Aunque pide que se ayude a las diócesis que tienen pocas

El Papa quiere que cada Iglesia local tenga sus propias vocaciones

 

El Vaticano ha publicado este jueves el XLVIII Mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, en el que el Pontífice ha animado «a cada comunidad cristiana» de la Iglesia local a promover las vocaciones «en un momento en el cual la voz del Señor parece sofocada por otras voces». Por ello, ha explicado el Papa, conviene «que cada Iglesia local se haga cada vez más sensible y atenta a la pastoral vocacional, educando en los diversos niveles» y ha destacado que proponer las vocaciones «significa tener la valentía de indicar este camino arduo del seguimiento de Cristo que, al estar colmado de sentido, es capaz de implicar toda una vida».

10/02/11 4:28 PM


 

(EP/InfoCatólica) Además, Benedicto XVI ha animado a las Iglesias locales a promover las vocaciones principalmente en “los jóvenes para que madure en ellos una genuina y afectuosa amistad con el Señor, cultivada en la oración personal y litúrgica y para que aprendan la escucha atenta y fructífera de la Palabra de Dios”.

El Pontífice ha alentado a los jóvenes a conocer las Sagradas Escrituras para que “comprendan que adentrarse en la voluntad de Dios no aniquila y no destruye a la persona, sino que permite descubrir y seguir la verdad más profunda sobre sí mismos”.

De esta manera, Benedicto XVI ha recordado a los jóvenes que conocer el Evangelio les ayudará a “vivir la gratuidad y la fraternidad en las relaciones con los otros” porque “sólo abriéndose al amor de Dios es como se encuentra la verdadera alegría y la plena realización de las propias aspiraciones”.

Donación de la propia vida

En el Mensaje el Papa ha subrayado que “la propuesta de seguir a Cristo” y la “donación de la propia vida” puede parecer “ardua” pero ha subrayado que “los hombres siempre tendrán necesidad de Dios” para aprender “la verdadera vida” también en la época “del dominio técnico y de la globalización”.

Por ello, el Santo Padre ha sostenido que es importante “animar y sostener a aquellos que muestran claros signos de la llamada a la vida sacerdotal y a la consagración religiosa” para que sientan “el calor de la entera comunidad al decir sí a Dios y a la Iglesia”.

La vocación, ha destacado el Papa, quiere decir “aprender a tener la mirada sobre Jesús, a conocerlo íntimamente, escucharlo en la Palabra y a encontrarlo en los Sacramentos” así como aprender “a conformar la propia voluntad con la suya”. Se trata, en opinión de Pontífice, de una “verdadera escuela de formación para cuantos se prepararan para el ministerio sacerdotal y para la vida consagrada, bajo la guía de las autoridades eclesiásticas competentes”.

Cristo, ha afirmado Benedicto XVI, “no deja de llamar en todas las edades de la vida, para compartir su misión y servir a la Iglesia en el ministerio ordenado y en la vida consagrada” por lo que la comunidad cristiana “está llamada a custodiar este don, a estimarlo y amarlo” porque la Iglesia “es responsable del nacimiento y de la maduración de las vocaciones sacerdotales”.

Ayuda a las diócesis con escasez de vocaciones

Por otra parte, el Pontífice ha recordado a los Obispos que es necesaria su “disponibilidad hacia las diócesis con escasez de vocaciones” para mantener “una equilibrada distribución de los sacerdotes en el mundo” y ha afirmado que Cristo “necesita su colaboración para que sus llamadas puedan llegar a los corazones de quienes ha escogido”.

Asimismo, el Papa ha pedido a los prelados que “tengan cuidado en la elección de los agentes pastorales para el Centro Diocesano de Vocaciones” que es “un instrumento precioso para la promoción y organización de la pastoral vocacional y de la oración que la sostiene y que garantiza su eficacia”.

Benedicto XVI ha destacado la labor de “quienes colaboran de diversas maneras en las parroquias con los sacerdotes y a la pastoral de las vocaciones” y ha señalado que su labor “adquiere plenitud de sentido y de eficacia pastoral cuando se realiza en la unidad de la Iglesia y va dirigido al servicio de la comunión”.

Por último, el Santo Padre ha subrayado que “cada momento de la vida de la comunidad eclesial es una preciosa oportunidad para suscitar en el Pueblo de Dios el sentido de pertenencia a la Iglesia y la responsabilidad de la respuesta a la llamada al sacerdocio y a la vida consagrada” llevada a cabo “como elección libre y consciente”.