8.03.11

La renovación de la Liturgia (II)

A las 4:12 PM, por Guillermo Juan Morado
Categorías : General

 

Continuamos con el repaso de la Carta apostólica de Juan Pablo II “Spiritus et Sponsa” - en adelante SS - , fijándonos en el segundo objetivo que el Papa busca alcanzar en este documento: comprobar de algún modo la recepción de la Constitución conciliar sobre la Liturgia. Esta recepción es caracterizada por Juan Pablo II de la siguiente manera: “De la renovación a la profundización”. Entiendo que, en las indicaciones que siguen, se refiere a logros de la renovación litúrgica que, no obstante, hay que seguir profundizando y afianzando:

0. El Santo Padre propone, como punto de partida, un examen de conciencia sobre la recepción de la “Sacrosanctum Concilium”: “¿Se vive la liturgia como “fuente y cumbre” de la vida eclesial, según las enseñanzas de la Sacrosanctum Concilium?” (ib.). El redescubrimiento del valor de la palabra de Dios, que la reforma litúrgica ha realizado, ¿ha encontrado un eco positivo en nuestras celebraciones? ¿Hasta qué punto la liturgia ha entrado en la vida concreta de los fieles y marca el ritmo de cada comunidad? ¿Se entiende como camino de santidad, fuerza interior del dinamismo apostólico y del espíritu misionero eclesial?” (SS, n. 6).

1. Anima a profundizar en las riquezas y en las potencialidades de los libros litúrgicos: “Esa profundización debe basarse en un principio de plena fidelidad a la sagrada Escritura y a la Tradición, interpretadas de forma autorizada en especial por el concilio Vaticano II, cuyas enseñanzas han sido reafirmadas y desarrolladas por el Magisterio sucesivo” (SS, n. 7).

2. Señala la necesidad de “una pastoral litúrgica marcada por una plena fidelidad a los nuevos ordines (cf SS, n. 8): “A través de ellos se ha venido realizando el renovado interés por la palabra de Dios según la orientación del Concilio, que pidió una ‘lectura de la sagrada Escritura más abundante, más variada y más apropiada’ (n. 35)”.

3. Pide seguir inistiendo en el redescubrimiento del valor del domingo: “No cabe duda de que se han realizado notables esfuerzos en la pastoral, para lograr que se redescubra el valor del domingo. Pero es necesario insistir en este punto, ya que ‘ciertamente es grande la riqueza espiritual y pastoral del domingo, tal como la tradición nos la ha transmitido. El domingo, considerando globalmente sus significados y sus implicaciones, es como una síntesis de la vida cristiana y una condición para vivirla bien’ (Dies Domini, 81)” (SS, n. 9).

4. Exhorta a alimentar la vida espiritual de los fieles en la celebración litúrgica: “La constitución Sacrosanctum Concilium interpreta proféticamente esta urgencia, estimulando a la comunidad cristiana a intensificar la vida de oración, no sólo a través de la liturgia, sino también a través de los ‘ejercicios piadosos’, con tal de que se realicen en armonía con la liturgia, como si derivaran de ella y a ella condujeran (cf. n. 13). La experiencia pastoral de estas décadas ha consolidado esa intuición” (SS, n. 10).

(Continuará).

Guillermo Juan Morado.