El primado de México reivindica el derecho a iluminar la realidad con el evangelio

El Cardenal Rivera defiende el derecho de la Iglesia a opinar sobre asuntos políticos, económicos, éticos o sociales

 

El cardenal Norberto Rivera Carrera afirmó que la Iglesia católica y él como ministro tienen derecho a opinar en asuntos políticos, económicos, éticos o sociales, toda vez que anunciar la palabra de Dios sin tener en cuenta la realidad del país o del mundo sería mutilar el evangelio. El prelado indicó que si hay a quienes no les gusta que se predique con temas que reflejan realidades terrenas es porque los escritos divinos hablan continuamente de justicia, paz y alianzas y denuncian al mismo tiempo la opresión, la injusticia, la violencia, la esclavitud y el hambre de los pueblos.

07/02/11 10:04 AM


 

(Terra/InfoCatólica) El Cardenal y arzobispo primado de México, aseguró durante su homilía dominical en la Catedral Metropolitana de México DF, que “para algunas personas, el Papa, los obispos, los sacerdotes no deberían tocar en su predicación los problemas éticos, sociales, políticos, económicos o familiares y tendrían mucha razón los que así afirman si los temas fueran tratados desde la sabiduría o desde la elocuencia humana; si estas realidades sólo se quisieran proponer desde la ética la sociología, la economía o la política, no tendrían ningún derecho”.

El Cardenal, quien durante años ha otorgado entrevistas a los medios tras su misa mayor en este templo, ha sido cuestionado por grupos políticos y civiles debido a las criticas a reformas constitucionales como las que se han aprobado en el Distrito Federal y que permitieron la despenalización del aborto o que personas del mismo sexo contrajeran matrimonio civil, lo que incluso le ha valido ser acusado legalmente por discriminación o que también su  portavoz, el P. Hugo Valdemar Romero, fuera demandado.

El verdadero problema del continente americano

El cardenal aseguró que “el verdadero problema no es lo que estas personas piensen, el problema serio en nuestro continente americano es el divorcio entre fe y vida, la separación que hacemos entre el culto a Dios y la vida de todos los días; porque continuamente se nos dice que la religión es algo intimo, algo interior que no tiene porque reflejarse ni en la familia ni en la sociedad”, aseguró.