Cost. ap. Pastor bonus, art. 121; Lex propria, art. 32). Esto implica entre otras cosas, como la Lex propria indica, la recogida actualizada de información sobre el estado y la actividad de los tribunales locales a través del informe anual que cada tribunal tiene que enviar a la Signatura Apostólica; la organización y elaboración de los datos que vienen de estos; la identificación de estrategias para la valoración de los recursos humanos e institucionales en los tribunales locales, además del ejercicio constante de las funciones de dirección dirigida a los moderadores de los tribunales diocesanos e inter-diocesanos, a los que compete institucionalmente la responsabilidad directa de la administración de la justicia.

Se trata de una obra coordinada y paciente, destinada a proveer a los fieles una administración correcta de la justicia, rápida y eficiente, como yo pedía, en relación a las causas de nulidad matrimonial, en la exhortación apostólica postsinodal Sacramentum caritatis: “Allí donde surgen legítamente las dudas sobre la validez del contrato sacramental del Matrimonio, se debe tener lo necesario para verificar la verdad. Es necesario asegurar, en el pleno respeto al derecho canónico, la presencia en el territorio de los tribunales eclesiásticos, su carácter pastoral, su actividad correcta y rápida. Es necesario que en cada diócesis haya un número suficiente de personas preparadas para el

correcto funcionamiento de los tribunales eclesiásticos. Recuerdo que 'es una obligación grave la de hacer que la estructura institucional de la Iglesia en los tribunales sea cada vez más cercana a los fieles'” (n.29). En aquella ocasión no dejé de referirme a la instrucción Dignitas connubii, que da a los moderadores y a los ministros de los tribunales, bajo la forma de vademecum, las normas necesarias para que las causas de nulidad matrimonial sean tratadas y definidas de la manera más rápida y segura. La actividad de esta Signatura Apostólica está dirigida a asegurar que los tribunales eclesiásticos estén presentes en el territorio y que su ministerio sea adecuado a las justas exigencias de rapidez y simplicidad a la que los fieles tienen derecho en el tratamiento de sus causas, cuando, según su competencia, promueve la erección de tribunales interdiocesanos; provee con prudencia la dispensa de títulos académicos de los ministros de los tribunales, incluso verificando su pericia real en el derecho sustantivo y procesal; concede las dispensas necesarias de las leyes procesales cuando el ejercicio de la justicia requiere, en un caso particular, la relaxatio legis para conseguir el fin pretendido por la ley. Esta es también una obra importante de discernimiento y de aplicación de la ley procesal.

La supervisión de la administración recta de la justicia sería insuficiente si no comprendiese también la función de tutela de la recta jurisprudencia (Cfr Lex propria, art. 111, §1). Los instrumentos de conocimiento y de intervención, de los que la Lex propria y la posición institucional proveen a esta Signatura Apostólica, permiten una acción que, en coordinación con el Tribunal de la Rota Romana (Cfr Cost. ap. Pastor bonus, art. 126), es providencial para la Iglesia.

Las exhortaciones y las prescripciones con las cuales esta Signatura Apostólica acompaña las respuestas a los informes anuales de los tribunales locales, muy frecuentemente recomiendan a los respectivos moderadores el conocimiento y la adhesión tanto a las directivas propuestas en las alocuciones pontificias anuales a la Rota Romana, como a la común jurisprudencia rotal sobre los aspectos específicos que son urgentes para los tribunales individuales.

Invito, por tanto, también a la reflexión, que os ocupará estos días, sobre la recta jurisprudencia que hay que proponer a los tribunales locales en la materia de error iuris como motivo de nulidad matrimonial.

Este Tribunal Supremo está también ocupado en otro ámbito delicado de la administración de la justicia, que le fue confiado por el Siervo de Dios Pablo VI; la Signatura conoce, de hecho, las controversias surgidas por una actuación de la potestad administrativa eclesiástica y a esta le remite a través del recurso propuesto legalmente contra las actuaciones administrativas singulares que vienen o han sido aprobadas por el Dicasterio de la Curia Romana (Cfr Cost. ap. Regimini Ecclesiae universae, 15 agosto 1967, n. 106;CIC, can. 1445, § 2; Cost. ap. Pastor bonus, art. 123; Lex propria, art. 34). Este es un servicio de vital importancia: la predisposición de los instrumentos de justicia – desde la solución pacífica de las controversias hasta el tratamiento y definición judicial de las mismas – constituye la oferta de un lugar de diálogo y de restablecimiento de la comunión de la Iglesia.

Aunque es verdad, que a la injusticia se la debe enfrentar, en primer lugar, con las armas espirituales de la oración, de la caridad, del perdón y de la penitencia, no se puede excluir, en algún caso, la oportunidad y la necesidad de que sea respondida con los instrumentos procesales. Estos constituyen antes que nada, un lugar para el diálogo, que puede ser que conduzca a la concordia y a la reconciliación. No por casualidad el ordenamiento procesal prevé que in limine litis, incluso, en toda fase del proceso, haya espacio y ocasión para que “cuando alguien se considere perjudicado por un decreto, se evite el conflicto entre el mismo y el autor del decreto, y que se procure llegar de común acuerdo a una solución equitativa, acudiendo incluso a la mediación y al empeño de personas prudentes, de manera que la controversia se eluda o se dirima por un medio idóneo. ” (CIC, can. 1733, § 1). Son impulsadas para este fin, iniciativas y normativas dirigidas a las instituciones de oficio o consejos que tengan como tarea, según las normas establecidas, de buscar y sugerir soluciones equitativas (Cfr ibid., § 2).

En otros casos, cuando no sea posible solucionar la controversia pacíficamente, el desarrollo del proceso contencioso-administrativo comportará la definición judicial de la controversia: también en este caso la actividad del Tribunal Supremo mira a la reconstitución de la comunión eclesial, o sea al restablecimiento de un orden objetivo conforme al bien de la Iglesia. Sólo esta comunión restablecida y justificada a través de la motivación de la decisión judicial puede dar lugar a una auténtica estructura eclesial en paz y armonía. Es lo que significa el destacado principio:Opus iustitiae pax. La laboriosa restauración de la justicia esta destinada a reconstruir las relaciones entre los fieles y la Autoridad Eclesiástica de un modo justo y ordenado. De hecho, la paz interior y la voluntariosa colaboración de los fieles en la misión de la Iglesia emanan de la restablecida conciencia de desarrollo pleno de la propia vocación. La justicia, que la Iglesia busca, a través del proceso contencioso administrativo, puede ser considerada como el inicio, exigencia mínima frente a una expectativa de caridad, indispensable y al mismo tiempo insuficiente, si se compara con la caridad de la vive la Iglesia. Sin embargo, el Pueblo de Dios peregrino sobre la tierra no podrá realizar su identidad como comunidad de amor si en sí misma no respeta las exigencias de la justicia.

Confío a María Santísima, Speculum iustitiae e Regina pacis, el precioso y delicado ministerio que la Signatura Apostólica desarrolla a servicio de la comunión de la Iglesia, mientras os expreso a cada uno de vosotros la seguridad de mi estima y de mi aprecio. Sobre vosotros y sobre vuestro esfuerzo cotidiano invoco la luz del Espíritu Santo y os imparto a todos mi Bendición Apostólica.

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez

©Copyright 2011 Libreria Editrice Vaticana]

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