8.02.11

Jorge Loring

 

El que esto escribe tuvo conocimiento de la existencia de un tal Jorge Loring a través de la red de redes. Así supe que había escrito un libro de muchas ediciones titulado “Para Salvarte” y que era una especie de enciclopedia católica en la que cualquiera creyente podía satisfacer sus ansias de conocimiento y formación católicas.

Sobre su libro escribe él mismo que “Éste te enseñará a vivir felizmente. Te enseñará a vivir felizmente, porque te enseñará a vivir cristianamente, y nadie es en este mundo más feliz que el buen cristiano”.

Y es cierto.

Luego supe de sus conferencias, de lo que había escrito acerca de la Sábana Santa, de sus Homilías y de sus miles de intervenciones en medios de comunicación católicos.

Sin duda alguna, Jorge Loring, jesuita atípico porque es católico, digamos, ortodoxo y aplica la ortodoxia en todo lo que hace, tiene una intención que sale por los poros de todo lo que lleva a cabo: quiere que nos salvemos.

Salvarse es, para un católico, algo esencial. Sabiendo que esta vida es perecedera y que, en un momento o en otro (sin saber cuándo) seremos llamados para comparecer ante el tribunal de Dios, Jorge Loring no calla para que estemos en la seguridad de que podemos salvarnos y que, es más, es obligación grave para un hijo de Dios, salvarse. Y él, por su parte, pone todo lo que de los talentos que Dios le ha dado, ha sabido hacer producir porque en su caso la semilla cayó en tierra fértil que no se ha secado por el efecto del sol ni ha abandonado su vigor por el atractivo del mundo ni por haberse entregado a las futilidades del siglo.

Por eso, acudir a quien ha hecho, de su vida, un ejemplo de entrega al hermano en la fe, ha de ser, para nosotros, un asidero para llevar, nuestra vida, por el camino de la salvación.

Se me ocurrió, a raíz de una intervención suya en un programa de televisión (no era en EWTN, claro, la televisión de la Madre Angélica sino una española dada a lo vulgar) de hace unos días en el que fue zaherido por atreverse a plantear las cosas como son y no huir haciendo uso de un lenguage políticamente correcto o acomodado a la superficialidad de la audiencia, hacerle una pocas preguntas para conocer, un poco mejor, a una persona de la que todo lo que se diga de bueno y benéfico es poco.

Amablemente me ha contestado lo que sigue:

Eleuterio Fernández Guzmán/InfoCatólica: ¿Quién es, en cristiano, el Padre Loring?

Jorge Loring: Soy un jesuita que tiene la ilusión de salvar almas, con la ayuda de Dios.

EFG/IC: ¿Cómo cree el Padre Loring que se puede salvar un cristiano?

JL: Guardando los mandamientos, y haciendo el mayor número de buenas obras que se pueda.

EFG/IC: ¿Qué formas mejores hay, hoy día, para hacer apostolado?

JR: Aprovechando todas las ocasiones de evangelizar de palabra, por escrito, y dando testimonio.

EFG/IC: ¿Qué motivos tenemos para creer?

JL: Creo en Dios viendo las maravillosas leyes de la naturaleza que son obra de un ser inteligente.

Creo en Cristo porque los Evangelios son dignos de todo crédito, estudiados científicamente y demuestran que Cristo es Dios.

Creo que la Iglesia Católica es la única fundada por Cristo porque tenemos la lista de los Papas desde San Pedro al Papa actual.

EFG/IC: ¿Podría darnos, al menos, 3 consejos espirituales que pudiesen servir al cristiano para vivir en un mundo como el que nos ha tocado vivir?

JL: Tres consejos:

A.-Nunca cometas un pecado mortal.

B.- Si tienes la desgracia de cometerlo, confiésate cuanto antes.

C.- Y si no puedes confesarte enseguida, di tres veces de corazón: “Dios mío perdóname.”

 

Así, Jorge Loring Miró se pronuncia desde una fe profunda y demostrada creencia y da a entender, a la perfección, cómo se puede ser católico sin tener que avergonzarse ni mirar para otro lado y, así, salvarse para siempre, siempre, siempre.

Personas como ésta valen, de verdad, la pena.
 

Eleuterio Fernández Guzmán