7.03.11

Derecho a réplica y Legión de Cristo

A las 1:43 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Legionarios de Cristo
 

El debate entre los Legionarios de Cristo es vivo y dinámico. No podía ser de otra manera, se trata de una congregación en pleno proceso de reforma luego de una brutal crisis (aún en curso). Como lo referimos apenas ayer en este blog al interior de ese instituto religioso conviven diversas corrientes de pensamiento. Voces activas que, cada una a su modo, buscan encontrar una salida al embrollo heredado por el perverso Marcial Maciel Degollado.

El Papa y la Santa Sede han dicho claramente que los cambios a las Constituciones de la Legión deben surgir de una amplia consulta que incluya las opiniones de todos. Por otra parte el delegado pontificio, Velasio De Paolis, fue preciso al establecer que la supervivencia de la congregación dependerá de no buscar el triunfo de unos o la derrota de otros. Como parte de ese debate abierto y por el justo derecho a réplica, compartimos con los lectores de Sacro&Profano un escrito del colega Jorge Enrique Mújica, L.C., quien (a título personal) ofrece una visión alternativa sobre el presente en la Legión de Cristo:

10 RAZONES PARA COLABORAR CON EL DELEGADO PONTIFICIO Y MIS HERMANOS LEGIONARIOS
Por Jorge Enrique Mújica, L.C. / 7 de marzo de 2011

 

1. Porque amo a Cristo y amo a la Iglesia y ha sido ella quien nos ha dado un delegado que nos guía con conocimiento de causas y con clarividencia en sus decisiones. Ve desde arriba y, desde allá, sin perder de vista «el abajo». Así se ven mejor las cosas. Va con pausa, pero no deja de avanzar, y lo agradezco: se trata de una revisión de una congregación, nada menos. Sus cuatro consejeros le apoyan y el Papa ha depositado en él su confianza.

 

2. Porque amo a la Legión de Cristo, obra de Dios –sin olvidar que está compuesta por hombres pecadores– reconocida por la Iglesia. Sólo partiendo del amor a ella, de la fe en ella, se puede construir y mejorar todo lo mejorable. Sin ese amor y esa fe, ¿qué haría yo aquí? Por ella, porque es de Cristo, estoy dispuesto a dar la vida como de hecho la estoy dando cada día, con mis luchas y limitaciones. Un autor espiritual dice que «la confianza y la fe se perfeccionan entre los temores». Quizá ha habido temor, pero Cristo ha dicho que no temamos, que Él está con nosotros.

3. Porque soy religioso y pienso como religioso, con la tradición e historia milenaria del magisterio de la Iglesia sobre este campo. No podría pensar en una reforma de mi familia religiosa sino en cuanto alma consagrada. Trato de pensar a partir de lo que la Iglesia nos ha dicho a lo largo de la historia, escuchando a Dios no según mis caprichos, ni según las opiniones del momento, sino escuchando al Espíritu Santo.

4. Porque quiero a mis hermanos, porque hablo con ellos, les escucho, me escuchan y de este diálogo que nace de buscar lo mejor, y no de prevalecer o imponerse, logramos realmente ir adelante, aunque en algunos aspectos no pensemos igual. Justamente de la escucha humilde nos abrimos al conocimiento del otro, como ya está pasando en estos meses. Yo lo vivo y eso me consta.

5. Porque yo también he tenido mis dudas sobre diferentes temas de nuestra vida religiosa, pero soy consciente de que no puedo universalizar mi experiencia personal, por muy negativa que haya podido haber sido (que en mi caso prevalece por mucho lo positivo). Esto, no obstante, me anima a aplicarme activamente en el proceso de revisión de las Constituciones que ya hemos comenzado, pero con actitud de quien construye, propone y también sabe ceder.

6. Porque he experimentado personalmente la cercanía de mis superiores –empezando por mi superior general– y el interés de muchísimos de mis hermanos por mí; porque sé que para esta situación no había soluciones ni decisiones fáciles o perfectas y que se ha ido aprendiendo, con «errores» comprensibles, pero con respuestas progresivamente mejores. Porque concibo la autoridad como un servicio, no como un privilegio. Y esta actitud de servicio la percibo cada vez más claramente en quienes están al frente de la congregación.

7. Porque en el personal ejercicio del discernimiento he ido viendo que además de «mucha información» (y siempre la he tenido) debe haber «muchísimo Sagrario».

8. Porque algunos de quienes fueron mis hermanos en la Legión se han ido (y les sigo queriendo tanto), pero muchísimos se han quedado. El otoño ha sido aparentemente largo, pero el nombre de la esperanza es también primavera.

9. Porque el proceso de revisión ya inició, porque los pasos ya se están dando y se seguirán dando; porque desde que empezó toda esta crisis he podido preguntar con confianza y sin reparo al delegado, al director general, a mis superiores, y me han atendido, me han escuchado, me han dado las respuestas que tenían en cada momento y se han mostrado como hermanos.

10. Porque «los santos se diferencian de los heterodoxos en que estos últimos quieren convertir a los demás, y no a ellos mismos, mientras que los santos toman para sí cualquier crítica. Para que el mundo sea mejor, ellos procuran convertirse» (cf. Tadeusz Dajczer, Meditaciones sobre la fe). Por tanto, busco convertirme, busco ser santo, y en esas estoy.