10.03.11

¿Deben unas monjas tener 400.000 euros en efectivo?

A las 4:54 PM, por Luis Fernando
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Cuando se conoció la noticia de que las religiosas cisterciense del convento de Santa Lucía, en Zaragoza, habían sufrido un robo de millón y medio de euros, que estaban metidos en bolsas llenas de billetes de 500 €, el estupor de fieles y no fieles fue tremendo. Lo primero que todo el mundo se preguntaba es cómo era posible que unas monjas tuvieran tal cantidad de dinero en su convento.

Hoy sabemos que la cantidad no era tan elevada, aunque los cuatrocientos mil euros de los que habla el abogado de las religiosas no son “moco de pavo”. Y la justificación que da para que ese dinero no estuviera en el banco, “comprar piezas de piel con destino a los trabajos de encuadernación“, no parece del todo satisfactoria. Es muy dudoso que unas piezas de piel cuesten 65 millones de las antiguas pesetas. Y eso de que ese tipo de material se paga al contado, pues tampoco es normal. A día de hoy, salvo en determinado tipo de negocios, no es habitual que se hagan operaciones de compra en efectivo por cantidades tan elevadas. Y aunque sea posible, sin duda también debe ser factible que un pago de esas características se haga vía transferencia bancaria.

No son pocos los que han sospechado que tanto dinero metido en bolsas puede ser síntoma de que se ha obtenido sin declararlo a Hacienda. Nuevamente el abogado ha asegurado que puede justificarse hasta el último euro, que habría pasado por la fiscalización pertinente.

Sinceramente, creo que las religiosas han sido, como poco, sumamente imprudentes. A nadie se le ocurre tener todos esos euros metidos en bolsas. Si por la razón que sea, el convento necesita tener una cantidad importante de dinero en efectivo, lo normal es comprar una caja fuerte para guardarlo. Y si la actividad económica de esas religiosas cistercienses es tan elevada, lo lógico es contratar los servicios de una gestoría. Entre las monjas hay una, sor Isabel Guerra, que pinta como los ángeles. Sus cuadros se pagan muy bien. Ese dinero va para el convento, lo cual me parece muy bien. Pero no me imagino a alguien comprando un cuadro de 40.000 euros pagándolos en mano billete a billete.

Me parece excesiva la avalancha de críticas que han sufrido estas religiosas. De hecho, conviene recordar que ellas son las víctimas de este episodio. Hay quien casi pone en un trono de gloria al ladrón o ladrones. Eso no es normal. Ahora bien, la mujer del César no tiene sólo que ser honrada sino parecerlo. Creo necesario que alguien con autoridad en la Iglesia ordene investigar a fondo lo sucedido y les diga a esas monjas que de ahora en adelante hagan el favor de no ser tan imprudentes. La imagen de unas religiosas forradas de un dinero que guardan en bolsas no es precisamente la más conveniente, ni para la Iglesia ni para ellas.

Luis Fernando Pérez Bustamante