El arzobispo de Tánger reivindica el "contrapoder del Nazareno"

"Una capilla católica es un lugar de oración" y del "contrapoder de Dios"

"No me digan que ustedes se han asociado para hacer frente al poder de un pan consagrado"

Santiago Agrelo, 15 de marzo de 2011 a las 17:39
 

(Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger).- No sé lo que es Contrapoder, no sé si es substantivo o pretende ser verbo, y menos aún puedo saber qué es una Asociación Universitaria Contrapoder. Si se considera lo que hacen, eso apunta al terreno del verbo más que a la substancia de las cosas: Reivindican, informan, rechazan, se desvinculan, protestan contra la institución eclesiástica y su presencia en la universidad...

Supongo, sin embargo, que la palabra Contrapoder es pariente próxima de la palabra Contrarrevolución. Y si ésta significa "revolución política en sentido contrario de otra muy reciente", ‘contrapoder' significará "poder político en sentido contrario de otro ya establecido".

No me toca a mí valorar la legalidad, legitimidad, moralidad o la eficacia de lo que este Contrapoder universitario ha protagonizado en Somosaguas. Pero me gustaría que sus miembros admitiesen a trámite algunos datos:

1) Una capilla católica es un lugar de oración, y sólo porque es lugar de oración es también un lugar de poder. No me digan que ustedes temen el poder de la oración.

2) Una capilla católica es lugar de reserva para el pan de la Eucaristía, sacramento en el que reconocemos presente a Cristo Jesús, símbolo de su vida entregada o, por decirlo de forma para todos comprensible, también para universitarios, memoria indefensa de un hombre que amó hasta dar la vida por los que amaba. No me digan que ustedes se han asociado para hacer frente al poder de un pan consagrado.

3) Una capilla católica es lugar destinado al ejercicio del único contrapoder que en la historia del hombre representa una opción definitiva: el contrapoder del Nazareno, el contrapoder de Dios. No me recuerden las veces que los creyentes hemos traicionado esa opción: no sería digno de ustedes. Los creyentes sabemos lo que traicionamos, tanto como sabemos y confesamos lo que creemos, lo que esperamos y lo que amamos, porque este contrapoder, el nuestro, no es una cuestión de ‘performance' simbólica, no es cuestión de representación teatral más o menos lograda: es cuestión de vida y de verdad.

4) ¿Qué les parece si nos hacemos todos contrapoder de los que oprimen a los pobres, de los que explotan a los débiles, de los que esclavizan a los indefensos? En las capillas nosotros entrenamos para eso. Prueben y verán que somos gente preparada.

Un abrazo de su hermano menor.